martes, 16 de febrero de 2010

ARCHIVO (nr. 178) 9 de octubre de 2009

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(nr. 178) 9 de octubre de 2009


RED SOLIDARIA CON LA RESISTENCIA EN HONDURAS

Las comisiones de Zelaya y Micheletti no logran avances


altTegucigalpa (AFP) - El gobierno de facto de Honduras y el depuesto presidente Manuel Zelaya cumplieron este viernes tres días de diálogo sin avances en la búsqueda de una salida a la crisis política, ante lo que el mandatario derrocado pidió más presión internacional.

Mientras la policía reprimía una manifestación afuera del hotel sede de la negociación, tres delegados del gobernante de facto Roberto Micheletti y de Zelaya se reunieron bajo supervisión de funcionarios de la OEA, sin llegar a acuerdo en el punto uno, la restitución del presidente depuesto el 28 de junio en un golpe de Estado.

En entrevista con la AFP, Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil desde que entró sorpresivamente al país el 21 de septiembre, pidió este viernes a la comunidad internacional medidas económicas y comerciales "más fuertes" contra el gobierno de facto para terminar con el régimen golpista "en horas".

"Las medidas todavía no son suficientes para combatir a un régimen que procura sostenerse por las armas y la fuerza", dijo Zelaya, al comentar la salida el jueves de Tegucigalpa del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y de un grupo de cancilleres con las manos vacías.

El optimismo que expresan los delegados en los pasillos del hotel es moderado, aunque el asesor de Insulza, John Biehl, quien acompaña las pláticas, insiste en pedir confianza en el diálogo, aunque admite que "estamos contra el tiempo".

"Tenemos un moderado optimismo. Hemos logrado un 60 por ciento, que no puedo revelar, pero ahí vamos", dijo a la AFP Víctor Meza, ministro de Gobernación de Zelaya y uno de sus tres representantes en el diálogo.

Pero otro de los delegados de Zelaya, el líder sindical Juan Barahona, coordinador del beligerante movimiento de resistencia contra el golpe, afirmó a la AFP que "no se ha avanzado porque el gobierno golpista no cede en el punto principal".

Los negociadores de Micheletti bajaron en la mesa el tono confrontativo que usó el gobernante de facto en la reunión con los cancilleres el miércoles, cuando les advirtió que dejaría el poder si Zelaya desiste de su restitución y que las elecciones, aún sin reconocimiento internacional, están firmes para el 29 de noviembre.

"El diálogo ha transcurrido en un ambiente cordial y prudente pero con franqueza y estamos llegando a muchos consensos. Alcanzamos más del 40%", dijo a la AFP la abogada Vilma Morales, una de los delegados de Micheletti.

El diálogo, segundo intento de la misión de cancilleres tras fracasar en agosto, se lleva a cabo contra el tiempo, pues el calendario electoral corre y la crisis económica y política se profundiza.
Zelaya fijó el 15 de octubre para ser reinstalado y tener mes y medio para organizar los comicios, en tanto que el gobierno de facto, apoyado por los militares y el poderoso empresariado, apuesta porque la comunidad internacional termine por reconocer las elecciones como salida al conflicto.

Pero los zelayistas no dan tregua en las calles y ahora trasladaron sus manifestaciones frente al hotel sede del diálogo. Lanzando gases lacrimógenos y chorros de agua con químicos, policías y militares reprimieron este viernes la concentración de un centenar de manifestantes.

"Aunque nos tiren gases, seguiré en pie de lucha porque quiero tener al presidente por el que voté en la Casa de Gobierno, no al que pusieron las fuerzas armadas", dijo Orlinda Cruz, de 59 años, mientras se aliviaba con bolsas de agua del efecto de los gases.

Al clima de tensión abonó una denuncia de la ONU según la cual unos 40 ex paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia fueron reclutados por propietarios de tierras hondureños para su protección, tras el golpe.

El ambiente sólo lo relaja el fútbol. Los hondureños, de uno u otro bando, harán una pausa en la crisis la noche del sábado para animar a la selección de Honduras que enfrentará como local a Estados Unidos en un crucial duelo de las eliminatorias mundialistas de la Concacaf.
Crisis política
altTEGUCIGALPA (AFP) - Policías y militares de Honduras reprimieron el viernes con gases lacrimógenos la manifestación de un centenar de seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya frente a la sede de un diálogo que busca una salida a la crisis política, constataron periodistas de la AFP.

