domingo, 17 de enero de 2010

Pronunciamiento Solidaridad con Haití

voselsoberano.com | Viernes 15 de Enero de 2010 14:14

El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) de Honduras se solidariza con el pueblo haitiano en estos momentos en que vive la tragedia ocasionada por el terremoto que hasta el momento ha dejado miles de muertos, heridos y enormes daños materiales.

Lo que pasó en Haití nos ha tocado de manera muy cercana y nos ponemos a la orden para lo que podamos ayudar. El desastre producido por este terremoto viene a sumarse a las desgracias que ha vivido este país en tantas formas parecido al nuestro. Nos sentimos directamente identificados con los atropellos que en nombre de la paz y la democracia ha sufrido este pueblo y por lo tanto ponemos a su disposición todas nuestras energías y nuestros esfuerzos, que aunque limitados, son completamente sinceros y sin segundas intensiones.

Nada es ajeno a su contexto y la desgracia de Haití la viene viviendo desde el tiempo de la colonia, así como con las varias décadas como víctima del neoliberalismo feroz, del capitalismo inhumano, presa de la injerencia ejemplificada claramente con el Golpe de Estado del 1991 cuando se despojo de su mandato al presidente Aristide que había llegado al poder con el 75% de los votos, para después poner un gobierno dominado por los interés internacionales que hoy tratan de culpar a la naturaleza por la desgracia de la cual en gran parte ellos mismo son responsables por la situación de vulnerabilidad social que han ocasionado sus políticas públicas.

Compartimos una realidad muy similar a la de nuestros hermanos y hermanas haitianos, como ellos hemos sentido el dolor de fenómenos naturales convertidos en catástrofes humanas por el tipo de sistema económico que nos han impuesto.

Sin embargo, a pesar de las limitaciones que impone el empobrecimiento de nuestros pueblos, Honduras recibió el apoyo inmediato de las organizaciones populares haitianas cuando la oligarquía y el imperialismo ejecutaron el golpe de estado del 28 de junio.

Como FNRP haremos todo lo posible para articular las iniciativas ya encaminadas de varias compañeras y compañeros en resistencia para llevar ayuda a esta población que hoy vive uno de sus días más tristes. De la misma forma aplaudimos la acción de otros países amigos que como siempre ponen enfrente la solidaridad sin esperar recompensa, Honduras conoce bien esta solidaridad que después pretende ser desconocida pero que los pueblos nunca olvidan.

¡Todo nuestro apoyo al pueblo de Haití!

Tegucigalpa M.D.C. 15 de enero de 2010


Haití: la maldición Blanca
Este artículo de Eduardo Galeano fue publicado en abril de 2004 ..
Eduardo Galeano | 16-1-2010 a las 20:06 |



Este artículo de Eduardo Galeano fue publicado en abril de 2004 en varios periódicos latinoamericanos. Su conmovedor relato de la historia de Haiti duele aún más en estos días en que el mundo decidió volver a mirar al país más pobre del hemisferio. Como dice Galeano al final, Haití "aún espera las manos de su gente", por las manos de todos aquellos que tengan conciencia y corazón.


LA MALDICIÓN BLANCA
Eduardo Galeano

El primer día de este año, la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo. Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Aristide.

Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.

Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones. Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo.

Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien.

Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental. Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos.

De la maldición blanca, no se habló.

La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado:
—¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias?

—El anterior.

—Pues, que se restablezca.

Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados.

Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”. Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro. El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos.

A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad.
Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar.

En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854.

En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas. Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de la resistencia. El jefe guerrillero, Charlemagne Péralte, clavado en cruz contra una puerta, fue exhibido, para escarmiento, en la plaza pública.
La misión civilizadora concluyó en 1934. Los ocupantes se retiraron dejando en su lugar una Guardia Nacional, fabricada por ellos, para exterminar cualquier posible asomo de democracia. Lo mismo hicieron en Nicaragua y en la República Dominicana. Algún tiempo después, Duvalier fue el equivalente haitiano de Somoza y de Trujillo.

Y así, de dictadura en dictadura, de promesa en traición, se fueron sumando las desventuras y los años.
Aristide, el cura rebelde, llegó a la presidencia en 1991. Duró pocos meses. El gobierno de los Estados Unidos ayudó a derribarlo, se lo llevó, lo sometió a tratamiento y una vez reciclado lo devolvió, en brazos de los marines, a la presidencia. Y otra vez ayudó a derribarlo, en este año 2004, y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe.

Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros. Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios.

Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.

En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso.
Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes.

En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares.

Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.

Tomado de: Página/12, Buenos Aires, domingo 4 de abril de 2004.

David Hernández-Palmar.
Wayuu. Clan IIPUANA


Prepárense para lo que viene: “Estaremos en Haití hoy, mañana y siempre”, dice Hillary Clinton


La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, ha dicho a los haitianos que EEUU es su “su amigo y su socio” y prometió continuar ayudando en las tareas de rescate y reconstrucción del país caribeño, en coordinación con el Gobierno haitiano.

Clinton es el primer alto cargo de Estados Unidos que visita Puerto Príncipe tras el devastador terremoto del pasado martes y se reunió con el presidente haitiano, René Préval.

En declaraciones dirigidas a la prensa haitiana, Hillary subrayó que EEUU está en Haití “por invitación de su Gobierno, para ayudar” y aseguró que las fuerzas de EEUU estarán allí “hoy, mañana y previsiblemente en un futuro”.

En unas breves declaraciones en el aeropuerto de Puerto Príncipe, destacó que había hablado con Préval sobre asuntos como la necesidad de restablecer las comunicaciones y los servicios de electricidad y transporte en Haití.

“Acordamos coordinarnos estrechamente para lograr esas metas”, dijo Hillary, quien llegó esta tarde a Puerto Príncipe en un avión de carga de la Guardia Costera de EEUU repleto de ayuda humanitaria.

Estados Unidos y Haití hará público este domingo un comunicado conjunto que delineará las tareas que se realizan en aras de la reconstrucción del devastado país antillano

Estallido de violencia

Hillary subrayó las dificultades que entraña la situación en Haití, donde el Gobierno no funciona y donde se empiezan a tener preocupantes noticias sobre crecientes casos de violencia y problemas de seguridad.

Clinton se refirió a un informe de la cadena de televisión por cable CNN según el cual varios médicos trasladados desde Miami se vieron hoy forzados a abandonar el lugar donde prestaban asistencia después de que se escuchara un tiroteo en las inmediaciones.

En estos momentos hay un total de 7 000 miembros del cuerpo de paz de Naciones Unidas en las calles de Haití que tratan de controlar los brotes de violencia y mantener la seguridad.

La secretaria de Estado viajó acompañada del director de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), Rajiv Shah. Shah indicó que Estados Unidos ha movilizado 48 millones de dólares en alimentos, una cantidad suficiente para ayudar a dos millones de haitianos durante varios meses.

En este sentido, Clinton describió “la lucha contrarreloj” que se libra para socorrer a los damnificados porque existe la seguridad de que una demora en la distribución de ayuda humanitaria sumiría al país en un caos total.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, también visitará Puerto Príncipe este domingo para solidarizarse con los haitianos y con el personal de Naciones Unidas en la isla, duramente afectados por el sismo del martes que destruyó totalmente su sede con decenas de trabajadores en su interior.

Ban Ki-Moon evaluará las necesidades más inmediatas en lo que se ha considerado como la peor catástrofe humanitaria en la historia de la organización.

Todos de acuerdo: Fondo Clinton Bush

El presidente Barack Obama anunció este sábado el establecimiento del “Fondo Clinton-Bush” para coordinar el envío de las ayudas de individuos y corporaciones al país caribeño y asegurar que se realice rápido y con seguridad.

Obama hizo estas declaraciones tras reunirse en la Casa Blanca con sus colegas los ex presidentes Bill Clinton y George W. Bush, con quienes analizó los esfuerzos que se desarrollan en Haití para paliar la gran crisis humanitaria que padecen los haitianos por el terremoto.

Los ex presidentes, según explicó Obama, tendrán la tarea de alentar las contribuciones de individuos, corporaciones, organizaciones no gubernamentales y otras instituciones que deseen colaborar con Haití.

El mandatario estadounidense explicó que este esfuerzo es de alguna forma similar al que el presidente Bush llevó a cabo con Bush padre y el propio Clinton, tras el tsunami que se registró en Asia en 2004.

Los tres presidentes destacaron las enormes proporciones de la crisis que el terremoto del martes ha desatado en Haití y se comprometieron a continuar su trabajo en favor del pueblo haitiano a largo plazo.

