jueves, 4 de febrero de 2010

ARCHIVO (nr. 72) 22 de agosto de 2009

La CIDH constata el uso desproporcionado de la Fuerza Pública de gobierno de facto en Honduras

TeleSUR _ Hace: 06 horas
La CIDH dijo el viernes haber confirmado "la existencia de un patrón de uso desproporcionado de la Fuerza Pública, detenciones arbitrarias y control de la información dirigido a limitar la participación política de un sector de la ciudadanía" tras el golpe de Estado del pasado junio en Honduras.

En su informe al cierre de su visita de una semana a Honduras, la misión de verificación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aseguró haber constatado "la represión ejercida contra las manifestaciones a través de la colocación de retenes militares".

Asimismo, denunció "la aplicación arbitraria de toques de queda, detenciones de miles de personas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, y malas condiciones de detención".

La CIDH también indicó que "pudo constatar que la ruptura del orden constitucional originada por el golpe de Estado está acompañada de una fuerte presencia militar en distintos ámbitos de la vida civil".

Movimientos sociales no están satisfechos con el informe de la CIDH sobre Honduras

TeleSUR _ Hace: 02 horas

Representantes del magisterio hondureño no están satisfechos con el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre las violaciones a esas garantías tras el golpe de Estado contra el presidente de ese país centroamericano, Manuel Zelaya, el 28 de junio pasado.

Así lo indicó este sábado el dirigente de un sector de los maestros Sergio Rivera, uno de los líderes del movimiento de resistencia popular que exige la restitución de Zelaya en el poder.

Según Rivera, la CIDH hizo su trabajo muy rápido y por eso "se quedaron miles de casos de violaciones a los derechos humanos sin documentar".

"Hizo falta documentar violaciones a los derechos de locomoción y a la integridad de muchas personas, entre otras, lo mismo que cuatro casos de desaparecidos en el sector de Alauca", departamento oriental de El Paraíso, fronterizo con Nicaragua, acotó Rivera.

Agregó que hay cuatro personas desaparecidas entre Alauca y el punto fronterizo de Las Manos, por donde Zelaya intentó ingresar a Honduras el 26 de julio pasado, pero le fue impedido por varios retenes militares apostados cerca del paso.

Critican la ayuda a gobierno de facto hondureño brindada desde Alemania

TeleSUR _ Hace: 49 minutos
El apoyo de la fundación alemana Friedrich-Naumann al régimen de facto de Honduras recibe cada vez más críticas en Alemania.

En una interpelación al gobierno federal, la fracción parlamentaria del partido socialista Die Linke (La Izquierda) cuestionó la legitimidad del trabajo de la fundación, la cual es cercana al FDP (Partido Demócrata Liberal de Alemania).

Christian Lüth, director de la oficina local de la fundación Naumann, activa en Honduras desde 1984, había afirmado en varias ocasiones que era una "leyenda" decir que en Honduras había ocurrido un golpe de Estado contra el gobierno.

El partido socialista remitió además a declaraciones de la fundación, según las cuales ésta habría tenido una gran influencia en la formación de los gobiernos hondureños en los años pasados.

Después de las últimas elecciones parlamentarias, Rosbinda Sabillón, representante de la fundación liberal alemana en Tegucigalpa, habría declarado: "Ahora tenemos una fracción de la fundación Naumann compuesta por 39 integrantes".

Según el partido socialista, esta política viola los principios del Ministerio para la Cooperación Económica y el Desarrollo, el cual aporta anualmente 200 millones de euros para el trabajo de las fundaciones políticas alemanas.

"Estos principios prohíben a las fundaciones partidistas las actividades que perjudiquen las relaciones entre el gobierno federal y un país socio así como la intervención directa en los asuntos internos del país en cuestión", se puede leer en el documento del partido de la oposición.

¿Situación pre revolucionaria? Algunos análisis sobre la situación en Honduras son bastante estáticas

Tenemos que discrepar con muchos analistas, locales y extranjeros, que han tratado de comprender la situación en Honduras
Ricardo Arturo Salgado desde Honduras | Honduras | 22-8-2009 |
www.kaosenlared.net/noticia/situacion-pre-revolucionaria-algunos-analisis-sobre-situacion-honduras
Tenemos que discrepar con muchos analistas, locales y extranjeros, que han tratado de comprender la situación en Honduras aplicando parámetros pre existentes, y utilizando conceptos fundamentales de la dialéctica marxista sin criterio científico. Muchos han visto el fracaso del movimiento popular hondureño en la causa de la resistencia sin entender que el materialismo histórico no es una formula matemática donde solo se cambian las variables, sino un medio para interpretar la realidad objetivamente.

Cuando se trata del análisis, es complicado salirse de “moldes” y comparaciones con esta o aquella experiencia previa. Muchos incluso hablan de situación pre revolucionaria, como si el movimiento de las fuerzas sociales en un momento cualquiera se pudieran convertir en una especie de caldo que va alcanzando puntos de referencia específicos.

La realidad de la situación de los movimientos sociales hondureños es bastante compleja, pero refleja claramente la lucha de clases entre la burguesía nacional y el proletariado. Ahora bien conceptualizamos al proletariado como un conjunto de fuerzas diversas, no químicamente puro, donde participan obreros, campesinos (que representan la mayoría de los trabajadores en el país), iglesias populares, profesionales, grupos feministas, estudiantes, maestros, y muchos mas.

Se ha dicho que la falta de organización y madurez de los movimientos populares ha sido factor clave para “no poder aprovechar esta coyuntura para tomar el poder”.Se desconoce aquí que la madurez y organización de las fuerzas en resistencia no se mide por su capacidad de enfrentar al ejército esbirro del estado burgués y derrotarlo en el corto plazo. Se mide por su capacidad de reacción y coordinación de las masas, algo que ha quedado demostrado desde el día mismo del golpe. El hecho de que no todos los días salgamos en las noticias se relaciona mas con los criterios de “noticia“que fijan los medios de comunicación, que a la acción diaria del movimiento. En Honduras se resiste diariamente, en todo el país.

Seria dogmatico pretender que tenemos un movimiento perfecto. Es grandioso el esfuerzo que ha hecho la dirección nacional para mantener las masas alejadas de la reacción violenta. Ha sido claro también que hay quienes prefieren tratar de tomar su propio camino y hacen actividades al margen de los planes de la resistencia; otros que pasan mucho trabajo aceptando la dirección organizada. Sin embargo, a medida ha ido creciendo el movimiento, la disciplina, la organización, la consciencia han ido e aumento. Pasamos de la reacción a favor del líder a la necesidad clara de fundar un país nuevo. En todo esto se ve claramente la dialéctica en la naturaleza de la resistencia y su camino a la victoria.