Por segundo día consecutivo, los manifestantes, que se habían concentrado frente a la Universidad Pedagógica, desfilaron hacia el hotel donde se llevan a cabo las conversaciones, pero las fuerzas de seguridad dispersaron la protesta lanzando bombas lacrimógenas y chorros de agua desde una tanqueta.

El gobierno de facto de Roberto Micheletti anunció el lunes la derogación del decreto con que restringió las libertades de reunión, movimiento y prensa, pero sigue vigente porque aún no se publica en el diario oficial La Gaceta.

"Se aprovechan de que el decreto está vigente para seguir reprimiendo al pueblo con sus armas. Exigimos que paren la represión. No puede haber diálogo mientras siguen golpeando a la gente", gritó uno de los activistas del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado del 28 de junio.

Uno de los policías dijo a la prensa que seguirán dispersando las protestas: "El decreto sigue vigente, no tienen derecho a salir y ya los vamos a desalojar de nuevo hasta que se vayan", afirmó.


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Publicado por Honduras en lucha! en 7:06

Estancado diálogo en Honduras

TEGUCIGALPA, 9 de octubre.— El diálogo en Honduras se encuentra casi en punto muerto por la negativa de los golpistas a la restitución del orden constitucional, aseguró a PL el diputado Marvin Ponce, del Partido Unificación Democrática y de la comisión política del Frente Nacional contra el golpe de Estado.

No obstante, Ponce negó que se tratara ya del fracaso de las conversaciones iniciadas con la presencia de una misión de alto nivel de países de la Organización de Estados Americanos (OEA), España y la ONU.

El legislador explicó que en la jornada de hoy se abordó el llamado Acuerdo de San José, una propuesta del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, promovido como mediador en el conflicto por Estados Unidos.

Los representantes del presidente Manuel Zelaya, derrocado por el golpe militar del 28 de junio, insisten en el cumplimiento del primer punto de ese proyecto: el restablecimiento del mandatario en el cargo.

Ponce señaló que los tres representantes del presidente golpista, Roberto Micheletti, plantearon una salida mediante "una tercería", es decir, que otra persona, distinta a Zelaya y Micheletti, asuman la presidencia. La propuesta de Micheletti es cambiar de golpista, afirmó el diputado.

En su opinión, existen dos sectores dentro de los golpistas: uno que se opone a las elecciones del 29 de noviembre para continuar en el poder, y otro que busca perpetuarse en este mediante los comicios.

Ponce mostró su preocupación por el agravamiento de la crisis y el peligro de una intervención extranjera en Honduras o de una guerra civil ocasionada por el cierre de los espacios democráticos.

Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) pidió que se le garanticen al presidente Zelaya condiciones de vida y de trabajo en la embajada de Brasil, acordes con su alta dignidad.

La solicitud fue confirmada en un comunicado por la misión de cancilleres del organismo regional, poco antes de terminar este mediodía una visita de dos días a Tegucigalpa para propiciar una solución a la crisis política.

Los otros dos puntos propuestos por los delegados de la OEA son el restablecimiento y permanencia de todas las garantías constitucionales y la restitución de todos los medios de prensa, cuyo funcionamiento hubiera sido interrumpido.

Mientras, en las calles continúa la presión de los seguidores de Zelaya. Burlando los controles y el nutrido cordón de militares y guardias antimotines, los manifestantes lanzaron consignas como "Queremos a Mel", y "No a la dictadura" frente al hotel sede del diálogo.

La OEA dejó Honduras sin acuerdo y con el "ánimo destemplado"

EL PRESIDENTE DE FACTO LES ADVIRTIO QUE SOLO CON LA FUERZA IMPEDIRAN LAS ELECCIONES DE NOVIEMBRE

La misión mostró como un logro el inicio de diálogo entre golpistas y zelayistas.

Por Alejandra Pataro

Otra vez la impuntualidad. Con más de una hora de retraso, la misión de la OEA leyó ayer en un salón abarrotado de periodistas, un famélico comunicado, dando fin a una fugaz visita a Tegucigalpa, que concluyó con las manos vacías y con sus miembros con el "ánimo destemplado", según palabras de los mismos integrantes de la delegación diplomática.