Obama reconoció que el esfuerzo que se requiere será “extraordinario”, pero afirmó que la gravedad de la situación en el país caribeño así lo requiere.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/01/16/estaremos-en-haiti-hoy-manana-y-siempre-dice-hillary-clinton/


Haití. La urgencia y el futuro
Es ahora cuando hay que pensar en la reconstrucción del Haití. Hay que poner fin a los dictados del FMI sobre las economías del tercer mundo o a las imposiciones ultraliberales del Banco Mundial.
L´Humanité | Hoy a las 13:35 |




Una isla en ruinas, cadáveres amontonados en las calles, supervivientes despavoridos blancos por el polvo de los escombros, padres que llevan los cadáveres de sus hijos… Haití está mucho más arrasado de lo que se pensó inmediatamente después del terremoto. Se calculan cifras de 100.000 muertos y de 2 millones de personas que se han quedado sin hogar. Sin certeza. Las vías de circulación están cortadas, las comunicaciones interrumpidas y los servicios de socorro desorganizados. Con una infinita brutalidad, el terremoto saca a la luz los males que sufre el país. Las construcciones demasiado frágiles que surgen de la pobreza, los barrios de chabolas desprovistos de vías de acceso, la criminalidad que suma el pillaje a los desastres, la ausencia de infraestructuras públicas sólidas que permitan trasladar las maquinas para despejar los escombros, buscar la vida que todavía lucha débilmente debajo de los montones de ruinas, curar a las decenas de miles de heridos y de traumatizados que vagan sin techo, ni ley. Las catástrofes naturales no golpean de la misma manera a un país desarrollado que a otro en el que el 80% de sus habitantes viven con menos de dos dólares al día.

El mundo se moviliza para socorrer a la población haitiana. Es prioritario, y la solidaridad de los pueblos recaudada por las asociaciones se suma al dispositivo de los Estados. Hoy, la urgencia está ahí. Pero la eficacia de la logística en la catástrofe o la solidaridad frente al drama no nos puede dejar tranquilos. Los países ricos que han tenido bajo su dominio a “la perla del Caribe”, que han alentado la dictadura de los Duvalier y mantenido la isla en la mayor miseria tienen una gran responsabilidad. No en las sacudidas de la corteza terrestre sino en sus efectos. Se debe ir mucho más allá de los sufrimientos actuales. Es ahora cuando hay que pensar en la reconstrucción del Haití y en su desarrollo. Sin demora hay que poner fin a los dictados del FMI sobre las economías del tercer mundo o a las imposiciones ultraliberales del Banco Mundial. Para recuperarse, este país tiene necesidad de un Estado, de unos servicios públicos arrancados a la lógica del mercado, de una gran ambición social. Desde hace décadas, la isla se vacía de sus fuerzas vivas que quieren encontrar en otros lugares, más allá del océano, una oportunidad para no vivir en la miseria. Los barcos del exilio las llevan hacia el Caribe francés, los Estado Unidos, el Canadá…

Haití no está condenada a la desgracia. Lleva en sí misma, con rasgos sin duda más acusados que otros países, los estigmas de los desordenes del mundo y de una mundialización del capital y no la de la solidaridad. Los haitianos del mundo, y pensamos en primer lugar en los de Francia y de las Antillas, son una formidable baza de capacidades y de saber hacer para levantar el país, si las condiciones de una renovación son creadas. Nicolás Sarkozy ha planteado la celebración de una conferencia internacional para la reconstrucción de la isla. Está bien pero no es suficiente, si no se contempla su desarrollo. Los objetivos del milenio que las Naciones Unidas habían fijado para desterrar las grandes miserias del planeta han sido olvidados por los gobiernos de los grandes países. Y no serán alcanzados a este ritmo hasta el 2015. Va en ello el destino tanto de los hombres como del clima. La lógica del beneficio los ve como una cantidad despreciable. Nuestra solidaridad no deberá detenerse en las donaciones que os invitamos a entregar al Socorro Popular Francés.

SECOURS POPULAIRE FRANÇAIS

http://www.humanite-en-espanol.com/

Original francés artículo : Solidarité Haïti

By Patrick Le Hyaric

Solidaridad con Haití

Translated vendredi 15 janvier 2010, par J.A. Pina

Como todas y todos, estamos sobrecogidos de horror y de dolor frente al espantoso drama que golpea una vez más al pueblo haitiano. Pueblo que nos es tan próximo, nosotros tenemos una deuda que remonta a Richelieu, que dominó la isla para Francia, saqueando sus recursos y organizando la esclavitud.

Cada minuto cuenta para miles y miles de haitianos, niños, mujeres y hombres, sepultados todavía bajo los escombros. Cada instante es precioso para aliviar la pena de familias hundidas en la desesperación y el dolor de haber perdido a un ser querido cuando no por haber perdido todo. En esta angustiosa carrera contra reloj para salvar el máximo de vidas, está bien que los Estados, entre ellos Francia y la ONU, se comprometan con fuerza. Está ampliamente justificado por el hecho de que esta tragedia ha sido considerablemente agravada por la fragilidad y el mal estado de las infraestructuras. Cuesta trabajo imaginar cómo la capital, Puerto Príncipe, ha podido verse sumergida tan rápidamente en esta espiral destructiva, en el horror y en la desolación. Si el balance es tan dramático, es también porque el país ha continuado siendo dominado y expoliado con un plan de austeridad impuesto por el Fondo Monetario Internacional, que se añade a la violencia de dictaduras como las de Duvalier y los tontons macoutes, pero también a los graves perjuicios de gobiernos corruptos. Millares de muertos y de heridos habrían podido ser evitados si las poblaciones hubieran podido beneficiarse de una asistencia sanitaria inmediata y de un hábitat más sólido.

¿Cómo continuarán justificando los poderosos del mundo que cada día se puedan dilapidar sumas colosales en armamento y en guerras o para salvar a los grandes banqueros de este mundo mientras se deja, como a Haití, a los pueblos sin recursos, en la pobreza más total ? Esta espantosa tragedia se vuelve a sumar al drama cotidiano de los 12 millones de habitantes de este país de los que cerca de las cuatro quintas partes sobreviven con menos de dos dólares diarios. Nuestros hermanos haitianos se hicieron oír durante el año 2007 con los “motines del hambre”. Alertaban ya contra un orden mundial profundamente egoísta que les estrangula desde hace dos siglos. ¿Los poderosos del planeta no les han perdonado todavía su dignidad conquistada desde 1804, año de la independencia de la Isla ? Desde el principio, los dominadores y los imperialistas castigaron a este pueblo organizando contra él un bloqueo comercial e instalando presidentes fantoches hasta ponerle finalmente bajo la tutela del FMI. Todo esto le impidió ganar definitivamente su libertad total, construir su desarrollo, tomar en sus manos su destino, hasta vivir hoy en un país exangüe.

Nuestros amigos haitianos sólo han soportado sangre, armas y miseria. Lo que no hace más que reforzar la vital importancia de la movilización internacional en marcha, y especialmente la de Francia, que debe sentir una responsabilidad especial hacia el pueblo de Haití. Ahora es el momento de la más amplia solidaridad activa. Son y serán decenas de miles los que allí necesitan de todo : medicamentos, material de base, víveres, medios financieros para la reconstrucción... ¡No perdamos ni un solo instante ! Nuestro diario L´Humanité se une una vez más al Socorro Popular Francés para organizar la solidaridad. ¡Solidaridad con Haití !


Solidaridad con el pueblo haitiano
Existe una enorme distancia entre la solidaridad que los trabajadores necesitan en este momento y la legitimación de la ocupación militar de Haití.
PSTU | Para Kaos en la Red | Hoy a las 14:17 |



Declaración del PSTU sobre la tragedia en Haití

Una tragedia golpeó profundamente a Haití. El peor terremoto en la historia haitiana tuvo su epicentro junto a la capital del país, destruyendo dos tercios de Puerto Príncipe. Losprimeros números estimativos hablan de 100 mil muertos. Las escenas que comenzaron a ser divulgadas muestran una situación terrible, con muertos en las calles y heridos bajo los escombros sin atención.

No hay como no emocionarse con la situación haitiana. El pueblo negro del país más pobre del continente se enfrenta con otra brutal tragedia. Pero no se puede atribuir las consecuencias sólo a la dimensión del terremoto. La grave tragedia de la naturaleza cayó sobre un país desvastado por el capitalismo. El terremoto no tendría esas sinistras consecuencias si el país se encontrase en otra situación social.

El desempleo está entre 70 - 80% en Puerto Príncipe. Los pocos empleados viven con un salario mínimo de poco más de 200 pesos. No existe una estructura nacional de asistencia médica real. Hay poquísimos hospitales públicos en todo el país que no pueden cumplir ningún papel relevante en la actual situación. Ahora los pocos hospitales también están destruidos.. Tampoco existe un servicio de bomberos. Después del terremoto, después de ver sus casas derrumbarse, eran los propios sobrevivientes los que intentaban recatar a los que quedaron bajos los escombros. Los heridos se amontonaban en las plazas sin posibilidad de que alguien los atienda. Muchos esperan la muerte

La tragedia haitiana va a ser utilizada para defender la Minustah, las tropas de la o­nU lideradas por soldados brasileros que mantienen la ocupación militar del país desde hace cinco años. En los próximos días, muchos intentarán demostrar la necesidad de la Minustah en este momento. Pero el objetivo real de las tropasno tiene nada de humanitario. Su función es la de asegurar la implementación del plan económico neoliberal al servicio de las multinacionales instaladas en el país. Esas grandes empresas consiguen producir textiles a bajísimo precio (gracias a los miserables salarios) a pocos kilómetros de EE.UU. Es decir pagan un salario aún más bajo que en China y en un lugar mucho más cercano.

