sábado, 30 de enero de 2010

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(nr. 60) 12 de agosto de 2009


RED SOLIDARIA CON LA RESISTENCIA EN HONDURAS


El Sapo y el escorpión: A propósito de Honduras

En este momento se juegan las cartas definitorias de nuestro futuro: ¿podrá el escorpión imperialista superar su propia naturaleza?
Theotonio Dos Santos | Especial para ARGENPRESS.info | Hoy 1:59
Parece que los chistes nos permiten entender mejor a los E.E.U.U.:

El escorpión pidió al sapo para transpórtalo hasta el otro lado del río. El sapo dijo que no, pues él lo picaría.

“Pero esto es ilógico”, digo el escorpión, “sí yo te pico moriremos ambos pues yo me ahogaría junto contigo”. El sapo lo creyó y lo transportó. En la mitad del río el escorpión lo picó. El sapo desesperado protestó: “Pero vamos a morir ambos. Tú me lo hiciste comprender…” “Verdad”, digo el escorpión. “Pero no puedo ir contra mi propia naturaleza”.

Desde hace mucho asistiendo la terrible historia del escorpión imperialista. Los Estados Unidos terminaron la sangrenta guerra mundial eliminando 200.000 japoneses en pocos segundos. Fue el único país en el mundo que se atrevió tirar la bomba atómica. Esto llevó el planeta al terrible equilibrio nuclear que nos condujo a la situación estratégica de la “destrucción mutua” o el fin de la humanidad con el inevitable holocausto nuclear. Razones del escorpión.

¿Y todas estas guerras que ha hecho en la post guerra para preservar la “democracia ocidental cristiana”? Ellas terminaron por mover su propio pueblo en contra de las guerras coloniales como en Vietnam?

¿Y su estímulo y entrenamiento a los fundamentalistas islámicos para derrotar a la invasión soviética del Afganistán y para detener el avance del partido Baath en el Oriente Medio? Esto luego se convirtió en arma anti norteamericana llevando el terrorismo hacia dentro de los Estados Unidos.

Su desconocimiento y hasta negación de la brutal crisis ambiental que vive la humanidad y su negación a combatirla pone en riesgo la supervivencia de toda la humanidad.

¿Cuántas veces más el escorpión amenazará la supervivencia de la humanidad?

En América Latina el escorpión destruye su posible base de apoyo panamericana. Su desprecio por los pueblos latinos es tan profundo que no consiguió ponerse una sola vez del lado de las fuerzas progresistas en la región. Ni mismo la independencia regional que le interesaba tanto, pudo convertirse en fuente de amistad y colaboración. Ya Bolívar lo percibió.

Después Martí lo adivinó cuanto previó que el monstro anglosajón se apropiaría finalmente de las luchas por la independencia de Cuba y Puerto Rico para intentar convertirlos en sus colonias.

Véase ahora caso de Honduras.

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Una oportunidad para redimirse del rastro de terror que dejaron en la región los regímenes militares impuestos por los gobiernos estadunidenses. E.E.U.U. votó con los latinos
en la OEA (que se le escapa de las manos después de servirle tantas veces) en seguida demuestra su “naturaleza” golpista e antidemocrática al equiparar los golpistas al presidente constitucional (que todas las naciones del globo reconocerán como legitimo presidente de Honduras) en unas negociones más bien dilatorias que eficaces.

Y llegamos a asistir la secretaria de Estado llamar de “imprudente” el intento del presidente constitucional de reingresar a su país. Su discurso fue repetido por el jefe golpista con las mismas palabras. Vamos a morir todos nosotros y la democracia en la región si dependermos del escorpión para a travesar el río de la democratización. Pues ella no vendrá sin confrontación con el imperialismo estadunidense.

Es increíble ver como el imperio se rebela contra de los resultados de la democratización de la región. La democratización genera gobiernos cada vez más contrarios al reino neoliberal (impuesto por las instituciones internacionales a servicio de Washington. Bajo presión de estas fuerzas, los mandatarios electos contra el neoliberalismo se convirtieron en seguida sus más fríos ejecutores.

Como reacción al avance de las fuerzas populares en la región (obtenido mientras EEUU se ocupaban de las guerras sin fin en el Medio Oriente) fueron rehaciendo sus alianzas con las fuerzas más reaccionarias de la región. Veamos algunas de ellas:

El abogado de los jefes de la droga en Colombia, elegido por los esquemas más terribles del narcotráfico y que se apoya en los asesinos de las pandillas paramilitares. Este es exactamente el gobierno donde se concentran las tropas estadunidenses desafiando las fuerzas democráticas de la región y abriendo un espacio de amenaza de una guerra regional, iniciada ya con el bombardeo de Ecuador en nombre de las luchas internas de Colombia.