La misión de la OEA batió el récord de, en menos de 24 horas, inaugurar la mesa de diálogo entre representantes de Manuel Zelaya y de Roberto Micheletti, asistir a una primera sesión de negociaciones, reunirse con el presidente de facto en Casa de Gobierno, visitar al depuesto Zelaya en la Embajada de Brasil y finalmente cenar con los cuatro candidatos presidenciales, armando una batahola de sirenas y caravanas de vehículos policiales en cada lugar al que iban. La prensa atrás, claro.

El embajador argentino ante la OEA, Rodolfo Hugo Gil, consideró, en declaraciones a Clarín, que el inicio del diálogo "permite abrigar esperanzas razonables de optimismo moderado, pues las partes armaron una agenda, una metodología, se aprobó en general el Acuerdo de San José, el cual será tratado punto por punto".

Pero el clima de optimismo se fue al traste la noche del miércoles cuando Micheletti acusó a la OEA "de no conocer toda la verdad" de los hechos ocurridos en Honduras previos al golpe de Estado. "Nos denunciaron y nos condenaron en 20 minutos sin habernos escuchado", disparó al borde del grito en TV. Y advirtió: "sólo un ataque extranjero impedirá la celebración de la elección del 29 de noviembre".

Los cancilleres de la OEA quedaron pasmados ante las palabras virulentas de Micheletti, que fueron entendidas como un show para consumo interno. "El tono fue pésimo", admitió Gil a esta enviada. Y "de ese encuentro no se pudo salir con demasiado optimismo".

Lo cierto es que la OEA advirtió a Micheletti que si no se restituye el orden constitucional, las sanciones contra Honduras no serán levantadas. Y el candidato que resulte ganador en los comicios tendrá un duro escenario por delante.La sensación entre los diplomáticos es que Micheletti se queda hasta enero, a menos que del diálogo surja "un milagro". Lo cierto es que las posiciones son muy antagónicas y será difícil encontrar una alternativa. Juan Pablo Delaigleisa, el secretario español para Iberoamérica, se mostró cautelosamente optimista en cuanto al diálogo iniciado el miércoles. "Pero -admitió-, hemos visto que existen profundas diferencias en ambas posiciones, y hay un tema de absoluta división de opiniones: el regreso de Zelaya al poder".

Sin más que haber sido meros "testigos" del inicio de un diálogo, la misión de la OEA se fue ayer al mediodía de Honduras, arrastrando los pies. "Ya no tenemos una caja de herramientas. No hay nada más que podamos hacer", admitió un diplomático de la misión de la OEA. Desde la mesa de diálogo, el zelayista Juan Barahona dijo a Clarín que hasta ahora el clima de negociación es cordial.

Carlos Reina, representante de ese mismo sector, aclaró que el "punto principal para nosotros es la restitución de Zelaya, pero para la delegación de Micheletti son las elecciones". Las negociaciones seguirán hasta el 15 de octubre. Arturo Corrales, miembro negociador del sector de Michelleti, fue menos cordial: "Los hondureños somos buenos anfitriones, pero no aceptamos que nadie nos venga a decir cómo debemos cocinar en casa. Aquí no se impone nada".

Más que diálogo, show mediático para legitimar las elecciones

“La montaña parió un ratón”, podría ser ese el título más adecuado para describir la primera jornada del “Diálogo Guaymuras”, nombre impuesto por el gobierno de facto que ha monopolizado la agenda y el protocolo de esta primera sesión, en la que participaron las delegaciones del gobierno de facto, del presidente Manuel Zelaya y la comisión de alto nivel de la OEA.

Movilizaciones en toda la capital fueron brutalmente reprimidas por la Policía y el Ejército, mientras que a las 51 personas acusadas de sedición por la toma del Instituto Nacional Agrario (INA) se les otorgó medidas cautelares y están libres.

La que se esperaba fuera una jornada histórica para el pueblo hondureño se convirtió en un show mediático minuciosamente preparado por el gobierno de facto.

Ante un impresionante e inexplicable despliegue policial arrancó ayer, 7 de octubre, el Diálogo de Guaymuras. En esta primera sesión tomaron la palabra el canciller de facto Carlos López Contrera, el delegado del presidente Manuel Zelaya, Victor Meza, y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, poniendo en evidencia una significativa distancia entre las partes.

Si para la OEA y la delegación del presidente Zelaya resulta imperativo retomar el Plan Arias, restituir al presidente Manuel Zelaya y tomar en consideración el proceso electoral sólo después de la restauración de la institucionalidad en el país, para el gobierno de facto el único objetivo parece ser la legitimación internacional de las elecciones previstas para el próximo 29 de noviembre.