Los hechos desmienten la propaganda capitalista a favor da Minustah. No hubo ninguna mejora social enlos cinco años de presencia de las tropas. La ocupación militar sirvió para reprimir movilizaciones de los obreros haitianos, como en agosto de 2009, en la huelga de los trabajadores textiles por un salario mínimo de 200 gourdes (380 pesos), que terminó con dos muertes. Sirvió para reprimir a los estudiantes que se manifestaban contra las tropasy tuvieron más de 20 presos en el pasado mes de noviembre.

Y ahora, en el momento del terremoto, los relatos de los sobrevivientes muestran la ausencia de la Minustah, cuando más se necesita de una real acción humanitaria. La descripciónde un grupo de estudiantes brasileros que están en Haití es impresionante: “la situación se está complicando- describen- saliendo a las calles en de agua, vimos muchas personas heridas en la calle, muertas, casas derrumbadas y personas retirando los escombros, además de luchas por comida, saqueos, un tiroteo, y lo peor, aparentemente, todo eso sin la presencia de ningún tanque, carro u oficial de la o­nU en esos primeros momentos de terror de la población. Solo nos enteramos que las tropas estaban removiendo los escombros del Hotel Montana, uno de los hoteles de clase alta, donde deberían estar personalidades de la o­nU.”

Existe una enorme distancia entre la solidaridad que los trabajadores necesitan en este momento y la legitimación de la ocupación militar de Haití. Desde el PSTU estuvimos desde un primer momento en contra de la ocupación, demostrando su carácter pro imperialista. En este momento en que el dolor del pueblo haitiano conmueve al mundo, queremos afirmar nuestro llamado a la solidaridad con los trabajadores y también nuestro más absoluto repudio a la ocupación militar. Más que nunca,estamos en contra de la presencia de esas tropas que sólo defienden al capital imperialista y se muestran inútiles cuando la acción humanitaria es necesaria.

El PSTU llama a los obreros, trabajadores y estudiantes de todo el mundo a hacer una campaña de solidaridad con los trabajadores haitianos, a través de los sindicatos, recogiendo contribuciones en las bases, para que podamos enviarlas al movimiento obrero haitiano. La Conlutas y sus sindicatos ya están proponiendo una campaña en ese sentido. No confiamos en el gobierno haitiano ni en el brasilero, ni en la Minustah como “solidarios” con el pueblo. La ayuda podría ser utilizada para sofocar la revuelta hoy existente en el pueblo haitiano, así como perderse en la gigantesca corrupción presente en el país.

El imperialismo muestra su cinismo en Haití. Los mismos gobiernos que dieron 25 billones de dólares para salvar a los bancos en la crisis económica, ahora ofrecen 145 millones de dólares a Haití. La o­nU gastó en los cinco años de ocupación militar 3,5 mil millones de dólares y ahora “ofrece” 10 millones para ayuda.

Exigimos del gobierno brasilero, que tanto habla de su solidaridad con el pueblo haitiano, el retiro de las tropas de ocupación y la utilizaciónen ayuda humanitaria del dinero que sería gastado con ellas. El gobierno se comprometió a enviarridículos 10 o 15 millones de dólares en ayuda, cuando gastó 600 millones de dólares en mantener las tropas hasta el día de hoy.

·¡Toda la solidariedad con el pueblo haitiano!

·¡Fuera la Minustah y la ocupación militar de Haití!

·¡Exigimos al gobierno brasilero el retiro de las tropas de Haití y la transformación de sus gastos en una verdadera ayuda humanitaria.!

PSTU,

San Pablo, Brasil, 13 de enero 2010

La presencia militar norteamericana en Haití indica segundas intenciones
Entrevista al coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina (CDH-A), Henry Boisrolin, que opina, entre otras cuestiones, sobre la presencia militar estadounidense en la isla.
Henry Boisrolin | 16-1-2010 a las 23:02 |

Intercambiamos las siguientes palabras con el coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina (CDH-A), Henry Boisrolin, quien en estos días viajará a Puerto Príncipe para ayudar con ciertas tareas de solidaridad en medio de la tragedia que ha golpeado al pueblo haitiano. En esta entrevista, nos advierte de la preocupante presencia militar norteamericana y sobre el rol que deben jugar los grupos solidarios en ayudar a reconstruir un Haití libre y justo.

1. ¿Cómo se vive en el Comité el drama haitiano?

Con mucho dolor, angustia, preocupación, bronca y con la firme decisión de seguir adelante con la lucha por la Libertad Plena de Haití... Nuestro pensamiento, nuestras primeras palabras siempre son de condolencias y de respeto para las víctimas. En estos momentos, estamos con algunas entidades tratando de organizar la ayuda al pueblo haitiano.

2. Hemos escuchado de protestas y violencia callejera con las tropas de ocupación por la cuestión de la ineficiente distribución de ayuda, la cual parece no abandonar los cuarteles de la MINUSTAH, ¿qué sabe de esto?

Lo que sucede con la distribución de la ayuda que ya llegó a Haití es que, entre otras razones, el gobierno de Préval es inepto, indolente, insensible, etc. Entonces aparece una lentitud que exaspera a la gente –ya desesperada desde antes del terremoto-. De allí el surgimiento de esos enfrentamientos. No se puede olvidar, también, que escaparon de la cárcel de Puerto Príncipe los presos, entre ellos varios ladrones, etc. Por otro lado, siempre en estas ocasiones en Haití, la ayuda va en primer término a cierta gente y no al pueblo. Esta ayuda “suele quedarse en camino” antes de llegar a los explotados. El pueblo tiene memoria de lo que ha sucedido luego del paso de algunos huracanes.

3. EEUU está pensando enviar 10.000 tropas. Ya han ocupado militarmente el aeropuerto y han dicho que sus labores pueden ir un poco más allá de tareas humanitarias si la situación se “sale de control”, sin especificar muy bien qué quieren decir con esto. Obviamente conocemos la historia intervencionista yanqui y conocemos también de su falta de escrúpulos, pues son capaces de utilizar las tragedias humanitarias para avanzar sus intereses geoestratégicos, como cuando a raíz del Tsunami del 2005 se tomaron la isla Diego García. ¿Qué opina al respecto?

Con estos precedentes en la historia, es actualmente uno de los mayores peligros luego de ese terrible terremoto. En efecto esta presencia militar desmesurada señala que hay otras intenciones que van más allá de una simple y sincera ayuda. De ahí la importancia de mantener la vigilancia, no bajar los brazos, y evitar que el árbol (la tragedia del terremoto) nos tape definitivamente el bosque.

4. Haití ha sido devastado, como lo fue durante la revolución de 1791-1804. Esto da la posibilidad de que la reconstrucción sea en base a un proyecto revolucionario, a un proyecto libertario, pero también abre la posibilidad que la reconstrucción sea siguiendo las mismas viejas bases de opresión y aún que las profundicen. ¿Qué rol cree que debe jugar el movimiento popular en esta situación?

Obviamente, están ya en pugna dos proyectos, el de la profundización de la dependencia a través de la ocupación, dejando de lado ciertas formalidades y estableciendo de manera más concreta el dominio imperialista de EEUU, desplazando inclusive a la MINUSTAH, dando por terminado su rol subalterno comenzado en junio de 2004; y el de la Lucha por la Libertad Plena tal como lo empezaron los esclavos en agosto de 1791 y que culminó brillantemente bajo la conducción de Jean-Jacques Dessalines el 1º de enero de 1804.

La reconstrucción o construcción de Haití depende del resultado de dicho enfrentamiento. El movimiento popular ha de jugar un rol fundamental, tratando de dejar atrás viejas rencillas, divisiones, unirse de una vez por todas y ponerse a la cabeza de la lucha. El tiempo apremia. Tenemos confianza en la capacidad de resistencia y de lucha del pueblo.

5. ¿Qué significa la solidaridad con el pueblo de Haití en estas difíciles circunstancias?

La solidaridad en estos momentos, pasa en primer término para poner en marcha grupos de solidaridad, brigadas de apoyo, no dejar el terreno sólo a los que contribuyeron de manera significativa a la devastación de Haití, exigir el retiro de las tropas de ocupación de la MINUSTAH, desarrollar aún más modelos de ayuda como los que brindan Cuba y Venezuela, que son en realidad los únicos dos países que vienen ayudando desde hace tiempo al pueblo haitiano sin ninguna clase de intervenciones militares, ni exigiendo favoritismos económicos de vuelta, es decir, respetando la dignidad del pueblo haitiano.

