lunes, 1 de marzo de 2010

INFORMACIONES HONDURAS ( nr. 424 ) 28 de febrero 2010

RED SOLIDARIA CON LA RESISTENCIA EN HONDURAS

Sitio actualizado diariamente con un resumen de últimas noticias alternativas de la resistencia en Honduras rompiendo con el cerco desinformativo.

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Che Guevara

El socialismo y el hombre en Cuba

(1965)

Estimado compañero*:

Acabo estas notas en viaje por África, animado del deseo de cumplir, aunque tardíamente, mi promesa. Quisiera hacerlo tratando el tema del título. Creo que pudiera ser interesante para los lectores uruguayos.

Es común escuchar de boca de los voceros capitalistas, como un argumento en la lucha ideológica contra el socialismo, la afirmación de que este sistema social o el período de construcción del socialismo al que estamos nosotros abocados, se caracteriza por la abolición del individuo en aras del Estado. No pretenderé refutar esta afirmación sobre una base meramente teórica, sino establecer los hechos tal cual se viven en Cuba y agregar comentarios de índole general. Primero esbozaré a grandes rasgos la historia de nuestra lucha revolucionaria antes y después de la toma del poder.

Como es sabido, la fecha precisa en que se iniciaron las acciones revolucionarias que culminaron el primero de enero de 1959, fue el 26 de julio de 1953. Un grupo de hombres dirigidos por Fidel Castro atacó la madrugada de ese día el cuartel Moncada, en la provincia de Oriente. El ataque fue un fracaso, el fracaso se transformó en desastre y los sobrevivientes fueron a parar a la cárcel, para reiniciar, luego de ser amnistiados, la lucha revolucionaria.

Durante este proceso, en el cual solamente existían gérmenes de socialismo, el hombre era un factor fundamental. En él se confiaba, individualizado, específico, con nombre y apellido, y de su capacidad de acción dependía el triunfo o el fracaso del hecho encomendado.

Llego la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes, el individuo fue el factor fundamental. Cada uno de los combatientes de la Sierra Maestra que alcanzara algún grado superior en las fuerzas revolucionarias, tiene una historia de hechos notables en su haber. En base a estos lograba sus grados.

Fue la primera época heroica, en la cual se disputaban por lograr un cargo de mayor responsabilidad, de mayor peligro, sin otra satisfacción que el cumplimiento del deber. En nuestro trabajo de educación revolucionaria, volvemos a menudo sobre este tema aleccionador. En la actitud de nuestros combatientes se vislumbra al hombre del futuro.

En otras oportunidades de nuestra historia se repitió el hecho de la entrega total a la causa revolucionaria. Durante la Crisis de Octubre o en los días del ciclón Flora, vimos actos de valor y sacrificio excepcionales realizados por todo un pueblo. Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica, es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico.

En enero de 1959 se estableció el gobierno revolucionario con la participación en él de varios miembros de la burguesía entreguista. La presencia del Ejército Rebelde constituía la garantía de poder, como factor fundamental de fuerza.

Se produjeron enseguida contradicciones seria, resueltas, en primera instancia, en febrero del 59, cuando Fidel Castro asumió la jefatura de gobierno con el cargo de primer ministro. Culminaba el proceso en julio del mismo año, al renunciar el presidente Urrutia ante la presión de las masas.

Aparecía en la historia de la Revolución Cubana, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa.

Este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además, por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. Es verdad que sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro, pero el grado en que él ha ganado esa confianza responde precisamente a la interpretación cabal de los deseos del pueblo, de sus aspiraciones, y a la lucha sincera por el cumplimiento de las promesas hechas.

La masa participó en la reforma agraria y en el difícil empeño de la administración de las empresas estatales; pasó por la experiencia heroica de Playa Girón; se forjó en las luchas contra las distintas bandas de bandidos armadas por la CIA; vivió una de las definiciones más importantes de los tiempos modernos en la Crisis de Octubre y sigue hoy trabajando en la construcción del socialismo.

Vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de supeditación del individuo al Estado, la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etcétera. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya. Otras veces, experiencias locales se toman por el partido y el gobierno para hacerlas generales, siguiendo el mismo procedimiento.

Sin embargo, el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar. Así sucedió en marzo de 1962 ante una política sectaria impuesta al partido por Aníbal Escalante.

Es evidente que el mecanismo no basta para asegurar una sucesión de medidas sensatas y que falta una conexión más estructurada con las masas. Debemos mejorarla durante el curso de los próximos años pero, en el caso de las iniciativas surgidas de estratos superiores del gobierno utilizamos por ahora el método casi intuitivo de auscultar las reacciones generales frente a los problemas planteados.

Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el pueblo solo puede apreciarse viéndolo actuar. En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor. Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y victoria.

Lo difícil de entender, para quien no viva la experiencia de la revolución, es esa estrecha unidad dialéctica existente entre el individuo y la masa, donde ambos se interrelacionan y, a su vez, la masa, como conjunto de individuos, se interrelaciona con los dirigentes.

En el capitalismo se pueden ver algunos fenómenos de este tipo cuando aparecen políticos capaces de lograr la movilización popular, pero si no se trata de un auténtico movimiento social, en cuyo caso no es plenamente lícito hablar de capitalismo, el movimiento vivirá lo que la vida de quien lo impulse o hasta el fin de las ilusiones populares, impuesto por el rigor de la sociedad capitalista. En esta, el hombre está dirigido por un frío ordenamiento que, habitualmente, escapa al dominio de la comprensión. El ejemplar humano, enajenado, tiene un invisible cordón umbilical que le liga a la sociedad en su conjunto: la ley del valor. Ella actúa en todos los aspectos de la vida, va modelando su camino y su destino.

