Los
trabajadores le dieron vuelta a un contenedor en medio de la calle para
impedir el paso de los vehículos y así lograr la atención de los
ejecutivos de la empresa y de las autoridades del trabajo, pero el
gobierno respondió enviando los militares a reprimirlos con gases y bala
viva.
Para
variar, el ejército y la policía militar se hicieron presentes en la
toma disparando granadas de gas lacrimógeno por doquier y disparando
bala viva para dispersar la manifestación.
Fuerza represiva protagoniza toma de posesión en Honduras
Texto y Fotos: Sandra Rodríguez
Tegucigalpa. – Mientras Juan Orlando Hernández “JOH”, juraba sobre una biblia, “Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes”, para continuar ilegalmente en su cargo como presidente de Honduras, a escasos cinco kilómetros, las fuerzas represoras del Estado atacaban a la población que se manifestaba en su contra, el sábado anterior.
En el discurso de JOH resaltó popularmente la frase “¡Los quiero mucho a todos los que están aquí y los que están allá en Honduras!”. No era falso el hecho de que había dos Honduras, la que estaba dentro del Estadio Nacional, casi vacío, rindiéndole honores a Hernández, y la que aglomeró a miles de defensores de la patria en el sector de plaza Miraflores (zona oriente de Tegucigalpa), cuya idea era llegar hasta el lugar de la toma de posesión y repudiar una vez más la traición a la Patria.
El 27 de enero era la cita, a las ocho de la mañana inició la movilización pacífica, los y las manifestantes llegaron de diferentes partes del país, armados de dignidad y valentía, con banderas políticas de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que representa Salvador Nasralla, por lo que, entre consignas exigían que se respete la decisión popular ejercida en las urnas mediante el voto, justo dos meses, que lo dio por ganador.
Después de 60 días de movilizaciones sociales, más de un millar de detenidos, y al menos 36 asesinatos políticos -según registro del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)- los ánimos no han decaído, pese a que casi siempre las cortinas de humo del gas pimienta y las ráfagas de fuego, intentan obstaculizar la visión y el paso de los y las protestantes.
La multitud apenas había avanzado unos cien metros, entró a uno de los pasos a desnivel que ha construido el reelecto alcalde Nasry Asfura, donde antes estaba el “Trans 450”, obra que nunca cumplió su función y construida en la administración edilicia de Ricardo Álvarez, ambos afines a Hernández, este último designado presidencial. Mientras en la superficie, un contingente de policía-militar y agentes del Comando de Operaciones Cobra, salía de las calles aledañas atravesándose en la salida del túnel y disparar contra la gente.
Quienes encabezaban la manifestación nunca salieron al otro lado, una nube de gases lacrimógenos les cerró el paso, creando caos y confusión, pérdida de vista y equilibrio, la policía militar disparó contra miles de hondureños y hondureñas que estaban en su derecho de protestas social y pacífica.
Un grupo logró continuar por una ruta alterna con los dirigentes políticos Manuel Zelaya Rosales y Nasralla. Pero otro grupo en su mayoría jóvenes que le apuestan al cambio de esta Honduras se quedó enfrentado a la policía y ejército.
La creatividad en la lucha social permitió a la juventud llevar escudos, de piezas de barriles de hierro decorados con mensajes como “Berta Vive” o “Fuera JOH”. Mientras otros se protegían con mascarillas antigases, paños con vinagre o cascos. Allá, en el Estadio Nacional seguía el programa protocolario, predominando el color azul, eran banderas del Partido Nacional.
Los ataques de la policía-militar alcanzaron al fotoperiodista Orlando Sierra de la Agencia Francesa de Prensa (AFP), así mismo a Wilfredo Méndez, director del Centro de Investigación y Promoción de Derechos Humanos (CIPRODEH) quien les solicitó que detuvieran la represión, y estos lanzaron gases muy cerca de él y del defensor de derechos humanos Tomás Andino.
-Cabe señalar que, una semana antes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) expresaron profunda preocupación ante las amenazas y hostigamientos contra defensoras y defensores de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación, en el contexto postelectoral, instando al Estado de Honduras a adoptar medidas que garanticen un entorno seguro para que puedan realizar libremente su labor. En esos días también fue impactado por una bomba militar el periodista de Hispan Tv, Dassaev Aguilar, al inicio del Paro Nacional, convocado por la Alianza de Oposición-.