Muchas gracias y hasta siempre.

http://www.anarkismo.net
Haití
No, no es esa la manera en que hay que ayudar al pueblo haitiano. Al pueblo haitiano se le ayuda siempre, como lo está haciendo desde hace más de 12 años, Cuba. Sí. Cuba.
Txanba Payés | Para Kaos en la Red | 16-1-2010 a las 20:24

Para empezar diré que ahora es más necesaria la ayuda y todos debemos volcarnos en ello como un deber moral y ético… dicho esto, algunas consideraciones. Cuando los gringos, el gobierno yanqui te ofrece su manos, no sabemos lo que esconde en la otra.

La hipocresía ahora no es sólo una palabra, o un concepto, es una realidad, es sustantivo y tiene forma, cuerpo y caras… es, sí, una figura real y se nos presenta en gobiernos (ojo que digo gobiernos no pueblos) del norte, ahora con el terremoto Haití, agolpan en los aeropuertos aviones que salen con toneladas de alimentos y un sinfín de productos necesarios - y necesitados - en estos momentos. Sin embargo, ¿porqué ahora y no antes?. Si. ¿Porque ahora con esta tragedia?.

Lo dicen sus medios, Haití es el país más pobre del continente. Si es así, ¿porque la ayuda no ha llegado antes? Si siempre ha necesitado de la ayuda. La respuesta es simple, la mayoría de países ricos que ahora ayudan a Haití, no tienen como prioridad la solidaridad. Es más si ellos ayudan lo hacen pensando en algún beneficio, si Haití es el país más pobres, qué beneficio pueden esperar. Ahí radica la hipocresía.

La mejor ayuda que necesitan los haitianos, sin embargo - y para el futuro - es que los países que se consideran imperios dejen de estar tejiendo sus malévolas componendas políticas. Que dejen de una vez que Haití sea el que decida su propio futuro. Ahora que el imperio yanqui está dispensando militares para la ayuda, y se dice, que liderará la ayuda que llegue a ese país, muestra con ello sus inicuas pretensiones, ya se ha hecho con el control del aeropuerto…, ellos deberían salir del país, pero no ahora sabiendo el grado de devastación que ha causado el terremoto, deben de salir después y para siempre.

Porque son ellos, el imperio yanqui y sus compinches adláteres, los que en definitiva tienen al país sumido en la miseria. Son ellos el verdadero y permanente terremoto que vive no sólo Haití, todo el planeta. Son ellos los que con el golpe de estado a Jean B. Aristide en 2004 sumieron en la miseria, aún más, al país. Derrocaron a un presidente que contaba con el apoyo popular - más amplio de la historia - del país, ese apoyo venía de las amplias mayorías pobres. Eran los pobres, y los pobres de los más pobres los que llevaron al presidente Aristide al Gobierno. Las propuestas del derrocado presidente eran revolucionarias y eso, como suele pasar, no gustó al imperialismo yanqui.

Además son ellos los que han estado confabulando e interviniendo desde años en ese país contra los gobiernos que no seguían sus lineamientos del imperio. Son ellos, los gringos, los que con sus empresas manufactureras las que tienen en la miseria a la inmensa mayoría. Son ellos, los que pagan no más de un dólar diario a los haitianos que trabajan en maquilas elaborando entre otras cosas, las pelotas de beisbol, que como todos sabemos, es el deporte por excelencia en ese país, y las empresas como no, son gringas. Si quieren los yanquis liderar las ayudas, lo primero que tendrían que hacer es, mejorar las condiciones laborales de miles de trabajadores que laboran en sus maquilas. Y sobre todo, el cese a la injerencia en todos los ámbitos de la vida social, política y económica.

No, no es esa la manera en que hay que ayudar al pueblo haitiano. Al pueblo haitiano se le ayuda siempre, como lo está haciendo desde hace más de 12 años, Cuba. Sí, Cuba, pero como todos sabemos, los medios no dirán absolutamente nada de la ayuda de los más de 400 médicos cubanos que hay en Haití. Y no dirán nada, de los más de 300 estudiantes haitianos que están estudiando en Cuba ni de todos aquellos haitianos graduados y que sus estudios los han hecho de forma gratuita. ¿Qué país que ahora dice ayudar a los haitianos, tiene en sus países a estudiantes venidos de los países del Sur en sus universidades pero de forma gratuita? Ni uno solo. Porque Haití merece mucho más que una ayuda.


El terremoto de Haití: made in U.S.A.
El niño, engendro culpado de todo desorden climático, nació en un pesebre que se ubica en Alaska. Se le amamanta con teteros de dólares, con los más sesudos científicos secuestrados y “parchados”.
Raul Bracho | Para Kaos en la Red | 16-1-2010 a las 17:07 |

todo por creado por satélites gringos.

Hace más de dos años vengo alertando sobre la guerra de quinta generación: la guerra climática. Sequías, tsunamis, inundaciones, lluvias interminables y sismos. Toda una tecnología al servicio de la destrucción y el sometimiento usando las fuerzas de la naturaleza.

El niño, ese engendro culpado de todo desorden climático, nació en un pesebre que se ubica en Alaska. Allá se le amamanta con teteros de dólares, con los más sesudos científicos secuestrados y “parchados” (sometidos bajo amenaza de muerte por un “parche” que se les implanta luego de ser secuestrados), por el pentágono y en definitiva, por el incipiente imperialismo climático, que al dominar con la tecnología los fenómenos de la naturaleza, se sirve de ellos como armas para someternos. Quizá aun estamos en períodos de prueba. La puntería y la puntualidad son las fallas a corregir.

El final del imperialismo se hace imprevisible, el irrespeto hasta al mismo planeta, la arrogancia que les hace sentirse dueños de todo, de ríos, nubes, polvo, veranos, inviernos, son el arsenal con el que producir tragedias que de seguro no llevarán la firma del comando sur, por ahora.

La guerra de quinta dimensión, se basa en el avance para dominar las fuerzas climáticas y en el control satelital de todas las comunicaciones, es un mundo profetizado por Orwell en 1.984, cada vez más innecesarias las invasiones, los soldados. Los vehículos in tripulados harán el trabajo sucio, los soldaditos yanquis no tendrán que verter su sangre.

¿A dónde apuntaban estos sismos que se sucedieron en Haití? ¿Cuándo estarán listos para el gran terremoto en Venezuela? ¿Antes de las elecciones legislativas?. Pecar de ingenuos será imperdonable. ¿Estamos seguros de lo que se trama en las siete bases de Colombia?

¿Los vuelos que invaden nuestro espacio aéreo desde Aruba y Curazao no serán una distracción?

¿Cómo quedará el Comandante Chávez si luego de un desastre sísmico se atreviera a culpar al imperio? ¿Quién le creería?

Estamos en aquel famoso siglo XXI, si bien para nosotros es la marcha decidida hacia el socialismo, para el imperio nefasto no es más que su desesperado deseo de permanencia y dominación.

Aquí les adjunto una información sobre las operaciones de la base de Haarp en Alaska:

Desde que el proyecto científico-militar HAARP, en 1993, instalara su bases en Alaska (EEUU) han venido sucediendo desastres en todo el planeta. Unos de los sucesos más terribles y evidentes son los terremotos.

Desde años atrás, practicamente todos los seismos de China y en las fallas del resto del planeta aparecen a una profundidad de ¡¡10 kilómetros!!

¿Cómo es posible?
El terremoto que ha acaecido en Haití el pasado 12 de enero de 2010, tiene todas las papeletas para que haya sido programado y ejecutado por las "brillantes" mentes de HAARP.

¿Te imaginas a qué profundidad se han producido los más de 30 terremotos que se han producido en Haití en dos días?
Acertaste: ¡¡10 kilómetros!!


(Pensado mal, ¿no iría dirigido a Venezuela, pero les ha salido errado el tiro?)

Los ciéntificos de Starviewer analizan los datos

Una vez más nos encontramos con un dilema ya conocido: El terremoto de Haití.

Analicemos los datos de todos los seismos reportados:

DATE LAT LON MAG DEPTH km REGION
13-JAN-2010 07:23:04 18.36 -72.88 5.0 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 06:58:27 18.35 -73.06 4.5 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 06:48:03 18.38 -72.88 4.5 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 06:24:17 18.34 -73.06 4.6 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 05:49:24 18.43 -73.02 4.7 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 05:24:02 18.50 -72.73 4.9 11.7 HAITI REGION
13-JAN-2010 05:18:02 18.39 -72.91 5.2 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 05:02:58 18.42 -72.94 5.7 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 03:31:57 18.25 -72.92 4.7 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 03:17:12 18.40 -73.00 4.6 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 02:54:19 18.39 -72.97 4.6 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 02:43:47 18.48 -72.98 4.7 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 02:26:34 18.47 -72.84 4.8 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 02:17:57 18.45 -72.96 4.7 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 02:11:31 18.44 -73.03 4.9 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 01:57:35 18.46 -72.92 5.4 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 01:55:16 18.40 -72.82 5.0 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 01:36:34 18.59 -72.89 5.4 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 01:32:45 18.38 -72.95 5.3 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 01:24:32 18.49 -72.81 4.7 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 01:16:52 18.43 -72.86 5.1 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 01:05:49 18.54 -72.67 4.6 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 00:59:06 18.26 -72.91 5.2 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 00:43:27 18.54 -72.49 5.0 10.0 HAITI REGION
13-JAN-2010 00:23:56 18.41 -72.72 4.8 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 23:47:39 18.47 -72.85 4.5 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 23:35:40 18.44 -72.81 4.5 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 23:27:36 18.48 -72.81 4.8 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 23:12:04 18.39 -72.57 5.1 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 23:07:03 18.43 -72.62 4.2 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 22:12:05 18.48 -72.56 5.5 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 22:00:42 18.27 -72.86 5.9 10.0 HAITI REGION
12-JAN-2010 21:53:09 18.45 -72.45 7.0 10.0 HAITI REGION
11-JAN-2010 23:30:45 15.53 -88.65 4.9 10.0 HONDURAS
08-JAN-2010 09:31:35 10.52 -69.60 4.8 10.0 VENEZUELA

Observen la sucesión lineal en el mapa:

1º.-Venezuela el 8 de Enero. Profundidad 10 kms.

