Suprema vergüenza
El gobierno ha iniciado una campaña para desarmar la política de DDHH. Empezó con funcionarios que cuestionaban la cantidad de desaparecidos y muertos por la dictadura militar, afirmando que el número de desaparecidos era menor, es decir, hicieron que el problema sea poner en duda a los millones de argentinos que decimos que son 30 mil y no el plan sistemático regional de exterminio que afectó a todo el pueblo y a la humanidad.
¿Acaso alguien cuestiona que en los campos de concentración nazi murieron seis millones de judíos? ¿Quién cuestiona que el genocidio armenio cometido por las tropas turcas asesinó a un millón y medio de personas? Sólo los nazis, sólo el Estado turco.
Los desaparecidos son los ausentes siempre presentes. La desaparición es un delito de lesa humanidad que no deja de transcurrir hasta que no aparezcan las personas ausentes.
¿Quién explica a las madres y familiares víctimas de la represión que los genocidas reciban beneficios, cuando hasta la fecha ni siquiera hay arrepentimiento por los crímenes cometidos y no dan información alguna sobre el paradero de sus seres queridos?
La Corte Suprema ha justificado lo injustificable para beneficiar a los represores que cometieron crímenes de lesa humanidad. Por tres votos contra dos, equipararon los crímenes de lesa humanidad con delitos comunes para reducir sus penas. La paradoja es que para los detenidos por estos delitos comunes, no se otorgan los mismos beneficios.
Y en paralelo se endurecen las leyes penales y de ejecución para que permanezcan más tiempo detenidos, sosteniendo el discurso de mayor seguridad. Se parte del supuesto de que los represores en libertad, no afectarían la seguridad. No olvidemos la desaparición de Jorge Julio López y las amenazas y hostigamientos a los testigos de los juicios.
Toda persona que cumple una condena por delitos cometidos, debe ser tratado humanitariamente y darle todas las garantías dentro del marco de las leyes vigentes en cada país. Pero eso no significa reconciliación, ni mucho menos que el Estado les brinde beneficios por los peores crímenes cometidos en la historia de nuestra nación.
Ya de por sí se alojan en pabellones “vip” en mejores condiciones que los restantes detenidos, y son tratados de manera preferencial con regímenes permisivos, acceso a visitas especiales, computadoras y celulares. Gran cantidad de jueces les otorgan arrestos domiciliarios ante enfermedades leves o afectaciones menores, mientras que pocas veces otorgan la domiciliaria a presos comunes que padecen gravísimas enfermedades y mueren en la cárcel. La desigualdad ante la ley es muy clara.
La cúpula de la Iglesia Católica argentina, que tuvo en muchos de sus exponentes jerárquicos una activa complicidad con la dictadura genocida, ha impulsado en varias oportunidades iniciativas tendientes a asegurar la impunidad de los represores, como la llamada “Ley del Olvido”, señalando que el pasado fue doloroso, pero hay que mirar para adelante y pensar en la reconciliación.
Hoy vuelve a plantear la reconciliación, que lejos de su concepto doctrinario, no tiene otro sentido que favorecer el retroceso en materia de juicios de lesa humanidad y resulta altamente funcional a un gobierno neoliberal que procura desdibujar las políticas de memoria, verdad y justicia por las que nuestro pueblo ha luchado durante años.
Pero no basta con decir a la sociedad que todo es un hecho doloroso y que hay que mirar hacia adelante. Lo que se siembra se recoge, no hay otra alternativa. Todos y todas queremos cerrar las heridas pero no de cualquier forma y a cualquier precio. No hay reconciliación posible sin siquiera reconocimiento de las culpas, arrepentimiento y perdón, por eso la reconciliación no es ni será posible con los represores argentinos. La reconciliación no es el olvido, ni la impunidad.
El derecho es a la Verdad, la Justicia y la Reparación del daño hecho. En este caso concreto saber, dónde están y que hicieron con los desaparecidos o sea, que las Fuerzas Armadas y de Seguridad, rompan su pacto de silencio, esa suspensión de conciencia que los lleva a la complicidad colectiva.
El Papa Francisco está colaborando con la desclasificación de archivos del Vaticano sobre lo ocurrido en la dictadura, porque sabe que no existe reconciliación, no existe paz sin justicia. Queda mucho camino por delante, y desde que asumió el gobierno de Cambiemos sólo ha crecido el negacionismo del terrorismo de Estado, el fortalecimiento de la autonomía de las Fuerzas Armadas, de seguridad y de los organismos de inteligencia, la violencia institucional, la persecución política, así como también han empeorado todas las áreas vinculadas a la justicia social que nos permiten pensar a los Derechos Humanos desde una perspectiva integral y no sólo acotados a un período histórico determinado. No es casualidad que los dos jueces que propuso este gobierno para la Corte Suprema hayan votado a favor de estos beneficios a los represores, de esta afrenta al pueblo argentino, equivalente a los indultos de Menem en los años 90’s.
No es casualidad que esta misma nota haya sido primero solicitada y luego explícitamente rechazada por la agencia de noticias oficial de la República Argentina con el argumento de que “la agencia decidió no sacar opiniones sobre el tema del 2×1”. Los grandes medios de comunicación, de antes y de ahora, siguen jugando un papel central en legitimar u ocultar estas injusticias.
Frente a estas provocaciones hay que ser claros, responderemos como siempre lo hemos hecho con la movilización no violenta de nuestro pueblo, reclamaremos la vigencia vinculante de los fallos de la Corte Interamericana de DDHH como instancia internacional, pese al rechazo de esta Corte Suprema dependiente del poder ejecutivo.
A nueve años los golpes en Honduras siguen
“En este momento, unos 30 efectivos
militares están rodeando la emisora, todo indica que al parecer también
nos estarían obligando a cerrar”, alcanzó a decir Karla Rivas,
periodista de Radio Progreso-Eric, antes que las frecuencias de esta
emisora sólo emitieran el sonido de la nada ese 28 de junio de 2009, día
que las élites en Honduras en complicidad con los militares dieron un
golpe de Estado.
En nueve años se han dado dos golpes más
en la debilitada democracia hondureña; el golpe a la Sala de lo
Constitucional en 2012 con la destitución de sus magistrados, colocando a
quienes años más tarde darían paso a la ilegal reelección para culminar
con el tercer golpe: el fraude electoral de 2017. Siendo estas secuelas
de aquel 28 de junio.
El sacerdote Ismael Moreno sj, señala
que la crisis en que se sumergió Honduras luego de las cuestionadas
elecciones del 26 de noviembre de 2017 “es la continuidad del golpe del
Estado”, además asegura que “las mismas familias, los mismos grupos de
poder que apoyaron el golpe son los que avalaron la reelección ilegal y
el fraude electoral”.
En la investigación “Élites, Redes de
poder y Régimen político en Honduras”, liderada por el Equipo de
Reflexión, Investigación y Comunicación- ERIC-sj-, destacan los nombres y
la forma de actuar de estas esferas y grupos de poder económico a los
que se refiere el Padre Melo.
Moreno resalta que a partir del golpe de
Estado se ha configurado una alianza de tres grandes actores: la élite
oligárquica, la burocracia política y las transnacionales, alianza que
conduce las decisiones del país. Pero esta alianza no puede sostenerse
sin el respaldo de los militares, el gobierno de los Estados Unidos, y
el crimen organizado, apuntó.
Violaciones a derechos humanos
El 28 de junio de 2009 se desencadenó un
abanico de violaciones a derechos humanos: torturas, persecución,
agresiones sexuales, represión y asesinatos. La Comisión de la Verdad y
Reconciliación determinó que algunas de estas violaciones pueden
considerarse crímenes de lesa humanidad, que a nueve años siguen en la
impunidad.
Estas mismas violaciones se presentaron
en la crisis post electoral. Durante las protestas los militares
asesinaron, lesionaron, torturaron y detuvieron a manifestantes
ilegalmente, así lo dice el informe del Alto Comisionado de Derechos
Humanos.
“El impacto de las violaciones a los
derechos humanos fueron graves; las heridas del golpe de Estado siguen
abiertas”, enfatizó el abogado Joaquín Mejía. Para el profesional del
derecho, en ese 2009 las instituciones democráticas no cumplieron con su
rol; el Comisionado Nacional de DDHH (Ramón Custodio) no atendió las
denuncias y avaló las violaciones a derechos humanos; el poder judicial
bendijo jurídicamente las acciones ilegales del gobierno de facto y
protegió a los militares que cometieron el golpe de Estado, impunidades
que siguen cargándose y replicándose por la falta de justicia.