Los separatistas racistas de Bolivia que ponen en riesgo la paz en toda América del Sur mientras despliegan abiertamente las banderas anti indígenas.

El supuesto heredero peruano de la consigna de la “América indígena” que asume la responsabilidad de la represión a los indígenas y al movimiento popular en el centro mismo del antíguo imperio inca y abren sus fronteras para la entrada masiva de tropas norteamericanas y para golpistas venezolanos y bolivianos .

El presidente “no elegido” de México, a la manera de Georges W Bush.

La oposición golpista de Venezuela que ha recurrido a las formas de lucha más violentas e irracionales y a la difusión de mentiras absurdas sobre su país. ¿Cuántos aliados más se entregarán y transportarán al escorpión asesino? Esta política suicida pone en riesgo todos los pueblos de la región. El imperialismo nunca ha sido tan minoritario, violento y abiertamente reaccionario. El gobierno Obama está viviendo su prueba de fuego. Ninguno de sus actos liberales y democráticos fue acatado por el Estado norteamericano.

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La minoría republicana logra paralizar todos los avances - aún modestos pero importantes – que inició en contra de la naturaleza mórbida del capitalismo monopolista de Estado en que se funda el imperialismo estadunidense. Tenemos graves enfrentamientos por venir. ¿El escorpión dominará el siglo XXI y nos arrastrará a la carnicería que nos trajo el nacimiento del capitalismo monopolista a través de las 2 guerras “mundiales” y las terribles guerras coloniales del siglo XX? Como vemos, el enfrentamiento regional latinoamericano se desplaza hacia el centro del sistema. La vitoria espectacular de Obama indica claramente el grado de rechazo existente en los E.E.U.U. en contra de los métodos terroristas de Bush hijo y la pandilla que llevó al poder.

Pero los hechos de Honduras (como la oposición al desmonte de Guantánamo, el intento de frenar las negociaciones con Irán y de detener las restricciones al “holocausto” dirigido por Israel contra el pueblo palestino, las acusaciones en contra de la moderación del enfrentamiento con Cuba, entre otros intentos de paralizar los cambios estratégicos) indican claramente que las fuerzas ultra derechistas continúan firmes y actuantes dentro del Estado norteamericano.

En este momento se juegan las cartas definitorias de nuestro futuro: ¿podrá el escorpión imperialista superar su propia naturaleza? Solamente la derrota del imperialismo podrá garantizar la supervivencia de la humanidad. Por lo tanto las luchas antiimperialistas se unen en la periferia y en el centro del imperio. Esta convicción debe orientar nuestros pasos en esta nueva etapa de lucha en escala mundial.
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HONDURAS - La relatividad del tiempo

Miguel Ángel Pérez Pirela

Viernes 31 de julio de 2009, puesto en línea por Barómetro Internacional, Miguel Ángel Pérez Pirela

Tal como lo demuestra Einstein el tiempo es relativo. Pero ello no es sólo cierto para las leyes de la naturaleza. En la realidad política también el tiempo es relativo y nada nos demuestra más este hecho que el caso del golpe en Honduras.

Tiene razón la escolástica cuando define el tiempo como “Distentio animae”, es decir, la distensión del alma, que dicho de otro modo deja claro que el tiempo es subjetivo y depende de la percepción que de éste tenga quien lo viva: el tiempo es por ello una experiencia relativa, por el mismo hecho de ser una experiencia subjetiva.

En este sentido, podríamos preguntarnos ¿tiene el presidente constitucional de Honduras, Zelaya, la misma concepción del tiempo político que el Dictador Micheletti? Evidentemente no.

Quien da un golpe de Estado, sacando a un presidente de las fronteras de su país, e impidiendo por todos los medios que éste regrese, y con su presencia restablezca la constitucionalidad, no busca otra cosa que detener los relojes de la política para fraguar su hegemonía golpista, su status quo impuesto.

No cabe duda: el tiempo paralizado juega a favor de Micheletti y Romeo Vásquez. De ahí el hecho de que la táctica de los relojes parados por la negociación en Costa Rica jugaron indudablemente a favor del golpe, de sus coautores y patrocinantes.