Mientras la ceremonia de ilegal toma de posesión continuaba su agenda, en medio de representantes diplomáticos y militares, ningún otro presidente del mundo asistió a la acompañar a Hernández, y sus adeptos al final de los actos, se pelearon por una merienda. Estas escenas ya no fueron trasmitidas por los medios de comunicación que se habían anclado a una cadena nacional, desde el escenario deportivo.
Pero los de allá, los del pueblo, a nivel nacional no peleaban por un tiempo de comida, afirmaron que luchaban y seguirán luchando por la libertad de Honduras, pese a los ataques a las represiones, a los golpes que deja la clase política, empresarial, las marcas de los toletes policiales y militares, las heridas de las balas, el temor y la incertidumbre de lo que se viene en cuatro años más con promesas sin cumplir sobre la creación de empleos, seguridad, educación y salud.
Ese sábado dejó a compatriotas privados de libertad en ciudades como Tegucigalpa, Comayagüela, Danlí, Ocotepeque, San Pedro Sula, Comayagua, aunque el COFADEH recibió denuncias y a través de sus redes de defensores y defensoras de derechos humanos dio acompañamientos en otros sectores agredidos por la policía-militar.
Una noche antes la Alianza de Oposición realizó una caravana vehicular por Tegucigalpa y Comayagüela, que se extendió por unas cinco horas, en algunas colonias como la San Miguel, Hato de En medio, Villa Nueva y la Kennedy, la policía-militar reprimió a la ciudadanía con gases lacrimógenos y disparos, que dejó golpeados y heridos de bala.
El 26 de noviembre del 2017, el pueblo salió masivamente a las urnas, según la tendencia irreversible del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el ganador era Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición contra la Dictadura. Ese resultado fue reconocido por el líder del histórico Partido Liberal, Luis Zelaya, y que ha pasado a ser la tercera fuerza política, después del golpe de Estado del 2009. Pero 72 horas después, luego de “haberse caído” el sistema de cómputo, el TSE a través de su magistrado presidente David Matamoros Batson, informó que JOH tomaba ventaja, y lo ratificó el domingo 17 de diciembre.
Informes de misiones de observación internacional (MOE) expresaron su reserva de opinión, ante las irregularidades en el proceso de cómputo, conteo de actas, insulso la MOE de la Organización de Estados Americanos (OEA), sugirió un nuevo conteo o repetir elecciones. Pero, Juan Orlando se impuso en la presidencia, pese a no gozar de la simpatía del pueblo que grita en las calles, escribe en las paredes y se hace sentir en cualquier espacio “fuera JOH”.
Tegucigalpa. – Mientras Juan Orlando Hernández “JOH”, juraba sobre una biblia, “Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes”, para continuar ilegalmente en su cargo como presidente de Honduras, a escasos cinco kilómetros, las fuerzas represoras del Estado atacaban a la población que se manifestaba en su contra, el sábado anterior.
En el discurso de JOH resaltó popularmente la frase “¡Los quiero mucho a todos los que están aquí y los que están allá en Honduras!”. No era falso el hecho de que había dos Honduras, la que estaba dentro del Estadio Nacional, casi vacío, rindiéndole honores a Hernández, y la que aglomeró a miles de defensores de la patria en el sector de plaza Miraflores (zona oriente de Tegucigalpa), cuya idea era llegar hasta el lugar de la toma de posesión y repudiar una vez más la traición a la Patria.
El 27 de enero era la cita, a las ocho de la mañana inició la movilización pacífica, los y las manifestantes llegaron de diferentes partes del país, armados de dignidad y valentía, con banderas políticas de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que representa Salvador Nasralla, por lo que, entre consignas exigían que se respete la decisión popular ejercida en las urnas mediante el voto, justo dos meses, que lo dio por ganador.
Después de 60 días de movilizaciones sociales, más de un millar de detenidos, y al menos 36 asesinatos políticos -según registro del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH)- los ánimos no han decaído, pese a que casi siempre las cortinas de humo del gas pimienta y las ráfagas de fuego, intentan obstaculizar la visión y el paso de los y las protestantes.
La multitud apenas había avanzado unos cien metros, entró a uno de los pasos a desnivel que ha construido el reelecto alcalde Nasry Asfura, donde antes estaba el “Trans 450”, obra que nunca cumplió su función y construida en la administración edilicia de Ricardo Álvarez, ambos afines a Hernández, este último designado presidencial. Mientras en la superficie, un contingente de policía-militar y agentes del Comando de Operaciones Cobra, salía de las calles aledañas atravesándose en la salida del túnel y disparar contra la gente.