Terminantes las palabras usadas por el presidente de facto Roberto Micheletti, quien durante su encuentro con la misión de la OEA descartó la restitución del presidente Zelaya, volvió a plantear la posibilidad de dejar el cargo a cambio de que se nombrara una tercera persona y advirtió que cualquier resolución tendrá que enmarcarse en la Constitución y en las leyes de Honduras.

Micheletti dijo también que como jefe de gobierno no podía asumir compromisos en nombre de otros poderes del Estado, y que “no hay forma para detener las elecciones, a menos que utilicen la fuerza y nos invadan”.

Por su lado, el secretario general de la OEA remarcó la importancia de que se reconozcan algunas realidades, como por ejemplo que la remoción de un Presidente constitucional para normalizar la situación en el país no ha sido una medida efectiva, más bien después de más de 100 días la situación sigue insostenible.

Invitó a reconocer la necesidad de cambiar de rumbo para evitar que las elecciones sean rechazadas por el continente y por el mundo, y pidió que se restablezcan las garantías constitucionales, la restitución de todos los medios que fueron clausurados, que las delegaciones tengan la capacidad para adoptar acuerdos vinculantes y la fijación de plazos claros y breves para lograr acuerdos, entre otros.

José Manuel Insulza pidió también que el diálogo se enfrente sin intenciones ocultas y de buena voluntad, dejando a un lado los prejuicios y los temores.

La Resistencia se integra pero critica el diálogo

En un comunicado dado a conocer después de la primera sesión del diálogo, el Frente Nacional Contra el Golpe de Estado reafirmó su convicción en que “el diálogo es el método más adecuado para solucionar diferencias y, como muestra de nuestra voluntad para encontrar una solución a la actual crisis política, hemos aceptado enviar un representante, nuestro compañero coordinador general, Juan Barahona, al mal llamado “Diálogo Guaymuras” convocado por el régimen de facto.

Sin embargo –continúa el comunicado– para que cualquier diálogo sea viable, debe ser sincero y reunir condiciones mínimas para su realización, fuera de las cuales es imposible”.

Para la Resistencia, que aclaró estar participando como contraparte y no como delegado del presidente Zelaya, no es posible dialogar cuando no se ha publicado en La Gaceta la derogación del Estado de Sitio, continúan los asesinatos de sus miembros, se está procesando por sedición y se persigue a decenas de personas, como es el caso de los campesinos que por tres meses efectuaron una toma pacífica del Instituto Nacional Agrario (INA), quienes en la tarde de ayer, 7 de septiembre, fueron liberados concediéndoles medidas cautelares, y los indígenas que pidieron asilo en la embajada de Guatemala.

El Frente Nacional Contra el Golpe de Estado insistió en que hay que terminar con la persecución a los medios de comunicación que no comparten las ideas del gobierno de facto y quitar el cerco militar alrededor de la embajada de Brasil.

“Mientras estas condiciones continúen, el Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado no podrá participar con sus representantes en el mal llamado diálogo –dijo Juan Barahona al concluir la primera sesión–.

Por el momento acordamos solamente cuál va a ser la agenda para los próximos días. Son tres puntos: analizar el Acuerdo de San José, cuyo primer punto es la restitución del presidente Zelaya. Si no hay acuerdo se pasaría a estudiar cambios a este acuerdo y el último es crear las condiciones para un nuevo pacto político y social.

Para nosotros –continuó Barahona– no es negociable la restitución incondicional del presidente Zelaya, ni la exigencia de que sean castigados los golpistas, ni la convocación de una Asamblea Nacional Constituyente. La sociedad hondureña y la comunidad internacional han entendido la dimensión de este conflicto y nuestra lucha por revertir este golpe de Estado.

Permitir que este golpe se consolide en Honduras es consentir que ocurra lo mismo en otros países del continente, porque su objetivo es parar los procesos de cambio que hay en marcha.

Soy escéptico, pero en los próximos días vamos a ver si se quiere dar una verdadera solución a la crisis o si se trata de un show político, que tiene como fin fortalecer la farsa electoral con la que pretenden legitimar a los candidatos golpistas”, concluyó el coordinador de la Resistencia.

Represión y más represión

Mientras en un hotel capitalino se llevaba a cabo la primera sesión del diálogo, de manera burda y desconsiderada la Policía y el Ejército reprimían con uso de gases lacrimógenos y balas de goma la movilización de centenares de personas, que se habían concentrado frente a la embajada estadounidense y que querían marchar hacia la embajada de Guatemala, donde han pedido asilo doce miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).