2º.-Honduras el 11 de Enero. Profundidad 10 kms.

3º.-Haití el 12 de Enero. Profundidad 10 kms.

Resto de Réplicas: Profundidad 10 kms.

¿Qué es lo que resulta familiar en este modelo?
En él podemos encontrar, el patrón de profundidad correlativa lineal. En ambos casos, observamos, que la actividad sísmica sucesiva se produce a la misma profundidad.

Seguidamente, reproducimos los vídeos en los que se pone de relieve la correlación entre la actividad sísmica y la Ionosfera, mediante el control de la Radiofrecuencia inducida por Hipocampos, en el marco de HAARP.

En su resolución de 28 de enero de 1999 sobre medio ambiente, seguridad y política exterior (A4-0005/1999), el Parlamento Europeo señalaba que el programa HAARP manipulaba el medio ambiente con fines militares y solicitaba que HAARP, puesto que planteaba un problema de envergadura mundial (apartado 24), fuese objeto de una evaluación por parte de STOA en lo que se refería a sus repercusiones sobre el medio ambiente local y mundial y sobre la salud pública en general. En esa misma resolución del Parlamento Europeo, se pide que se celebre un convenio internacional para la prohibición mundial de cualquier tipo de desarrollo y despliegue de armas que puedan permitir cualquier forma de manipulación de seres humanos.


La cuestión es la siguiente:

1º.-Sabemos que los terremotos en los que la profundidad es linealmente idéntica en la misma falla, se producen por proyección lineal de frecuencias inducidas.

2º.-Sabemos positivamente, que la configuración de satélites permite generar proyecciones concentradas de frecuencias en puntos determinados (Hipocampos).

3º.-Hemos elaborado un diagrama de sucesion lineal respecto de los terremotos denunciados por nosotros que, casualmente, se produjeron todos a la misma profundidad, vean el terremoto de china de 2008, en la siguiente página:

http://starviewer.files.wordpress.com/2010/01/haarpearth.jpg


Vean la extraña coincidencia con la actual sucesión de seismos: 10 kms de profundidad.

1.-VIDEO:- CHINA CONSIDERS WAR AGAINST USA OVER EARTHQUAKE ATTACK
http://in.youtube.com/watch?v=0VX0JvpW5q0&feature=related
http://tinyurl.com/3g4rd5

2.-GLOBAL RESEARCH – HAARP IS A WEAPON OF MASS DESTRUCTION
HAARP is fully operational and has the ability of potentially triggering floods, droughts, hurricanes and earthquakes. From a military standpoint, HAARP is a weapon of mass destruction
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=CHO20020104&articleId=205

3.-CAMPAIGN FOR COOPERATION IN SPACE – HAARP IS A SPACE-BASED WEAPON OF MASS-DESTRUCTION
http://peaceinspace.blogs.com/peaceinspaceorg/2008/05/haarp-is-a-spac.html

4.-FROM PRAVDA – SECRET GEOPHYSICAL WEAPONS – “UNPREDICTABLE NATURAL DISASTERS AND MAN-CAUSED CATASTROPHES”
http://english.pravda.ru/main/2003/01/15/42068.html

5.-Más referencias:http://www.google.com/search?domains=globalresearch.ca&q=haarp&;;;sa=Google+Search&sitesearch=globalresearch.ca

6º.-Estudios recomendados:
Hipocampos de Frecuencias Escalares de HAARP. El incidente Noruego.Parte II.
Hipocampos de Terafrecuencias: ¿Calentando el ártico? Proyecto SHEBA
Hipocampo de Terafrecuencia de HAARP o simple proyección holográfica de satélites. Informe del día 14D.
Un cientifico clave de HAARP es de Madrid.
El Proyecto HAARP. Hipocampos de Terafrecuencias. Cambio Climático, desastres y salud humana.

StarViewerTeam Internacional 2010



Todos lloran por Haití, pero ni siquiera la Naturaleza puede substituir a la Historia
Al fin y al cabo, las fotografías del terremoto son más procesables que tener que reconocer la presencia de la oscura garra de Occidente en la tragedia de Haití.
Sandra Ezquerra/Interseccion[e]s | 15-1-2010 a las 19:22 |

El mundo entero se conmocionaba ayer ante los efectos del terremoto que asolaba y desolaba la capital de Haití. Se hablaba de “cien mil muertos en el país más pobre de América” y de que “el seísmo arrasó [Puerto Príncipe] como una bomba atómica”, y los titulares y las aterradoras descripciones de la situación iban acompañados de fotografías mostrando a personas enterradas vivas u otras enterradas y punto, de la sangre, el terror y la desesperación.

Todos hablan de Haití. Y cuando lo nombran no dejan de enfatizar que es uno de los países más pobres, corruptos y desgraciados del mundo: Hablan del marrón desolador de sus montañas desnudas fruto de las deforestaciones masivas, de la inestabilidad política que ha convertido al país en un estado fallido, de sus pasados dictadores, de la debilidad de sus instituciones, de su alto índice de pobreza, de la generalización del narcotráfico, de las bandas criminales y de su brutalidad, y, sobre todo, del eterno retorno de los desastres naturales. Y, aunque no siempre es nombrada, la mano irresponsable de los propios haitianos y de su clase política se intuye entre líneas.

Todos lloran por Haití. Y se movilizan. España envía aviones a la zona y coordina la ayuda de la UE. Obama promete “apoyo total” y “no descarta enviar soldados Estadounidenses. El secretario general de la ONU pide “la generosidad mundial para superar la catástrofe”. Y de esta manera, se inicia un carnaval de compasión, una olimpiada de la solidaridad, de la empatía, del famoso slogan clintoniano “siento vuestro dolor”. Los políticos regalan sus condolencias en público con rostros desencajados y lx ciudadanxs encontramos una causa más que justa para redimir nuestra culpa.

¿Dónde estaban las lágrimas y los pésames, me pregunto, durante las intervenciones occidentales a lo largo de todo siglo el XX para quitar y poner gobiernos en el país? ¿Dónde estaban durante el apoyo de EEUU a los apoyos de dictadores sangrientos en el país con la excusa de contrarrestar a la Cuba comunista? ¿Y cuando Washington expulsó a Aristide tras su giro a la izquierda? ¿Dónde estaban las lágrimas por siglos de explotación y expolio colonial y neoimperialista de sus recursos naturales, por el progresivo empobrecimiento de los haitianos, por la continua intervención política y económica extranjera, por las deforestaciones masivas para ampliar los monocultivos de exportación de caña de azúcar dejando así la producción agraria a merced del libremente injusto mercado y erradicando la capacidad del país de producir alimentos para sus habitantes? ¿Dónde ha estado todo el mundo durante la lenta y agonizante sangría del país por parte de potencias extranjeras durante siglos?

No estaban. No hablaban. No lloraban. No sentían el dolor de Haití, y todos aquellos que miraban entonces hacia otro lado o que conspiraban desde los centros del Poder, protagonizan ahora titulares y lideran misiones humanitarias para ayudar a salvar al país de los crueles caprichos de La Madre Naturaleza. Y es que es mucho más cómodo empatizar con la desolación cuando ésta es fruto de “extraños” designios naturales, más parecidos a la arbitrariedad de los dioses que a la Historia, que cuestionar el desamparo fruto de la explotación, del expolio, del racismo. En un caso se habla de pobres, de corruptos, de incapaces; en el otro de empobrecidos, de dominados, de subyugados. Al fin y al cabo, las fotografías, las descripciones y las estadísticas del terremoto, por muy difíciles que sean de digerir, por mucho que nos corten la respiración, son muchísimo más procesables que tener que reconocer la presencia de la oscura garra de Occidente en la(s) tragedia(s) de Haití y la responsabilidad de nuestro país, y de tantos como él, en tanta desolación, en tanta muerte. Y es que quizás los terremotos, por naturales, son inevitables, pero el empobrecimiento, la explotación de las personas y de la naturaleza, el sufrimiento humano y la represión no. Y si no podemos culpar a la Naturaleza y a su inevitabilidad, sólo nos queda la Historia, que aunque a veces se haya repetido, no ha perdonado nunca y, desde luego, no se ha acabado aún.

http://intersecciones.wordpress.com
Haiti maldicion imperial
desde Dominicana, hacia Haiti y sus Pueblo herido. Existen vías confiables para canalizar ayuda apropiada para esta desgarradora situación haitiana.
Narciso Isa Conde | Para Kaos en la Red | 16-1-2010 a las 15:07 |

Amig@s

Existen vías confiables para canalizar ayuda apropiada para esta desgarradora situación haitiana. Ojala que todas las organizaciones y personas sensibles a escala continental y mundial hicieran un gran esfuerzo en esa dirección pensando en la urgencia pero también en el mediano y largo plazo. De ser posible, en cada caso favor de informármelo para precisarles direcciones de contacto apropiadas y formas de envío a República Dominicana , desde donde se pueden hacer llegar las ayudas por vía terrestre con facilidad.
Abrazos, Narciso.