Ahora en que consiste esta victoria? Muchos han afirmado que el resultado de esto terminará en un trise final mediatizado donde la dictadura y sus cómplices salen fortalecidos y el presidente atado de pies y manos, sin poder hacer nada. Porque esta interpretación? Porque se afirma que esto termina con la venida o no del presidente constitucional? Este tipo de pesimismo se apega a viejas experiencias y subestima la capacidad del pueblo de seguir su lucha. No parece muy científico poner “términos fatales” a los procesos sociales.

Los escenarios posibles en cuanto a lo que sucede en el corto plazo en el país son esencialmente dos: a) el presidente vuelve y b) el presidente no regresa a su cargo. En ambos escenarios la lucha continua, pues el fin ultimo es la refundación de nuestra nación, no el retorno del presidente Zelaya.

Debe quedar claro que la etapa actual de la lucha impone la movilización por la reinstauración de la institucionalidad. Esto se debe a que dejar pasar este golpe incólume seria un grave error en virtud del precedente que daría para el futuro de Honduras y de América Latina. Parece claro que es la derecha imperial simpatiza con esta estrategia, señal de esto es el reconocimiento y respaldo de la empresa privada de Guatemala al régimen fascista hondureño, siendo este país sin duda alguna el próximo objetivo de la revuelta contra revolucionaria continental.

La siguiente etapa se orienta a la conquista del poder para poder viabilizar una Asamblea Nacional Constituyente que redefina la legalidad del país. Esta lucha seguirá la vía electoral debido, entre otras razones, a que tomar el camino de la lucha armada se traduciría en la legitimización de los argumentos de la derecha; los medios imperiales tendrían mas fácil el trabajo de satanizar nuestro movimiento y aislarlo como han hecho con los movimiento armados colombianos.

En ningún caso las condiciones que se han dado en este país pueden considerarse una derrota. Al contrario hemos ganado mucho, y eso se evidencia cada día más. No se puede decir que esto llega tarde; es simplemente un evento sucediendo en el momento que debe suceder. Nuevamente, no es dialectico pensar que los movimientos revolucionarios suceden como una moda.

Si somos objetivos veremos que no existen momentos pre revolucionarios. Las condiciones de lucha en honduras están planteadas en un proceso revolucionario cuyo objetivo es alcanzar una sociedad diferente, mas justa, mas equitativa, progresista y revolucionaria.

No debemos, local o internacionalmente, por los resultados que vemos en los diarios, o en la experiencia del día a día de esta revolución, que a veces parece subir el ánimo a veces causa gran escepticismo. El camino ahora esta trazado, y, pase lo que pase, lo vamos a seguir hasta la victoria final.

Ricardo Arturo Salgado
Investigador Social
22/agosto/2009

Diplomáticos se encierran en la embajada argentina en Honduras para resistir expulsión

Venció el plazo que el gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti dio a la delegación argentina para que abandonen el país.
Agencias | 22-8-2009 |
www.kaosenlared.net/noticia/diplomaticos-encierran-embajada-argentina-honduras-para-resistir-expul

En Tegucigalpa, al vencer hoy el plazo para que todos los funcionarios de la legación argentina se retiren de Honduras, dos miembros de la misión se encerraron en la embajada por instrucciones de su gobierno desde Buenos Aires.
Los diplomáticos tampoco aceptaron un cambio del estatus migratorio. El canciller Taiana viaja el lunes a Honduras.

Según las autoridades del gobierno de facto de Roberto Micheletti, quienes se refugian en la embajada Argentina están en condición de irregulares. En esa situación está también el agregado de negocios de Venezuela, Ariel Vargas.

Cancillería les otorgó un plazo de tres días, que venció ayer, para que abandonaran el país, en reciprocidad al ultimátum que dio la Argentina a los diplomáticos hondureños en Buenos Aires.

La Dirección de Migración invitó a los diplomáticos sudamericanos a una audiencia para legalizar su estatus migratorio, pero nadie aceptó ya que no se presentaron a Migración.

La vicecanciller Marta Lorena Alvarado reiteró que Honduras sólo se limita a actuar de conformidad al principio de reciprocidad diplomática. Hace un par de días la funcionaria declaró que esta situación podría considerarse como el inicio de la ruptura de relaciones diplomáticas con la Argentina.

Misión de cancilleres de la OEA viaja el lunes a Honduras

La misión de cancilleres de la OEA viajará el lunes a Honduras para tratar de convencer al gobierno de facto de Roberto Micheletti de que acepte el Acuerdo de San José para solucionar la crisis tras el golpe de Estado del 28 de junio, confirmaron hoy a la agencia dpa fuentes del organismo. Entre los ministros de la región que participarán de la misión se encuentra el canciller argentino, Jorge Taiana.

La misión debería haber partido a Tegucigalpa el 11 de agosto, pero fue pospuesta después de que el gobierno de facto hondureño manifestara su rechazo a la participación del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, a quien acusó de "falta de imparcialidad" en la crisis desatada tras la expulsión de Honduras del presidente Manuel Zelaya, cuya restitución reclama el organismo interamericano como condición indispensable para una solución.

"Esperamos encontrar una acogida positiva al Acuerdo de San José, como único camino para alcanzar, al mismo tiempo, el retorno a una plena democracia y la reconciliación entre todos los hondureños", dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en un comunicado.

La propuesta elaborada hace más de un mes por el presidente de

Costa Rica y mediador en la crisis, Oscar Arias, es un "texto satisfactorio" que "permitirá a Honduras salir fortalecida de esta difícil prueba y brindar un ejemplo de convicción democrática a todo el hemisferio", agregó.

La delegación, encabezada por Insulza, estará integrada por los cancilleres de Argentina, Canadá, Costa Rica, Jamaica, México, República Dominicana y Panamá, un país que no figuraba en el plan de viaje inicial, retrasado hace diez días.

Con la nueva fecha, los cancilleres visitarán Tegucigalpa al término de otra misión realizada esta semana por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que evalúa sobre el terreno la situación de derechos humanos en Honduras tras el golpe de Estado.

Según la OEA, los cancilleres se reunirán durante su viaje con "distintas instancias públicas y privadas" con el fin de "impulsar" el Acuerdo de San José, que ya ha sido aceptado por Zelaya.