Quienes encabezaban la manifestación nunca salieron al otro lado, una nube de gases lacrimógenos les cerró el paso, creando caos y confusión, pérdida de vista y equilibrio, la policía militar disparó contra miles de hondureños y hondureñas que estaban en su derecho de protestas social y pacífica.
Un grupo logró continuar por una ruta alterna con los dirigentes políticos Manuel Zelaya Rosales y Nasralla. Pero otro grupo en su mayoría jóvenes que le apuestan al cambio de esta Honduras se quedó enfrentado a la policía y ejército.
La creatividad en la lucha social permitió a la juventud llevar escudos, de piezas de barriles de hierro decorados con mensajes como “Berta Vive” o “Fuera JOH”. Mientras otros se protegían con mascarillas antigases, paños con vinagre o cascos. Allá, en el Estadio Nacional seguía el programa protocolario, predominando el color azul, eran banderas del Partido Nacional.
Los ataques de la policía-militar alcanzaron al fotoperiodista Orlando Sierra de la Agencia Francesa de Prensa (AFP), así mismo a Wilfredo Méndez, director del Centro de Investigación y Promoción de Derechos Humanos (CIPRODEH) quien les solicitó que detuvieran la represión, y estos lanzaron gases muy cerca de él y del defensor de derechos humanos Tomás Andino.
-Cabe señalar que, una semana antes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) expresaron profunda preocupación ante las amenazas y hostigamientos contra defensoras y defensores de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación, en el contexto postelectoral, instando al Estado de Honduras a adoptar medidas que garanticen un entorno seguro para que puedan realizar libremente su labor. En esos días también fue impactado por una bomba militar el periodista de Hispan Tv, Dassaev Aguilar, al inicio del Paro Nacional, convocado por la Alianza de Oposición-.
Mientras la ceremonia de ilegal toma de posesión continuaba su agenda, en medio de representantes diplomáticos y militares, ningún otro presidente del mundo asistió a la acompañar a Hernández, y sus adeptos al final de los actos, se pelearon por una merienda. Estas escenas ya no fueron trasmitidas por los medios de comunicación que se habían anclado a una cadena nacional, desde el escenario deportivo.
Pero los de allá, los del pueblo, a nivel nacional no peleaban por un tiempo de comida, afirmaron que luchaban y seguirán luchando por la libertad de Honduras, pese a los ataques a las represiones, a los golpes que deja la clase política, empresarial, las marcas de los toletes policiales y militares, las heridas de las balas, el temor y la incertidumbre de lo que se viene en cuatro años más con promesas sin cumplir sobre la creación de empleos, seguridad, educación y salud.
Ese sábado dejó a compatriotas privados de libertad en ciudades como Tegucigalpa, Comayagüela, Danlí, Ocotepeque, San Pedro Sula, Comayagua, aunque el COFADEH recibió denuncias y a través de sus redes de defensores y defensoras de derechos humanos dio acompañamientos en otros sectores agredidos por la policía-militar.
Una noche antes la Alianza de Oposición realizó una caravana vehicular por Tegucigalpa y Comayagüela, que se extendió por unas cinco horas, en algunas colonias como la San Miguel, Hato de En medio, Villa Nueva y la Kennedy, la policía-militar reprimió a la ciudadanía con gases lacrimógenos y disparos, que dejó golpeados y heridos de bala.
El 26 de noviembre del 2017, el pueblo salió masivamente a las urnas, según la tendencia irreversible del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el ganador era Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición contra la Dictadura. Ese resultado fue reconocido por el líder del histórico Partido Liberal, Luis Zelaya, y que ha pasado a ser la tercera fuerza política, después del golpe de Estado del 2009. Pero 72 horas después, luego de “haberse caído” el sistema de cómputo, el TSE a través de su magistrado presidente David Matamoros Batson, informó que JOH tomaba ventaja, y lo ratificó el domingo 17 de diciembre.
Informes de misiones de observación internacional (MOE) expresaron su reserva de opinión, ante las irregularidades en el proceso de cómputo, conteo de actas, insulso la MOE de la Organización de Estados Americanos (OEA), sugirió un nuevo conteo o repetir elecciones. Pero, Juan Orlando se impuso en la presidencia, pese a no gozar de la simpatía del pueblo que grita en las calles, escribe en las paredes y se hace sentir en cualquier espacio “fuera JOH”.