Es bajo esta premisa que debe entonces interpretarse el testarudo intento del gobierno de Obama, a través de su instrumento político, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, de averiar los relojes de la historia, mediante una negociación que se fue extendiendo de más en más en su duración, hasta hacer perder segundos, minutos, horas y días que para el tiempo político de Zelaya valían oro.

De lo antes dicho se evidencia que los días de la mediación, sumados a las ulteriores 72 horas, no pueden entenderse, sin tomar en consideración que dentro de las fronteras hondureñas, la misma funcionó como cortina de hierro que no dejaba ver que esos instantes perdidos por una pseudo negociación eran acompañados por represión, amedrentamiento, dictadura.

El problema no es entonces que el Departamento de Estado aplique siempre las mismas recetas. El problema no es ni siquiera que no terminemos de aprenderlas. El problema ahora es que los golpistas seculares del Departamento de Estado entendieron que los nuevos golpes de Estado en Latinoamérica se fraguan manipulando a su merced, ya no más el tiempo de las armas, sino más aún el tiempo político.

Se manipula entonces ese tiempo político, cuando se eterniza un golpe de Estado con mesas de negociación, falsos pronunciamientos y cantinfladas diplomáticas.

Un tiempo preciso, se perdió pues, en Honduras, aupado por aquellos que todavía creen que los Estados Unidos pueden ayudar en algo las democracias latinoamericanas. Tiempo que no fue pensado más como definitivo jaque mate, sino más aún como jaque. Tiempo paralizado, transformado en advertencia, en mensaje para el ALBA.

Por lo pronto el resultado es preocupante: un presidente democráticamente electo en la frontera de su país jugando con lo que, parece ser, la espada de Damocles de los procesos de transformación sociopolítica latinoamericana: El tiempo político.

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La resistencia al golpe está creando un frente unido progresista

ESTADOS UNIDOS - Aceptaría el retorno de Zelaya pero sin poderes

Ernesto Tamara

Viernes 31 de julio de 2009, puesto en línea por Barómetro Internacional, Ernesto Tamara

El Departamento de Estado norteamericano está jugando sus fichas para que el presidente Manuel Zelaya retorne a Tegucigalpa para terminar su mandato, pero despojado de todas las atribuciones que le corresponden como primer mandatario, y así tratar de frenar la conformación de un movimiento político y social que construya una alternativa a los partidos políticos tradicionales con capacidad de acceder al gobierno a mediano plazo.

Algunas versiones de prensa sostienen que el ejército hondureño habría aceptado la propuesta u orden de Estados Unidos de aceptar el retorno de Manuel Zelaya a la presidencia según los términos de la propuesta del presidente de Costa Rica, Oscar Arias. Es decir, regresar a la presidencia para culminar su mandato, pero despojado de casi todas las atribuciones de un presidente y además con la aceptación del compromiso de abandonar la idea de impulsar una consulta popular para iniciar los trámites de una convocatoria a una asamblea constituyente.

Un comunicado oficial de las fuerzas armadas sostiene que “como institución respaldamos una solución a la problemática que atraviesa nuestro país mediante un proceso de negociación en el marco del Acuerdo de San José. Asimismo, reiteramos nuestro apoyo irrestricto a los resultados de la misma, conforme a nuestra Constitución y demás leyes”.

Algunas versiones señalaron además la participación de altos mandos militares en reuniones en Washington, pero el jefe del ejército, general Romeo Vásquez, negó esas negociaciones y diplomáticamente dijo que acataban lo que las autoridades civiles resolvieran sobre el retorno de Zelaya.

Ahora falta de Hillary Clinton, que conversa seguido con los líderes civiles del golpe, los convenza de aceptar esa salida. Según algunos medios de prensa que reciben información interna, uno de los elementos de presión de la secretaria de Estado, es frenar las visas para que los militares y empresarios hondureños puedan viajar a sus casas de veraneos, depósitos bancarios y negocios que tienen instalados en Miami, Estados Unidos.

El vínculo de los militares hondureños con Estados Unidos se fortaleció en los inicios de la década de los 80 cuando se instalaron bases militares norteamericanos en este país para dar apoyo logístico, entrenamiento y refugio a los “contras” nicaragüenses. Desde entonces se mantiene una base militar y los oficiales hondureños siguen recibiendo instrucción en la ex Escuela de las Américas, como es el caso del actual jefe del ejército y golpista, general Romeo Vázquez.