Los ministros hemisféricos también se encontrarán con representantes de la Iglesia católica y evangélica, empresarios, trabajadores, candidatos presidenciales y otras organizaciones de la sociedad civil, de acuerdo con el programa.

"Nos anima un espíritu de diálogo y la disposición de escuchar a todos los protagonistas relevantes de esta situación que se prolonga ya por demasiado tiempo", aseguró Insulza.

"Estamos convencidos de que a todos los actores los alienta una real voluntad de restablecimiento institucional que permita que las elecciones del 29 de noviembre generen autoridades efectivamente democráticas, legítimas y reconocidas por la comunidad internacional", señaló respecto a los comicios previstos en apenas tres meses, y que la comunidad internacional amenaza con no reconocer si se celebran bajo el gobierno de facto.

En un principio, la misión permanecerá en Tegucigalpa sólo hasta el martes, dijeron a la agencia dpa fuentes de la OEA.

Suspenden en Honduras desfiles por aniversario independentista

Por primera vez serán eliminados los desfiles cívicos conmemorativos en el país centroamericano. Según versiones oficiales es debido a la crisis de la gripe o influenza AH1N1, pero para muchos sectores esto es una simple excusa por la inestabilidad que se vive en el país.
El régimen golpista en Honduras decidió suspender los festejos nacionales por el aniversario 188 de la independencia del colonialismo español, con la excusa de la influenza A(H1N1), señala hoy la prensa local.

La cancelación de los habituales desfiles del 15 de septiembre para conmemorar la histórica fecha fue anunciada por el Comité Cívico Interinstitucional Permanente, cuyos representantes también incluyeron entre los inconvenientes las manifestaciones públicas del Frente Nacional contra el Golpe de Estado.

Por primera vez serán eliminados esos desfiles cívicos en este país centroamericano y "los argumentos para respaldar tal decisión no son convincentes", sopesa este sábado el periódico local Tiempo.

Las concentraciones de personas pueden incrementar los riesgos de contraer la gripe; sin embargo, las principales ciudades son teatro de multitudinarias marchas por dos meses consecutivos, y esto carece de incidencias evidentes en la propagación de la epidemia, indica el rotativo.

En la crisis política creada por el golpe de Estado del 28 de junio habría que buscar la verdadera causa de la suspensión de los desfiles oficiales, pues existe la posibilidad de que se conviertan en desbordadas protestas contra el régimen de facto y los principales autores del rompimiento constitucional, evalúa el periódico.

Aunque para el 15 de septiembre la nación hubiera retornado al estado de derecho, mediante la restauración del gobierno legítimo, "sería muy difícil que la población estuviera dispuesta a reconocer la integridad de los desfiles militares y policiales", denuncia el editorial.

Después de vivir una "cruda etapa de irrespeto a la Patria y de represión a la ciudadanía", resultarían inadmisibles actos con la participación de los uniformados, señala el escrito.

Tampoco el pueblo hondureño â�" principalmente las mayorías indefensas e ignoradasâ�" "estaría dispuesto a rendir honores a quienes no lo merecen; mucho menos, si persiste para entonces el régimen de facto", subraya el texto.

En medio de la resistencia, agrega el análisis, la nación "ha ido quitándose paulatinamente la venda de los ojos para encontrarse con una cruel realidad de marginación económica y social y de engaño".

El mejor motivo de festejo este 15 de Septiembre es el camino iniciado para intentar la construcción de una sociedad justa "en términos de equidad, de equilibrio económico y social y de genuina participación y de representatividad política", concluye Tiempo.

de: "Pagina 12"

EL MUNDO › LOS DIPLOMATICOS ARGENTINOS SE ATRINCHERARON EN LA EMBAJADA

Atrapados en Tegucigalpa

La residencia del embajador argentino en Honduras se convirtió en un bastión de la resistencia al golpe y refugio para los funcionarios que desconocieron el ultimátum del gobierno golpista de retirarse del país en 72 horas.

Por María Laura Carpineta

Cerraron las puertas, las ventanas y se prepararon para una larga espera. Alejandro Amura y Alejandra Eguino se atrincheraron ayer en la residencia del embajador argentino en la capital hondureña para evitar ser expulsados del país. Los golpistas les habían dado 72 horas a todos los funcionarios de la embajada argentina para dejar el país por las buenas. El plazo venció ayer y la invitación cordial y diplomática se convirtió en una abierta amenaza. Sin credenciales diplomáticas, los funcionarios argentinos serán considerados inmigrantes ilegales.

“Si no regularizan su status migratorio quedan sujetos a ser capturados por la Dirección de Migración y puestos en el exterior por vía de la deportación”, advirtió el director de Migraciones hondureño, Nelson Mejía. A tres días de la llegada del canciller Jorge Taiana y la misión de la OEA, el enfrentamiento entre la dictadura hondureña y el gobierno argentino sigue escalando.

El barrio coqueto del centro de Tegucigalpa está acostumbrado a ver la residencia de la embajada argentina cerrada. Desde que el último embajador argentino terminó su misión, en abril de 2007, el gobierno de Cristina Fernández no volvió a nombrar a un jefe para la delegación diplomática. Desde entonces la embajada está a cargo de Alejandro Amura, el encargado de Negocios que ayer, siguiendo las órdenes del canciller Jorge Taiana, se encerró por tiempo indefinido.

Su compañera en esta aventura es una funcionaria relativamente nueva en la embajada, Alejandra Eguino. Hace poco más de un año que empezó a trabajar con Amura, pero sin embargo ayer no dudó en dejar su casa, traerse a su hija de nueve años y sumarse a su manera a la resistencia que cientos de miles de hondureños sostienen hace casi dos meses contra el gobierno de facto de Roberto Micheletti.

Ninguno de los dos quiso hablar con la prensa. Pero al parecer están bien, tranquilos. “No pueden salir, pero creen que no les va a pasar nada”, le dijo a este diario una fuente vinculada con la delegación, que pidió no revelar su nombre. A pesar de las amenazas y la retórica propagandística de la dictadura, que llama a través de los medios a “deshacerse de las injerencias dañinas extranjeras”, los diplomáticos argentinos aún tienen amigos en Tegucigalpa.

Ayer Manuel Melgar, dirigente de la Organización Nacional Indígena Lenca de Honduras (Onilh), adelantó que enviará a un grupo de militantes para hacer guardia frente a la residencia de la embajada argentina. El grupo es uno de los que organizan y lideran las masivas marchas que día tras día toman las calles de Tegucilgalpa y del resto de las ciudades del país para reclamar la vuelta del presidente depuesto Zelaya.