A lado de quienes siguen impunes de
cometer los atropellos contra el pueblo hondureño, se encuentran los
grupos de poder y las alianzas internacionales que se vuelven cómplices
por avalar y motivar la falta de justicia en Honduras.
David y Goliat
Entre crisis, corrupción y fraudes han
pasado nueve años, y ha quedado claro quiénes están detrás del gobierno
formal tomando las decisiones y colocando funcionarios públicos, pero
también se ha dejado comprobar la indignación y el cansancio de la
población hondureña.
En estos años se han visto las
movilizaciones más grandes de los últimos 15 años, como también las
represiones más crudas por parte de la Policía Nacional, Policía Militar
y Ejército. Pero hay algo que no termina de hilvanar y que se convierte
en un gran desafío para la sociedad: que las movilizaciones sean
expresión de organización.
“Primero hay que crear conciencia de la
responsabilidad que tenemos con Honduras, segundo, hay que reconocernos
como sectores oprimidos y encontrarnos, organizarnos… sólo así podremos
identificar a los auténticos opresores, sólo esto nos llevará a la
recuperación de nuestra soberanía y del Estado”, apuntó el padre Melo.
A nueve años el movimiento social
hondureño tiene el desafío de seguir construyendo propuestas para lograr
articular y organizar todos los sectores excluidos y empobrecidos de
Honduras, sólo de esta manera se podrá identificar y vencer a esos
grandes grupos y redes de poder, así como David y Goliat, concluyó
diciendo el padre Ismael Moreno.
Honduras: Infancia sin futuro
Por Giorgio Trucchi
KAOS EN LA RED - Publicado en: 24 julio, 2018
Todos los días decenas de menores abandonan el país
Por Giorgio Trucchi | Rel-UITA
En el primer semestre del año, al menos
4.700 menores hondureños que fueron detenidos mientras viajaban, solos o
acompañados por adultos, hacia el norte han sido deportados a su país,
señala el Observatorio Migratorio de Honduras. Esta es sólo una pequeña
muestra de una gigantesca tragedia que se repite día tras día.
La campaña “Tolerancia Cero”, lanzada
recientemente por el presidente estadounidense Donald Trump contra la
inmigración, produjo la separación de más de 2.300 menores de sus padres
cuando eran capturados al intentar cruzar la frontera entre México y
Estados Unidos.
Pese a la decisión del gobierno de
revocar esta medida tras la lluvia de críticas recibidas, no han sido
despejadas las tantas dudas sobre qué pasará con todos estos niños,
niñas y adolescentes encerrados en centros de detenciones.
Tampoco se está explicando cómo podrán reunirse nuevamente con sus familias.
“A Trump se le salió el tiro por la
culata. Lo que pretendía ser un mecanismo de chantaje y presión para los
demócratas se convirtió en un elemento de desgaste para su propio
gobierno y su partido”, dijo a La Rel, José Guadalupe Ruelas, director
de Casa Alianza Honduras.
“El presidente estadounidense dio marcha
atrás no porque entendió la gravedad de esta medida y de su política
xenofóbica y racista, sino solamente para ahuyentar la presión sobre su
gobierno.
Los menores -continuó Ruelas– no van a estar en mejores condiciones, simplemente van a ser encarcelados juntos a sus padres.
Lo más absurdo es que el gobierno
hondureño no está haciendo absolutamente nada y se cree el relato de que
la migración es un delito”, manifestó.
Infancia sin oportunidades
Huyen de la violencia y la pobreza
Infancia sin oportunidades
Huyen de la violencia y la pobreza
Para el director de Casa Alianza, el
modelo económico neoliberal extractivista implementado por el actual
gobierno hondureño es el principal responsable de la situación de
pobreza, desesperación y violencia que obliga a miles de personas a
abandonar el país.
“Garantizar al capital transnacional la
posibilidad de explotar nuestros bienes comunes y una mano de obra
desregularizada y muy barata no le ha funcionado al gobierno.
Tanto adultos como menores de edad no
van en busca del ‘sueño americano’, sino huyendo de la pesadilla
hondureña”, lamentó Ruelas.
La ‘pesadilla’ tiene números
Dos niños se van a cada hora
Dos niños se van a cada hora
El Foro Social de la Deuda Externa y
Desarrollo de Honduras (Fosdeh) calculó que, el año pasado, casi 380.000
nuevas personas se sumaron a los más de seis millones de pobres.
Actualmente, más del 68 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza.
En Honduras, de cada 100 adolescentes en
edad de estudios secundarios sólo hay cupo para 31. Más de un millón no
accede a ningún nivel de escolarización. 25 de cada 100 adolescentes
mujeres están embarazadas (Casa Alianza).
La Dirección de Niñez, Adolescencia y
Familia (Dinaf) reportó que entre enero de 2016 y marzo de 2018 se
registraron 2.125 casos de maltrato infantil, casi 80 cada mes, 63
menores de edad fueron asesinados en el primer trimestre de 2018, más de
dos cada día. El año pasado fueron 262 los niños, niñas y adolescentes
que perdieron la vida de forma violenta (OV-UNAH) [1].
Casa Alianza reportó una tasa de 32,8
homicidios de niños y niñas por cada cien mil habitantes en 2017, la más
alta de la región.
“Honduras en una sociedad donde no
existe un sistema de protección contra la violencia, ni una verdadera
política social. Lo único que hace el gobierno es implementar programas
asistenciales, militarizar territorios y reprimir.
Ha perdido cualquier tipo de relación
con el pueblo. La gente ya no tiene alternativas y se va. El 40 por
ciento de los menores de edad se van solos”, señaló Ruelas.
Basado en la cantidad de niños, niñas y
adolescentes capturados durante su viaje hacia el norte y luego
deportados, el gobierno de Honduras dice que cada hora un menor de edad
abandona el país.
“Si a esta cantidad le agregamos un 40
por ciento de menores que logran entrar a Estados Unidos, podemos decir
que cada hora se están yendo al menos 2 niños del país”, aseguró el
director de Casa Alianza.
“Son niños y niñas que padecen sufrimientos terribles tanto durante el viaje, como al momento de su detención y deportación.
Cuando regresan a sus lugares de origen sufren una fuerte estigmatización que dificulta su reinserción en el tejido comunitario.
También en ese caso, la ausencia del Estado en dar soporte emocional a estos menores es total”, concluyó Ruelas.
[1] Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Fuente: Rel-UITA
Transportistas rechazan propuesta de gobierno, no descartan paros
Por
los momentos la tregua continúa. Los transportistas después de tres
días de paro nacional pusieron una pausa a las acciones de protestas,
para que las autoridades del gobierno en 48 horas presentaran una
propuesta que esté pegada a la demanda que tienen sector.
El lunes 23 de julio, las acciones de
lucha por parte de los conductores paralizaron el país. Los choferes se
mantienen unidos bajo la bandera de reducir el precio de los
combustibles. Actualmente pagan en las gasolineras 100 lempiras con 45
centavos por el galón de gasolina súper y de acuerdo con la exigencia se
pide que el galón sea rebajado a 80. 45 lempiras.
En la propuesta realizada por Roberto Zacapa, Comisionado Nacional del Instituto Hondureño de
Transporte Terrestre, IHTT, se pretende dar un descuento mensual de 900
lempiras para cada unidad de taxi y 2,500 lempiras para buses,
respectivamente, por consumo de combustible.
Según el criterio de Zacapa el beneficio
anual rondaría de 205 millones de lempiras en ahorro para el sector de
taxi y un beneficio anual de 315 millones de lempiras para el sector de
buses urbanos. “Lo anterior equivale a una ganancia total de 520
millones al año para los transportistas, con el afán de reducir sus
costos al adquirir combustibles para prestar diariamente el servicio
público”, informó el funcionario público.
Jorge Lanza, vocero del Consejo Nacional
de Transporte, calificó de ridícula la propuesta hecha por parte del
gobierno. “Cuando ni siquiera nos han pagado lo que nos deben desde hace
siete años a los transportistas de Tegucigalpa, y a los taxistas del
país. Una deuda que tienen del bono y están prácticamente chantajeando”,
declaró Lanza.
Mientras que, los transportistas de
base, los que día a día enfrentan la extorsión, el alto costo del
combustible y la incertidumbre por no alcanzar la tarifa para pagar a
los dueños de unidades, hacen una petición especial a su dirigencia.
“Le pedimos que no se venda, porque si
la dirigencia del transporte se vende, estaremos aquí nosotros con
nuestras unidades en paro. Porque siempre quienes salen ganando es la
dirigencia, pero en estos momentos nosotros le pedimos a la dirigencia
que no se vaya vender”, fue el clamor de un conductor que se despierta
desde las cinco de la mañana y labora hasta las siete de la noche para
llevar el sustento a su hogar.
