lunes, 25 de enero de 2010

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(nr. 8) 1 de julio de 2009


RED SOLIDARIA CON LA RESISTENCIA EN HONDURAS

Fuentes cercanas a Washington han confirmado que el Pentágono, a través de la misión militar (grupo militar) de Estados Unidos en Honduras, ha estado trabajando con los militares golpistas involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Zelaya.

  El Pentágono está detrás del Golpe de Estado en Honduras, ¿con o sin la  aprobación de la Casa Blanca?

Fuentes cercanas a Washington han confirmado que el Pentágono, a través de la misión militar (grupo militar) de Estados Unidos en Honduras, ha estado trabajando con los militares golpistas involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Zelaya. El Comando Sur realiza anualmente cerca de 55 maniobras con las fuerzas armadas de Honduras.


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TeleSUR _ 01/07/2009

Cuando el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue brutalmente secuestrado en su residencia presidencial en Tegucigalpa en la madrugada del domingo 28 de junio, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, disfrutaba de la paz y tranquilidad del campo en Camp David, la residencia vacacional del jefe del Estado estadounidense. Mientras el Presidente Zelaya era golpeado por soldados hondureños e introducido a la fuerza en un avión sin conocer su destino, el presidente Obama desayunaba con el relajante sonido de los pajaritos del bosque en el Estado de Maryland. Y durante el desarrollo del golpe de estado en Honduras ayer, que produjo múltiples violaciones de los derechos humanos, el secuestro y la violencia contra la canciller de Honduras, Patricia Rodas, la brutalidad y secuestro de los embajadores de Cuba y Venezuela en Honduras y la toma ilegal del poder por un gobierno de facto, ilegítimo, el Presidente Obama estaba tomando una decisión muy, muy difícil sobre la iglesia a la que él y su familia asistirán durante los próximos años.

Hasta hoy, los voceros de Washington que han dado la cara sobre la situación en Honduras, han dicho que aún no están considerando la suspensión del apoyo económico y militar a Honduras en caso de que los golpistas se nieguen a cumplir con la Carta Interamericana y los principios democráticos. ¿Será que plantean un golpe al estilo de Haití en 2004, cuando secuestraron al presidente Aristide y lo llevaron al exilio en África antes de que el mundo se enterara de la brutal violación de la democracia que estaba ocurriendo en el país caribeño?

El titular de hoy, "Obama escoge en Camp David la misma iglesia a la que asistía George Bush", está más destacado en los medios estadounidenses que este titular que, además, minimiza y manipula la verdad, "Chávez y sus aliados respaldan al derrocado presidente de Honduras". Por lo tanto, es obvio que la selección de la iglesia donde la familia Obama pasará sus domingos durante los próximos cuatro años es mucho más importante que un golpe de Estado en un país centroamericano. Ahora también se entiende por qué las declaraciones de ayer de la Casa Blanca sobre el golpe en Honduras, efectuadas sólo por voceros y no directamente por el presidente, fueron tan ambiguas y mesuradas. Obama no sólo estaba de retiro en el campo con su familia, sino que además estaba tomando decisiones de alta prioridad sobre sus futuras estadías dominicales. No tenía tiempo para preocuparse de asuntos ajenas a su dominio personal. ¿Golpe?, ¿qué golpe? Obama estaba decidiendo sobre su propia vida y muerte, porque según reseña un artículo en la Revista Time, "a pesar de que Obama quería asistir a una congregación en Washington, luego de probar varias iglesias, decidió que 'era incómodo' estar en un lugar público donde 'la gente' se acercaba para verlo." Entonces, por eso tuvo que trasladarse urgentemente a Camp David para aislarse de su pueblo.

La cuestión es que Obama, a pesar de que es el actual comandante en jefe del ejército estadounidense y el presidente del imperio, todavía no controla directamente toda la maquinaria imperial. Fuentes cercanas a Washington han confirmado que el Pentágono, a través de la misión militar (grupo militar) de Estados Unidos en Honduras, ha estado trabajando con los militares golpistas involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Zelaya. El Comando Sur realiza anualmente cerca de 55 maniobras con las fuerzas armadas de Honduras. La misión militar de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa financia a las fuerzas armadas de Honduras aproximadamente con dos millones de dólares cada año, y eso no incluye los millones de dólares que Washington suministra a través de otros programas de cooperación con Honduras y la gran inversión en la base militar de Estados Unidos en Soto Cano, Honduras.