Hace casi un mes que un pequeño grupo de la Onilh hace guardia frente a la embajada venezolana en Tegucigalpa, la otra delegación diplomática que fue sancionada por la dictadura de Micheletti. Los golpistas expulsaron a los diplomáticos que responden a Hugo Chávez hace exactamente un mes. Les dieron 72 horas, pero como los argentinos ayer, los venezolanos se metieron dentro de la embajada, cerraron las puertas y se sentaron a esperar la presión internacional.

La dictadura intentó disuadirlos. Algunos días les cortan la luz, otros el agua. Los intimidan a través de los medios de comunicación, los acusan de violar los convenios internacionales y les recuerdan que no pueden poner ni un pie en la calle. “No están solos, ni los venezolanos ni los argentinos. Toda la resistencia está con ellos”, aseguró una dirigente zelayista que mantiene una buena relación con la embajada argentina.



de: "Pagina 12"

EL PAIS › ADELANTO DEL LIBRO DE ALEJANDRO FERREYRA MEMORIA DE LOS VIENTOS

En primera persona

A 36 años de la masacre de Trelew, uno de los protagonista de la fuga del penal de Rawson narra los preparativos para el escape, la toma del avión, de la que participó, y las negociaciones con Salvador Allende. Un relato que tiene el objetivo de contribuir a aportar “una mirada crítica de la historia”.

Leyeron varias veces el pequeño mensaje escrito en papel de armar cigarrillos. Era la letra de Robi, la reconocían. Eran sugerencias al comité militar. En realidad eran instrucciones sobre la necesidad del secreto y explorar distintas alternativas; hacía varias sugerencias.

“Le falta decir que veamos si un submarino ruso puede esperarnos cerca de la costa”, ironizó el Gallego. “Yo no puedo ir al Sur, tengo muchas cosas que hacer”, agregó. “Yo tampoco”, dijo Alberto. “Yo puedo ir”, dijo Lucas. El Colorado aclaró que “el que vaya tiene que cortar toda relación con la organización. Las medidas de seguridad deben ser extremas. En el lugar no hay contactos ni simpatizantes organizados, vas a estar solo y no tenemos a quién recurrir”.

–No entiendo –dijo Lucas.

–La Lora ha alquilado un departamento, tu compañera y la chiquita deben mudarse allí, dejar la casa actual. Tus equipos deben cambiar de casas y estarán a cargo de otro compañero. No puedes conocer nada. Es una locura –dijo el Gallego.

–No, esa es la instrucción del buró político. El trabajo en el Sur va a llevar tiempo, si el compañero es detenido, tardaremos en saberlo, hay que cuidar la organización –afirmó el Colorado.

(...)

El viento soplaba helado en esos parajes.

Salía con el auto a la mañana temprano, tomaba alguna huella y se alejaba varios kilómetros, descendía y caminaba durante horas buscando lugares donde esconderse. Los pies se hundían en un polvo que parecía interminable, el viento constante, la boca reseca. Se cruzó varias veces con una hilera de liebres patagónicas, que se detenían para mirarlo para luego continuar su marcha. Huellas profundas, imborrables, quedaban detrás de sus pasos. Kilómetros y kilómetros cuadrados de meseta, pequeñas lomadas, ondulaciones que parecían no tener fin. Las huellas se verían desde un avión, pensaba. Un par de veces llegó hasta el mar, se sentaba frente a esa inmensidad. Sus conclusiones iban siendo categóricas. Allí no había posibilidades de esconder a un grupo grande de compañeros durante varios días. No existían lugares adecuados, ni había condiciones para almacenar cientos de kilos de comida, miles de litros de agua, ni garantizar comunicaciones. Los compañeros presos sugirieron la posibilidad de hacer cuevas, ¿cómo hacerlas para más de cien personas?

La fuga de Rawson

El comité militar de Capital se reunió al día siguiente de la llegada de Lucas desde el Sur. Este informó todo el relevamiento que había realizado. La conclusión fue unánime: la única alternativa para la fuga era el avión de línea de Austral que salía desde Comodoro Rivadavia y hacía escala en Trelew a las 18 hs.

(...)

Durante todo el mes hemos discutido mucho con la dirección, le hemos planteado varios puntos débiles de la operación, pero ellos no los aceptan porque siguen ciegamente las orientaciones de Robi desde la cárcel. Con las FAR no hay problemas, son buenos compañeros y están haciendo todo los que les toca. Los Montoneros y los Descamisados conocen la acción pero no participan.

(...)

De esta forma con reestructuraciones operativas hasta el último momento, se llegó al día de la fuga. Un día antes los transportes llegaron a Trelew. El Colorado con otro compañero lo hicieron por su lado y la mañana del 15 de agosto avisaron a los presos, con la seña de un trapo rojo, que todo estaba en marcha.

El Gallego y Lucas viajaron el día anterior a Comodoro Rivadavia, se instalaron en un hotel y, al mediodía del 15 de agosto, se comunicaron con Trelew para confirmar que los vuelos estaban bien, y que los presos estaban avisados y tomarían el penal esa tarde.

Mientras volaban desde Comodoro a Trelew en el avión de Austral el penal de Rawson era tomado por los presos políticos con total éxito. Sólo al final hubo un disparo de una compañera en la guardia externa. Los encargados de introducir los vehículos lo escucharon. Carlos Goldemberg de las FAR, que manejaba un Falcon, interpretó que el disparo era de los compañeros y entró; los otros vehículos se confundieron y creyeron que el disparo era de los guardiacárceles y se retiraron. Fue un error grave, quizá comprensible en el clima de dudas con que participaban algunos compañeros. Así sólo pudieron salir seis compañeros.

El avión de Austral esperaba en la cabecera de la pista, había sido retenido por una compañera desde el aeropuerto con la excusa de no encontrar su equipaje. El Gallego y Lucas se mantenían listos a tomar el avión desde sus asientos próximos a la cabina, pero no querían actuar hasta no tener indicios ciertos de que algo ocurría, para no alertar en caso de que la operación se hubiera levantado o demorado. No había comunicación con el exterior.

En determinado momento percibieron que el personal se ponía nervioso, y decidieron tomar el avión. El Gallego corrió a la cabina y Lucas se ocupó del personal de a bordo y de los pasajeros. Las azafatas corrían de un lado a otro, por lo que Lucas se vio obligado a amontonarlas en el suelo una encima de la otra, hasta que se calmaron, eran cinco. El resto de los pasajeros, en general, respondieron a la indicación de permanecer tranquilos en sus asientos ya que nada les iba a pasar.