Pese a la represión, en varios puntos de la capital la gente salió espontáneamente a manifestarse contra el golpe de Estado.

Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) se tomaron el Boulevard Suyapa quemando llantas y desafiando a las autoridades, mientras que una larga caravana de vehículos recorrió las principales arterias de Tegucigalpa, concentrándose frente a uno de los retenes militares en las cercanías de la embajada de Brasil. También en este caso los cuerpos especiales de la Policía intervinieron para desalojar a los manifestantes, amenazándolos con usar gases lacrimógenos.

Por la noche, miles de personas en los diferentes barrios de la capital dieron vida al “cacerolazo”, saliendo a la calle con sus cacerolas y pidiendo la inmediata restitución del presidente Zelaya.

Ante intransigencia golpista, misión de la OEA se va de Honduras con las manos vacías

Resumen Latinoamericano
09.Oct.09 :: Noticias

Una misión de cancilleres de la OEA partió el jueves Honduras sin lograr que el gobierno golpista se avenga a firmar con el presidente constitucional Manuel Zelaya un acuerdo para resolver la crisis que desató el golpe de Estado del 28 de junio, pero dejaron abierto un diálogo que más bien parece monólogo.

“La misión de la OEA está convencida de que el diálogo iniciado con participación directa de las partes puede conducir a la superación del conflicto”, subrayó un comunicado leído por el canciller de Costa Rica, Bruno Stagno.

La negociación está siempre estancada en el punto central, la restitución de Zelaya en el poder, que exige el mandatario depuesto con el respaldo de la comunidad internacional, pero rechaza el gobernante de facto, Roberto Micheletti, apoyado por el poderoso sector empresarial y los militares del país.

Pese al endurecimiento de posiciones, tres representantes de ambas partes continuarán una nueva sesión de conversaciones sobre posibles cambios al Acuerdo de San José, plan del presidente costarricense Oscar Arias que establece la restitución de Zelaya y propone una amnistía y un gobierno de unidad.

Aunque el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y una decena de cancilleres y vicecancilleres dejaron Tegucigalpa, Stagno y otros altos funcionarios permanecen supervisando los debates.

A fin de hacer avanzar el diálogo, los cancilleres pidieron al régimen de facto poner en vigor la derogatoria del decreto que suspendió las libertades civiles hace 12 días, y condiciones dignas para Zelaya, quien se refugia en la embajada de Brasil desde que entró en secreto a Honduras, el 21 de setiembre.

El diálogo se complicó luego de que Micheletti advirtió el miércoles a la misión de la OEA que para dejar el poder exige que Zelaya “se haga a un lado” y que sólo una “invasión” detendría las elecciones del 29 de noviembre, aún si no son reconocidas por la comunidad internacional.

“Está actuando como si viviera en otro mundo, como si Honduras fuera una gran potencia, no le importa la comunidad internacional, no le importa el pueblo, está llevando al país a un abismo”, reaccionó Zelaya.

El derrocado presidente insistió en que para “traer la paz al país” es indispensable firmar el Acuerdo de San José y fijó como fecha para hacerla efectiva el 15 de octubre a fin de disponer de mes y medio en la organización de los comicios.

“Tenemos optimismo, pero ahora es moderado. Hay un atrincheramiento de posiciones. Aún con la dureza de Micheletti, seguimos creyendo que el diálogo es la solución. La reunión con él nos dio un toque de realismo sobre el proceso”, declaró a la AFP el canciller de El Salvador, Hugo Martínez, antes de partir.

En Washington el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ian Kelly, destacó como “importante” que “hubo un tono positivo” en las reuniones, “por primera vez bajo la mediación de los cancilleres de la OEA entre ambas partes”.

Micheletti, quien recibió en los últimos días a una decena de congresistas estadounidenses, subraya éxitos en el plano internacional en torno a un relajamiento de las presiones en lo referido al reconocimiento de las elecciones.

Medios de comunicación -casi todos afines al régimen de facto tras ser cerrados una radio y un canal de televisión seguidores de Zelaya-, empresarios y políticos, reflejaban un aire de triunfalismo frente a las “imposiciones” de la OEA y la comunidad internacional, recuperando el tono desafiante.

