lunes, 25 de julio de 2011

NFORMACIONES HONDURAS (nr. 866) 25 julio 2011

*Más muerte, dolor y vergüenza institucional en el Bajo Aguán*
Doce campesinos asesinados en menos de cuatro meses
*Por Giorgio Trucchi - Rel-UITA*


Este sábado 23 de julio, desconocidos ajusticiaron sin piedad a Julián
Alvarenga García, 45 años, presidente de la empresa campesina Isla Uno,
situada en la margen izquierda del río Aguán y perteneciente al Movimiento
Unificado Campesino del Aguán (MUCA). En el atentado resultó gravemente
herido el también directivo de la empresa, Santos Dubón, quien se debate
entre la vida y la muerte.

Las cifras de la matanza en el Bajo Aguán son escalofriantes. Un total de 35
campesinos organizados han sido asesinados entre enero de 2010 y julio de
2011, 12 de los cuales durante los últimos cuatro meses.

Atentados, secuestros y desalojos violentos han dejado un saldo de 7
campesinos gravemente heridos y uno desaparecido entre mayo y julio de 2011.
Tampoco han cesado las persecuciones, hostigamiento y amenazas de muerte, en
medio de una total impunidad.

Hasta la fecha no hay una sola persona detenida por estos ataques criminales
en contra de miembros de las organizaciones campesinas. Mientras tanto, el
régimen de Porfirio Lobo parece conformarse con la creación de instancias y
estructuras inútiles e inoperantes, que más bien obstaculizan cualquier tipo
de investigación y esclarecimiento de los hechos.

“Todavía la gente estaba llorando la muerte de los compañeros Luis Alonso
Ortiz Borjas y Constantino Morales Enamorado, asesinados el pasado 16 de
julio, cuando se dio este nuevo ataque contra dirigentes de las empresas
campesinas del MUCA. Julián Alvarenga y Santos Dubón fueron interceptados
por un vehículo y brutalmente baleados mientras se dirigían hacia el mercado
municipal de Tocoa. No hay duda de que se trata de un nuevo ataque contra
las organizaciones que siguen luchando por el acceso a la tierra”, dijo a
Sirel, Wilfredo Paz, dirigente del Frente Nacional de Resistencia Popular
(FNRP) de Colón.

Los familiares de Julián Alvarenga denunciaron que había recibido repetidas
amenazas de muerte por teléfono. “Le decían que si no se retiraba de la
organización campesina lo iban a matar. Lo conocía bien. Era un compañero
valiente y dispuesto a la lucha. Un compañero muy comprometido no solamente
con la causa campesina, sino también con la lucha de resistencia del FNRP”,
recordó Paz.

Según el dirigente de la Resistencia hondureña, todos los presidentes de las
14 empresas campesinas del MUCA situadas en la margen izquierda del río
Aguán, habrían recibido amenazas de muerte y sus vidas estarían en peligro.

“Estos asesinatos demuestran que existe un plan macabro para acabar con la
resistencia de las organizaciones campesinas que sigue exigiendo el respeto
de los acuerdos firmados con el gobierno en abril de 2010, y que no están
cediendo ante las presiones de los terratenientes”, explicó Paz.
*
Preocupación internacional*

El pasado 11 de julio, la grave situación del Bajo Aguán fue
denunciada<http://www.rel-uita.org/agricultura/palma_africana/mision_bajo_aguan/...>ante
la Subcomisión de Derechos Humanos y otras instancias del Parlamento
Europeo por organizaciones internacionales, generando profunda preocupación,
sobre todo por el alto nivel de impunidad que existe en la zona.

Ante la creciente preocupación de la comunidad  internacional, el régimen de
Porfirio Lobo decidió conformar un Observatorio Estatal de Derecho Humanos,
cuyo objetivo sería “monitorear la situación de la problemática agraria que
se vive en la región del Bajo Aguán”.