La puerta del avión estaba abierta, allí se ubicó Lucas. Las azafatas decían que desde la torre les habían comunicado que podía haber una bomba en el avión, lo que fue interpretado como una señal de que los compañeros llegarían en cualquier momento. A los pocos minutos apareció un grupo de hombres corriendo, poco visibles porque ya estaba oscureciendo. Al frente del grupo, unos metros adelante, venía uno con uniforme de oficial del Ejército, esto lo desconcertó a Lucas y le apuntó listo a disparar, pero se contuvo un momento convencido de que sólo podían ser los compañeros. Entonces escuchó el grito de: “Lucas somos nosotros, soy Marcos”. Salvada la confusión subieron al avión, el del uniforme era Fernando Vaca Narvaja. De inmediato se abrió una comunicación con la torre de control para ver si llegaban los demás compañeros. Pasaban los minutos y no se tenían noticias, tampoco se tenía certeza de que llegarían. El mando lo había asumido Santucho, tomaron la decisión de partir hacia Chile. Ya en vuelo se hizo un último llamado, pero aún no habían llegado. Siempre quedará la duda si se podía esperar en la cabecera de la pista un poco más, lo cierto es que se tenía la certeza de haber esperado lo suficiente.

Después de muchas peripecias, otro grupo de compañeros consiguió un transporte y se dirigió al aeropuerto, pero llegaron tarde: el avión con el primer grupo ya había partido. Estos compañeros, luego de dar una conferencia de prensa y entregarse –con el compromiso del juez Quiroga de respetarles la vida–, fueron llevados a la base Almirante Zar, donde los asesinaron. Se los conoce como los Héroes de Trelew. Los ejecutores de la masacre fueron los capitanes Luis Sosa y Roberto Bravo y el jefe del Estado Mayor Conjunto que dio la orden, el almirante Hermes Quijada. Lanusse ordenó recuperar el penal a sangre y fuego, es decir, exigió una masacre generalizada. El jefe del V Cuerpo de Ejército desobedeció la orden y negoció la entrega del penal que estaba tomado por los presos, sin derramamiento de sangre.

El salvoconducto

En el aeropuerto de Santiago se comunicaron con la torre y pidieron hablar con alguna autoridad del gobierno chileno. Pasaron algunas horas; los pasajeros, cuando vieron que no había problemas con ellos se tranquilizaron. Entre los pasajeros había cuatro gendarmes que estaban armados y lograron esconder sus armas; también un oficial del Ejército pudo romper la hoja de su documento para evitar su identificación como militar. Con ellos se conversó en buenos términos, no hubo ningún problema. Llegó la autoridad solicitada, Robi y Marcos descendieron para dialogar. Al rato volvieron, dijeron que habían acordado entregarse y los diez quedarían retenidos. Varios vehículos de la policía y hombres de investigaciones de civil formaron un semicírculo alrededor de la puerta, estiraron una colcha donde tenían que dejar las armas al bajar. Descendieron, depositaron las armas y fueron subiendo a un vehículo de la policía que los llevó a investigaciones.

(...)

“Ustedes están retenidos, no están detenidos”, dijo el jefe de policía, un socialista y hombre de confianza del presidente Salvador Allende.

(...)

El primer político que llegó fue Altamirano, secretario general del Partido Socialista. Les informó que la Argentina estaba haciendo los pedidos de extradición. Le contestaron que las presiones de Lanusse irían aumentando a medida que pasaran los días y le pidieron que transmitiera un mensaje al presidente Salvador Allende.

Al quinto día llegó una comitiva de todos los partidos miembros de la Unidad Popular, representados por sus secretarios generales. Todos hablaban de las presiones de Lanusse, del aprieto en que lo habían colocado al presidente, incluso comentaron que Almeida, el canciller, miembro de la dirección del Partido Comunista, no descartaba una operación tipo comando de la Argentina para llevarlos de regreso al país. Recomendaba devolverlos a la dictadura argentina. El PC era el más reacio a otorgar el salvoconducto. Hablaron de distintas opciones que se manejaban, como quedar detenidos en una cárcel chilena por unos dos años, o detenidos en un lugar que no fuera una cárcel.

Cuando terminó la reunión y se iban retirando, el secretario del Partido Radical chileno se quedó atrás y les dijo:

–Muchachos, todo lo de hoy es puro circo, es para la foto de mañana en los diarios; la cosa no está bien, escríbanle urgente una carta a Salvador Allende, él es el que puede resolver. Hagan referencia a otro salvoconducto histórico y a su protagonismo de entonces, el de los guerrilleros sobrevivientes que estuvieron con el Che. No se demoren.

Se le agradeció, eran las únicas palabras sinceras.

Robi escribió la carta y consiguieron quien la llevara.

(...)

La mañana del 22 de agosto, la radio no funcionaba, no les entregaron los diarios ni los sacaron al salón a la hora habitual. Al mediodía los llevaron a la sala, había muchas señales raras. Llegó el jefe de policía. –Tengo que darles una muy mala noticia. Sus compañeros quisieron fugarse de la base naval y los mataron. Hay cinco heridos. Entre los muertos está su señora y la suya –le dijo a Robi y a Fernando.

Hubo puteadas, gritos de ¡asesinos!, luego todos se sentaron en un silencio impotente. Parecía imposible digerir el fusilamiento de aquellos compañeros y amigos entrañables. La opción era salvoconducto o fuga.

Al día siguiente, el presidente histórico de Chile firmó el salvoconducto y el avión de Cubana de Aviación los condujo a Cuba.

Una herida clavada en mi costado


Huerque Mapu - Patria Trelew (1974)

Por Eduardo Luis Duhalde

En agosto de 1972, con mi socio profesional Rodolfo Ortega Peña, teníamos cerca de trescientas defensas jurídicas de presos políticos. No fue de extrañar entonces que lo de los 19 prisioneros que se entregaron a las autoridades en el aeropuerto de Trelew -tras haber fugado de la cárcel y no poder abordar el avión en que se alejaron sus restantes seis compañeros- fueran defendidos nuestros, en algunos casos, en patrocinio compartido con otros abogados.