Un editorial de New York Times aseguró que la campaña de cabildeo lanzada por el gobierno de facto y sus aliados logran ejercer cierta influencia sobre Washington.

Según documentos oficiales ante el Departamento de Justicia consultados por la AFP, el régimen de facto hondureño contrató una firma de cabildeo en Estados Unidos, por un monto de 292.000 dólares [aunque otras fuentes hablan de más de 400.000 dólares].

Pero en las calles de Tegucigalpa continúa la presión de los zelayistas. Burlando los controles, miles se manifestaron frente al hotel sede del diálogo, lanzando consignas como “Queremos a Mel Zelaya”, “No a la dictadura”, frente al nutrido cordón de militares y antimotines.

Ganar tiempo, la estrategia de Micheletti para debilitar a Zelaya

Arturo Cano
09.Oct.09 :: Opinión

El 29 de octubre, las fuerzas armadas “quedan a disposición” del Tribunal Superior Electoral (TSE). Mientras más se alargue el diálogo, menos poderes tendría Zelaya al volver

Tegucigalpa, 5 de octubre. Sin decir que sí, el presidente de facto, Roberto Micheletti, abandona su rotundo “no” al regreso de Manuel Zelaya a la presidencia de Honduras. Las agencias de noticias internacionales agarran al vuelo una declaración mañanera de Goriletti (“los Goriletti somos los que no le permitimos que pusiera las botas de Venezuela en este país”, le dice a Hugo Chávez”) y cabecean que el gobierno golpista “admite la posibilidad” de restituir a Zelaya en el poder.

¿Qué dice Micheletti? Exactamente lo siguiente: “La restitución es una aspiración del señor Zelaya que habría que escucharla ya con mejores planteamientos, con planteamientos legales, porque no se puede restituir a una persona que está con problemas legales. Y en todo caso tendría que ser la Suprema Corte de Justicia la que tomara esa decisión, ya no corresponde al gobierno”.

¿Dónde está la trampa? Donde siempre, en la estrategia de ganar tiempo que ha guiado las acciones de Micheletti desde que, hace 100 días, se hizo del poder a la mala. Según la Constitución hondureña, a finales de este mes, el 29 de octubre, las fuerzas armadas “quedan a disposición” del Tribunal Superior Electoral (TSE).

En otras palabras, mientras más se alargue el diálogo, menos poderes tendría Zelaya al sentarse de nuevo en la silla.

Este día es, sin duda, de Micheletti: da detalles del diálogo en curso; deroga, con sus ministros, el decreto que suspendía las garantías individuales; se lanza contra Chávez aunque había prometido no volver a hablar de “ese loco”, y frasea de diez maneras la salida mágica que los golpistas tienen para la crisis de este pequeño país: las elecciones generales del 29 de noviembre.

Desde su refugio en la embajada de Brasil, Manuel Zelaya ofrece entrevistas telefónicas e insiste en la firma “de manera inmediata, por ambas partes, del acuerdo de San José en el contexto jurídico nacional e internacional”.

“Yo para mi casa, Zelaya para no sé dónde”

Roberto Micheletti comparece ante las cámaras de Frente a frente, el programa de televisión del Canal 5 donde, en 100 días, no ha habido un solo invitado zelayista (sólo algunas llamadas telefónicas para aclaraciones han sido admitidas). Signo del diálogo obligado o parte de la estrategia, el conductor, Renato Álvarez, invita al menos en tres ocasiones a Zelaya para que este martes comparezca en el mismo espacio.

Es de suponer que Rafael Ferrari (el Emilio Azcárraga hondureño), ya ha negociado con los militares la entrada de sus equipos a la embajada de Brasil, porque hasta ahora el ejército no ha permitido el ingreso de ningún comunicador (varios periodistas permanecen ahí porque se quedaron desde el día que las fuerzas armadas limpiaron de zelayistas los alrededores).

Micheletti tiene largo tiempo para exponer sus puntos sobre el diálogo y hasta para hablar de la pobreza, la educación, y para confesar que no está “enamorado” de la presidencia, “especialmente por la forma en que yo la estoy viviendo”.

El presidente de facto revela: “Tenemos ya un grupo de hombres que está platicando con otro grupo que pertenece a la resistencia, a la insistencia le llamo yo, porque la resistencia somos nosotros”. El diálogo lleva semana y media, asegura, “y creo que vamos por buen camino”.