Temor al pueblo

La tozudez de la derecha oligárquica hondureña, y sus aliados en la administración norteamericana, comienzan a ver con temor el despertar del pueblo hondureño que a un mes del golpe de Estado se mantiene movilizado y construyendo organización al punto de transformarse en una fuerza política que puede llegar a cambiar el futuro del país.

Al inicio del golpe de Estado todos temían que la resistencia al golpe se fuera debilitando con el paso de los días ante la carencia de un movimiento político y social fuerte que respaldara el retorno del presidente constitucional. Pero con el transcurso de los días, los sindicatos, organizaciones sociales y políticas por fuera de los partidos tradicionales, comenzaron a tejer una red de resistencia y organización que de mantenerse, puede llegar a competir seriamente por el gobierno en un plazo mediano. Al mismo tiempo, esa resistencia al golpe fue más clara en sus demandas de retorno a la institucionalidad que el propio presidente depuesto. Mientras Zelaya, urgido quizás por los plazos para volver a su país, aceptaba la primera propuesta mediadora del presidente costarricense, Oscar Arias, el Frente de Resistencia al Golpe de Estado, rechazaba el planteo con argumentación más que suficiente.

Este fin de semana, el Frente Nacional contra el Golpe de Estado de Honduras ratificó en una reunión en una sede del Sindicato de Trabajadores de Bebidas y Similares (STIBYS) de la capital, las demandas de restitución incondicional del presidente Manuel Zelaya, y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para refunda la nación.

El temor al fortalecimiento del movimiento opositor se reflejó también en el atentado con explosivos ejecutado contra esa sede este domingo. La explosión ocurrió en la zona de los baños para los hombres y no provocó heridos, pero sí daños materiales.

Arias juega para los golpistas

La maniobra del presidente de Costa Rica para ganar espacio a los golpistas se hizo evidente en forma más clara cuando cuestionó el intento de Zelaya de reingresar a su país por la frontera con Nicaragua. Arias calificó la acción de Zelaya de “imprudente” con lo que quedó descalificado para mediar. ¿O es que acaso no es “imprudente” el volver a ocupar la presidencia de la cual fue desplazado?.

La actitud de Arias vuelve a situar en el tapete las primeras versiones del 28 de junio cuando los propios golpistas hondureños señalaron que el presidente de Costa Rica estaba al tanto de la detención y expulsión del país de Zelaya y que personalmente autorizó el ingreso del avión militar que traía al presidente hondureño destituído a su territorio.

Arias negó en esa ocasión, cuando brindaba una conferencia de prensa en el aeropuerto de San José con Zelaya a su lado, vestido aún con el pijama que tenía cuando fue arrestado, la versión de los golpistas. Entonces nadie insistió en el tema, pero resulta obvio que un avión militar no va a ingresar sin permiso a otro país.

Con el correr de los días también queda sin sostén la versión del Departamento de Estado norteamericano de que no conocía los planes del golpe. El embajador norteamericano en Tegucigalpa –un empresa republicano más preocupado de sus negocios- Hugo Llorens, no sólo informó de lo que se venía, sino que se reunió con los mandos militares y líderes políticos para transmitir –sin convicción- el “rechazo” del gobierno norteamericano al corte del proceso institucional.

En estos días se comprueba también el trabajo de lobbystas en el Congreso norteamericano a favor de los golpistas. Según el periodista argentino Santiago O´Donell, el lobby anticubano de Miami –ciudad donde la oligarquía y militares hondureños tienen sus casas de vacaciones- con Otto Reich y Roger Noriega a la cabeza, está presionando en la administración y la prensa norteamericana a favor de los golpistas, reproduciendo la versión de que fue un “desplazamiento constitucional” del presidente Zelaya. O`Donell, en una nota del pasado domingo, cita al embajador argentino en Washington, Héctor Timerman, que sostiene “si vas al Congreso está lleno de hondureños y gente paga por los hondureños haciendo lobby a favor del golpe”.

También algunos legisladores republicanos insisten en repetir la versión de los golpistas y acusan al presidente Obama de ponerse de lado de los “enemigos” de Estados Unidos, entre los que mencionan a Chávez, Morales y Correa. Toda una agenda definida de desestabilización de la derecha continental.

Las dos caras de Obama en Honduras

Carlos Rivera Lugo :: 30.07.09 :: América Latina

obamaAl inicio de la crisis, el pasado 28 de junio, parecía existir un acuerdo unánime entre todos los gobiernos de las Américas de condena al golpe, rechazo al gobierno de facto instaurado y reclamo por la restitución inmediata e incondicional del presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales. Sin embargo, al correr de los días y las semanas, la unanimidad se ha hecho agua tras las maniobras diplomáticas de Estados Unidos por reinscribir el conflicto dentro de su tradicional estrategia imperial.