Las leyes del capitalismo, invisibles para el común de las gentes y ciegas, actúan sobre el individuo sin que este se percate. Solo ve la amplitud de un horizonte que aparece infinito. Así lo presenta la propaganda capitalista que pretende extraer del caso Rockefeller —verídico o no—, una lección sobre las posibilidades de éxito. La miseria que es necesario acumular para que surja un ejemplo así y la suma de ruindades que conlleva una fortuna de esa magnitud, no aparecen en el cuadro y no siempre es posible a las fuerzas populares aclarar estos conceptos. (Cabría aquí la disquisición sobre cómo en los países imperialistas los obreros van perdiendo su espíritu internacional de clase al influjo de una cierta complicidad en la explotación de los países dependientes y cómo este hecho, al mismo tiempo, lima el espíritu de lucha de las masas en el propio país, pero ese es un tema que sale de la intención de estas notas.)

De todos modos, se muestra el camino con escollos que aparentemente, un individuo con las cualidades necesarias puede superar para llegar a la meta. El premio se avizora en la lejanía; el camino es solitario. Además, es una carrera de lobos: solamente se puede llegar sobre el fracaso de otros.

Intentaré, ahora, definir al individuo, actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad.

Creo que lo más sencillo es reconocer su cualidad de no hecho, de producto no acabado. Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas.

El proceso es doble, por un lado actúa la sociedad con su educación directa e indirecta, por otro, el individuo se somete a un proceso consciente de autoeducación.

La nueva sociedad en formación tiene que competir muy duramente con el pasado. Esto se hace sentir no solo en la conciencia individual en la que pesan los residuos de una educación sistemáticamente orientada al aislamiento del individuo, sino también por el carácter mismo de este período de transición con persistencia de las relaciones mercantiles. La mercancía es la célula económica de la sociedad capitalista; mientras exista, sus efectos se harán sentir en la organización de la producción y, por ende, en la conciencia.

En el esquema de Marx se concebía el período de transición como resultado de la transformación explosiva del sistema capitalista destrozado por sus contradicciones; en la realidad posterior se ha visto cómo se desgajan del árbol imperialista algunos países que constituyen ramas débiles, fenómeno previsto por Lenin. En estos, el capitalismo se ha desarrollado lo suficiente como para hacer sentir sus efectos, de un modo u otro, sobre el pueblo, pero no son sus propias contradicciones las que, agotadas todas las posibilidades, hacen saltar el sistema. La lucha de liberación contra un opresor externo, la miseria provocada por accidentes extraños, como la guerra, cuyas consecuencias hacen recaer las clases privilegiadas sobre los explotados, los movimientos de liberación destinados a derrocar regímenes neocoloniales, son los factores habituales de desencadenamiento. La acción consciente hace el resto.

En estos países no se ha producido todavía una educación completa para el trabajo social y la riqueza dista de estar al alcance de las masas mediante el simple proceso de apropiación. El subdesarrollo por un lado y la habitual fuga de capitales hacia países «civilizados» por otro, hacen imposible un cambio rápido y sin sacrificios. Resta un gran tramo a recorrer en la construcción de la base económica y la tentación de seguir los caminos trillados del interés material, como palanca impulsora de un desarrollo acelerado, es muy grande.

Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.

De allí que sea tan importante elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Este instrumento debe ser de índole moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo material, sobre todo de naturaleza social.

Como ya dije, en momentos de peligro extremo es fácil potenciar los estímulos morales; para mantener su vigencia, es necesario el desarrollo de una conciencia en la que los valores adquieran categorías nuevas. La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela.

Las grandes líneas del fenómeno son similares al proceso de formación de la conciencia capitalista en su primera época. El capitalismo recurre a la fuerza, pero, además, educa a la gente en el sistema. La propaganda directa se realiza por los encargados de explicar la ineluctabilidad de un régimen de clase, ya sea de origen divino o por imposición de la naturaleza como ente mecánico. Esto aplaca a las masas que se ven oprimidas por un mal contra el cual no es posible la lucha.

A continuación viene la esperanza, y en esto se diferencia de los anteriores regímenes de casta que no daban salida posible.

Para algunos continuará vigente todavía la fórmula de casta: el premio a los obedientes consiste en el arribo, después de la muerte, a otros mundos maravillosos donde los buenos son los premiados, con lo que se sigue la vieja tradición. Para otros, la innovación; la separación en clases es fatal, pero los individuos pueden salir de aquella a que pertenecen mediante el trabajo, la iniciativa, etcétera. Este proceso, y el de autoeducación para el triunfo, deben ser profundamente hipócritas: es la demostración interesada de que una mentira es verdad.

En nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparto de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra.

Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se autoeduca.

En este período de construcción del socialismo podemos ver el hombre nuevo que va naciendo. Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas. Descontando aquellos cuya falta de educación los hace tender al camino solitario, a la autosatisfacción de sus ambiciones, los hay que aun dentro de este nuevo panorama de marcha conjunta, tienen tendencia a caminar aislados de la masa que acompañan. Lo importante es que los hombres van adquiriendo cada día más conciencia de la necesidad de su incorporación a la sociedad y, al mismo tiempo, de su importancia como motores de la misma.

Ya no marchan completamente solos, por veredas extraviadas, hacia lejanos anhelos. Siguen a su vanguardia, constituida por el partido, por los obreros de avanzada, por los hombres de avanzada que caminan ligados a las masas y en estrecha comunión con ellas. Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero esta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista.

El camino es largo y lleno de dificultades. A veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo.