Ayer, miembros del congreso golpista de Honduras anunciaron que durante la semana anterior habían celebrado reuniones con el embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens. Incluso, un congresista hondureño declaró que el embajador quería que dejaran que se realizara la encuesta programada para el domingo pasado sobre un futuro referéndum para la convocatoria de una asamblea constituyente, porque "más adelante podemos resolver el problema de la reforma constitucional, no se preocupen". Pero, según el congresista, no querían esperar hasta noviembre y permitir que Zelaya, junto al pueblo, "tomara decisiones sobre el futuro del país".

Es cierto que el gobierno de Estados Unidos se ha unido a la declaración contundente de la Organización de Estados Americanos que condena el golpe de Estado y exige el regreso inmediato del Presidente Zelaya al poder. Pero hasta hoy, los voceros de Washington que han dado la cara sobre la situación en Honduras, han dicho que aún no están considerando la suspensión del apoyo económico y militar a Honduras en caso de que los golpistas se nieguen a cumplir con la Carta Interamericana y los principios democráticos. ¿Será que plantean un golpe al estilo de Haití en 2004, cuando secuestraron al presidente Aristide y lo llevaron al exilio en África antes de que el mundo se enterara de la brutal violación de la democracia que estaba ocurriendo en el país caribeño? Fue un avión estadounidense el que llevó a Aristide, escoltado por militares estadounidenses. Y luego, el gobierno de Estados Unidos junto a la OEA, condenó la ruptura del orden constitucional. Pero en lugar de trabajar para el regreso de Aristide a su puesto legítimo como presidente de Haití, apoyaron a un "período de transición" para restablecer el Estado de derecho y permitir un proceso electoral "pacífico" durante el año siguiente. Además, enviaron tropas de la ONU a Haití, que principalmente eran estadounidenses, para "garantizar la paz y orden" en el país. Hasta hoy siguen allí.

La Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID) financia a grupos de la llamada "sociedad civil" en Honduras con más de 50 millones de dólares al año. A través de la National Endowment for Democracy (NED) y el Departamento de Estado, también canalizan millones de dólares y ayuda estratégica a los principales partidos y organizaciones políticas en Honduras a través del Instituto Republicano Internacional, el Instituto Demócrata Nacional y otras agencias de Washington. Grupos como Paz y Democracia, que salieron a la luz pública ayer respaldando el golpe de Estado en Honduras, reciben parte de ese dinero procedente de los autodenominados "promotores de la democracia". Tanto como en el caso de Venezuela, durante el golpe de Estado de abril 2002, el gobierno de Estados Unidos financió a los grupos involucrados en el golpe de Estado, y continuaba financiándolos a pesar de conocer sus planes golpistas. Tal vez no sea el "smoking gun" (o la evidencia directa) que comprueba la mano de Washington en el golpe, pero es suficiente para demostrar su complicidad.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró una vez que el Presidente Obama se vería sometido a una prueba internacional durante su primer año en el gobierno. La condena de Washington del golpe de Estado en Honduras tendrá que ser mucho más fuerte que su simple firma al final de la declaración de la OEA. Si no declaran que suspenderán el apoyo financiero al gobierno golpista en Honduras si éste continúa en el poder, el "cambio" que tanto avaló el presidente Obama con referencia a la relación entre su administración y América Latina quedará como un chantaje.

Eva Golinger


James Petras
Washington quiere a Zelaya de vuelta pero inhabilitado políticamente



En primera instancia, el gobierno norteamericano estaba implicado en el golpe. Desde muchos ángulos podemos hacer el análisis. Primero está el hecho de que los militares hondureños no funcionan sin consultar a los asesores presentes en ese país", dijo Petras.