Negocio rentable
Emilio Fonseca, analista político, se
refiere a la composición de la fórmula de combustible, de la que afirma:
“Nunca hemos sabido qué fórmula utilizan. Ha llegado hasta 70 dólares
el precio por barril y aquí sigue el aumento. Bajan en todo el Mundo los
combustibles menos en Honduras”.
Además, enfatizó que es una de las pocas
fuentes que tiene el gobierno como ingreso directo y así como el tazón
de la seguridad, no tiene que reportar realmente en qué utilizan el
dinero.
El mismo Partido Nacional ha llevado una
política fiscal en contra de los intereses del pueblo hondureño. En el
2013 siendo JOH presidente del Congreso Nacional aprobó la Ley de
Ordenamiento de las Finanzas Públicas, Control de las Exoneraciones y
Medidas Antievasión (Decreto No.278-2013) donde se incrementó el
impuesto de la importación de combustibles. Además del ISR de 3%, pasó
de 12 al 15 %. Por lo que a mitad del año 2014 el aumento vía impuesto
de combustible era 5.27 lempiras (25 centavos de dólar), dice el
analista.
La ganancia que se lleva el gobierno en
el tema de impuesto de combustible son millonarias. Fonseca cree que
muchos ingresos del Estado sirven para mantener una clase y el
clientelismo político. Por lo que la actitud de los transportistas es
válida cuando llaman a revisar la fórmula de los carburantes que es muy
poca conocida.
Preparados
Roberto Ferrufino, dirigente de
Transporte Unión Progreseña S.A, TUPSA, señaló que las opciones que
gobierno ha propuesto son ilusorias. “Porque en realidad nosotros lo que
queremos es que haya la disminución del impuesto sobre los
combustibles, porque así se beneficia a toda la ciudadanía”.
Precisó que lo único que están haciendo
es focalizar cierto grupo del transporte. Porque no saben si la
propuesta hecha por el gobierno va dirigida hacia los taxistas y los
buses urbano de Tegucigalpa. Ya que no se habla del transporte
interurbano que está a nivel nacional.
“Nunca hemos sido subsidiados por el
Estado, sino que nosotros siempre nos hemos válido por cuenta propia”,
dijo Ferrufino que está listo a cualquier llamado que haga la dirigencia
del transporte.
Tegucigalpa.- La policía Nacional ha comenzado a ejecutar desalòjos de los transportistas que están acatando el paro nacional en todo el territorio hondureño, en protesta por el alto costo de los combustibles y pidiendo un incremento a las tarifas del transporte.
Los
desalòjos se han ejecutado en la ciudad de Tegucigalpa en las colonias
Centro América en la salida al sur en la colonia Loarque y en el sector
norte del país en la colonia Villanueva de San Pedro Sula y en el
municipio de Cºholoma donde los transportistas denunciaron que la
policía hizo uso excesivo de gases lacrimògenos y disparos con bala
viva.
Los
taxistas manifestaron que la policía disparò una ráfagas de tiros
durante unos cinco minutos como para amedrentarlos y que dejen la tomas
que mantienen en la carretera principal de ese municipio.
Los
conductores de taxis han denunciado que los policías les están
quebrando las ventanas e los vehículos para que no se puedan refugiar
dentro del carro cuando lanzan los gases lacrimógenos.
También
se preparan desalojos en las colonias El Hato y San Miguel en la ciudad
de Tegucigalpa donde ya han llegado los policías advirtiéndole a los
transportistas que tienen orden de desalojo. Caso de pandora y la lucha contra la corrupción
1) Reconocemos la acción eficaz de la Unidad de la Fiscalía Especial Contra la Corrupción e Impunidad (UFECIH) y de la MACCIH en la presentación de requerimientos fiscales contra 38 personas integrantes o vinculadas a la elite política hondureña, aportando a los tribunales de justicia indicios suficientes sobre la participación de los imputados(as) en la utilización de fondos públicos para el financiamiento de las campañas políticas del Partido Nacional, Liberal y UD-FAPER en las elecciones de noviembre del 2013, por un monto de 282 millones de lempiras. Los 38 imputados(as) están acusados de abuso de autoridad, fraude, malversación de fondos, lavado de activos, falsificación y uso de documentos públicos en prejuicio de la administración pública, fe pública y la economía del Estado de Honduras.
2) Lamentamos la lentitud con que la Corte Suprema de Justicia ha gestionado este caso, dándoles largas a la audiencia de declaración de imputados, permitiendo espacios para el cabildeo de posibles reformas al Código de Procesal Penal (CPP) que favorecería a los corruptos o para que oportunamente se resolvieran los recursos de inconstitucionalidad contra el artículo 184 del CPP, dejando espacios de tiempo para que los acusados(as) puedan evadir la justicia, especialmente para facilitar el ocultamiento o la fuga de parte de los imputados(as) en este caso.
3) Extemporáneamente y sin que existiera justificación, la audiencia de declaración de imputado se realizó hasta el día lunes 23 de julio, compareciendo a la misma 20 acusados(as), a los que la jueza dicto la medida de detención judicial, resolviendo que los integrantes de la elite política nacionalista-liberal, entre ellos, Elvin Ernesto Santos, Rodolfo Irías Navas, Celín Discua Elvir, fueron trasladados al primer Batallón de Infantería, y al resto de imputados a la Penitenciaria de Támara. Evidenciando la juzgadora una violación al principio de igualdad, y poniendo de manifiesto su trato parcial con los personajes de la clase política que la eligieron en el cargo de Magistrada de la Corte Suprema de Justicia.
4) Demandamos que la jueza natural, Lidia Álvarez Sagastume, actué apegada al principio de legalidad y transparencia, tomando distancia del comportamiento histórico del Poder Judicial de modificar los delitos, emitir sobreseimientos y dictar cartas de libertad en todos los procesos judiciales que involucra a miembros de la elite política y económica. Exigimos que se aplique la justicia y se castigue a los corruptos y que caiga sobre ellos(as) todo el peso de la ley.
5) Rechazamos cualquier medida encaminada a garantizar impunidad a los acusados(as) en este caso, sea por vía de resoluciones pactadas con las elites políticas o decretándoles medidas cautelares sustitutivas bajo el argumento de la inconstitucionalidad del artículo 184 del Código Procesal Penal, y siendo que la UFECICH ha aportado suficiente prueba en esta causa, exigimos que se dicte el auto de formal procesamiento y la prisión preventiva para todos los imputados(as).
La Coalición Contra la Impunidad, integrada por más de 50 organizaciones de la sociedad civil, estará vigilante del desarrollo de este proceso y denunciará las irregularidades y acciones que pretendan instrumentalizar la justicia a favor de los corruptos, advirtiendo que un proceder contrario a los hechos y la prueba aportada podría dar lugar a una conducta constitutiva de prevaricato.
24 de julio de 2018 COALICIÓN CONTRA LA IMPUNIDAD
QUO VADIS, PANDORA? O LA VENGANZA DE LA CONSTITUCIÓN
¿Dónde
estás Oscar Chinchilla?, nuestro fiscal “5 estrellas”, si la primera
vez fue electo entre las sombras, la segunda fue en neblina, ¿Qué es tan
importante para dejar tirada por 15 días a su Directora Forense,
Julissa Villanueva, que quiere hablar con él por el asesinato de una
colaboradora de su equipo?
Reflexión
EL LIBERTADOR
Desde
las entrañas del poder Legislativo se edificaba la orgía, la víctima:
Constitución de la República. Entonces era 2013, un Sergio Castellanos,
desgarrando la garganta, sólo lo apoyaba el eco de sus gritos inútiles,
“¡corruptos, un día van a pagar!” y las risas eran miel en la boca de
los parlamentarios. Pues el día llegó, sabe a hiel y ya no se oyen
burlas.
El
partido Nacional tenía prisa, era la última vez que el Congreso sería
dominado por el bipartidismo, 2014 traería nuevos apostadores al casino
y, pues, “a punta de verga” como dijo “Toño”… ante la duda la acción,
festín de cuervos, 80 decretos y 20 leyes en sólo dos semanas, que el
mundo se arrodille ante la maquinaria legislativa más capaz del globo
terráqueo y, para muestra, uno de esos cambios significó a los
hondureños el aumento del impuesto sobre venta de 12 a 15 por ciento.