A pesar de la importancia dada a los estímulos morales, el hecho de que exista la división en dos grupos principales (excluyendo, claro está, a la fracción minoritaria de los que no participan, por una razón u otra en la construcción del socialismo), indica la relativa falta de desarrollo de la conciencia social. El grupo de vanguardia es ideológicamente más avanzado que la masa; esta conoce los valores nuevos, pero insuficientemente. Mientras en los primeros se produce un cambio cualitativo que le permite ir al sacrificio en su función de avanzada, los segundos sólo ven a medias y deben ser sometidos a estímulos y presiones de cierta intensidad; es la dictadura del proletariado ejerciéndose no sólo sobre la clase derrotada, sino también individualmente, sobre la clase vencedora.

Todo esto entraña, para su éxito total, la necesidad de una serie de mecanismos, las instituciones revolucionarias. En la imagen de las multitudes marchando hacia el futuro, encaja el concepto de institucionalización como el de un conjunto armónico de canales, escalones, represas, aparatos bien aceitados que permitan esa marcha, que permitan la selección natural de los destinados a caminar en la vanguardia y que adjudiquen el premio y el castigo a los que cumplen o atenten contra la sociedad en construcción.

Esta institucionalidad de la Revolución todavía no se ha logrado. Buscamos algo nuevo que permita la perfecta identificación entre el Gobierno y la comunidad en su conjunto, ajustada a las condiciones peculiares de la construcción del socialismo y huyendo al máximo de los lugares comunes de la democracia burguesa, trasplantados a la sociedad en formación (como las cámaras legislativas, por ejemplo). Se han hecho algunas experiencias dedicadas a crear paulatinamente la institucionalización de la Revolución, pero sin demasiada prisa. El freno mayor que hemos tenido ha sido el miedo a que cualquier aspecto formal nos separe de las masas y del individuo, nos haga perder de vista la última y más importante ambición revolucionaria que es ver al hombre liberado de su enajenación.

No obstante la carencia de instituciones, lo que debe superarse gradualmente, ahora las masas hacen la historia como el conjunto consciente de individuos que luchan por una misma causa. El hombre, en el socialismo, a pesar de su aparente estandarización, es más completo; a pesar de la falta del mecanismo perfecto para ello, su posibilidad de expresarse y hacerse sentir en el aparato social es infinitamente mayor.

Todavía es preciso acentuar su participación consciente, individual y colectiva, en todos los mecanismos de dirección y de producción y ligarla a la idea de la necesidad de la educación técnica e ideológica, de manera que sienta cómo estos procesos son estrechamente interdependientes y sus avances son paralelos. Así logrará la total consciencia de su ser social, lo que equivale a su realización plena como criatura humana, rotas todas las cadenas de la enajenación.

Esto se traducirá concretamente en la reapropiación de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte.

Para que se desarrolle en la primera, el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía-hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de sí mismo, un aporte a la vida común en que se refleja; el cumplimiento de su deber social.

Hacemos todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber social y unirlo al desarrollo de la técnica, por un lado, lo que dará condiciones para una mayor libertad, y al trabajo voluntario por otro, basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía.

Claro que todavía hay aspectos coactivos en el trabajo, aún cuando sea necesario; el hombre no ha transformado toda la coerción que lo rodea en reflejo condicionado de naturaleza social y todavía produce, en muchos casos, bajo la presión del medio (compulsión moral, la llama Fidel). Todavía le falta el lograr la completa recreación espiritual ante su propia obra, sin la presión directa del medio social, pero ligado a él por los nuevos hábitos. Esto será el comunismo.

El cambio no se produce automáticamente en la conciencia, como no se produce tampoco en la economía. Las variaciones son lentas y no son rítmicas; hay períodos de aceleración, otros pausados e incluso, de retroceso.

Debemos considerar, además como apuntáramos antes, que no estamos frente al período de transición puro, tal como lo viera Marx en la Crítica del Programa de Gotha, sino de una nueva fase no prevista por él; primer período de transición del comunismo o de la construcción del socialismo. Este transcurre en medio de violentas luchas de clase y con elementos de capitalismo en su seno que oscurecen la comprensión cabal de su esencia.

Si a esto de agrega el escolasticismo que ha frenado el desarrollo de la filosofía marxista e impedido el tratamiento sistemático del período, cuya economía política no se ha desarrollado, debemos convenir en que todavía estamos en pañales y es preciso dedicarse a investigar todas las características primordiales del mismo antes de elaborar una teoría económica y política de mayor alcance.

La teoría que resulte dará indefectiblemente preeminencia a los dos pilares de la construcción: la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica. En ambos aspectos nos falta mucho por hacer, pero es menos excusable el atraso en cuanto a la concepción de la técnica como base fundamental, ya que aquí no se trata de avanzar a ciegas sino de seguir durante un buen tramo el camino abierto por los países más adelantados del mundo. Por ello Fidel machaca con tanta insistencia sobre la necesidad de la formación tecnológica y científica de todo nuestro pueblo y más aún, de su vanguardia.

En el campo de las ideas que conducen a actividades no productivas, es más fácil ver la división entre la necesidad material y espiritual. Desde hace mucho tiempo el hombre trata de liberarse de la enajenación mediante la cultura y el arte. Muere diariamente las ocho y más horas en que actúa como mercancía para resucitar en su creación espiritual. pero este remedio porta los gérmenes de la misma enfermedad.: es un ser solitario el que busca comunión con la naturaleza. Defiende su individualidad oprimida por el medio y reacciona ante las ideas estéticas como un ser único cuya aspiración es permanecer inmaculado.

Se trata sólo de un intento de fuga. La ley del valor no es ya un mero reflejo de las relaciones de producción; los capitalistas monopolistas la rodean de un complicado andamiaje que la convierte en una sierva dócil, aún cuando los métodos que emplean sean puramente empíricos. La superestructura impone un tipo de arte en el cual hay que educar a los artistas. Los rebeldes son dominados por la maquinaria y sólo los talentos excepcionales podrán crear su propia obra. Los restantes devienen asalariados vergonzantes o son triturados.