MACCIH: “Esto no es un error, no es una errata, es un delito”
Por Riccy Ponce
La Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH) denunció que la norma aprobada por el Poder legislativo que afecta las competencias constitucionales de investigación en casos de corrupción, no es la misma que se publicó en La Gaceta con la que se aprobó en el Congreso Nacional.
Así lo reveló hoy en conferencia de prensa el vocero de la (MACCIH), Juan Jiménez Mayor, quien dijo que “esto no es un error, no es una errata, es un delito, este es un acto de impunidad al buscar cortar juicios y coartar la independencia del poder judicial”.
Reitero que “lo que ocurrió no fue una falla semántica, fue un delito” y señaló que “en política no hay errores involuntarios”.
Asimismo señaló que “en este caso se ha pretendido atentar contra la división de poderes en el país y se ha pretendido cortar una investigación” y que “la misión está identificando el delito contra la forma de Gobierno”.
Juan Jiménez Mayor confirmó que investigación del caso “Pacto de Impunidad” irá contra la comisión de presupuesto del Congreso, Secretario de Finanzas, secretarios de cámara y diputados como Antonio Rivera Callejas.
El Artículo 131 de la Ley de Presupuesto que se refiere a la liquidación de fondos públicos destinados a la ejecución de proyectos o ayudas sociales publicada en el diario oficial La Gaceta se lee que “En aplicación del Artículo 123 de la presente Ley, y leyes relacionadas, se ordena al Tribunal Superior de Cuentas (TSC) realizar Auditoría e Investigación Especial de todos los fondos públicos gestionados, recibidos, administrados y ejecutados por los servidores públicos, diputados al Congreso Nacional, Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD), Organizaciones Privadas de Desarrollo( OPD’s), Fundaciones y en general todas aquellas personas o jurídicas que a cualquier que sea su origen, comprendidos en los periodos de gobierno 2006-2010 2010-2014 2014-2018”.
Mientras que el que se discutió y aprobó en el Congreso dice que “En aplicación del Artículo 123 de la presente Ley se ordena al Tribunal Superior de Cuentas (TSC) realizar una Auditoría e Investigación Especial para todos los fondos públicos gestionados y percibidos por los diputados del Congreso Nacional en los periodos de gobierno 2006-2010 2010-2014 2014-2018”.
Grupos económicos usan poder del Estado para proteger sus intereses, señala José María Tojeira
Ene 31, 2018
En una entrevista para Radio Progreso, el ex director de esta
emisora en la década de los 70´s y 80´s, sacerdote jesuita José María
Tojeira, expresó que cada vez hay un creciente choque entre los
intereses económicos y la universalización de los derechos económicos y
sociales. Según el sacerdote, hay unos grupos oligárquicos, económicos
que están demasiado acostumbrados a sacar beneficios de mano de obra
barata.
“Esto riñe con el deseo de la gente de adquirir derechos. Estos grupos siempre han tratado de manipular tanto los medios como la fuerza bruta. El Estado normalmente tiene el monopolio de la fuerza, y pues a ellos especialmente les interesa el Estado no como redistribuidor de beneficios, el Estado no como garante de derechos ciudadanos sino como monopolio de la fuerza para utilizarla en defensa de sus propios beneficios”, dijo Tojeira.
José María Tojeira fue director de Radio Progreso y vivió el primer cierre histórico de la emisora de la Compañía de Jesús en el año 1979, ahora es un académico de la Universidad Centroamérica José Simeón Cañas de El Salvador, la UCA.
Radio Progreso (RP) habló ampliamente con el padre José María Tojeira (JMT) sobre su experiencia en Honduras como director de Radio Progreso y las lecturas que de la realidad hondureña se hace desde El Salvador.
RP. Gracias padre “Chema” Tojeira por aceptar está plática con nosotros.
JMT. Muchas gracias, siempre es un gusto estar con Radio Progreso, recordar aquellos tiempos y ver lo extraordinariamente bien que están trabajando, con más recursos, más eficacia y más gente que en los tiempos en que yo estuve.
RP. ¿Cómo eran esos tiempos en que usted fue director de Radio Progreso?
JMT. Eran muy sencillos, teníamos 11 o 12 personas trabajando y tomamos algunas opciones muy sencillas en aquel entonces, como éramos una emisora relativamente pequeña, cinco kilovatios en onda media nada más, teníamos onda corta pero no la usábamos mucho. Entonces la opción fue tener un pensamiento crítico sobre la realidad nacional, apoyar especialmente a campesinos y sindicatos en el área, apoyamos a Sitraterco y al Stibys, a distintos sindicatos de la costa norte y a distintos campesinos de cualquier nominación que fuera.