Fue
el “Tanksgiving Day”, todos hicieron sus pedidos, los cocineros estaban
prestos y sonrientes en las butacas recibiendo y despachando las
solicitudes, entre ellos estaba el artículo 184 del código penal,
entonces no importó, así como la Ley de Privación de Dominio; ¿Por qué
preocuparse si se aplicará a otros?. Esos años fueron maravillosos en la
residencia del embajador “americano”, todos fueron felicitados por
impulsar leyes e iniciativas “democráticas” de lucha contra la
corrupción y el crimen organizado.
¡Felicidades! Un brindis por Ustedes. ¡Aaaah! Fueron tiempos de gloria.
Los
hondureños debemos un agradecimiento eterno a la Coronela, cuasi
Presidente Heide Fulton, nos enseñó tanto, esa imagen de un Matamoros
Batson, tembloroso en su regazo, entonces el águila intervino y paró el
descontrol, se puso el uniforme y dictó el ganador de las elecciones.
Nunca olvidaremos eso; después los llevó a todos a un hotel, sonreír y
tomar vino, ¡Cuánto liderazgo! Asumió las funciones de un embajador,
siendo jefa de compras. ¡Firme Soldado! Misión cumplida. Claro, por esa
exhibición necesaria, pero de mal gusto, alguien tiene que pagar. ¿Seré
yo maestro?
Todo
estaba bien, pero la intervención posicionó a EE.UU. en amos y señores
de estas tierras desoladas (otra, otra, otra, vez), un “tweet” basta
para que el viejo y destartalado cuerpo político-empresario busque un
ansiolítico y entonces… Llegó Pandora, “el regalo de todos” o “la que
todo lo da” ¡y que regalos!, 38 personas implicadas en el desvió de 282
millones de lempiras de Agricultura para financiar campañas políticas;
usted sabe, por eso de la nobleza del hondureño que hasta sin frijoles
quedó por financiar las campañas del líder.
Han
pasado más de 30 días y el monstruo de los mil ojos se impacienta,
¿Adónde vas, Pandora?, las órdenes de captura, según el artículo 184,
debieron emitirse hace mucho tiempo, sin embargo este es el nudo
gordiano, fue fácil con los narcotraficantes, con los enemigos
políticos, “caiga quien caiga”, se gritaba desde cualquier plaza, hoy el
silencio es ensordecedor y parece decir “sálvese quien pueda”, es el
movimiento serpentino de la política vernácula en la obscuridad,
arrastrando los huesos, palidecida pide clemencia. Los abogados chocan
entre sí en la Corte Suprema de Justicia, alegando el extinto principio
de inocencia e interponiendo recursos contra el artículo. ¿Qué sabe el
descalzo del principio de inocencia?
¿Dónde
estás Oscar Chinchilla?, nuestro nuevo –viejo- amigo fiscal “5
estrellas”, si la primera vez fue electo entre las sombras, la segunda
fue en neblina, ¿Qué es tan importante para dejar tirada por 15 días a
su Directora Forense, Julissa Villanueva, que quiere hablar con él por
el asesinato de una colaboradora de su equipo?, ¡Vamos!, él sabe que
necesita credibilidad, pero no es fácil decidir cuando el rostro es
conocido o cuando quien oyó hablar al muerto no es protegido.
Sin
embargo el problema no sólo es judicial, es eminentemente político,
entregar a los señalados, en su mayoría nacionalistas o liberales en
eterno romance económico con la estrella solitaria, significa mandar al
destierro a esa institución, el nacionalismo crece en inconformidad con
las decisiones del orlandismo, gustaría entregarlos, pero no pueden,
¿Será que las reuniones con Almagro, en la OEA, tiene resultados?
Los
caudillos azules, saben que si envían a los suyos a la Tolva o los
exhiben siquiera, la oposición lo capitalizará, entonces ¡puff! como
magia se mueven otras piezas, todos los foros se copan con “caso
Oderbrech”, “Acuerdo Cartagena”, “denuncia por fraude de tierras”,
“Nasralla no es el salvador de Honduras”; se ladra, ladra fuerte desde
la prensa tradicional, que la han hecho mentir tanto que está “Atrapada
en las redes del poder y sin salida”, el hondureño ya no cree en los
tradicionales y los medios independientes crecen, hay que adaptarse o
morir y la verdad es la tendencia de los lectores.
Pandora
tiene dos caminos, el más complicado es la impunidad, los EE.UU.
presionan fuerte y ya aterrizó el exdiputado liberal Midence Martínez en
las gélidas tierras, si el desfile no es en Honduras, no hay problema,
pero la fiesta no parará; el segundo camino es la exposición de
políticos y empresarios que llevará de poco a mucho la caída de lo que
conocemos política tradicional, o sea, corrupta. Pandora abrió la caja y
en el fondo se avizora la esperanza. “En los próximos meses”, twiteó la
Coronela.
Los inmigrantes centroamericanos no están invadiendo EEUU
por John Tarleton
LA HAINE - 19/07/2018
Es todo lo contrario, es EEUU quien ha invadido América Central
Niños
encerrados en perreras, llorando al borde de la carretera por la noche,
envueltos en mantas de emergencia brillantes en el suelo de los centros
de procesamiento de la Patrulla Fronteriza, escondidos como polizones
en un Walmart abandonado, trasladados en avión a cientos de kilómetros
de sus padres. El sonido de sus lamentos es una "orquesta" a oídos de un
guardia fronterizo, a quien se le oye bromear en un audio captado en un
centro de detención de niños que los "único que falta es un director".
Pero hay un director
Se sienta en una silla de cuero del Despacho Oval con los brazos cruzados en un gesto que no es muy diferente al de un niño caprichoso cuando tiene que esperar. Culpa a sus oponentes de la pesadilla que está perturbando la conciencia estadounidense: 2.300 niños, bebés incluidos, separados de sus padres desde abril, cuando instituyó una política de "Tolerancia Cero" de perseguir judicialmente a padres acusados de tratar de entrar a EEUU por la frontera sur.
"Dios ha ordenado al gobierno para sus fines", afirma su Fiscal General citando Romanos 13, un versículo de la Biblia que en el pasado se utilizó para justificar la esclavitud.
"Womp-womp", afirma el exdirector de campaña del presidente imitando el efecto sonoro de "Debbie Downer". "A mí no me importa, ¿y a ti?", preguntan las letras mayúsculas de la chaqueta que cubre a la Primera Dama. Resulta que a la gente le importa mucho. Sin embargo, a pesar de la mucha atención que ha recibido la detención de niños inmigrantes en las últimas semanas, poco se ha hecho para explicar el origen de esta crisis.
Cuando los medios de comunicación se detienen a explicar por qué los refugiados centroamericanos cruzan la frontera señalan que Honduras, El Salvador y Guatemala (los países de los que provienen la mayoría de los refugiados) son países pobres, inestables políticamente y azotados por los índices de asesinatos más altos del mundo, lo que suscita la pregunta de por qué están tan mal las cosas allí, qué cadena de acontecimientos hace que los padres huyan arriesgando sus vidas, solo para ver cómo les arrebatan a sus hijos y los arrojan en jaulas No lo que quiere oír la derecha. Cuando Donald Trump, el Fiscal General Jeff Sessions y Fox News hablan de personas que huyen de sus hogares y viajan miles de kilómetros para entrar en EEUU no ven a personas que pasan penalidades. Ven una "invasión" de hordas de criminales que harán que el resto de nosotros carguemos con su anarquía y sus demandas de servicios públicos.
Eso es una calumnia contra los inmigrantes como grupo, de cuales los estudios señalan constantemente que es menos probable que cometan crímenes y que contribuyen mucho más con sus impuestos de lo que reciben de los servicios públicos. Por lo que se refiere a la "invasión", ¿y si la verdadera invasión hubiera empezado hace más de un siglo (si no hace cinco siglos) y continuara hasta nuestros días? ¿Y si la invasión no hubiera venido del sur hacia el norte, sino al revés, una invasión de un poderoso vecino del norte con la intención de extraer toda la riqueza y todos los recursos que pueda de naciones más pequeñas y débiles, y dispuestas a someter a sus gobiernos a su voluntad?
República Bananera. Esta expresión evoca imágenes de un lánguido lugar tropical cuyo gobierno es corrupto e inestable, y cuya economía funciona a capricho de unos pocos intereses poderosos. O. Henry fue el primero en usar la expresión en una novela de 1904 basada en la época que pasó en la costa atlántica de Honduras, donde la United Fruit Company se abría paso por la fuerza en el país.
En la vecina Guatemala, la United Fruit se iba a convertir en el mayor terrateniente del país en las primeras décadas del siglo XX, aunque dejó sin cultivar la mayor parte de las tierras para mantenerlas fuera del alcance de potenciales competidores. También controlaba el único ferrocarril del país, las únicas instalaciones que podían generar electricidad y las principales instalaciones portuarias de la costa atlántica del país, además de controlar con mano férrea a las personas que trabajaban para ella.