Se inventa la investigación artística a la que se da como definitoria de la libertad, pero esta «investigación» tiene sus límites imperceptibles hasta el momento de chocar con ellos, vale decir, de plantearse los reales problemas del hombre y su enajenación. La angustia sin sentido o el pasatiempo vulgar constituyen válvulas cómodas a la inquietud humana; se combate la idea de hacer del arte un arma de denuncia.

Si se respetan las leyes del juego se consiguen todos los honores; los que podría tener un mono al inventar piruetas. La condición es no tratar de escapar de la jaula invisible.

Cuando la Revolución tomó el poder se produjo el éxodo de los domesticados totales; los demás, revolucionarios o no, vieron un camino nuevo. La investigación artística cobró nuevo impulso. Sin embargo, las rutas estaban más o menos trazadas y el sentido del concepto fuga se escondió tras la palabra libertad. En los propios revolucionarios se mantuvo muchas veces esta actitud, reflejo del idealismo burgués en la conciencia.

En países que pasaron por un proceso similar se pretendió combatir estas tendencias con un dogmatismo exagerado. La cultura general se convirtió casi en un tabú y se proclamó el summum de la aspiración cultural, una representación formalmente exacta de la naturaleza, convirtiéndose ésta, luego, en una representación mecánica de la realidad social que se quería hacer ver; la sociedad ideal, casi sin conflictos ni contradicciones, que se buscaba crear.

El socialismo es joven y tiene errores.

Los revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y la audacia intelectual necesarias para encarar la tarea del desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales y los métodos convencionales sufren de la influencia de la sociedad que los creó. (Otra vez se plantea el tema de la relación entre forma y contenido.) La desorientación es grande y los problemas de la construcción material nos absorben. No hay artistas de gran autoridad que, a su vez, tengan gran autoridad revolucionaria. Los hombres del Partido deben tomar esa tarea entre las manos y buscar el logro del objetivo principal: educar al pueblo.

Se busca entonces la simplificación, lo que entiende todo el mundo, que es lo que entienden los funcionarios. Se anula la auténtica investigación artística y se reduce al problema de la cultura general a una apropiación del presente socialista y del pasado muerto (por tanto, no peligroso). Así nace el realismo socialista sobre las bases del arte del siglo pasado.

Pero el arte realista del siglo XIX, también es de clase, más puramente capitalista, quizás, que este arte decadente del siglo XX, donde se transparenta la angustia del hombre enajenado. El capitalismo en cultura ha dado todo de sí y no queda de él sino el anuncio de un cadáver maloliente en arte, su decadencia de hoy. Pero, ¿por qué pretender buscar en las formas congeladas del realismo socialista la única receta válida? No se puede oponer al realismo socialista «la libertad», porque ésta no existe todavía, no existirá hasta el completo desarrollo de la sociedad nueva; pero no se pretenda condenar a todas la formas de arte posteriores a la primer mitad del siglo XIX desde el trono pontificio del realismo a ultranza, pues se caería en un error proudhoniano de retorno al pasado, poniéndole camisa de fuerza a la expresión artística del hombre que nace y se construye hoy.

Falta el desarrollo de un mecanismo ideológico cultural que permita la investigación y desbroce la mala hierba, tan fácilmente multiplicable en el terreno abonado de la subvención estatal.

En nuestro país, el error del mecanicismo realista no se ha dado, pero sí otro signo de contrario. Y ha sido por no comprender la necesidad de la creación del hombre nuevo, que no sea el que represente las ideas del siglo XIX, pero tampoco las de nuestro siglo decadente y morboso. El hombre del siglo XXI es el que debemos crear, aunque todavía es una aspiración subjetiva y no sistematizada. Precisamente éste es uno de los puntos fundamentales de nuestro estudio y de nuestro trabajo y en la medida en que logremos éxitos concretos sobre una base teórica o, viceversa, extraigamos conclusiones teóricas de carácter amplio sobre la base de nuestra investigación concreta, habremos hecho un aporte valioso al marxismo-leninismo, a la causa de la humanidad. La reacción contra el hombre del siglo XIX nos ha traído la reincidencia en el decadentismo del siglo XX; no es un error demasiado grave, pero debemos superarlo, so pena de abrir un ancho cauce al revisionismo.

Las grandes multitudes se van desarrollando, las nuevas ideas van alcanzando adecuado ímpetu en el seno de la sociedad, las posibilidades materiales de desarrollo integral de absolutamente todos sus miembros, hacen mucho más fructífera la labor. El presente es de lucha, el futuro es nuestro.

Resumiendo, la culpabilidad de muchos de nuestros intelectuales y artistas reside en su pecado original; no son auténticamente revolucionarios. Podemos intentar injertar el olmo para que dé peras, pero simultáneamente hay que sembrar perales. Las nuevas generaciones vendrán libres del pecado original. Las posibilidades de que surjan artistas excepcionales serán tanto mayores cuanto más se haya ensanchado el campo de la cultura y la posibilidad de expresión. Nuestra tarea consiste en impedir que la generación actual, dislocada por sus conflictos, se pervierta y pervierta a las nuevas. No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni «becarios» que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo. Es un proceso que requiere tiempo.

En nuestra sociedad, juegan un papel la juventud y el Partido.

Particularmente importante es la primera, por ser la arcilla maleable con que se puede construir al hombre nuevo sin ninguna de las taras anteriores.