El domingo, en declaraciones a Afp, Zelaya dijo que “90 por ciento ya está resuelto”, pero “si el restante diez por ciento fuera el obstáculo para el diálogo, habría que tener confianza en los mecanismos de la comunidad internacional, para que siga presionando”.

Con el conductor, Micheletti baraja las otras opciones. La “tercería” es la primera: ni Micheletti ni Zelaya, sino un tercero, pero con la obligación (de ambas partes), “de apoyar el proceso electoral”.

La “condición” que pone el presidente de facto para retirarse del poder es que Zelaya “no va a provocar ni orientar disturbios de ninguna naturaleza. O sea, nos retiramos, yo para mi casa, él para no sé donde, porque él tiene problemas judiciales”.

A pesar de que acaba de sugerir que el regreso de Zelaya es posible, Micheletti insiste una y otra vez en que la salida real son los comicios. “Si elegimos al nuevo presidente, de ahí para allá se puede hablar de cualquier escenario, ya con un presidente electo, ya eso es muy difícil de cambiar, pero antes también es muy difícil siquiera de pensarlo (la restitución).”

“¿Queda resuelto el conflicto esta semana?”, pregunta el conductor.

“Creo que sí, porque nosotros estamos abiertos, Dios quiera que sí”, responde Micheletti, y remata con la encuesta salida quizá de su conexión divina: “el 90 por ciento de la población no quiere el retorno de Zelaya”.

El organismo inservible y el plato de lentejas

En julio, esta pequeña mujer teñida de rubio impulsó una enmienda para recortar 15 millones de dólares a las aportaciones de su país, Estados Unidos, a la Organización de Estados Americanos (OEA), dado que ese organismo “no hace nada por la democracia en el hemisferio occidental”. Fue derrotada.

Es la misma congresista cubano-estadunidense, Ileana Ros-Lehtinen, que hoy es recibida con honores por el gobierno de facto. Entra al salón acompañada de Micheletti y otros funcionarios, escoltada por cadetes con uniforme de gala y con un librito en la mano. Antes de hablar, le pide a Micheletti que la ayude a subrayar un párrafo de la Constitución de Honduras.

Diligentes empleados de la presidencia han repartido entre los periodistas una hojita biográfica de la congresista. El segundo dato, después de informar a qué distrito de Florida representa, es que “fue obligada a huir con su familia del opresivo régimen comunista de Fidel Castro”.

“Mucho orgullo, mucho honor”, dice sentir Micheletti hacia la legisladora que “nos ha traído la información, la esperanza”.

La congresista, que viaja acompañada de los hermanos Lincoln y Mario Díaz Balart, también congresistas, lo complace: “Lo que yo voy a hacer cuando regrese a Washington es pedir a mis colegas del Congreso y el Senado que vengan a Honduras y que no vean solamente los reportes de CNN y otros canales; que se reúnan con el pueblo”.

Ros-Lehtinen critica a su gobierno por cancelar las visas de funcionarios y empresarios, le tira golpes a Chávez y a Zelaya, y apapacha a Micheletti: “algunas personas le dicen the facto government, y yo estoy aquí sentada con el presidente, a mucha honra”.

¿”Algunas personas”? Sí, todos los gobiernos del mundo y Barack Obama, por ejemplo.

Además de Micheletti, en la mesa con la congresista están el canciller Carlos López Contreras, la viceministra Martha Alvarado y el funcionario Leonardo Villeda, hijo del presidente derrocado por un golpe de Estado en 1963. Villeda es uno de los funcionarios sin visa. Cuando se la quitaron, dijo que en Estados Unidos hay aliados de Chávez que lo son “por amor a un plato de lentejas, es decir, el 30 por ciento de petróleo que les llega de Venezuela”.

Ahora todos sonríen complacidos, y este miércoles también tendrán risas para los miembros del organismo “que no hace nada por la democracia”.

Ese día llegan a esta ciudad, según un comunicado del organismo inservible, el “secretario general de la OEA; los cancilleres de Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México y Panamá; los ministros de Estado para Relaciones Exteriores de Canadá y Jamaica; los viceministros de Relaciones Exteriores de Guatemala y República Dominicana, y los representantes permanentes ante la OEA de Argentina y Brasil”.

¿Será suficiente esa batería pesada? En la resistencia hay dudas: “El diálogo puede abortar. Los golpistas se han pasado jugando al gato y al ratón y no sería extraño que reventaran la visita de los cancilleres”, dice el diputado Marvin Ponce, del partido Unificación Democrática.