Haití: maldición imperial
Narciso Isa Conde

Los imperios coloniales y el imperialismo moderno nunca le perdonaron al pueblo haitiano el hecho de haber fundado la primera república independiente de nuestra América, realizado la primera revolución social anti-esclavista, reivindicado la negritud oprimida y ayudado con el suministro de armas a la campaña libertadora Bolívar.

Desde entonces se ensañó en su contra la maldición imperial: neocolonialismo, intervenciones militares, dictaduras feroces, saqueo y empobrecimiento atroz hasta devastar su territorio y conformar la sociedad más crónicamente empobrecida del hemisferio occidental; campo “fértil” para que los “desastres naturales” hagan estragos impensables al compás de los destructivos “cambio climático” provocados por un capitalismo en extremo explotador y depredador.

Un país así empobrecido, una sociedad forzada a sobrevivir al borde de la muerte en un territorio casi desértico y preñado de gente desvalida, de construcciones endebles, de zonas de altos riesgos, de estructuras erosionadas…. en fin de cuentas resultó proclive al colapso total y al genocidio inducido.

Contrario a lo pregonado y prometido, la reciente intervención militar estadounidense (disfrazada con el manto de la o­nU) hizo de Haití un país más frágil y vulnerable.

Se habló de un narco-estado haitiano (pese a que el Estado no existía) y se anunció que esa intervención ayudaría a superarlo, cuando realmente perseguía profundizar la tendencia a convertir esa parte de nuestra isla en territorio libre para mafias protegidas y reguladas por las tropas extranjeras…hasta empujarlo, en fin, a la penosa condición de presa aniquilable por este fatídico terremoto de 7.3 grados.

El remedio a esta situación desgarradora no puede ser más intervención militar estadounidense.

Haití merece y necesita toda la ayuda del mundo. La deuda social de las potencias capitalistas con ese pueblo es colosal y hay que reclamarla con vigor, cuidando que lo que fluya como pago de la misma –y hasta ahora fluye poco y lento de las arcas imperiales- o como solidaridad de países y pueblos solidarios no deudores, no sea administrada ni por mafias imperialistas ni por claques corrompidas haitianas y dominicanas, todas ellas al asecho para beneficiarse de esa tragedia.

La reconstrucción del Estado y la sociedad haitiana se convierte en necesidad imperiosa.

El problema es que hay quienes quieren hacerlo como simulación por la vía de una gran ocupación militar y hay quienes queremos se haga de verdad por la vía de la autodeterminación y la participación popular.

Narciso Isa Conde en Kaos en la Red


Haití, un país sin perdón, clama frente a nosotros

Empire Burlesque

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


haiti-earthquake-2.jpg

I.-

La ruina política y económica de Haití, implacablemente mantenida y deliberadamente infligida, tiene mucho que ver con la avalancha de muerte y devastación que el país sufre ahora tras el terremoto. También va a imposibilitar enormemente cualquier posible recuperación de este desastre natural. Como se detalla a continuación, las rapaces políticas económicas de Washington han destruido todos los intentos de construir una economía sostenible en Haití, ahuyentando a la gente de la tierra y de las comunidades pequeñas hacia las atestadas, peligrosas e insalubres villas miseria, donde intentan mantener a duras penas una mísera existencia trabajando en las fábricas de trabajo esclavista propiedad de las elites occidentales y de sus compinches locales. Todos los intentos de cambiar una sociedad manifiestamente injusta han sido aplastados sin piedad por la mano directa o colateral de las elites occidentales.

¿El resultado? Millones de personas –debilitadas por el hambre, las privaciones, la desnutrición, la enfermedad- viviendo apiñadas en infraviviendas. El país carece de la necesaria infraestructura civil, financiera y física para poder llevar una vida decente en situación de normalidad, para proporcionar una asistencia adecuada y un marco firme de reconstrucción cuando los desastres sobrevienen. Incluso un terremoto mucho más suave que el que golpeó Haití esta semana habría creado una situación desmesurada de sufrimiento innecesario en una nación que ha sido tan despiadada y deliberadamente estrangulada como ésta.

Con el huracán Katrina vimos cuán cruel e injustamente reaccionaron las elites estadounidenses ante la destrucción de una de sus propias ciudades. Políticamente bien conectados, los millonarios de Mississipi consiguieron una pronta y copiosa asistencia, mientras que muchos nativos de Nueva Orleáns aún siguen convertidos en refugiados, dispersos por todo el país tras las inundaciones. Y esto en una nación en la que las infraestructuras –aunque en veloz proceso de degradación a causa de la corrupción, la avaricia y militarismo- son aún fuertes. ¿Qué esperanza puede entonces tener Haití?

Sí, ahora se producirá una inmediata y gran afluencia de ayuda, como siempre que sucede algún desastre espectacular. Desde luego que esto es loable y yo animo a cualquiera que quiera contribuir con todo lo que pueda a esos esfuerzos. Pero a menos que haya un cambio radical en la política estadounidense, a menos que se ponga fin definitivamente a la maldición lanzada sobre Haití –no por Dios, ni por el diablo, sino por los duros corazones de las elites que perpetúan fielmente las crueles tradiciones de sus predecesores-, entonces todo este flujo de solidaridad y atención pronto dará paso de nuevo, como siempre ha pasado, al cruel desprecio, a la brutal represión y a la explotación inhumana.

El relato de esas crueles tradiciones –y la “continuidad” con las mismas que Obama ha demostrado ya- no augura precisamente tal cambio. Pero como ese hombre sabio, Edsel Floyd, dice siempre, vivimos en la esperanza y morimos en el desespero. Y esa esperanza es un valor que debemos conservar en la cartera de Haití y seguir trabajando por ella.

Al mismo tiempo, la esperanza no puede cegarnos; es preciso conocer la dura realidad para saber cómo poder cambiarla. Por eso, echemos una extensa y firme ojeada.

II.-

Pocas horas después de que se produjera el terremoto, el tele-evangelista Pat Roberson ya estaba en el aire declamando ante sus millones de televidentes que la razón de que Haití hubiera sido golpeada por ese desastre –y lleva ya doscientos años sufriendo intensamente- se debe a que los “¡haitianos hicieron un pacto con el diablo!” para ganar su libertad de sus soberanos coloniales franceses a principios de 1800.

Y mientras nos llegan tales vomitivas manifestaciones de ese seboso, políticamente bien conectado y virulentamente extremista mullah (que una vez fue adecuadamente descrito como “mimado dictador, mercader de diamantes sangrientos, anti-judío y shiller batido”, esta vez puede encontrarse una pequeña mota de verdad en la masa salpicada de vómitos de Robertson. Los haitianos llevan en efecto doscientos años malditos, y sí, la maldición se retrotrae hasta su liberación. Pero pese a Robertson, el origen de esa maldición no es metafísico. Como señalé en un artículo escrito en 2004:

    Hace exactamente doscientos años, los esclavos haitianos derrocaron a sus amos franceses, la primera revolución esclavista nacional con éxito en la historia. Lo que Espartaco soñó lograr, los esclavos haitianos lo consiguieron. Fue un logro enorme, y el Occidente blanco no se lo ha perdonado nunca.

    Para ganarse el reconocimiento internacional, el nuevo país, Haití, se vio obligado a pagar “reparaciones” a los dueños de los esclavos, una aplastante carga de deuda que todavía estaba pagando a finales del siglo XIX. Estados Unidos, que se negó a reconocer al país durante más de sesenta años, invadió Haití en 1915, fundamentalmente para abrirlo a “la propiedad extranjera de los asuntos locales”. Después de diecinueve años de ocupación, los estadounidenses respaldaron una serie de sangrientas dictaduras para proteger a esos “propietarios extranjeros”. Y eso mismo siguen haciendo.