Ella recibe un trato acorde con nuestras ambiciones. Su educación es cada vez más completa y no olvidamos su integración al trabajo desde los primeros instantes. Nuestros becarios hacen trabajo físico en sus vacaciones o simultáneamente con el estudio. El trabajo es un premio en ciertos casos, un instrumento de educación, en otros, jamás un castigo. Una nueva generación nace.

El Partido es una organización de vanguardia. Los mejores trabajadores son propuestos por sus compañeros para integrarlo. Este es minoritario pero de gran autoridad por la calidad de sus cuadros. Nuestra aspiración es que el Partido sea de masas, pero cuando las masas hayan alcanzado el nivel de desarrollo de la vanguardia, es decir, cuando estén educados para el comunismo. Y a esa educación va encaminado el trabajo. El Partido es el ejemplo vivo; sus cuadros deben dictar cátedras de laboriosidad y sacrificio, deben llevar, con su acción, a las masas, al fin de la tarea revolucionaria, lo que entraña años de duro bregar contra las dificultades de la construcción, los enemigos de clase, las lacras del pasado, el imperialismo…

Quisiera explicar ahora el papel que juega la personalidad, el hombre como individuo de las masas que hacen la historia. Es nuestra experiencia no una receta.

Fidel dio a la Revolución el impulso en los primeros años, la dirección, la tónica siempre, peros hay un buen grupo de revolucionarios que se desarrollan en el mismo sentido que el dirigente máximo y una gran masa que sigue a sus dirigente porque les tiene fe; y les tiene fe, porque ellos han sabido interpretar sus anhelos.

No se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año se pueda ir alguien a pasearse en la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad. El individuo de nuestro país sabe que la época gloriosa que le toca vivir es de sacrificio; conoce el sacrificio. Los primeros lo conocieron en la Sierra Maestra y dondequiera que se luchó; después lo hemos conocido en toda Cuba. Cuba es la vanguardia de América y debe hacer sacrificios porque ocupa el lugar de avanzada, porque indica a las masas de América Latina el camino de la libertad plena.

Dentro del país, los dirigentes tienen que cumplir su papel de vanguardia; y, hay que decirlo con toda sinceridad, en una revolución verdadera a la que se le da todo, de la cual no se espera ninguna retribución material, la tarea del revolucionario de vanguardia es a la vez magnífica y angustiosa.

Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad. Quizás sea uno de los grandes dramas del dirigente; éste debe unir a un espíritu apasionado una mente fría y tomar decisiones dolorosas son que se contraiga un músculo. Nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas más sagradas y hacerlo único, indivisible. No pueden descender con su pequeña dosis de cariño cotidiano hacia los lugares donde el hombre común lo ejercita.

Los dirigentes de la Revolución tienen hijos que en sus primeros balbuceos, no aprenden a nombrar al padre; mujeres que deben ser parte del sacrificio general de su vida para llevar la Revolución a su destino; el marco de los amigos responde estrictamente al marco de los compañeros de Revolución. No hay vida fuera de ella.

En esas condiciones, hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.

El revolucionario, motor ideológico de la revolución dentro de su partido, se consume en esa actividad ininterrumpida que no tiene más fin que la muerte, a menos que la construcción se logre en escala mundial. Si su afán de revolucionario se embota cuando las tareas más apremiantes se ven realizadas a escala loca y se olvida el internacionalismo proletario, la revolución que dirige deja de ser una fuerza impulsora y se sume en una cómoda modorra, aprovechada por nuestros enemigos irreconciliables, el imperialismo, que gana terreno. El internacionalismo proletario es un deber pero también es una necesidad revolucionaria. Así educamos a nuestro pueblo.

Claro que hay peligros presentes en las actuales circunstancias. No sólo el del dogmatismo, no sólo el de congelar las relaciones con las masas en medio de la gran tarea; también existe el peligro de las debilidades en que se puede caer. Si un hombre piensa que, para dedicar su vida entera a la revolución, no puede distraer su mente por la preocupación de que a un hijo le falte determinado producto, que los zapatos de los niños estén rotos, que su familia carezca de determinado bien necesario, bajo este razonamiento deja infiltrarse los gérmenes de la futura corrupción.

En nuestro caso, hemos mantenido que nuestros hijos deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; y nuestra familia debe comprenderlo y luchar por ello. La revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario.

Así vamos marchando. A la cabeza de la inmensa columna —no nos avergüenza ni nos intimida decirlo— va Fidel, después, los mejores cuadros del Partido, e inmediatamente, tan cerca que se siente su enorme fuerza, va el pueblo en su conjunto sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común; individuos que han alcanzado la conciencia de lo que es necesario hacer; hombres que luchan por salir del reino de la necesidad y entrar al de la libertad.

Esa inmensa muchedumbre se ordena; su orden responde a la conciencia de la necesidad del mismo ya no es fuerza dispersa, divisible en miles de fracciones disparadas al espacio como fragmentos de granada, tratando de alcanzar por cualquier medio, en lucha reñida con sus iguales, una posición, algo que permita apoyo frente al futuro incierto.

Sabemos que hay sacrificios delante nuestro y que debemos pagar un precio por el hecho heroico de constituir una vanguardia como nación. Nosotros, dirigentes, sabemos que tenemos que pagar un precio por tener derecho a decir que estamos a la cabeza del pueblo que está a la cabeza de América. Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte.

Permítame intentar unas conclusiones:

Nosotros, socialistas, somos más libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más libres.

El esqueleto de nuestra libertad completa está formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los crearemos.

Nuestra libertad y su sostén cotidiano tienen color de sangre y están henchidos de sacrificio.

Nuestro sacrificio es consciente; cuota para pagar la libertad que construimos.
El camino es largo y desconocido en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos.

Nos forjaremos en la acción cotidiana, creando un hombre nuevo con una nueva técnica.