“No va a solucionar nada y es un mecanismo más del régimen para tratar de
dividir y detener la lucha del movimiento campesino. En una semana han
asesinado a 3 dirigentes y otro está entre la vida y la muerte, y no ha
habido ninguna investigación, ni preocupación para tratar de llevar a los
culpables ante la justicia. La que falta es la voluntad política de
encontrar una solución real al conflicto agrario”, concluyó Paz.



Arrestan en Canadá a exmilitar hondureño, implicado en la ejecución de hondureños en la década de los 80’s

http://www.resistenciahonduras.net/images/stories/Julio2011/4349858640_65024cbf47.jpg

*Red Morazánica de Información*

*Tegucigalpa. 24 julio 2011.* El exmilitar e integrante del tristemente
recordado batallón 3-16, Cristóbal González Ramírez de 44 años, fue
arrestado la mañana del viernes en la ciudad de Alberta, Canadá, así lo
informado por un diario de ese país norteamericano.

González Ramírez señalado en Honduras por organismos de derechos humanos
como el responsable de la ejecución de al menos un centenar de hondureños en
la década de los 80s, fue arrestado por agentes de inmigración, gracias a la
información proporcionada por ciudadanos canadienses luego de la publicación
en una web oficial de fotografías y nombres de presuntos criminales de
guerra y cómplices de los mismos que se encuentran radicados en el país del
norte.

El exmilitar hondureño habría solicitado en 2006 asilo ante las autoridades
canadienses, un año después la Junta de Inmigración y Refugiados declaró que
no podía ser admitido y estaba previsto depórtalo en marzo de 2010, pero
González Ramírez desapareció.

Bertha Oliva, Coordinadora de COFADEH, afirmó que González Ramírez se
encuentra en la lista que mantiene el organismo defensor de derechos humanos
como implicado en la ejecución de hondureños en la década de los 80’s.

Según lo informado, González Ramírez sería el primer detenido de una lista
de 30 presuntos criminales de guerra que se encuentra viviendo ilegalmente
en Canadá.

Se establece que González Ramírez se encuentra custodiado por agentes de la
Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, no se han proporcionado detalles
sobre la índole de los crímenes que se le imputan.


Rebelión sin pausa

voselsoberano.com | Lunes 25 de Julio de 2011

Milson Salgado, Rebelión



Cuando uno camina un sendero, siempre y en cualquier momento tiene que hacer una pausa. Los pies descansan. El sudor de la jornada cae por nuestros cuerpos, y el cansancio nos hace jadear, con un coro uniforme de quejas por el tórrido sol que hace desfallecer nuestras fuerzas o por la senda indescifrable que falta aún por transitar.

¿Quién sin una buena dosis de amnesia o restándole los números a los verdaderos nombres o haciéndole montajes al reino de la imagen, se puede olvidar de esas marchas gloriosas en que con la convicción de estar construyendo una nueva patria, muchos compañeros fueron duramente golpeados por la fuerza del orden, otro(a)s con el amor acumulado por la hermandad que comporta la lucha, y apostándole a las transformaciones sociales necesarias, no tuvieron otra alternativa que entregar el don invalorable de sus inimitables vidas?

Eso ha dolido muy fuerte, y el dolor no desaparece por más que nuestra marcha hacia la verdadera democracia no detenga su paso. Cada paso dado es un réquiem y un tributo a ellos. Cada decisión adoptada está transida por un afán de no renunciar a sus auténticos sueños y a sus más grandes aspiraciones.

Esto es la marcha. Esto es la lucha. Ni la marcha es irracional ni la lucha careció en algún momento de significado. El poder político y económico no quería aceptar la evidencia, y desde sus micrófonos oficiales y desde las pantallas rectangulares de sus televisores, pretendían imponer verdades inaceptables, y construir mentiras a fuerza de balas y odios, contra los que nunca hemos renunciado a nuestros sueños.