Aquella madrugada en que nos anoticiamos por llamadas periodísticas de lo ocurrido en el atardecer y la noche anterior entre la Cárcel de Rawson y el aeropuerto, los primeros nombres conocidos nos indicaban que se trataba de varias de las personas cuyas defensas técnicas teníamos a nuestro cargo. No vacilamos en tratar de viajar a la cárcel de Rawson: fue imposible hacerlo en avión. El gobierno militar había bloqueado todas las plazas para el vuelo de ese día. Fue así como, a media mañana, iniciamos con Ortega Peña junto a otros abogados (Rodolfo Mattarollo, Carlos González Gartland, Miguel Radrizzani Goñi, Pedro Galín) un tenso viaje en dos automóviles, que de Bahía Blanca para abajo fue objeto de trabas en sucesivos controles policiales, tendientes a impedir o demorar nuestro arribo a destino.

Al llegar, comenzó una de las situaciones más dramáticas que me tocó vivir en mi larga e intensa vida profesional. Muy pocas veces sentí tanta impotencia y pude comprobar en tal grado el desamparo que trae aparejado la ausencia de respeto a ley y a las garantías individuales con que someten los gobiernos militares a los ciudadanos.

Desde la mañana del 17 de agosto, Rawson parecía, por un lado, una ciudad ocupada, las patrullas militares la controlaban, incluyendo hasta el comedor del Hotel Provincial. Pero, por otro, era un páramo sólo recorrido por los fuertes vientos invernales: los habitantes -sensatamente- sólo se dejaban ver lo indispensable. Una indescriptible sensación de muerte nos embargaba, era una crónica anunciada. íbamos de la cercanía de la cárcel a la zona próxima a la base Almirante Zar, donde tenían a los prisioneros, sin que en ningún lado nos permitieran acercarnos. Constantemente pedíamos entrevistar al juez de la Cámara Federal Jorge V. Quiroga, que había viajado desde Buenos Aires y que instruía el sumario, sin que accediera a recibirnos: hasta llegamos a presentarle escritos pasándolos por debajo de la puerta de su habitación del hotel, reclamándole seguridad para nuestros defendidos.

TRELEW - ¿Cuántas muertes nos hubiéramos ahorrado todos los argentinos si las prisiones preventivas dictadas la semana pasada por el juez federal Hugo Sastre contra los responsables de la Masacre de Trelew hubieran sido dictadas el mismo 22 de agosto de 1972? Es difícil responder, pero seguro que muchas, miles. Porque, para mi generación, la impunidad de aquella masacre fue determinante cuando debíamos decidir qué hacer, cuando tuvimos que decidir si mirábamos hacia otro lado o nos incorporábamos a alguno de los movimientos políticos vigentes, independientemente del compromiso que estuviéramos dispuestos a asumir. Del compromiso y de los riesgos que, por cierto, no dependían de nosotros. En mi caso, los fusilamientos de Trelew terminaron con la felicidad de nuestra casa familiar, un ambiente muy politizado pero siempre pacifista, por donde habían pasado intelectuales, artistas, militantes políticos de distintos partidos, con nombre y apellido verdaderos, con trayectorias públicas reconocibles, cargados de historias que el tiempo transformó en leyendas.

El bombardeo a Plaza de Mayo pertenecía a la historia, era parte de la leyenda urbana, tenía algo de irreal para los adolescentes que en 1972 teníamos 16 años. Los fusilamientos de Trelew, en cambio, eran una canallada que se podía sentir en carne propia, eran una amenaza. Y cualquiera de nosotros se podía identificar fácilmente con cualquiera de los jóvenes que habían intentado escaparse de la cárcel de Rawson una semana antes de que los fusilaran. Envidiábamos la tranquilidad con la que se habían entregado luego de perder el avión que los hubiera llevado a la libertad, la convicción con la que actuaban.

En aquel entonces yo me devoraba toda la prensa política que caía a mis manos y, aunque confieso que me costaba creer, ya en aquel entonces, que fuéramos capaces de torcer el rumbo del mundo, no podía dejar de sentirme solidario con aquellos militantes que habían sido fusilados por un puñado de cobardes.

De a poco fueron llegando a casa algunos militantes relacionados con la tragedia. Un viudo, la hermana de una de las mujeres asesinadas, que no usaba corpiño (ante mi ingenuidad, siempre repetía “el que no conoce que aprenda y el que conoce que admire”), el abogado de uno de ellos, y de a poco todos nosotros fuimos reemplazando a nuestros antiguos amigos por otros, nuestras fantasías de estudio y de progreso profesional por otros proyectos, y aprendimos a crecer con la sombra y la amenaza de Trelew sobre nuestras conciencias.

Cuántas vidas nos hubiéramos ahorrado si las prisiones dictadas hoy contra los asesinos de aquel entonces se hubieran decidido en el momento adecuado, estableciendo una barrera infranqueable entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto. Es verdad que ni la democracia ni los derechos humanos pertenecían a nuestro universo político, pero si en algún momento hubiéramos recibido desde el Estado alguna señal inequívoca de justicia, otra hubiera sido nuestra historia, y mejor. Quizás haya sido necesario el sacrificio de gran parte de una generación para que el juez Sastre hoy pueda dictar estas prisiones. Ojalá no haya sido en vano. Ni la muerte de mi hermana Soledad, ni la de su marido, ni la de Liliana Lesgart, que no usaba corpiño y que me permitió soñar durante diez años de cárcel con un amor redondo y completo.
Juan Schjaer, febrero 2008

Todo era vano. Salíamos a la calle y éramos vigilados, mientras los despachos militares y judiciales continuaban herméticamente cerrados para nosotros. El clima era cada vez más lúgubre: advertíamos que estábamos jugando tiempo de descuento: a vida de los prisioneros corría cada hora más peligro y se nos escurría entre las manos. Ortega Peña, Mattarollo, González Gartland y yo fuimos detenidos junto al abogado de Trelew, Mario Amaya, asesinado luego por el golpe del 76, que no le perdonó su participación en la defensa de aquellos prisioneros. Se nos amenazó con fusilarnos, y tras un recurso de hábeas corpus presentado en Buenos Aires, fuimos liberados. Amaya continuó detenido. Intentamos entonces hacer una conferencia de prensa en el estudio de Romero, otro abogado de dicha ciudad. Un explosivo en su puerta, impidió hacerla.

Comprendimos que nada podíamos hacer allá. Nos embargaba el dolor, la impotencia, el sentirnos absolutamente inútiles frente a la negación de todo derecho. Lo único posible era volver de inmediato a la ciudad de Buenos Aires, a denunciar que el crimen avanzaba a pasos agigantados.