La personalidad juega el papel de movilización y dirección en cuanto que encarna las más altas virtudes y aspiraciones del pueblo y no se separa de la ruta.

Quien abre el camino es el grupo de vanguardia, los mejores entre los buenos, el Partido.

La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera.

Si esta carta balbuceante aclara algo, ha cumplido el objetivo con que la mando.

Reciba nuestro saludo ritual, como un apretón de manos o un «Ave María Purísima»:
Patria o muerte.



* Carlos Quijano, editor del semanario uruguayo, Marcha, quien publica la carta en la edición del 12 de marzo de 1965.


Clinton coloca otra vez a América Latina

en la agenda

voselsoberano.com | Domingo 28 de Febrero de 2010 19:45

Carlos Chirinos, BBC Mundo, Washington, 28 de febrero de 2010

La Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, empezará este lunes una gira por América Latina que algunos consideran que busca "renovar" la promesa que hizo el presidente Barack Obama al llegar al poder de prestar más atención a la región.

Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos.

La gira de Clinton por la región tiene una intención "reparadora".

La agenda de Clinton empezará el lunes en Montevideo, donde encabezará la delegación estadounidense que asistirá a la toma de posesión del nuevo presidente de Uruguay, José Mujica.

La semana pasada el subsecretario de Estados para Asuntos Hemisféricos, Arturo Valenzuela, dijo en rueda de prensa que "este viaje se hizo pensando en la toma de posesión uruguaya" y con un "foco en el Cono Sur".

"Este viaje es una continuación de nuestros esfuerzos para involucrarnos con los países del hemisferio, en una multiplicidad de asuntos", afirmó Valenzuela.

Valenzuela habló de "tres cestas" en las que quedarían contenidas las relaciones con la región: una con los asuntos sociales y competitividad económica; la otra de seguridad pública, sobre todo lucha antidrogas y crimen organizado y una tercera que abarcaría gobernabilidad democrática.

Pero fuera de las definiciones oficiales muchos esperan que Clinton abogue por la normalización de las relaciones con Honduras, la coordinación de la ayuda para reconstruir Haití, devastado por el terremoto de enero pasado y trate al menos un tema extraregional: Irán.

Viaje "reparador"

Peter DeShazo, director del Programa de Américas del Centro para Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington, coincide en que el viaje tiene una intención "reparadora".

"Durante sus primeros meses en el poder, el presidente Barack Obama, el vice-presidente Joe Biden y miembros clave del gabinete viajaron a la región, sobre todo a México, haciendo a muchos concluir que el gobierno le daría una inusual alta prioridad a las relaciones con América Latina", aseguró DeShazo.

"Eventos subsiguientes, exacerbados por largos retrasos por el Congreso en confirmar puestos clave del gobierno para la región, llevaron a una reconsideración de esta evaluación", afirmó DeShazo, quien también ejerció como subsecretario para Asuntos hemisféricos.

De Shazo considera que la elección de las capitales a visitar y la presencia de Clinton en Montevideo, busca enviar el mensaje de que Washington apoya las democracias representativas estables americanas, sin importar que sean manejadas por presidentes izquierdistas, como el uruguayo Mujica.

De Las Malvinas nada

Arturo Valenzuela (foto de archivo)

Valenzuela dejó claro que el viaje de Clinton tiene un "foco en el Cono Sur".

En la reciente Cumbre de América Latina y el Caribe, la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner reprochó al presidente Obama haber faltado a su promesa de acercarse a la región.

Pero el Sub-secretario Valenzuela aseguró que en su gobierno "simplemente no estamos de acuerdo" con esa valoración.

"No sólo creemos que hemos tenido una vinculación significativa durante el año pasado con países del hemisferio mientras nos enfocábamos en dos crisis muy difíciles y significativas", dijo Valenzuela haciendo referencia al golpe de estado en Honduras y el terremoto en Haití.

Aunque la jefa de la diplomacia estadounidense no incluyó Buenos Aires en su viaje, tendrá una reunión bilateral con la presidenta Kirchner en una parte de las ceremonias de toma de posición de Mujica.

"Hay una amplia agenda con Argentina. Pienso que con Argentina nosotros no vamos a estar discutiendo simplemente asuntos bilaterales, sino también algunos temas internacionales", dijo Valenzuela, indicando que la lucha contra el terrorismo es un interés común en ambas capitales.

Washington espera contar también con el apoyo de la Cancillería argentina en sus esfuerzos por lograr la imposición de sanciones internacionales mas fuertes contra Irán, por lo que el gobierno estadounidense considera el "desafío" del programa nuclear iraní.

En cambio no se espera que hablen de las Islas Malvinas o Falklands, ya que según dijo Valenzuela "esa es una materia entre Argentina y Gran Bretaña. No es un asunto en el que EE.UU. tenga un juicio que hacer".

Brasil contra Irán

Irán también será un tema que tratará Clinton cuando llegue a Brasilia, donde insistirá al gobierno del presidente Luis Inacio "Lula" Da Silva que se una a los esfuerzos diplomáticos para imponer nuevas sanciones a Irán.

"Les pediremos a los brasileños que asuman un papel constructivo para engancharse con Irán", declaró Valenzuela, quien informó sobre las gestiones que ya realizó la semana anterior en Brasil el Sub-secretario de Asuntos Politicos, Nicholas Burns.

Para Peter De Shazo "la visita de la Secretaria Clinton reafirma la importancia para EE.UU. de las relaciones bilaterales con Brasil, un líder regional en América del Sur y un aspirante a ser un poder mundial".

Brasil ejerce en estos momentos uno de los puestos rotativos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ante el que es posible que en las próximas semanas se presente una moción para intensificar la presión sobre Teherán.