De la lucha constitucional nació el Frente Nacional de Resistencia. Del corazón del pueblo con hambre de justicia y con sed de reivindicación popular partió la lucha. A las élites les estorban los líderes populares y sus decisiones. Por ejemplo, a las inversiones sociales les llaman gasto y a la gente humilde, chusma. A los Presidentes que trabajan por los pobres les llaman populistas. A los Presidentes que trabajan por los ricos les llaman estadistas. Al pueblo que legítimamente protesta por la justicia le dicen revoltosos, a los que defienden los intereses de las élites, patriotas. Todo dominan y creen que el idioma es de ellos, y que los adjetivos son propiedad privada y que los sustantivos tienen que inscribirse en su dudosa institucionalidad para adquirir valor.

El Frente Nacional de Resistencia se ha ganado su propio sustantivo que no está hecho solo de letras y de relaciones. En ese nombre caben, los hombres y mujeres que en barrios, aldeas, pueblos, caseríos, ciudades, y en muchos países del mundo han embargado su tiempo y sus esfuerzos por dotar de contenido no solamente a la reacción contra la violación del orden constitucional que supuso el Golpe de Estado, sino también por conferirle al movimiento social su carácter permanente y ubicuo en una realidad desde siglos secuestrada, por quienes no han tenido reparos en lesionar, asesinar y desaparecer cualquier tentativa de utopía social seriamente estructurada.

El carácter revolucionario es el adjetivo que se le ha adjudicado a la lucha, nuestras bases así lo han decidido en asambleas altamente democráticas, con debates de altura, con diversas posiciones sometidas al ejercicio dialéctico de la discusión, con un reconocimiento humano a la heterogeneidad como fundamento inexorable de la riqueza cultural, y de la diferencia legítima de las cosmovisiones que se han depuesto por comportar artificios de la gramática. La diferencia no es signo de debilidad ni la uniformidad por sí misma es señal de triunfo, porque la diferencia construye y enriquece la discusión y la uniformidad es solamente la síntesis que adopta la forma del consenso, y que en ningún modo pierde la brújula popular y revolucionaria.

Las formas pueden tener muchos colores, el fondo es innegociable, y el fondo de nuestra lucha lleva inscrita en su sello, la utopía histórica de la liberación integral de los hombres y de las mujeres oprimidas por un sistema que los niega y los golpea, y para el que solo existimos como porcentajes de la estadística de la pobreza, y de los informes oficiales que se elaboran para obtener préstamos que llenarán sus bolsas privadas e hipotecarán mas temprano que tarde el futuro de la patria.

La reflexión popular ha sido rigurosa. La inquietud del pueblo ha descubierto a su paso a legítimos interpretadores de nuestra realidad, que nunca han tenido ni tendrán espacio ni sitio en la prensa oficial y privada. Los contenidos de conciencia se han enriquecido, y en cualquier lugar de Honduras existen auténticos interlocutores. El analfabetismo cultural y político ha desaparecido, esto inquieta a las élites de la oligarquía, porque ellos aceptan que tengamos cabeza, pero que solamente la utilicemos para otras cosas, menos para pensar.

Es precisamente esa reflexión, la que nos permite vislumbrar que los contextos sociopolíticos cambian, y que la respuesta de coyuntura debe estar fundada en el interés popular. Hasta hace poco tiempo, las bases del Frente Nacional de Resistencia fundando sus decisiones en amplias y numerosas asambleas democráticas, desconocieron de forma temporal la vía electoral, no por ilegítima sino porque la institucionalidad existente no daba evidentes garantías de transparencia, de lealtad y de igualdad de armas.

Al reconocer la existencia de un cambio de perspectiva popular, éste no se produce porque la percepción sobre la institucionalidad haya cambiado, sino porque el poder público existente con un amplio margen de ventaja en la legislatura, solo y sin competencia en la adopción de las grandes decisiones que empeñan el futuro de nuestro país, ha actuado con superlativa prepotencia, hasta el punto de pretender desconocer nuestras más legitimas conquistas sociales que constitucionalmente son irrenunciables. Esto nos ratifica que el Golpe de Estado no fue un asunto estrictamente personal o una simple reacción contra un particular enfoque de administrar el país, sino una planificación estructural de pretender eliminar con fuerza y con fusiles lo que el pueblo conquistó con sudor y sangre.