Por: Aurelio Gil Beroes ::

El gobierno de los Estados Unidos estuvo detrás del golpe de Estado al presidente José Manuel Zelaya, pero el repudio mundial a ese hecho lo ha puesto a negociar con los mandos militares de Honduras, la posibilidad de que el presidente depuesto reasuma su cargo, pero en condiciones tales que le sea muy difícil continuar la línea de relaciones que mantiene con los países del Alba y, en particular, con el presidente Chávez.

Así lo consideró el analista y académico estadounidense, James Petras, en entrevista exclusiva con la Agencia Bolivariana de Noticias, sobre la situación que se vive en Honduras.

A su juicio, el gobierno norteamericano está implicado en el golpe de Estado en Honduras: "En primera instancia, el gobierno norteamericano estaba implicado en el golpe. Desde muchos ángulos podemos hacer el análisis. Primero está el hecho de que los militares hondureños no funcionan sin consultar a los asesores presentes en ese país".

Petras dice que los asesores estadounidenses están en todos los niveles de la jerarquía militar hondureña. "Eso primero; estructuralmente es imposible que los militares hondureños muevan un dedo sin consultar con los asesores de Estados Unidos".

"Segundo -explica- el gobierno de Obama está muy enojado por el hecho de que Zelaya está en alianza con Chávez y tomando medidas económicas de ayuda y en asociación con el Alba".

Señala el analista que hasta ahora el Gobierno de Obama no ha reconocido que hubo un golpe militar "y no han cortado ninguna ayuda ni relaciones con el gobierno golpista".

Dice que todas las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno de Washington, son reacciones forzadas por el repudio mundial al golpe.

"En principio -puntualiza- no denunciaron el golpe y es sólo después que toda la región de América Latina condena el golpe, después de muchas vacilaciones y para no quedar aislados, que tomaron la posiciones de las Naciones Unidas, OEA y demás organismos internacionales, pero siempre con mucha reticencia porque no quieren debilitar a sus aliados que son los militares y la oligarquía".

Indicó que en las discusiones en las Naciones Unidas sobre el tema, la delegación de Estados Unidos prolongó las deliberaciones por cuatro horas, para moderar la declaración final.

Y añade que mientras los países de América Latina retiran sus embajadores, Washington mantiene su embajador.

"Ahora están tratando de evitar que Zelaya vuelva al país como presidente y, si vuelve, lo haría en un marco institucional que debilita su política en alianza con Chávez. No hay duda de que Obama pensó que podía darse el golpe sin mayores consecuencias".

"Ahora otra vez tenemos un efecto boomerang. Cada vez que Obama trata de proyectar el poder estadounidense, bien sea en Afganistán, o en relación con la política económica, el plan de estímulos financieros o lo que sea, lanza la política y después tiene que replegarse, porque en el momento actual no es posible que pueda seguir la política imperialista de los anteriores presidentes", expresa.

- ¿Cuál cree que será el desenlace de esta situación cuando Zelaya se presente el sábado en Tegucigalpa?

- Todo dependerá del grado de apoyo que siga prestando Estados Unidos. Si siguen sin caracterizar a ese Gobierno como golpista, y sigue la ayuda y sigue el embajador, creo que puede fracasar la visita de Zelaya.

Petras toma unos segundos de pausa y continúa: "Yo creo que están negociando con los golpistas ahora, tratando de minimizar los efectos de la visita; tratando de separar la OEA y los presidentes de Ecuador y Argentina de Zelaya. Pienso que si tratan de arrestar a Zelaya eso va a provocar una gran crisis en todo el continente y eso pondría a los Estados Unidos en una posición muy incómoda".

Insiste en la importancia del apoyo de los Estados unidos al gobierno golpista, porque a su juicio, Honduras puede vivir sin un asiento en la OEA , pero no sin el 85% de su comercio con el país del norte.

"Pero mucho dependerá del grado en que Washington consiga debilitar completamente a Zelaya, para que vuelva como un presidente impotente, que no pueda lanzar ni la consulta ni el referendo. Yo creo que Washington está buscando eso".

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