Washington considera que el voto brasileño favorable a las sanciones sería un importante respaldo para la política estadounidense en América Latina y entre otras naciones del mundo en desarrollo.

"Honduras no es Birmania"

De Brasil la secretaria de estado volará a Costa Rica, donde tendrá entrevistas con el presidente saliente, Oscar Arias y la mandataria electa, Laura Chinchilla.

La gira terminará en Guatemala, donde participará en una reunión del Programa de Caminos para la Prosperidad, una conferencia de cancilleres de América para promover temas de gobernabilidad y desarrollo.

Allí Clinton también tendrá una cumbre con presidentes centroamericanos, excepto el nicaragüense, Daniel Ortega, en la que se espera que de impulso a la idea de aceptar al nuevo gobierno de Honduras en la comunidad hemisférica.

En Ciudad de Guatemala, Clinton y su anfitrión, el presidente Alvaro Colom, se reunirán justamente con José "Pepe" Lobo, de Honduras; Mauricio Funes, de El Salvador; el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández y Arias, de Costa Rica.

Aunque en Washington aseguran que no se trata de "santificar" un golpe de estado contra el ex presidente Manuel Zelaya, considera que "algo debe hacerse" para reestablecer el orden constitucional en Honduras

"Como me dijo un presidente centroamericano en una conversación, no podemos permitirnos que Honduras sea como Birmania", dijo Arturo Valenzuela.

http://www.bbc.co.uk/mundo/america_latina/2010/02/100228_1810_clinton_latinoamerica_gtg.shtml


Las Malvinas y el reposicionamiento imperial en Nuestra América

voselsoberano.com | Domingo 28 de Febrero de 2010 21:02

Por: Amaury González Vilera
Fecha de publicación: 28/02/10

Acontecimientos como la reactivación de la Cuarta Flota del Caribe o el golpe de Estado “constitucional” en Honduras, demuestran que los llamados “tanques de pensamiento” –vinculados estos orgánicamente con el complejo militar-industrial- se han mantenido activos y vienen logrando objetivos estratégicos en la región con una clara visión: reconquistar el control de Centro y Suramérica. Esto significa, apoderarse de una buena vez de sus ingentes recursos naturales y particularmente del petróleo que, como sabemos, constituye la savia del sistema capitalista mundial.

De todo lo que viene ocurriendo en el campo geopolítico, mencionemos sólo cuatro acontecimientos que forman parte del reposicionamiento militar imperialista en la región: la instalación de siete bases militares norteamericanas en Colombia (que se suman a las ya existentes en las adyacencias del territorio de la República bolivariana); el golpe de Estado en Honduras, impune, cínico y que sienta un precedente retrógrado que tiene alborotada a la derecha continental; la mal disimulada ocupación militar de Haití por parte del ejército imperialista, disfrazada y justificada de ayuda humanitaria y la coordinación de ésta, para la reconstrucción de un país devastado por un terremoto que de acuerdo a lo que afirman distintos informes, fue obra de los boys del “Proyecto HAARP”, y la reciente decisión del “aún colonialista” Gobierno Británico, de dar comienzo a la explotación petrolera en mar territorial de las islas Malvinas, territorio históricamente argentino cuya soberanía ha sido objeto de una disputa histórica desde que, en 1833, el imperialismo inglés expulsara por la fuerza a los argentinos de dicho territorio.

Esta última situación, que rememora la guerra que enfrentó a ingleses y argentinos en 1982, podría enmarcarse dentro de la estrategia del contraataque imperialista en la región, en un contexto donde acaba de nacer un organismo multilateral continental sin la participación de Estados Unidos ni Canadá, organización de estados latinoamericanos que bien podría avanzar en la creación del siempre necesario bloque político-militar, como estrategia defensiva-disuasiva frente al evidente reacomodo imperialista que estamos presenciando, entre fuertes sequías, avasallantes inundaciones y devastadores terremotos de insólita intensidad y frecuencia. El hecho de que los ingleses hayan enviado un submarino al Atlántico Sur y anticipen el envío de tropas, con la visible intención de garantizar el éxito de la explotación de los nuevos yacimientos petrolíferos, podría constituir la apariencia de un movimiento que tiene más de cercamiento militar que de cualquier otra cosa. El imperialismo inglés siempre estuvo consciente de la ubicación estratégica de las Malvinas, y siempre estará dispuesto a colaborar con las pretensiones neocoloniales que su heredero imperial tenga para la región.

Con la Cuarta Flota del Caribe reactivada, Centroamérica prácticamente recuperada para el imperio y las bases militares gringas en Colombia, Panamá, Honduras, Curazao y con Haití en pleno proceso de conversión en baluarte militar imperialista, sólo quedaba ocupar de nuevo los mares del sur, y la explotación del preciado hidrocarburo siempre será la mejor excusa para hacerlo. Por otra parte, la unanimidad por parte de los países de Nuestramérica en el reclamo legítimo de las Malvinas por parte de Argentina constituye un avance significativo para el accionar como bloque, pero urge la creación de una organización política-militar latinoamericana, enmarcada en un tratado internacional que rememore, rescate y actualice las doctrinas de Carlos Calvo y Luís María Drago. En fin, una doctrina que tenga como centro la consigna “América para los latinoamericanos”. Por supuesto, con la exclusión de aquellos “americanos”.


Termina sueño releccionista de Uribe

voselsoberano.com | Sábado 27 de Febrero de 2010 11:02

La Corte colombiana rechaza el referendo para que Álvaro Uribe busque relección

El ex ministro Juan Manuel Santos despunta en las encuestas como posible candidato

Afp, Dpa y Reuters, La Jornada, 27 de febrero de 2010, p. 17

Bogotá, 26 de febrero. La Corte Constitucional de Colombia rechazó hoy la convocatoria a un referendo para permitir al presidente Álvaro Uribe buscar su segunda relección inmediata en los comicios del 30 de mayo, al dictaminar como inconstitucional la iniciativa y señalar que no cumple con el procedimiento de un trámite tan exigente como una reforma en la materia.