El Frente Nacional de Resistencia apuntó como núcleo aglutinador de fuerzas sociales a la creación de un frente amplio, que no renunciando a su naturaleza revolucionaria, se decantara por la toma del poder político, utilizando las formas y los métodos que decida la asamblea popular, incluyendo entre esas formas y procedimientos la vía electoral, la que le ha otorgado legitimidad a las democracias sociales de América del sur, y desde ese ámbito se han producido grandes y deseables transformaciones que tienen su fundamento en los derechos humanos de tercera generación por la adopción de un constitucionalismo social.

La decisión está, no nos cabe duda que la democracia, la inclusión y el ejercicio legítimo del debate han privilegiado en los espacios asamblearios, como siempre ha ocurrido, y que las resoluciones adoptadas, han marcado el presente y marcarán el futuro de nuestros pasos.

Después de la pausa de la reflexión, el camino espera nuestras huellas y el horizonte seduce nuestro compromiso interminable. Ni la marcha finaliza con la victoria parcial ni la lucha termina con la entrada triunfal y digna de nuestro Presidente Manuel Zelaya Rosales. Él y el pueblo comprenden que esto es solo el inicio de la marcha por una auténtica democracia, porque al final de todo ninguna senda se queda en pausas y ningún camino existe sin los postreros pasos.



http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132924


Deslizón del Lempira

Editorial, Diario Tiempo
Agria polémica entre los economistas y el gobierno ha provocado la decisión del Banco Central (BCH) de retornar al sistema de banda cambiaria en subasta pública de divisas, o sea lo que comúnmente se interpreta como “deslizamiento” del lempira en relación con el dólar estadounidense como patrón.
Es creencia general, asimismo, que este cambio de política monetaria obedece a exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha estado presionando por la correspondencia del tipo de cambio con el valor real de la divisa, una presión que, a nivel mundial, es motivo de controversia entre Estados Unidos y China.
La determinación de volver al sistema de banda cambiaria en subasta pública de divisas se produce en un momento especial, si vale el término, en que la recesión económica nuevamente asoma en Estados Unidos y el dólar se ha depreciado en relación al euro, no obstante el serio desbarajuste en las finanzas griegas, del que la Unión Europea rehúye la contaminación.
También coincide con la aplicación del impuesto de seguridad (impuesto de guerra), que el sector privado y la clase media en general adversan porque, además de ser inconstitucional, revierte en detrimento del ahorro interno, del clima apropiado para las inversiones, conspira contra la mediana y pequeña empresa, y, en fin, tiende a generar inflación.
En la mente del BCH este deslizamiento significa “revalorización” del lempira, y los responsables de tal política se duelen de la incomprensión de los economistas, a los que juzgan confundidos, para decirlo amablemente. La presidenta del BCH, María Elena Mondragón, invita “a los sectores empresariales a que lean y analicen” la página web de esta institución, donde aparece la información al respecto.
Por su parte, la ex-presidenta de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros, Ana Cristina Mejía de Pereira, aplaude la decisión de retomar la subasta de divisas porque beneficiará, dice, a quienes la necesitan para sus actividades. El diputado pinuista Toribio Aguilera estima, sin embargo, que el abaratamiento del dólar impulsará las importaciones, las cuales son en sustancial medida suntuarias.
En la misma línea del economista Aguilera, el empresario Jesús Canahuati advierte que la importación de mercancías atentará contra las exportaciones, y, por lo tanto, afectará negativamente la competitividad de la producción hondureña —café, frutas tropicales, cacao, textiles— en los mercados internacionales.
Se insiste, asimismo, en que la “revalorización” impactará las remesas, pues las familias beneficiadas recibirán menos lempiras por dólar, con lo que, de esta manera, estaría perjudicándose un vasto segmento de la clase media-baja, lo mismo que la generación de empleo.
Para los analistas más radicales, el deslizamiento del lempira, esta vez temporalmente hacia la “revalorización”, insinúa a mediano plazo un proceso de devaluación, algo ciertamente temido en todos los niveles del sector privado.
Por el momento esa perspectiva no se vislumbra, en realidad, pero sí que la medida va más dedicada a favorecer las importaciones y a disminuir solapadamente el valor adquisitivo del lempira, o, lo que es lo mismo, a reducir el valor real de los salarios.