En la tarde del 22 de agosto, en la sede de la Asociación Gremial de Abogados, en nombre de los profesionales intervinientes, Rodolfo Ortega Peña, en conferencia de prensa, hizo pública denuncia de la situación y reclamó por la vida de los 19 prisioneros. Esa noche un artefacto explosivo estalló en dicho organismo.

Concomitante con aquella denuncia, en la base Almirante Zar la pedagogía criminal del terrorismo de Estado producía la masacre de Trelew. Una danza de horror, en el pasillo y las celdas, dejaba 16 cuerpos inertes y tres heridos graves. La sangre en las paredes, los restos de masa encefálica, las marcas de los centenares de balas disparadas contra las víctimas indefensas, mostraba en plenitud la furia homicida y ejemplificadora.

Masacraban a estos jóvenes militantes, pero apuntaban más que a sus corazones, a matar las utopías que anidaban en ellos, sus sueños transformadores y su pasión argentina: no se condenaba su metodología violenta; por lo contrario, aquel hacer de los marinos a cargo del capitán Sosa era un himno a la violencia más extrema (sólo la perversión hipócrita asesina sin piedad en nombre del derecho a la vida).

Tampoco fue el exceso de una guardia ebria. Esta había sido la mera ejecutora de una orden secreta y directa del presidente Lanusse y de los comandantes en jefe. Trataban de restablecer la autoridad de los militares, golpeada en su orgullo envanecido, ahogando en sangre a los que habían osado desafiarla.

Pero la vida de la Nación, que es mucho más rica que los lineales propósitos dictatoriales, hizo que Trelew fuera para el régimen de Lanusse lo que Malvinas para el gobierno de Galtieri. Un gran espasmo, un enorme escalofrío e indignación recorrió el cuerpo social. Un creciente sentimiento colectivo de repudio y espanto embargó al pueblo argentino. Ocho meses después, el 25 de mayo de 1973, esos militares debieron entregar el gobierno, aunque tres años más tarde volverían a asaltar el poder para producir el vasto genocidio.

En mi modesta historia personal, percibí en Trelew, tan palpable como nunca antes, la diferencia entre un estado de derecho y la barbarie autoritaria. En esa comunión con la tragedia sentí la reafirmación del compromiso con los derechos humanos y con la vida, que en medio de tanta impotencia y fracaso recibía como un mandato irrenunciable.


Palabras de un padre

A un año de la matanza, Manfredo Sabelli, padre de María Angélica, revivió su último encuentro con su hija en el texto emocionado que se transcríbe a continuación.

Llegué a Rawson el domingo 13, preocupado por las noticias de una epidemia de gripe en la cárcel, pero mi hija me tranquilizó apenas la vi. Ella también había caído enferma, y a pesar de que se la notaba débil y pálida, tenía un aspecto animoso. Sus compañeros médicos la habían tratado con vitaminas y antibióticos (me contó ella) y lo único que echaba de menos eran los mimos de esos días. Hablamos de nuestras cosas y nos divertimos en grande. Siempre sonreía, María Angélica, con la mirada despierta y la cara llena de luz.

No nos importó separarnos ese domingo, sentíamos que aún nos quedaban muchas horas juntos y esperábamos disfrutarlas sin pensar en la soledad de mañana. Desde algún tiempo atrás, el régimen de visitas al Penal primero se había extendido a cinco días por semana y luego reducido a cuatro, de 9 a 11.30 y de 14.30 a 16. Las horas pasaban volando y yo me preguntaba si habría una red para cazar las horas que se iban, como si fueran mariposas.

Siempre era lo mismo en Rawson: yo me alojaba en casa de unos parientes de buena voluntad y llenaba mis ratos vacíos hablando de María Angélica. El martes llegué al Penal a las 9 en punto. Al rato apareció ella en la capilla. Sonreía, me acuerdo.

Volvimos a hablar de su madre y de Chela, de mis máquinas de escribir y calcular. Yo le repetí las historias que ya le había contado

Al despedirnos me dijo: -No vengas esta tarde, papá. Tengo una conferencia con las chicas delegadas. Amagué una protesta. ¿Te molestaría no venir, papá?, insistió ella. Yo le mentí que de ningún modo, que me daba lo mismo. Al fin de cuentas, nos quedaba todo el miércoles para vernos y todos los días del año para escribirnos cartas.

Me acuerdo bien de aquel 15 de agosto: hacía frío, con un poco de viento y el cielo estaba nublado. De lo que no me acuerdo es de si besé a María Angélica por última vez en la frente o en la mejilla

[Originalmente publicado en La Maga el 19 de julio 1998]

EL PAIS › SE CUMPLEN 37 AñOS DE LA MASACRE DE TRELEW

Cerca del juicio

Por Diego Martínez

Con la causa elevada a juicio oral y público, cinco de los seis marinos acusados en prisión domiciliaria y el principal fusilador quién sabe dónde, se cumplen hoy 37 años de la Masacre de Trelew, el asesinato de 16 presos políticos en la base Almirante Zar, el 22 de agosto de 1972. Los actos centrales, organizados por la Subsecretaría de Derechos Humanos de Chubut, se desarrollarán en el viejo aeropuerto de Trelew, hoy Centro Cultural por la Memoria, donde los militantes se entregaron luego de fugarse del penal de Rawson y perder el avión que pudo salvarles la vida.

Todo indica que será el último aniversario sin condenas. A fines de abril, el juez federal Hugo Sastre elevó la causa con seis imputados. Los capitanes de fragata Luis Emilio Sosa y Emilio Jorge del Real, y el cabo Carlos Amadeo Marandino rendirán cuentas como autores de 16 homicidios agravados por alevosía y premeditación más tres en grado de tentativa, por los sobrevivientes María Antonia Berger, Alberto Camps y René Haidar. Como cómplices necesarios serán juzgados el contraalmirante Horacio Mayorga, enviado por el gobierno de facto tras la fuga, y el entonces jefe de la base, capitán de navío Rubén Norberto Paccagnini. El responsable del sumario interno que respaldó la versión oficial del intento de fuga, capitán de navío Jorge Enrique Bautista, será juzgado por encubrimiento.

De los tiempos del tribunal pero sobre todo de la voluntad política de los Estados Unidos depende que el juicio incluya también al teniente de navío Roberto Guillermo Bravo, jefe de turno la madrugada de la masacre e identificado por los tres sobrevivientes como uno de los verdugos que recorrió los calabozos para darles los tiros de gracia. El juez Sastre ordenó su detención el 9 de febrero de 2008. Diez días después Página/12 reveló que Bravo vivía en Florida y era dueño de RGB Group Inc, firma que lleva sus iniciales, factura millones de dólares y provee de servicios médicos y paramédicos a fuerzas militares y de seguridad norteamericanas. El marino devenido empresario jugó a las escondidas con Página/12 y también con El Nuevo Herald, que lo buscó en sus oficinas de Miami.