El Salvador también se convirtió en una República Bananera hecha y derecha a finales del siglo XIX aunque su escarpado territorio en vez de bananas producía café, el principal cultivo de exportación para los mercados internacionales. Entre 1880 y 1914 la exportación de café aumentó más del 1.000 %. Los enormes beneficios fomentaron la rápida concentración de la propiedad de la tierra y el ascenso de una oligarquía conocida como Las Catorce Familias. Este proceso contó con la ayuda de gobiernos favorables al libre mercado que acabaron con las tierras comunales y aprobaron leyes contra la vagancia que garantizaban que los campesinos y otras personas pertenecientes al mundo rural trabajaran en las plantaciones de café. En 1912 se creó la odiada Guardia Nacional como fuerza de policía rural que suprimió cualquier indicio de disidencia.
Seguirían por toda la región ciclos de revuelta y represión con EEUU apoyando invariablemente a monstruosos dictadores que parecían salidos directamente de una novela de Gabriel García Márquez.
En 1932 se aplastó una revuelta campesina en El Salvador y 30.000 personas fueron masacradas en diez días, lo que se conoce como "La Matanza*". En la vecina Nicaragua el líder rebelde Augusto Sandino fue capturado y ejecutado en 1934 tras asistir a unas negociaciones de paz con el gobierno. Su movimiento fue aniquilado posteriormente, cuando el dictador al que apoyaba EEUU, Anastasio Somoza, se hizo con el poder.
En 1944 varios oficiales progresistas del ejército de Guatemala ayudaron a derrocar a un dictador brutal y dieron paso a una década de sanidad, educación y reformas laborales. Sin embargo, cuando el gobierno de Jacobo Arbenz empezó a redistribuir a los campesinos sin tierra algunas de las fincas sin explotar de la United Fruit un golpe respaldado por la CIA quitó de en medio a Arbenz en 1954. A continuación vino el habitual reino del terror que permaneció durante décadas.
Así pues, ¿qué tiene que ver toda esta historia lejana con las actuales batallas de la inmigración?
A finales de la década de 1970 estallaron las reprimidas exigencias de cambio en América Central. En Nicaragua la dictadura de la familia Somoza fue derrocada por los Sandinistas, un grupo rebelde de izquierda que se inspiró en Sandino y tomó su nombre de él. También en El Salvador y Guatemala surgieron movimientos revolucionarios. Para EEUU era el momento de hacer cálculos. Nuestro gobierno podía haber apoyado las reivindicaciones de libertad y una vida mejor de los pueblos de América Central, algo que todos queremos para nosotros mismos, pero en vez de ello cuando Ronald Reagan llegó a la presidencia en 1981 EEUU redobló su apoyo a sus aliados anticomunistas regionales y a sus matanzas. Reagan había prometido, con otras palabras, hacer a EEUU grande otra vez tras la derrota estadounidense en Vietnam seis años antes.
Reagan dotó su gobierno de ideólogos de derecha como la embajadora estadounidense ante la ONU Jeane Kirkpatrick, el teniente coronel Oliver North, Elliot Abrams y John Bolton. Consideraban que su batalla contra los movimientos revolucionarios de América Central era una batalla existencial entre el bien y el mal, la democracia capitalista y el comunismo totalitario, en la que el fin justifica los medios. El precio de su guerra santa se pagaría con la sangre de los demás.
En El Salvador los escuadrones de la muerte de la derecha se descontrolaron y mataron a miles de sindicalistas, estudiantes y otras personas, y después arrojaron sus cadáveres desfigurados para que todo el mundo los viera.
Como escribió Joan Didion en Salvador, el relato de 1983 sobre el tormento sufridos en el país centroamericano: "Los muertos y los trozos de cadáveres aparecen en El Salvador en todas partes, todos los días, como si se dieran por hecho al igual que en una pesadilla o en una película de horror. Por supuesto, los buitres sugieren la presencia de un cuerpo. Un grupo de niños en las calles sugiere la presencia de un cuerpo. Los cuerpos aparecen entre la maleza de los solares vacíos, en la basura arrojada por los barrancos de los barrios más ricos, en los baños públicos, en las estaciones de autobús. Algunos son arrojados al lago Ilpango, a unos kilómetros al este de la ciudad, lavados en las cabañas y clubes cercanos frecuentados por lo que queda de burguesía deportiva en El Salvador".
Mientras los activistas supervivientes huían a las montañas para unirse al cada vez mayor movimiento guerrillero, a lo largo de la siguiente década llegaban a El Salvador 5.000 millones de dólares en armas y ayuda para apoyar al gobierno. Hubo más masacres. En uno de los episodios más tristemente célebres de la guerra el Batallón Atlacatl adiestrado y equipado por EEUU masacró a más de 800 campesinos en el pueblo de El Mozote y las aldeas vecinas donde se consideraba que alojaban a simpatizantes de los rebeldes. Como contaba la obra The Massacre at El Mozote de Mark Danner, los soldados salvadoreños mataron primero a todos los adultos y después llevaron a las mujeres jóvenes y a las niñas de incluso 10 años a las colinas cercanas para violarlas en grupo antes de acabar con ellas. Por último, llevaron a los niños pequeños supervivientes de El Mozote a la iglesia vecina donde los mataron a tiros, con las bayonetas o las culatas de los rifles.
La única superviviente de la masacre, Rufina Amaya, madre de cuatro hijos, se escondió en la espesa maleza y no la vieron los soldados. Oyó los gritos de los niños pidiendo ayuda y prometió contar la historia al mundo. Cuando se conoció la noticia el gobierno Reagan calificó la noticia de "fake news". El New York Times degradó a Raymond Bonner, el periodista que había sacado a la luz la historia. Cuando los investigadores lograron entrar en El Mozote más de una década después encontraron los restos de 131 niños de 12 años o menores.
En Guatemala se desarrolló una dinámica similar en la que se suprimieron sin piedad las protestas urbanas y el ejército llevó a cabo una campaña de "tierra quemada" en las montañas donde masacró pueblos enteros de indios maya a los que consideraba confabulados con los rebeldes de izquierda. En Nicaragua el gobierno Reagan organizó a quienes habían sido partidarios de Somoza en un ejército mercenario conocido como la Contra, que atacó a profesores, médicos y otras personas a las que el gobierno sandinista había enviado al campo a trabajar.
Reagan se quejó de que el dictador de Guatemala, Efraín Ríos Montt, estaba siendo acusado falsamente por quienes le criticaban. Pidió al Congreso que siguiera financiando a la Contra porque los sandinistas "están a solo dos días en coche de Harlingen, Texas" en la frontera entre EEUU y México, como si una nación de tres millones de personas fuera a invadir a una superpotencia nuclear.
Se calcula que las guerras de la década de 1980 en América Central dejaron unas 300.000 personas muertas, la inmensa mayoría de las cuales murió a manos de fuerzas de la derecha. Cientos de miles de personas huyeron a EEUU. Al concluir la Guerra Fría se firmaron acuerdos de paz y acabaron las guerras, lo que dejó a su paso sociedades desestabilizas. La región dejó de ser un punto crítico geopolítico y los políticos de Washington la olvidaron completamente ya que cada vez centraban más su atención en emprender nuevas cruzadas sangrientas en Oriente Próximo.
Pero los círculos de la élite no olvidaron totalmente el derramamiento de sangre en América Central respaldado por EEUU. Cuando en un debate de la campaña electoral de 2004 se le preguntó al vicepresidente Dick Cheney cómo iba a responder el gobierno de George W. Bush a la cada vez mayor insurgencia en Iraq sugirió que la "opción salvadoreña" iba a funcionar. A lo largo de los siguientes siete años las milicias chiíes respaldadas por EEUU desataron una oleada de terror y limpieza étnica contra la minoría sunní, lo que preparó el terreno para la aparición posterior del ISIS.
En El Salvador se produjo un breve momento de esperanza tras la firma en 1992 de los acuerdos de paz entre el gobierno y el FMLN, el grupo rebelde de izquierda. Según estos acuerdos, el FMLN abandonó las armas y se convirtió en un partido político legal. El ejército salvadoreño se redujo a la mitad y se purgó a quienes se sabía que habían violado los derechos humanos. Se disolvió la Guardia Nacional y fue sustituida por una fuerza policial civil a la que se incorporaron algunos excombatientes del FMLN.
El FMLN se presentó por primera vez a las elecciones en la primavera de 1994. En aquel momento yo me alojaba en casa de una familia en un polvoriento pueblo de mercado y hacía autoestop por todo el país sin problemas. La gente me transmitía sobre todo un sentimiento de alivio mezclado con el optimismo de que por fin había terminado un conflicto que había costado la vida de 75.000 personas a lo largo de una docena de años.