http://tiempo.hn/index.php/editorial




Ausencia del Estado

Editorial Nuestra Palabra, Radio Progreso
Los problemas del país no paran, se agudizan. Aumentan las familias desamparadas, sin empleos y sorteando la violencia que acecha a cada paso.

Muchas familias siguen sobreviviendo en medio de su pobreza, sinoportunidades para garantizar la comida diaria. Conseguir tortillas y frijoles y comer los tres tiempos es, en estos tiempos, la mayor expresión de heroísmo para una familia normal de nuestras aldeas y barrios.Aquí los empresarios le suben a los productos cada vez que quieren y nadiedice o hace algo para controlarlos. Los salarios son tan mínimos, que han hecho emigrar a algunos productos de la canasta básica de alimentos. Anteeste panorama poco esperanzador, ¿dónde está el Estado?

La ausencia del Estado, golpeado por la crisis política que se vive en el país,se convierte en un pretexto y en una oportunidad para que los caudillospolíticos adquieran control de las necesidades de la gente, y las conviertandesde ya en una promesa política con una fuerte dosis de demagogia. Ya hemos sido testigos que con la llegada de Manuel Zelaya Rosales al país se diopor inaugurado las disputas políticas. Varios movimientos, independientes einternos de los partidos políticos, están visitando las oficinas del TribunalSupremo Electoral.

Hasta las recomendaciones muy sabias que hace la Comisión de la Verdadestán sirviendo de banderita política a algunos personajes que buscan llegaral poder por medio de movimientos políticos supuestamente alternativos al bipartidismo.

Mientras las familias empobrecidas se mueren de hambre, la violencia serecrudece en las calles y muchos jóvenes salen del país con la intención de cumplir "su sueño americano", el gobierno de Porfirio Lobo Sosa dialoga condistintos sectores en casa presidencial. No estamos en contra del diálogo,pero el mismo tendrá su efecto positivo y transformador siempre y cuando se dialogue pensando en el país y que dicho acto no sea un diálogo entre sordos.

Lo que sí debemos dejar claro es que las soluciones a los grandes y gravesproblemas del país no los vamos a encontrar en la clase política que nosviene gobernando desde hace décadas. Estamos en la obligación, como ciudadanos y ciudadanas de volver la mirada a la organización y la luchadesde la propia vida y demandas de las comunidades, y para ello necesitamos poner en marcha la enorme tarea de construir y formar una nueva generación de líderes comprometidos no con el mal común, que nos haheredado la clase política corrupta, sino con la política que reconstruya el país y la conciencia de toda la sociedad desde el bien común.