Al cumplirse un mes del golpe de estado en Honduras, el campo de batalla se va deslindando con mayor claridad. Al inicio de la crisis, el pasado 28 de junio, parecía existir un acuerdo unánime entre todos los gobiernos de las Américas de condena al golpe, rechazo al gobierno de facto instaurado y reclamo por la restitución inmediata e incondicional del presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales. Sin embargo, al correr de los días y las semanas, la unanimidad se ha hecho agua tras las maniobras diplomáticas de Estados Unidos por reinscribir el conflicto dentro de su tradicional estrategia imperial.

La política exterior de Estados Unidos hacia la América Latina parece correr sobre dos carriles: uno basado en la retórica del presidente Barack Obama a favor de una nueva relación con la América nuestra, respetuosa de su soberanía y autodeterminación, y otro basado en la continuación de las mismas prácticas expansionistas e intervencionistas del Pentágono, el Departamento de Estado y las agencias de inteligencia yanquis. En el caso de Honduras, la retórica de Obama brilla por su insustancialidad e inconsecuencia frente a la fuerza contundente de los hechos protagonizados por la diplomacia de su gobierno, con su arrogancia imperial de siempre. Para ésta, el objetivo más importante no es cumplir con el imperativo normativo establecido unánimemente por la OEA para que se restituya de inmediato y sin restricciones al presidente constitucional de Honduras, sino que aislar al bloque de países adscritos al ALBA (Alternativa Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América), encabezado por la Venezuela bolivariana de Hugo Chávez Frías e integrada a su vez, entre otros, por Cuba, Bolivia y Nicaragua, gobiernos todos descalificados como enemigos bajo la anterior política exterior de George W. Bush y, según todos los indicios, también bajo el gobierno de Obama. En la medida en que Honduras, bajo la presidencia de Zelaya, estaba aliada al ALBA, ello ha sido suficiente para que la política exterior estadounidense se haya dado a la tarea de promover activamente una solución al conflicto que, para todos los fines prácticos, legitime los propósitos de los golpistas hondureños de poner fin a la agenda de cambios representada por su gobierno.

La dualidad que caracteriza la política exterior del gobierno de Obama muestra, por un lado, a un gobierno que se proyecta como conciliador aunque a su vez tolera aquellas fuerzas al interior de la estructura de poder en Washington que siguen pregonando y practicando, de mil y una maneras, abiertas y encubiertas, la misma política de fuerza de siempre. Es la política de “la zanahoria y el garrote” que ya nos había anticipado Obama en su campaña electoral. Si lo hace presionado por los rigores de la gobernabilidad, en el contexto de una compleja estructura de poder imperial que a todas luces no domina, o si lo hace por estar convencido de que carga con la misión de recuperar el liderazgo mundial de Washington en una era en que éste ha menguado considerablemente, poco importa. Los resultados son los mismos: la nefasta continuidad de políticas intervencionistas estadounidenses definidas estrictamente desde la óptica de sus intereses estratégicos imperiales y en total desconocimiento de la voluntad soberana expresa de nuestros pueblos.

Hillary Clinton, la principal encargada de la diplomacia de Obama, ha proclamado claramente que “la cuestión no es si EEUU puede o debe liderar, sino como liderará en el siglo XXI”. Al respecto abundó que “EEUU tiene la oportunidad, y una profunda responsabilidad de ejercer el liderazgo Americano para resolver problemas en acuerdo con otros. Este es el corazón de la misión de América en el mundo actual”. En fin, sea a las buenas o a las malas, Estados Unidos se propone ahora ejercer la hegemonía sobre el nuevo mundo multipolar que se ha ido abriendo paso.

De ahí que en los pasados días Clinton ha pasado de la tímida condena a los golpistas a la dilación del retorno efectivo de Zelaya a Honduras y su restitución como presidente con todas sus prerrogativas constitucionales. Su estrategia de apoyo velado a los golpistas se apuntala en las gestiones mediadoras del presidente costarricense Oscar Arias, quien tristemente se ha prestado para servir de burdo instrumento de la diplomacia yanqui. Incluso, en días pasados tuvo el descaro de opinar públicamente que fue un error de Zelaya incorporar Honduras al ALBA.