El partido conservador ARENA ganó las elecciones y el FMLN quedó en segundo lugar. Todo transcurrió pacíficamente. Cuando volví un año después el miedo a una creciente oleada de criminalidad se había apoderado del país. Pesaba en el ambiente una sensación de amenaza. El nuevo presidente prometió en la televisión nacional perseguir a los criminales con mano dura*.
En aquel momento no me di cuenta de que EEUU había empezado a deportar a miles de jóvenes salvadoreños con antecedentes criminales. En muchos casos los deportados habían llegado de niños a Los Ángeles con sus padres refugiados a principios de la década de 1980 y más tarde se unieron a las bandas callejeras salvadoreñas.
En vez de [las bandas callejeras de] los Bloods y los Crips eran la MS-13 y la 18th Street. Con un Estado débil, pocas oportunidades de trabajo para los deportados (EEUU había cerrado el grifo de la ayuda una vez que acabó la guerra) y gran cantidad de soldados y exguerrilleros desmovilizados El Salvador se convirtió en un caldo de cultivo donde estalló el crimen violento. La MS-13 y 18th Street pronto se extendieron a Guatemala y Honduras con unos resultados igual de desgarradores. Las tres naciones en la mitad norte de América Central se convirtieron en la capital mundial del homicidio.
Cuando menos se esperaba llegaron buenas noticias a Honduras. El país se había librado de lo peor de la década de conflictos de 1980, aunque era uno de los países más pobres del hemisferio occidental. En 2006 un magnate maderero y ganadero llamado Manuel "Mel" Zelaya se convirtió discretamente en presidente. Para sorpresa de todo el mundo Zelaya se inclinó rápidamente a la izquierda. En los tres años y medio que permaneció en el cargo se introdujo la educación gratuita universal con comidas gratuitas para los niños pobres, el salario mínimo subió un 80 % y por primera vez se incluyó a los empleados domésticos en el sistema de seguridad social. Zelaya también estableció relaciones de amistad con Cuba y estrechó una alianza con la Venezuela de Hugo Chávez que ayudó a financiar sus cada vez mayores gastos sociales.
Por primera vez en su larga historia oligárquica Honduras tenía un presidente que hacía algo por el pueblo. Las elites hondureñas y los halcones estadounidenses consideraron que Zelaya era intolerable. En junio de 2009 fue derrocado en un golpe con la ayuda tácita del gobierno Obama y enviado al exilio en medio de la noche.
Hubo protestas masivas pero el nuevo gobierno se aferró al poder. Tanto el crimen común como el político se dispararon. Las elecciones presidenciales de 2013 y 2017 estuvieron empañadas por denuncias de fraude y la policía asesinó a manifestantes en contra del gobierno. En medio del caos empezaron a llegar refugiados a EEUU en 2014. Tras un momento de calma está volviendo a aumentar la cantidad de personas refugiadas solicitantes de asilo procedentes de América Central. Barack Obama, el frío e indiferente deportador número uno, supervisó la expulsión de tres millones de inmigrantes durante sus ocho años como presidente solo para ser sustituido por Donald Trump con su racismo desnudo y descarado.
Aunque los tribunales tendrán que pronunciarse sobre las cuestiones legales, personas de todo el país están a la cabeza con actos de solidaridad. Ofrecemos unos cuantos ejemplos:
Valle de Rio Grande -- En este rincón de Texas que suele estar dormido oleadas de manifestantes de todo el país han acudido a los centros de detención donde se ha almacenado a los niños refugiados.
Ciudad de Nueva York -- La noche del 20 de junio cientos de neoyorquinos acudieron a aeropuerto de La Guardia para saludar a los niños separados de sus padres y enviados a la zona de Nueva York en aviones comerciales. San Diego -- Varios líderes religiosos acudieron el 23 de junio al centro de detención de Otay Mesa y cantaron "No estás solo*". Cuando las personas presas los oyeron vitorearon en voz alta.
Portland -- El 17 de junio los manifestantes bloquearon la sede local de [la agencia estadounidense de inmigración] Immigration and Customs Enforcement (ICE) y establecieron una campamento frente al edificio que en los diez días siguientes se convirtió en una miniciudad con 90 tiendas de campaña, una estación de agua potable, una tienda destinada a servicios médicos y otra a los niños. Al cierre de esta edición de The Indypendent el alcalde de Portland Ted Wheeler se niega a desmantelar el campamento. Desde entonces han surgido otros campamentos similares ante sedes del ICE en otras ciudades.
El drama que se está desarrollando ahora mismo no consiste solamente a las familias detenidas y a su suerte, sino también en qué tipo de sociedad queremos. En medio de guerras, de los llamados Estados fallidos y, sobre todo, del cambio climático el siglo XXI será un siglo con una emigración humana sin precedentes, ¿cómo vamos a responder? Desde el momento en que bajó por las escaleras mecánicas de la Torre Trump para anunciar su candidatura a la presidencia Donald Trump ha recurrido a la paranoia racista de sus seguidores del "Hacer EEUU grande otra vez". Ahora que sus políticas crueles han provocado un rechazo generalizado se está promoviendo otra visión más inclusiva de quiénes podemos ser.
Lo más inteligente que se puede hacer es dar la bienvenida a los refugiados de América Central. Con el tiempo contribuirán mucho a nuestra sociedad. Y lo que es más importante, es lo correcto. También nos da la oportunidad de asumir la historia que los ha traído aquí y de empezar a asumir la responsabilidad de ello. Cuando abrazamos a una persona refugiada abrazamos lo mejor de nosotros mismos. Como dice el dicho, el amor triunfa sobre el odio, pero solo si lo hacemos posible.
*En castellano en el original (N. de la t.)indypendent.org. Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Pero hay un director
Se sienta en una silla de cuero del Despacho Oval con los brazos cruzados en un gesto que no es muy diferente al de un niño caprichoso cuando tiene que esperar. Culpa a sus oponentes de la pesadilla que está perturbando la conciencia estadounidense: 2.300 niños, bebés incluidos, separados de sus padres desde abril, cuando instituyó una política de "Tolerancia Cero" de perseguir judicialmente a padres acusados de tratar de entrar a EEUU por la frontera sur.
"Dios ha ordenado al gobierno para sus fines", afirma su Fiscal General citando Romanos 13, un versículo de la Biblia que en el pasado se utilizó para justificar la esclavitud.
"Womp-womp", afirma el exdirector de campaña del presidente imitando el efecto sonoro de "Debbie Downer". "A mí no me importa, ¿y a ti?", preguntan las letras mayúsculas de la chaqueta que cubre a la Primera Dama. Resulta que a la gente le importa mucho. Sin embargo, a pesar de la mucha atención que ha recibido la detención de niños inmigrantes en las últimas semanas, poco se ha hecho para explicar el origen de esta crisis.
Cuando los medios de comunicación se detienen a explicar por qué los refugiados centroamericanos cruzan la frontera señalan que Honduras, El Salvador y Guatemala (los países de los que provienen la mayoría de los refugiados) son países pobres, inestables políticamente y azotados por los índices de asesinatos más altos del mundo, lo que suscita la pregunta de por qué están tan mal las cosas allí, qué cadena de acontecimientos hace que los padres huyan arriesgando sus vidas, solo para ver cómo les arrebatan a sus hijos y los arrojan en jaulas No lo que quiere oír la derecha. Cuando Donald Trump, el Fiscal General Jeff Sessions y Fox News hablan de personas que huyen de sus hogares y viajan miles de kilómetros para entrar en EEUU no ven a personas que pasan penalidades. Ven una "invasión" de hordas de criminales que harán que el resto de nosotros carguemos con su anarquía y sus demandas de servicios públicos.
Eso es una calumnia contra los inmigrantes como grupo, de cuales los estudios señalan constantemente que es menos probable que cometan crímenes y que contribuyen mucho más con sus impuestos de lo que reciben de los servicios públicos. Por lo que se refiere a la "invasión", ¿y si la verdadera invasión hubiera empezado hace más de un siglo (si no hace cinco siglos) y continuara hasta nuestros días? ¿Y si la invasión no hubiera venido del sur hacia el norte, sino al revés, una invasión de un poderoso vecino del norte con la intención de extraer toda la riqueza y todos los recursos que pueda de naciones más pequeñas y débiles, y dispuestas a someter a sus gobiernos a su voluntad?