Con una votación de siete en contra y dos en favor, la Corte no aprobó la consulta releccionista –como demandaba el Congreso, acorde con una iniciativa aprobada en septiembre pasado por el oficialismo–, con lo que acabó el sueño del mandatario de prolongar su presidencia hasta 2014 en un tercer mandato.

Tras el fallo, Uribe anunció que acato y respeto la sentencia de la Corte Constitucional, mediante la cual declara inexequible la ley que convocaba a un referendo de relección presidencial. Espero seguir sirviendo a Colombia desde cualquier trinchera hasta el último día de mi existencia.

Desde el puerto caribeño de Barranquilla, dijo confiar en que el próximo gobernante mantendrá los preceptos de seguridad y confianza que hemos recuperado. Resaltó que a su gobierno lo ha movido el profundo amor por Colombia.

La mayoría de los miembros de la Corte respaldaron la ponencia del magistrado Humberto Sierra, un estudio de 400 páginas, en el cual expuso una serie de irregularidades de procedimiento. Entre éstas mencionó violaciones a los topes financieros y en el proceso de campaña para la consulta y recolección de firmas para apoyar la iniciativa.

Asimismo consideró que se cambió la pregunta del referendo en el Senado, en relación con la que propusieron los ciudadanos, la cual había sido votada por la Cámara de Representantes.

La sentencia, dada a conocer por el magistrado presidente del tribunal, Mauricio González, destaca que la consulta, que buscaba la nueva relección, atentaba contra ejes estructurales de la Constitución de 1991. Añade que se violan preceptos básicos, como la separación de poderes, el sistema de pesos y contrapesos, la alternancia democrática y el principio de igualdad democrática.

La decisión jurídica, la más importante de los últimos años en la política colombiana, marca el inicio de una difícil campaña para los rivales que buscan remplazar a Uribe, quien después de casi ocho años en el poder se convirtió en uno de los presidentes con más apoyo popular gracias a su estrategia de fuerza para combatir a las guerrillas izquierdistas.

Uribe, el aliado más importante de Estados Unidos en América Latina en momentos en que gobernantes como el venezolano Hugo Chávez mantiene un fuerte protagonismo en la región, nunca expresó abiertamente su intención de ser candidato para una segunda relección, pero los hechos demostraban su deseo de continuar gobernando el país.

La decisión del tribunal implica una derrota para el mandatario, quien llegó al poder en 2002 con la promesa de derrotar militarmente a la guerrilla. Uribe logró su primera relección en 2006, con base en una reforma a la Constitución que impulsaron los partidos de su coalición de gobierno en el Congreso, pero que en esta oportunidad no pudo repetir.

El ex ministro de Defensa con Uribe, Juan Manuel Santos, parece despuntar entre las opciones electorales por el oficialismo tras ser descartado el mandatario.

http://www.jornada.unam.mx/2010/02/27/index.php?section=mundo&article=017n1mun


Publicado por Honduras en lucha! en 03:04 0 comentarios

Campesinos del Aguán presentarán contrapuesta al gobierno sobre tierras en conflicto


El conflicto de tierras en bajo Aguán, en el departamento de Colón sigue sin resolverse. Los campesinos y campesinas del Movimiento Unificado de Campesinos del Aguàn, Muca, se han estado reuniendo con el gobierno del señor Porfirio Lobo Sosa. En esta semana se hicieron algunas propuestas que serán consultadas con las bases campesinas.

La propuesta que hace el gobierno comprende la compra de tres mil hectáreas de tierra al terrateniente Miguel Facussé, y el resto de tierra que se necesite se comprará en otras zonas como Zonaguera, Bonito Oriental, donde los campesinos y campesinas sean reubicados.

El Muca no ha dado una respuesta al gobierno. Se comprometieron a socializarla y a inicios de la próxima semana presentarán una contrapropuesta que busca una solución al conflicto de tierras.

“La ley de Reforma Agraria y la ley de Modernización Agrícola, establecen techos para limitar la tenencia de la tierra entre la población y Miguel Facussé tiene excesivas cantidades de terrenos en Honduras” expresó el abogado asesor del Muca, Rodolfo Zamora.

El abogado Zamora asegura que para evitar que el conflicto por las tierras siga generando más violencia y cobrando la vida de inocentes, los campesinos le están apostando al diálogo. “Negociar o dialogar entre partes que son desiguales no deja de ser riesgosos para la parte débil, en este caso los campesinos, vamos a ver hasta dónde podemos llegar con este diálogo” dijo el representante legal de Muca.

El conflicto agrario se desarrolla en una zona del país, Colón, controlado por el crimen organizado, sobre todo el narcotráfico y lavado de activos. Según el abogado Rodolfo Zamora, la política de Estado que dirige el ministro de seguridad Oscar Álvarez, es equivocada. “Álvarez quiere darle una solución armada a la conflictividad, criminalizar los conflictos agrarios que al final de cuenta es un problema muy humano” criticó Zamora.

Los campesinos y campesinas que luchan por un pedazo de tierras se ubican en la margen izquierda y derecha del río Aguán, en Colón. Según el Instituto Nacional Agrario, INA, algunas hectáreas de tierras ubicadas en la zona están asignadas para reforma agraria. Sin embargo, los terratenientes Miguel Facussé, René Morales y Ricardo Canales aparecen como los dueños de estas grandes parcelas de tierras.

Fuente: Radio Progreso