Así es, en efecto. El artículo de 2004 detallaba el largo y último aplastamiento bipartidista contra Haiti, que culminó en un golpe orquestado por la Administración Bush, la segunda vez en la que un presidente de EEUU llamado George Bush derrocaba del poder al democráticamente elegido Presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide. Merece la pena repetir ahora ese relato:

    Aunque quiso representarse el golpe de estado de Haití como un levantamiento irreprimible del descontento popular, fue desde luego el resultado de años de duro trabajo de los dedicados corruptores de la democracia de Bush, como informa William Bowles en Information Clearinghouse. Los hombres del saco de Bush financiaron la oposición política al Presidente Jean-Bertrand Aristide enviando armas de contrabando a los señores de la guerra haitianos exiliados y estrangulando al país de forma inmisericorde, cortando la ayuda estructural y financiera largamente prometida a una de las naciones más pobres de la tierra haciendo que los precios de los alimentos se dispararan, el desempleo subiera al 70% y el desbaratado gobierno perdiera el control de la sociedad ante las bandas armadas de criminales, de fanáticos y de meros desesperados. Mientras tanto, Haití se vio obligada a pagar dos millones de dólares al mes de las deudas acumuladas por las sangrientas dictaduras (apoyadas por EEUU) que habían gobernado la isla desde que el ejército estadounidense la ocupó de 1915 a 1934.

    La ostensible razón del letal aplastamiento perpetrado por Bush fueron las disputadas elecciones celebradas en Haití en 2000. Esas votaciones, que fueron tan sólo las terceras elecciones libres de la nación en 200 años, se vieron deslucidas por informes de irregularidades, aunque no fueran ni por asomo parecidas ni tan mayúsculas como las bien documentadas barrabasadas que vieron como en EEUU se nombraba ese mismo año presidente al segundo aspirante para la Casa Blanca. No había duda de que Aristide y su partido habían recibido una abrumadora mayoría de votos legítimos; sin embargo, de los 7.500 colegios electorales examinados, los observadores electorales encontraron que parecían poco fiables los resultados en siete de los escaños al senado.

    ¿Qué fue lo que ocurrió? Que los siete senadores disputados dimitieron. Se convocaron nuevas elecciones para esos escaños, pero la oposición –dos facciones elitistas financiadas por las maquinarias subversivas favoritas de Washington, el orwelliano “National Endowment for Democracy” y el “International Republican Institute”- se negaron a participar. El gobierno fracasó porque no se pudo convocar la legislatura. Cuando entró Bush, se dedicó a apretar aún más las tuercas del bloqueo internacional sobre la isla, insistiendo en que no liberaría los 500 millones de dólares de ayuda que desesperadamente necesitaba hasta que la oposición participara en nuevas elecciones, mientras que a la vez pagaban a la oposición para que no participase.

    El objetivo final de este brutal galimatías fue machacar aún más al destituido pueblo de Haiti y destrozar la capacidad de Arístide para gobernar. Su crimen real, desde luego, no fueron los disparates de una elección estilo Florida ni la supuesta “tiranía”… No, Aristide hizo algo peor que rellenar papeletas o matar a la gente, había intentado elevar el salario mínimo a la principesca suma de dos dólares al día. Esto desató la indignación de las corporaciones estadounidenses –y de sus lacayos locales- que durante generaciones habían utilizado Haití como una charca de mano de obra barata consiguiendo beneficios por las nubes. Fue el colmo para las facciones elitistas, una de las cuales está actualmente dirigida por un ciudadano estadounidense, designado en su día por Reagan-Bush, el magnate de la industria Andy Apaid.

    Andy Apaid fue el hombre clave de la rapaz “reforma de mercado” de Reagan-Bush puesta en práctica en Haití. Desde luego, “reforma”, en la degradada jerga de los tiburones, significa someter hasta los propios medios de subsistencia y supervivencia al expolio de los intereses de las poderosas corporaciones. Por ejemplo, el plan Reagan-Bush obligó a Haití a levantar las tarifas de importación sobre el arroz, que había sido siempre un producto básico de cultivo local. Después, inundaron Haiti con el arroz estadounidense fuertemente subvencionado, destruyendo el mercado local y dejando sin trabajo a miles de campesinos autosuficientes. Con un mercado ya cautivo, las compañías estadounidenses aumentaron sus precios, extendiendo la ruina y el hambre por toda la sociedad haitiana. Los campesinos sin empleo proporcionaron nueva carne de cañón a las fábricas de Apaid y sus compinches. Reagan y Bush contribuyeron por su parte aboliendo los impuestos a las corporaciones estadounidenses que montaran fábricas de trabajo esclavista. El resultado fue una precipitada caída de los salarios y de la esperanza de vida. La primera elección de Arístide en 1990 amenazó esos cómodos acuerdos, por eso fue debidamente expulsado mediante un golpe militar, con la no tan tácita connivencia de Bush I.

Pero, como decíamos, la ronda más reciente de castigo para Haití fue mediante un asunto profundamente bipartidista:

    Bill Clinton restauró en el poder a Arístide en 1994, pero sólo tras haberle forzado a aceptar las “reformas de mercado”. En realidad, fue Clinton, el compinche de las corporaciones, quien instigó el embargo a la ayuda tras las elecciones que Bush II utilizó con efectos tan devastadores. El fallo principal de Arístide como dirigente fue su intento de cumplir las exigencias de ese chantaje bipartidista. Como en cualquier otra nación que cae bajo la égida del FMI, la ya frágil economía haitiana se vino abajo. Pero los provisores de fondos de la familia Bush, como Apaid, empujaron al país al caos total, convirtiéndolo en presa fácil de los señores de la guerra a quienes los operativos de Bush –muchos de ellos veteranos del Irán-Contra-, les suministraron armas a través de la República Dominicana, informa el Boston Globe

    Cuando Arístide llegó a un acuerdo, auspiciado por los dirigentes del Caribe, que le hizo finalmente ceder poder ante la oposición financiada por Bush pero al menos preservar el carácter de la democracia haitiana, Apaid y sus compinches rechazaron la oferta, con las bendiciones de sus pagadores en Washington, que de repente proclamaron que no tenían influencia sobre sus recalcitrantes peones de alquiler…

    Y los pistoleros estadounidenses dijeron a Arístide que si no dimitía, le dejarían morir a manos de los rebeldes. Lo que ocurrió después fue que le metieron a empujones en un avión que esperaba y le lanzaron en medio de África. En cuestión de horas, los terroristas apoyados por Bush desfilaban abiertamente por Puerto Príncipe, ejecutando a los seguidores de Arístide.

    Imaginen, ya nadie más iba a pedir ahora dos dólares al día, ¿eh? ¡Misión cumplida!

III.-

Desde luego, todo eso sucedió en los malos viejos tiempos, antes de que Barack Obama nos introdujera en una nueva era “post-racial”. Seguramente, este hombre visionario y compasivo, él mismo descendiente de África, pondría ya fin al castigo contra Haití por haberse levantado contra sus amos blancos.

Pero no parece ser así. Como señalé aquí el año pasado, en “Cry, the Unforgiven Country”:

    Obama y su “superstar”, la secretaria de Estado Hillary Clinton están defendiendo firmemente la reciente, atroz y brutal farsa con que Washington y Occidente han obsequiado a los engreídos nativos de Haití.

    Las elecciones al Senado celebradas este mes por el gobierno impuesto a Haití tras el golpe de Estado de 2004 apoyado por EEUU… consiguieron una cifra de votantes de menos del 10% de los ciudadanos con derecho a voto: un resultado que supone una burla para cualquier noción de democracia popular y legítima. Pero eso no se debe a que los haitianos sean tan perezosos y desinteresados que ni se molestan en ir a votar. Ni tampoco a que se sientan tan satisfechos con la benevolente y paternal atención de sus amos nombrados por EEUU, que consideran que no es necesario permitir que estúpidos desarrollos electorales lleguen a incomodar su bucólica vida.

    No, la tasa del 90% de rechazo a votar fue en realidad una acción de protesta masiva, impulsada sobre todo por el hecho de que el gobierno apoyado por EEUU no iba a permitir que el partido más popular –el partido del gobierno derrocado por el golpe de Estado de 2004- presentara su lista de candidatos a las elecciones. Por las buenas o por las malas, a golpe de burocracia, los supervisores de las elecciones haitianas prohibieron que la lista de Fanmi Lavalas se volviera a presentar en febrero. Desde ese momento, las elecciones de abril se convirtieron en letra muerta, una farsa sin sentido, otra nueva broma cruel que le jugaron al pueblo de Haití.

    ¿Y cómo respondieron los inteligentes progresistas de la nueva administración estadounidense? John Caruso nos lo cuenta:

CLINTON: “EEUU quitó en 1995 una dictadura militar, limpiando el camino para la democracia. Y después de varios años de disputas políticas, normales en cualquier país que pase por una transición, Haití empezó a ver progreso. Y las elecciones nacionales y presidenciales de 2006 hicieron avanzar realmente a Haití hacia la democracia. Lo que el presidente y el primer ministro están persiguiendo es mantener un fuerte compromiso con el gobierno democrático que dará un nuevo paso adelante con las elecciones para el senado del domingo”.