República Bananera. Esta expresión evoca imágenes de un lánguido lugar tropical cuyo gobierno es corrupto e inestable, y cuya economía funciona a capricho de unos pocos intereses poderosos. O. Henry fue el primero en usar la expresión en una novela de 1904 basada en la época que pasó en la costa atlántica de Honduras, donde la United Fruit Company se abría paso por la fuerza en el país.
En la vecina Guatemala, la United Fruit se iba a convertir en el mayor terrateniente del país en las primeras décadas del siglo XX, aunque dejó sin cultivar la mayor parte de las tierras para mantenerlas fuera del alcance de potenciales competidores. También controlaba el único ferrocarril del país, las únicas instalaciones que podían generar electricidad y las principales instalaciones portuarias de la costa atlántica del país, además de controlar con mano férrea a las personas que trabajaban para ella.
El Salvador también se convirtió en una República Bananera hecha y derecha a finales del siglo XIX aunque su escarpado territorio en vez de bananas producía café, el principal cultivo de exportación para los mercados internacionales. Entre 1880 y 1914 la exportación de café aumentó más del 1.000 %. Los enormes beneficios fomentaron la rápida concentración de la propiedad de la tierra y el ascenso de una oligarquía conocida como Las Catorce Familias. Este proceso contó con la ayuda de gobiernos favorables al libre mercado que acabaron con las tierras comunales y aprobaron leyes contra la vagancia que garantizaban que los campesinos y otras personas pertenecientes al mundo rural trabajaran en las plantaciones de café. En 1912 se creó la odiada Guardia Nacional como fuerza de policía rural que suprimió cualquier indicio de disidencia.
Seguirían por toda la región ciclos de revuelta y represión con EEUU apoyando invariablemente a monstruosos dictadores que parecían salidos directamente de una novela de Gabriel García Márquez.
En 1932 se aplastó una revuelta campesina en El Salvador y 30.000 personas fueron masacradas en diez días, lo que se conoce como "La Matanza*". En la vecina Nicaragua el líder rebelde Augusto Sandino fue capturado y ejecutado en 1934 tras asistir a unas negociaciones de paz con el gobierno. Su movimiento fue aniquilado posteriormente, cuando el dictador al que apoyaba EEUU, Anastasio Somoza, se hizo con el poder.
En 1944 varios oficiales progresistas del ejército de Guatemala ayudaron a derrocar a un dictador brutal y dieron paso a una década de sanidad, educación y reformas laborales. Sin embargo, cuando el gobierno de Jacobo Arbenz empezó a redistribuir a los campesinos sin tierra algunas de las fincas sin explotar de la United Fruit un golpe respaldado por la CIA quitó de en medio a Arbenz en 1954. A continuación vino el habitual reino del terror que permaneció durante décadas.
Así pues, ¿qué tiene que ver toda esta historia lejana con las actuales batallas de la inmigración?
A finales de la década de 1970 estallaron las reprimidas exigencias de cambio en América Central. En Nicaragua la dictadura de la familia Somoza fue derrocada por los Sandinistas, un grupo rebelde de izquierda que se inspiró en Sandino y tomó su nombre de él. También en El Salvador y Guatemala surgieron movimientos revolucionarios. Para EEUU era el momento de hacer cálculos. Nuestro gobierno podía haber apoyado las reivindicaciones de libertad y una vida mejor de los pueblos de América Central, algo que todos queremos para nosotros mismos, pero en vez de ello cuando Ronald Reagan llegó a la presidencia en 1981 EEUU redobló su apoyo a sus aliados anticomunistas regionales y a sus matanzas. Reagan había prometido, con otras palabras, hacer a EEUU grande otra vez tras la derrota estadounidense en Vietnam seis años antes.
Reagan dotó su gobierno de ideólogos de derecha como la embajadora estadounidense ante la ONU Jeane Kirkpatrick, el teniente coronel Oliver North, Elliot Abrams y John Bolton. Consideraban que su batalla contra los movimientos revolucionarios de América Central era una batalla existencial entre el bien y el mal, la democracia capitalista y el comunismo totalitario, en la que el fin justifica los medios. El precio de su guerra santa se pagaría con la sangre de los demás.
En El Salvador los escuadrones de la muerte de la derecha se descontrolaron y mataron a miles de sindicalistas, estudiantes y otras personas, y después arrojaron sus cadáveres desfigurados para que todo el mundo los viera.
Como escribió Joan Didion en Salvador, el relato de 1983 sobre el tormento sufridos en el país centroamericano: "Los muertos y los trozos de cadáveres aparecen en El Salvador en todas partes, todos los días, como si se dieran por hecho al igual que en una pesadilla o en una película de horror. Por supuesto, los buitres sugieren la presencia de un cuerpo. Un grupo de niños en las calles sugiere la presencia de un cuerpo. Los cuerpos aparecen entre la maleza de los solares vacíos, en la basura arrojada por los barrancos de los barrios más ricos, en los baños públicos, en las estaciones de autobús. Algunos son arrojados al lago Ilpango, a unos kilómetros al este de la ciudad, lavados en las cabañas y clubes cercanos frecuentados por lo que queda de burguesía deportiva en El Salvador".
Mientras los activistas supervivientes huían a las montañas para unirse al cada vez mayor movimiento guerrillero, a lo largo de la siguiente década llegaban a El Salvador 5.000 millones de dólares en armas y ayuda para apoyar al gobierno. Hubo más masacres. En uno de los episodios más tristemente célebres de la guerra el Batallón Atlacatl adiestrado y equipado por EEUU masacró a más de 800 campesinos en el pueblo de El Mozote y las aldeas vecinas donde se consideraba que alojaban a simpatizantes de los rebeldes. Como contaba la obra The Massacre at El Mozote de Mark Danner, los soldados salvadoreños mataron primero a todos los adultos y después llevaron a las mujeres jóvenes y a las niñas de incluso 10 años a las colinas cercanas para violarlas en grupo antes de acabar con ellas. Por último, llevaron a los niños pequeños supervivientes de El Mozote a la iglesia vecina donde los mataron a tiros, con las bayonetas o las culatas de los rifles.
La única superviviente de la masacre, Rufina Amaya, madre de cuatro hijos, se escondió en la espesa maleza y no la vieron los soldados. Oyó los gritos de los niños pidiendo ayuda y prometió contar la historia al mundo. Cuando se conoció la noticia el gobierno Reagan calificó la noticia de "fake news". El New York Times degradó a Raymond Bonner, el periodista que había sacado a la luz la historia. Cuando los investigadores lograron entrar en El Mozote más de una década después encontraron los restos de 131 niños de 12 años o menores.
En Guatemala se desarrolló una dinámica similar en la que se suprimieron sin piedad las protestas urbanas y el ejército llevó a cabo una campaña de "tierra quemada" en las montañas donde masacró pueblos enteros de indios maya a los que consideraba confabulados con los rebeldes de izquierda. En Nicaragua el gobierno Reagan organizó a quienes habían sido partidarios de Somoza en un ejército mercenario conocido como la Contra, que atacó a profesores, médicos y otras personas a las que el gobierno sandinista había enviado al campo a trabajar.
Reagan se quejó de que el dictador de Guatemala, Efraín Ríos Montt, estaba siendo acusado falsamente por quienes le criticaban. Pidió al Congreso que siguiera financiando a la Contra porque los sandinistas "están a solo dos días en coche de Harlingen, Texas" en la frontera entre EEUU y México, como si una nación de tres millones de personas fuera a invadir a una superpotencia nuclear.
Se calcula que las guerras de la década de 1980 en América Central dejaron unas 300.000 personas muertas, la inmensa mayoría de las cuales murió a manos de fuerzas de la derecha. Cientos de miles de personas huyeron a EEUU. Al concluir la Guerra Fría se firmaron acuerdos de paz y acabaron las guerras, lo que dejó a su paso sociedades desestabilizas. La región dejó de ser un punto crítico geopolítico y los políticos de Washington la olvidaron completamente ya que cada vez centraban más su atención en emprender nuevas cruzadas sangrientas en Oriente Próximo.
Pero los círculos de la élite no olvidaron totalmente el derramamiento de sangre en América Central respaldado por EEUU. Cuando en un debate de la campaña electoral de 2004 se le preguntó al vicepresidente Dick Cheney cómo iba a responder el gobierno de George W. Bush a la cada vez mayor insurgencia en Iraq sugirió que la "opción salvadoreña" iba a funcionar. A lo largo de los siguientes siete años las milicias chiíes respaldadas por EEUU desataron una oleada de terror y limpieza étnica contra la minoría sunní, lo que preparó el terreno para la aparición posterior del ISIS.