Mafias y bandas como forma de gobierno

Gustavo Esteva, La Jornada
Un horror gelatinoso amenaza cada vez más la vida cotidiana. En muchas partes ya no se puede salir a la calle a ciertas horas. Ese toque de queda no declarado marca límites y orienta el comportamiento. En una variedad de esferas, sin embargo, no hay siquiera toques de queda que delimiten lo que podemos o no hacer. No sabemos ya dónde se hallan peligros a menudo mortales.
El deterioro y paulatino desmantelamiento de las estructuras del Estado-nación y la acelerada descomposición de las clases políticas, es decir, el estado de cosas que se generaliza en el mundo y en el que México tiene el dudoso honor de estar a la vanguardia, afecta observaciones e interpretaciones. Las categorías convencionales se quedan vacías; los anteojos a través de los cuales vemos y experimentamos el mundo se vuelven opacos; las evidencias que golpean la mirada no encuentran acomodo en nuestras maneras de percibir la realidad… Miopías y cegueras de esta índole resultan peligrosas ante los riesgos del momento, cuando es imperioso actuar con lucidez y pulso firme.
Según Foucault, la arbitrariedad del tirano es licencia para el crimen: mientras más despótico sea un poder, más numerosos serán los criminales. Javier Sicilia constata un Estado delincuencial, organizado en torno a la impunidad y el parasitismo: Nuestra clase política vive una forma de criminalidad tan impune como la delincuencia que dice combatir; al convertir el fraude en modo de vida y hacer de la depredación, del pillaje y del crimen simples técnicas de gestión, la verdadera diferencia entre el crimen legal y el ilegal sólo es una diferencia de intensidad. (Proceso 1811, 17/6/11).
Intuiciones que hace tiempo considerábamos marginales adquieren de pronto centralidad. Manuel Rozental apunta la mafiosidad cada vez más general. La palabra mafia aludía a una organización criminal específica, de origen siciliano. Se aplicó más tarde a cualquier organización clandestina de criminales y luego a cualquier grupo organizado que intenta defender sus intereses: la mafia del teatro, por ejemplo. Es ya una forma generalizada de organización social y política. El estilo mafioso característico de la maestra no es ya la excepción, sino la regla. En política, abarca desde el último cacique de pueblo hasta Los Pinos; desde el pequeño burócrata, el empleado de ventanilla o el funcionario medio hasta los secretarios de Estado, el presidente y cuadros o militantes de todos los partidos; en la vida social, caracteriza la operación de medios, bancos y grandes empresarios lo mismo que el funcionamiento social en barrios y comunidades alejadas, desde boleros y vieneviene hasta los hombres más ricos del mundo.
Esta condición mafiosa se complementa con la multiplicación de bandas. Hace muchos años la palabra se aplicaba solamente a grupos de gente armada que operaban al margen de la ley. Se usó después para pandillas juveniles urbanas y luego se generalizó para aludir a grupos que se reúnen para robar, asaltar y cometer otros delitos. Es ahora una forma de existencia social. Hay barrios en que un joven no puede sobrevivir si no está afiliado a alguna de las bandas que operan en ellos.
En vista de que el país entero está expuesto a mafias y bandas que operan al margen de todas las normas legales e institucionales, dentro y fuera de los aparatos del Estado, se hace enteramente evidente el carácter monstruoso y disparatado de la guerra de Calderón. Haber convertido un asunto de salud pública en cuestión de seguridad nacional y haberla abordado con aparatos podridos hasta el tuétano, socavados por bandas y mafias, sólo puede explicarse por niveles casi inconcebibles de incompetencia y corrupción, de signo perverso.
Al plantearnos desde abajo y a la izquierda qué hacer ante todo este horror, al pensar cómo enfrentarlo con nuestra propia energía y capacidad organizativa, desde el tejido social desgarrado en que vivimos, no debemos olvidar otra dimensión del asunto: bandas y mafias existen también como signos de resistencia y algunas pueden estar expresando la rebeldía radical de quienes padecen las formas más agresivas y oprobiosas del capitalismo. Entre los inempleables, los jóvenes ninis (ni estudian ni trabajan), las personas que antes se arrojaban al saco de sastre de los lumpen y poco a poco van formando mayoría, están surgiendo grupos que cobran conciencia de la naturaleza del sistema y deciden enfrentarlo. Un artículo notable de Ciccariello y Andrews, Cualquier sinvergüenza puede gobernar, explora esta posibilidad al analizar la huelga de hambre de presos de California (www.counterpunch.org/maher07222011.html).
En esta hora de emergencia nacional, cuando necesitamos actuar con decisión y entereza, debemos reconocer que en esta noche oscura no todos los gatos son pardos.

http://www.jornada.unam.mx/2011/07/25/opinion/018a1pol