Traduciendo el vulgar dialecto clintoniano: 1) las “disputas políticas” se refieren a la abrumadoramente popular presidencia de Jean Bertrand Aristide, que EEUU, y su quinta columna en Haití, “disputaron” (y socavaron continuamente); 2) Haití “empezó a ver progreso” gracias al golpe contra Aristide en 2004 apoyado por EEUU; y 3) las elecciones de 2006 que “hicieron avanzar realmente a Haití hacia la democracia” excluyeron tanto a Aristide como al candidato preferido del FL en su lugar (el padre Gerard Jean-Juste, encarcelado a partir de acusaciones inventadas por el gobierno apoyado por EEUU para impedir que se presentara), que acabaron con el ascenso de René Preval, quien realmente entendía quién era el jefe y por tanto se merecía una palmadita de Clinton en la cabeza.

      Todo eso nos lleva a las elecciones al senado de hoy, en las cuales el “fuerte compromiso haitiano/estadounidense con un gobierno democrático… dará otro paso más” mediante la calculada supresión de gran parte de los candidatos de la lista…

      Por eso, el hecho de que EEUU haya venido durante siglos impidiendo un proyecto democrático en Haití, sigue plenamente vigente. Y cualquiera que temiera que nuestro primer presidente negro pudiera ser menos receptivo a la necesidad de aplastar las aspiraciones democráticas de la primera nación negra libre en el hemisferio puede quedarse tranquilo: Obama nunca permitirá que la raza –ni cualquier otra cosa- le detenga de hacer el trabajo sucio del imperio.

Es cierto que ese trabajo sucio se pondrá de nuevo en marcha, y debemos combatirlo, llamar la atención y no permitir que Haití desaparezca de nuevo bajo la sombra imperial. Pero en estos momentos, la preocupación más urgente es el sufrimiento humano en Haití. Por eso, por favor, colabore con los esfuerzos de las organizaciones que le pongo a continuación: Partners in Health y Haiti Emergency Relief Fund, o de cualquier otra que Vd. prefiera.

N. de la T.:

Con fecha 16 de enero, el autor ha añadido la siguiente nota: Para entender mejor el contexto histórico del sufrimiento de Haití, puede leerse este magnífico artículo de Noam Chomsky: “The tragedy of Haiti

Fuente: http://www.chris-floyd.com/component/content/article/1-latest-news/1900-help-haiti-the-unforgiven-country-cries-out.html




Declaraciones de la escritora y periodista Naomi Klein en el programa de Amy Goodman

"La crisis en Haití ofrece oportunidades de intervención a EEUU"

Democracy now!

Traducido para Rebelión por Michael Friedman

Intervención de Naoimi Klein el jueves pasado, 14 de enero, en el programa de Amy Goodman Democracy Now!, sobre los sucesos de Haití y sobre quienes ya se están lucrando con la tragedia.


Como escribí en "The Shock Doctrina" ("La doctrina del choque"), se aprovechan las crisis como pretexto para imponer las políticas que no se pueden llevar a cabo en condiciones de estabilidad. Durante los períodos de crisis extremas, los pueblos están desesperados por recibir ayuda humanitaria de cualquier índole, cualquier forma de financiamiento, y no se encuentran en una posición favorable para negociar los términos de esa ayuda.

Y quiero hacer una digresión momentánea para leerles un documento extraordinario, que acabo de publicar en mi Website. El titular dice "Haití: detenerles antes que impongan el 'choque' otra vez". La información fue presentada hace unas pocas horas en la Web de la Heritage Foundation (una fundación o "think-tank" de la élite de la clase dominante estadounidense que formula las políticas e ideologías implementadas por los gobiernos de turno).

"En medio del sufrimiento, la crisis en Haití ofrece oportunidades a EEUU. Además de proporcionar ayuda humanitaria inmediata, la respuesta de EEUU ante el trágico terremoto ofrece la oportunidad para reestructurar el gobierno y ela conomía de Haití, disfuncionales desde hace tiempo, además de mejorar el imagen de EEUU en esa región". Y el documento sigue.

No sé si las cosas están mejorando, pués la Heritage Foundation respondió a los 13 días del huracán Katrina con 32 propuestas neoliberales para ayudar a los damnificados de aquel desastre. Publicamos ese documento, también, en nuestra Web. Sus propuestas para las víctimas de Nueva Orléans resultaban en el cierre de de las viviendas públicas, convertir la costa del Golfo de México en una zona franca y eliminar las leyes que obligaron a que los empresarios pagaran un salario mínimo a sus empleados. Entonces tardaron trece días en formular esa recomendación en el caso de Katina, pero no esperaron ni 24 horas en el caso de Haití.

Digo que 'no sé si están mejorando las cosas' porque quitaron ese documento de su sitio hace dos horas. Entonces, a lo mejor alguien les informó de que no estaba bien. Y pusieron un documento mucho mas sensible. Afortunadamente, los corresponsales de Democracy Now! lograron descubrir el documento anterior en un caché de Google. Pero lo que vieron en el sitio es la parte mas suave, de "Lo que hay que tener en cuenta mientras ayudamos a Haití". Enterrado abajo, se encuentra el planteamiento de que "ya van muy atrasadas las reformas necesarias para la democracía y economía haitianas".

Para nosotros, es preciso garantizar que que la ayuda que llega a Haití asuma la forma de subvenciones y no de préstamos. Ésta es crítica. Se trata de un pueblo ya agobiado por la deuda externa. Este desastre, como djo Amy, por un lado es natural, un terremoto, pero por otro lado es una creación y está empeorado por el empobrecimiento de los haitianos en la profundización de lo cual son cómplices nuestros gobiernos. Los desastres naturales son peores en los países como Haití, por ejemplo, debido a la erosión del suelo, que se produce cuando cuando la pobreza obliga a que los sectores marginados construyan sus viviendas en condiciones precarias. Como resultado, las casas se derriban facilmente. Todos estos fenómenos estan entretejidos. Pero no podemos permitir en ningún momento que esta tragedia -en parte natural y en parte artificial- se utilice para endeudar más a Haití ni para impulsar políticas que favorecen nuestras corporaciones. Y esta no es una teoría de conspiraciones. Lo han hecho en una ocasión tras otra.

Fuente: http://i3.democracynow.org/2010/1/14/naomi_klein_issues_haiti_disaster_capitalism

Haití

voselsoberano.com | Sábado 16 de Enero de 2010 21:56

Editorial Nuestra Palabra, Radio Progreso, 15 de enero de 2010

Todavía no acabamos de saber todas las consecuencias trágicas que ha dejado en la población haitiana ese terremoto con una intensidad muy similar a la del sismo que nos estremeció a los hondureños el 28 de mayo del año 2009. Sin embargo, ya podemos advertir la huella y la amarga lección que sin duda son muy similares a las que nos dejan los fenómenos naturales en nuestra Honduras.

Honduras y Haití van siempre de la mano en esos asuntos de calamidades y de empobrecimiento. Siempre que se habla de Honduras como el país más pobre del continente, se dice a renglón seguido, “después de Haití”. Tanto en Honduras como en Haití la vulnerabilidad es tan honda y tan vinculada a las realidades humanas, sociales y políticas que cada fenómeno natural ordinario es ocasión para nuevos desastres socio-ambientales, y los mismos, en definitiva, no tienen que ver siempre con las manifestaciones espectaculares de la naturaleza, sino con las condiciones y capacidad de las sociedades para resistir y hacer frente a los fenómenos naturales.

El terremoto en Haití viene a confirmar que los desastres son todavía más grandes cuando se combinan casi de manera perversa fenómenos naturales con la falta de previsión de los seres humanos. Haití es un país que se encuentra física, social, económica y políticamente predispuesto a sufrir daños o pérdidas mucho mayores que en otras sociedades en el momento de materializarse un fenómeno natural como el que acaba de ocurrir.

En Haití existe una polarización económica y social tan profunda que la miseria de millones de haitianos subsiste en relación dialéctica a un reducidísimo puñado de gente adinerada. Y esto ocurre desde hace varios siglos, y se ha sustentado en la depredación de los recursos naturales, de manera que el territorio haitiano contaba hace apenas dos siglos con la riqueza forestall seguramente más rica de todo el Caribe, y ahora todo lo que en su tiempo fue bosque quedó convertido en un verdadero desierto.

Los “desastres” naturales representan una señal que deja al descubierto las inequidades que predominan en las sociedades. Pero como muy bien dice el dicho, no hay mal que por bien no venga. Así como desastres como el que acaba de ocurrir en Haití nos obligan a preguntarnos cómo transformar las condiciones sociales de nuestros países para que los fenómenos naturales nos encuentren con mayor capacidad de prevención, también nos llevan a despertar la solidaridad entre los pueblos.

Y hoy, al pueblo hondureño le toca abrir su corazón para estrechar su abrazo solidario con el herido pueblo haitiano, frente al cual hoy nos toca dejar el camino que vamos andando para convertirnos en el buen samaritano.


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