En El Salvador se produjo un breve momento de esperanza tras la firma en 1992 de los acuerdos de paz entre el gobierno y el FMLN, el grupo rebelde de izquierda. Según estos acuerdos, el FMLN abandonó las armas y se convirtió en un partido político legal. El ejército salvadoreño se redujo a la mitad y se purgó a quienes se sabía que habían violado los derechos humanos. Se disolvió la Guardia Nacional y fue sustituida por una fuerza policial civil a la que se incorporaron algunos excombatientes del FMLN.
El FMLN se presentó por primera vez a las elecciones en la primavera de 1994. En aquel momento yo me alojaba en casa de una familia en un polvoriento pueblo de mercado y hacía autoestop por todo el país sin problemas. La gente me transmitía sobre todo un sentimiento de alivio mezclado con el optimismo de que por fin había terminado un conflicto que había costado la vida de 75.000 personas a lo largo de una docena de años.
El partido conservador ARENA ganó las elecciones y el FMLN quedó en segundo lugar. Todo transcurrió pacíficamente. Cuando volví un año después el miedo a una creciente oleada de criminalidad se había apoderado del país. Pesaba en el ambiente una sensación de amenaza. El nuevo presidente prometió en la televisión nacional perseguir a los criminales con mano dura*.
En aquel momento no me di cuenta de que EEUU había empezado a deportar a miles de jóvenes salvadoreños con antecedentes criminales. En muchos casos los deportados habían llegado de niños a Los Ángeles con sus padres refugiados a principios de la década de 1980 y más tarde se unieron a las bandas callejeras salvadoreñas.
En vez de [las bandas callejeras de] los Bloods y los Crips eran la MS-13 y la 18th Street. Con un Estado débil, pocas oportunidades de trabajo para los deportados (EEUU había cerrado el grifo de la ayuda una vez que acabó la guerra) y gran cantidad de soldados y exguerrilleros desmovilizados El Salvador se convirtió en un caldo de cultivo donde estalló el crimen violento. La MS-13 y 18th Street pronto se extendieron a Guatemala y Honduras con unos resultados igual de desgarradores. Las tres naciones en la mitad norte de América Central se convirtieron en la capital mundial del homicidio.
Cuando menos se esperaba llegaron buenas noticias a Honduras. El país se había librado de lo peor de la década de conflictos de 1980, aunque era uno de los países más pobres del hemisferio occidental. En 2006 un magnate maderero y ganadero llamado Manuel "Mel" Zelaya se convirtió discretamente en presidente. Para sorpresa de todo el mundo Zelaya se inclinó rápidamente a la izquierda. En los tres años y medio que permaneció en el cargo se introdujo la educación gratuita universal con comidas gratuitas para los niños pobres, el salario mínimo subió un 80 % y por primera vez se incluyó a los empleados domésticos en el sistema de seguridad social. Zelaya también estableció relaciones de amistad con Cuba y estrechó una alianza con la Venezuela de Hugo Chávez que ayudó a financiar sus cada vez mayores gastos sociales.
Por primera vez en su larga historia oligárquica Honduras tenía un presidente que hacía algo por el pueblo. Las elites hondureñas y los halcones estadounidenses consideraron que Zelaya era intolerable. En junio de 2009 fue derrocado en un golpe con la ayuda tácita del gobierno Obama y enviado al exilio en medio de la noche.
Hubo protestas masivas pero el nuevo gobierno se aferró al poder. Tanto el crimen común como el político se dispararon. Las elecciones presidenciales de 2013 y 2017 estuvieron empañadas por denuncias de fraude y la policía asesinó a manifestantes en contra del gobierno. En medio del caos empezaron a llegar refugiados a EEUU en 2014. Tras un momento de calma está volviendo a aumentar la cantidad de personas refugiadas solicitantes de asilo procedentes de América Central. Barack Obama, el frío e indiferente deportador número uno, supervisó la expulsión de tres millones de inmigrantes durante sus ocho años como presidente solo para ser sustituido por Donald Trump con su racismo desnudo y descarado.
Aunque los tribunales tendrán que pronunciarse sobre las cuestiones legales, personas de todo el país están a la cabeza con actos de solidaridad. Ofrecemos unos cuantos ejemplos:
Valle de Rio Grande -- En este rincón de Texas que suele estar dormido oleadas de manifestantes de todo el país han acudido a los centros de detención donde se ha almacenado a los niños refugiados.
Ciudad de Nueva York -- La noche del 20 de junio cientos de neoyorquinos acudieron a aeropuerto de La Guardia para saludar a los niños separados de sus padres y enviados a la zona de Nueva York en aviones comerciales. San Diego -- Varios líderes religiosos acudieron el 23 de junio al centro de detención de Otay Mesa y cantaron "No estás solo*". Cuando las personas presas los oyeron vitorearon en voz alta.
Portland -- El 17 de junio los manifestantes bloquearon la sede local de [la agencia estadounidense de inmigración] Immigration and Customs Enforcement (ICE) y establecieron una campamento frente al edificio que en los diez días siguientes se convirtió en una miniciudad con 90 tiendas de campaña, una estación de agua potable, una tienda destinada a servicios médicos y otra a los niños. Al cierre de esta edición de The Indypendent el alcalde de Portland Ted Wheeler se niega a desmantelar el campamento. Desde entonces han surgido otros campamentos similares ante sedes del ICE en otras ciudades.
El drama que se está desarrollando ahora mismo no consiste solamente a las familias detenidas y a su suerte, sino también en qué tipo de sociedad queremos. En medio de guerras, de los llamados Estados fallidos y, sobre todo, del cambio climático el siglo XXI será un siglo con una emigración humana sin precedentes, ¿cómo vamos a responder? Desde el momento en que bajó por las escaleras mecánicas de la Torre Trump para anunciar su candidatura a la presidencia Donald Trump ha recurrido a la paranoia racista de sus seguidores del "Hacer EEUU grande otra vez". Ahora que sus políticas crueles han provocado un rechazo generalizado se está promoviendo otra visión más inclusiva de quiénes podemos ser.
Lo más inteligente que se puede hacer es dar la bienvenida a los refugiados de América Central. Con el tiempo contribuirán mucho a nuestra sociedad. Y lo que es más importante, es lo correcto. También nos da la oportunidad de asumir la historia que los ha traído aquí y de empezar a asumir la responsabilidad de ello. Cuando abrazamos a una persona refugiada abrazamos lo mejor de nosotros mismos. Como dice el dicho, el amor triunfa sobre el odio, pero solo si lo hacemos posible.
*En castellano en el original (N. de la t.)indypendent.org. Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Deportaciones: EEUU asegura que más de 463 padres inmigrantes podrían haber sido deportados del país sin sus hijos
Cerca de 2.500 niños fueron separados de sus padres
después de que el Gobierno de Trump anunciara la política de "tolerancia
cero" que busca frenar la inmigración irregular.
El Gobierno federal y la Unión
Americana de Libertades Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés) ha
presentado este lunes un informe conjunto en el que asegura que más de
450 padres inmigrantes podrían haber sido deportados del país sin sus
hijos.
La ausencia de los 463 padres, que los
abogados del Gobierno estadounidense han señalado que está "bajo
revisión", podría impedir los esfuerzos de la Administración del
presidente estadounidense, Donald Trump, para reunir a las familias separadas antes del jueves, plazo fijado por un juez federal.
El informe no dice por qué los 463 padres han sido
deportados del país, pero funcionarios del Gobierno reconocieron
previamente que algunos fueron deportados sin sus hijos. Hasta el lunes, 879 padres habían sido reunidos con sus hijos.
Cerca de 2.500 niños fueron separados de sus padres después de que el Gobierno de Trump anunciara la política de "tolerancia cero"
en abril, con el objetivo de desalentar la inmigración irregular. La
iniciativa fue revocada en junio, de cara a las críticas internacionales
sobre el trato que el Gobierno daba a los menores inmigrantes.
El juez de distrito Dana Sabraw en San Diego ordenó
en junio que el Gobierno tendría que reunir a los niños con sus padres
en el marco de una demanda presentada por la ACLU.
El Gobierno ha afirmado este lunes que hay 917 padres
que no cumplen los requisitos para recibir a sus hijos o que todavía no
se sabe que si pueden ser reunidos con ellos. Esa cifra incluye a los
padres que ya no se encuentran en el país, así como a los que fueron
considerados no aptos debido a condenas penales o por otros motivos.
Los defensores de los inmigrantes han expresado su
preocupación sobre los padres deportados sin sus hijos, diciendo que la
situación puede crear problemas con los casos de los niños. "¿Cómo
podemos avanzar en un caso si no conocemos los deseos de los padres?",
señaló Megan McKenna, portavoz de Kids in Need of Defense, a Reuters.