Eso, más o menos, deja ver la invitada de honor de Micheletti, cuando dice que después de hablar con sus amigos hondureños le queda claro que un regreso de Zelaya al poder “pondría en peligro la seguridad de Estados Unidos” y arriesgaría “el futuro de la libertad y la democracia en Honduras y en la región”.

El “error” de expatriar a Zelaya

En su día, Micheletti anuncia un ajuste de cuentas. La semana pasada, en una entrevista con la revista brasileña Veja, dijo que haber expatriado a Zelaya fue “un error”. Hoy vuelve al asunto en una rueda de prensa: “definitivamente es una decisión que tomaron algunos sectores y van a ser castigados de conformidad con la ley”.

Los militares deben de estar temblando.

Desde los primeros días posteriores al golpe de Estado, las fuerzas armadas reconocieron haber cometido no un error, como dijo Micheletti, sino un delito.

En una entrevista con el periódico digital salvadoreño El Faro, el coronel Herberth Bayardo Inestroza, asesor jurídico del comando conjunto de las fuerzas armadas, aceptó muy campante que el ejército hondureño cometió un delito al expulsar del país al presidente Zelaya, porque la orden de aprehensión en su contra los obligaba a presentarlo ante las autoridades judiciales.

“Si lo hubiéramos dejado acá, ahorita estuviéramos enterrando un montón de gente”, justificó.

En la misma entrevista, Bayardo afirmó que la decisión fue tomada por la cúpula militar, que integran: Romeo Vásquez, jefe del Estado Mayor Conjunto; Miguel Angel García Padgett, comandante del ejército (quien según una fuente del gobierno de Zelaya estudió en la Universidad del Ejército de México); el contralmirante Juan Pablo Rodríguez, de la Fuerza Naval, y Luis Javier Prince Suazo, de la fuerza aérea.

Quizá las cosas hayan cambiado, pero tras el golpe Bayardo explicaba que no había ningún temor a la ley entre los militares: “Lo que pasa es que ese delito, en el momento en que se conozcan las circunstancias en que se dio, va a haber una justificación y un eximiente que nos va a proteger”.

Tal “eximiente”, sin embargo, no existiría de regresar Zelaya al poder. Decía a principios de julio el coronel Bayardo que de ocurrir tal cosa “yo pido la baja y me voy del país, porque nos van a perseguir igual que a los políticos que han estado involucrados en esto”.

Un peligro para Honduras

Derogado el decreto que cancelaba las libertades de expresión y reunión, y que dejaba prácticamente sin derechos a los detenidos, la resistencia espera volver con fuerza a las calles.

No será fácil. “Lograron su objetivo: dejarnos sin medios de comunicación y meterle miedo a la gente”, dice la feminista Gilda Rivera, quien desde hace días, con varias mujeres más, hace valla cerca de los militares, vestida de negro, con una bandera y algunos carteles. Hoy la desalojan antes del medio día, nomás con la amenaza: “Les damos 15 minutos”.

Este martes, la resistencia tiene programada otra manifestación frente a la embajada de Estados Unidos, y una caminata nocturna con velas por una de las principales avenidas.

Ya sin estado de sitio, el gobierno de facto busca otras vías para golpear a la resistencia. Es el turno de los maestros, uno de los pilares de la batalla contra el golpe de Estado.

Desde hace más de dos meses, el gobierno aprieta con una ruda campaña de medios contra los sindicatos magisteriales que se sumaron a la resistencia (y que antes sólo se movilizaban por demandas gremiales).

El tono lo resume el “analista” Jorge Illescas en la televisora oficial: “Lo que hacen muchos maestros es una infamia, un delito de lesa humanidad”.

Los continuos paros magisteriales han puesto en riesgo el ciclo escolar y se discuten fórmulas para recuperar el tiempo perdido.

¿Cuál es la solución del gobierno? Terminar las clases mes y medio antes y promover automáticamente a todos los alumnos al siguiente grado.

Las clases deberían terminar normalmente entre finales de noviembre y principios de diciembre.

La Secretaría de Educación informa que noviembre y diciembre serán de vacaciones y que el ciclo escolar concluirá el 17 de octubre.

La maestra Lissette Miranda toma la llamada de este diario en su aula de escuela nocturna: “Nos acaban de informar. Sí, es para desmovilizarnos, y para sacarnos de las escuelas. Ya ve que dicen que somos un peligro para Honduras y para los niños”.

La Jornada