El proceso de detención y extradición de Bravo, que tras la masacre se refugió en la base naval de Puerto Belgrano y luego en la Agregaduría Naval en Washington, se realiza por medio de la Embajada de los Estados Unidos y lleva ya dieciocho meses. Las exigencias las fija el agregado jurídico de la embajada, quien primero pidió la traducción de todas las pruebas, tarea que demandó meses, y luego declaraciones complementarias y especificaciones que eternizaron el trámite. A principios de agosto trascendió que el pedido había llegado al Departamento de Justicia de los Estados Unidos, responsable de enviarlo al juez que deberá ordenar la captura del Ñato Bravo, quien ya tuvo un año y medio para esconderse.

El juicio estará a cargo del Tribunal Oral Federal (TOF) de Comodoro Rivadavia, aunque se realizaría en Trelew o Rawson. Para que el TOF confirme el inicio de las audiencias resta que la Cámara Nacional de Casación Penal caratule los homicidios como delitos de lesa humanidad y, por ende, imprescriptibles, tal como sostuvieron el juez Sastre y la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia. Los defensores de los imputados interpusieron el recurso ante Casación en mayo de 2008. Allí descansa desde entonces. De los seis imputados con procesamiento firme el único que cumple prisión efectiva, en la alcaidía policial de Trelew, es el ex cabo Marandino, el mismo que declaró que cuatro oficiales alcoholizados le ordenaron abrir las puertas del calabozo y retirarse, y el único que admitió que le ordenaron mentirle al instructor Bautista para encubrir el fusilamiento.

16:08 › TRIBUNALES DE COMODORO RIVADAVIA

La causa por la "Masacre de Trelew" fue elevada a juicio

Las actuaciones de la causa conocida como "la Masacre de Trelew", por la cual 16 militantes fueron asesinados en 1972 en la base aeronaval Almirante Zar, ingresaron formalmente a los tribunales de Comodoro Rivadavia tras su elevación a juicio por el juez federal Hugo Sastre.

La causa está caratulada como "Sosa, Luis Emilio; Bravo, Roberto Guillermo y otros de privación ilegítima de la libertad, torturas y homicidio agravado".

Las actuaciones están contenidas en 29 cuerpos de 200 fojas cada uno, embalados en 10 cajas con documental, fotos, prueba fílmica y libros donde se detalla cómo fueron acribillados a balazos 19 militantes políticos de izquierda el 22 de agosto de 1972, 16 de los cuales murieron en el acto y los restantes resultaron gravemente heridos.

Según relata la elevación a juicio, la "Masacre de Trelew" ocurrió "en la madrugada del 22 de agosto de 1972, siendo aproximadamente entre las 2.30 y 3.30 cuando Sosa, en compañía del teniente Bravo (hoy prófugo), capitán Emilio Del Real y el capitán Herrera (fallecido) se presentaron en el lugar de detención de la base aeronaval almirante Zar".

"Encontrándose como guardia el cabo Marandino, se les ordenó a los detenidos que doblaran sus mantas y sacaran los colchones para que los dejaran en el extremo del pasillo por donde se ingresaba a dicho sector, luego de lo cual se los hizo formar en fila en el pasillo", describe.

Las víctimas "estaban orientadas hacia el ingreso del mismo algunos y otros hacia las celdas de enfrente y disponiendo que miraran hacia el suelo tras lo cual junto con los otros oficiales y suboficiales abrieron fuego contra los detenidos", indica el texto que Sastre dirigió a la cámara.

Los fusilamientos fueron justificados en aquel momento con una versión oficial de "intento de fuga". Como consecuencia de los disparos fallecieron Rubén Pedro Bonet, Jorge Alejandro Ulla, Humberto Segundo Suárez, José Ricardo Mena, Humberto Adrián Toschi, Miguel Angel Polti, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos Del Rey, Eduardo Campello, Clarisa Rosa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Heriberto Astudillo, Alfredo Elías Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart.

La nota aclara que en los casos Antonia Berger, Alberto Miguel Camps y Ricardo René Haidar no murieron, ya que "fueron heridos gravemente y actualmente están desaparecidos en hechos posteriores al relatado".

La elevación dice además que "este cuadro fáctico ha sido calificado jurídicamente como Homicidio doblemente agravado por alevosía y por ser ejecutado con el concurso premeditado de dos o mas personas (16 hechos) y homicidio doblemente agravado por alevosía en el grado de tentativa (3 hechos) todos en concurso real".

En el lugar del fusilamiento, la instrucción determinó la participación de seis cuadros de la Armada: Luis Emilio Sosa, teniente Roberto Bravo, Capitán Emilio Del Real, Capitán Herrera (fallecido), Carlos Amadeo Marandino y el cabo Marchand (fallecido).

De los mencionados solo cumple prisión efectiva en la alcaidía policial de Trelew el ex cabo Marandino, el único de los que participó en el fusilamiento que reconoció haber estado presente, dando detalles sobre lo ocurrido en la sangrienta madrugada.

Los restantes se aferraron a la versión oficial de un "intento de fuga" y tras permanecer unos días detenidos primero en comisarías y luego en la prisión de Marcos Paz, lograron el beneficio de la prisión domiciliaria por ser mayores de 70 años y padecer problemas de salud.

"Marandino dice haber estado en el lugar pero asegura que no disparó, aunque en la instrucción queda claro que él estuvo y también fue parte del procedimiento, incluso dice haber estado detrás de un biombo a donde supuestamente lo mandaron para que no vea y ese biombo no existió", explicó el secretario penal Gustavo Lleral.

Con la elevación a los tribunales de Comodoro Rivadavia, el juez Sastre desestima un "pedido de sobreseimiento definitivo por extinción de la acción penal por amnistía" planteado por la defensora oficial Mirta Seniow de Gando.

Además de los mencionados se acusa a Rubén Norberto Paccagnini (jefe de la base), Horacio Alberto Mayorga y Jorge Enrique Bautista, este último por el delito de encubrimiento.

Los dos primeros mencionados en el párrafo anterior no aparecen "disparando" en la escena del crimen sino como parte de una cadena de mandos que "habría ejecutado órdenes emanadas del entonces presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse, de ultimar a los diecinueve detenidos en la base".