Denuncia al respecto el pasado lunes 27 de julio un editorial del periódico mexicano La Jornada que a estas alturas se ha hecho evidente “el papel de Óscar Arias como parapeto diplomático del régimen de facto implantado en esa nación, ya que cuando las diplomacias latinoamericanas confiaron al mandatario costarricense una tarea de gestión para negociar los términos del retorno de Zelaya a la presidencia hondureña, éste fue mucho más allá de sus atribuciones y formuló un plan –al que denominó Declaración de San José– que otorgaba beneficios políticos injustificados e inmerecidos a quienes son, de acuerdo con el derecho internacional y el hondureño, delincuentes: su participación en un gobierno de unidad nacional y la suspensión definitiva de la consulta que el mandatario constitucional pretendía realizar en torno a la reelección, lo cual fue una bocanada de oxígeno al entonces cercado régimen espurio, cuyos cabecillas se envalentonaron y rechazaron la propuesta”. Y puntualizan los editorialistas del prestigioso diario: “Debe considerarse, a este respecto, que más allá de la inadmisible perpetuación del gobierno espurio hondureño, el que se otorgue cualquier clase de premio político e institucional a los golpistas sentaría un precedente nefasto para el futuro de las democracias en el hemisferio; es indispensable, por tanto, impedir que proliferen sectores políticos tentados a usar la fuerza militar institucional para la obtención de cuotas de poder”.

Frente a las maniobras de Washington, el Mercosur acordó el pasado fin de semana expresar su firme respaldo a Zelaya y advirtió que no reconocerá las elecciones convocadas por los golpistas, las mismas que se pretenden validar bajo la propuesta Clinton-Arias. El documento suscrito por los presidentes reunidos en la Cumbre de Asunción expresó su rechazo a cualquier medida unilateral que adopte el gobierno de facto y exigieron la inmediata e incondicional restitución de Zelaya.

En un contundente gesto de rechazo, los países del Mercosur anticiparon que no considerarán válido acto unilateral alguno de parte del gobierno de facto de Honduras, ni siquiera el llamado a elecciones. La propuesta partió de la presidenta argentina Cristina Fernández, quien sostuvo durante el plenario: “No podemos tolerar lo que sería una ficción de un gobierno de facto que destituye a un gobierno democrático, luego se compromete a llamar a elecciones y entonces se reconoce ese proceso electoral posterior”.

“Es importante abordar la cuestión sin discursos inflamados, ni agresiones, pero sí con mucha decisión y precisión, que también debemos condenar cualquier intento de lo que denomino ‘golpes benévolos’, que serían destituir a través de una gestión cívico-militar a un gobierno constitucional, pasar un tiempo y luego convocar a elecciones –que seguramente tendrán la presencia de numerosos delegados internacionales– y de esta manera legalizar lo que constituye un golpe y entonces concebir la carta de defunción de la Carta Democrática de la OEA y también hacer una ficción la cláusula democrática de nuestro Mercosur”, puntualizó Fernández.
Luego de su intervención, la mandataria argentina recibió una llamada de Zelaya, en la que le agradeció sus palabras. Éste se hallaba todavía en Nicaragua, en anticipó a la breve y simbólica incursión que haría en territorio hondureño para luego regresar a territorio nicaragüense donde estableció su base de operaciones en Ocotal, contiguo a la frontera con su país, para forzar su retorno definitivo en coordinación con las fuerzas internas opositoras al golpe.

Por otra parte, el presidente paraguayo Fernando Lugo, exclamó también en la Cumbre que “Honduras es una herida que sangra”, añadiendo que “ese golpe no quedará impune”. Asimismo, el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue contundente: “Lo de Honduras es un retroceso democrático que no se puede tolerar y con el que no se puede transigir”. Por su parte, el presidente boliviano Evo Morales se encargó de denunciar las dos caras de la intervención del gobierno de Obama en torno a la crisis hondureña y la existencia en Estados Unidos de unas fuerzas derechistas que promueven activamente el apoyo a los golpistas.

Son esas dos caras de Washington lo que llevó el pasado domingo a Zelaya a reclamarle a ese país “enfrentar con fuerza” a los golpistas. “Que deje de evadir el tema de la dictadura, que la enfrente con fuerza para saber realmente cuál es la postura de EE.UU. en relación a este golpe de Estado”, afirmó.


El autor es Catedrático de Filosofía y Teoría del Derecho y del Estado en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos, en Mayagüez, Puerto Rico. Es, además, miembro de la Junta de Directores y colaborador permanente del semanario puertorriqueño “Claridad”.


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