RP. ¿Cómo lo hacían?
JMT. Poníamos música protesta porque era el tiempo en que abundaba mucho la música protesta, salían nuevos Long Play (LP) con bastante frecuencia. Hacíamos análisis de la realidad para los editoriales y algún programa más sobre solidaridad en América Latina, temas de iglesia y sobre todo en las noticias locales o de la zona norte respaldar todo, lo más que podíamos, el trabajo sindical.
RP. ¿Qué recuerda del cierre de la radio en 1979?
JMT. Cuando cerraron la radio fue al día siguiente del incendio de la Bemis Handal (fábrica textil en San Pedro Sula) porque nosotros fuimos el único medio, en aquel entonces, que pasábamos la voz de los sindicalistas que se habían tomado la Bemis Handal en protesta por una serie de abusos patronales, por supuesto que nosotros no tuvimos nada que ver con el incendio de la fábrica, yo creo que el incendio fue fruto de una serie de balazos que tiró, en aquel entonces, la autoridad contra los sindicalistas, pero como nosotros habíamos dado posibilidad de hablar y decir sus reclamos a los sindicalistas de la Bemis Handal nos cayó un cierre de la radio, automático, en un gobierno militar en aquel entonces.
RP. ¿Cómo vivieron ese cierre?
JMT. Todavía me recuerdo de la fecha, fue el 13 de marzo de 1979 y duró hasta el 31 de mayo de ese mismo año, fue un cierre largo de casi dos meses y medio, pero al final se volvió a reabrir la radio. Yo recuerdo que al principio pues casi no teníamos publicidad porque casi toda la publicidad había desaparecido, fue un tiempo de ir recuperando la publicidad y de empezar suavemente, y ya en ese mismo año, 1979, fue el triunfo de la Revolución Sandinista, decidimos retomar el dinamismo de la radio con precauciones, no poner tanta música protesta y decidimos reabrir con un reportaje amplísimo que hicimos sobre la Revolución Sandinista, nos fuimos dos a realizar las entrevistas a Nicaragua, hicimos nueve programas de media hora sobre esa realidad de Nicaragua.
RP. ¿Qué voces trajeron y transmitieron por la radio?
JMT. Pues trajimos noticias sobre las nuevas instituciones, los nuevos proyectos, la opinión de la gente, entrevistamos a todo el mundo, el tema de la seguridad, el tema de la nueva policía, la posición de la iglesia. Fueron nueve programas de media hora cada uno.
RP. ¿En qué año se fue de Honduras?
JMT. Yo me fui de Honduras, el provincial que era el padre Valentín Menéndez, me mandó para El Salvador en 1985. Después de que salí de la radio pasé al Eric (Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación), soy de los fundadores del Eric.
RP. 33 años ya en El Salvador entonces.
JMT. Sí, salí el 15 de febrero de 1985 de Honduras.
RP. ¿Qué lectura hace usted desde El Salvador de lo que vive Honduras ahora?
JMT. Nosotros vemos un doble aspecto desde las noticias que tenemos, creemos que la reelección se ha hecho contra la constitución hondureña, y a pesar de eso, la población participó en unas elecciones que ya en principio tenían un problema legal previo, pero la población rechazó ese tipo de continuismo, y todos los datos que hay, el respaldo de las instituciones internacionales, hablan de un fraude y de una necesidad de repetir las elecciones.
RP. ¿Cuál es su impresión de la cobertura mediática en esta crisis política?
JMT. La impresión que tengo es que los acontecimientos como las caminatas de la gente, las frecuentes protestas no son cubiertas los medios de comunicación, uno tiene la impresión de que los medios están guardando, los grandes al menos, un silencio obsequioso diríamos con el actual gobernante.
RP. ¿Cómo romper con ese cerco mediático?
JMT. Yo creo que tenemos la ventaja de las redes sociales, en las redes uno capta inmediatamente situaciones, después el tema de las alianzas que si generan noticias y noticias con bastante presión internacional. Estas son maneras, tanto las redes como el dinamismo de las alianzas, para romper con los cercos informativos que a veces no se logra del todo.
RP. ¿Por qué vamos avanzando a gobiernos dictatoriales en nombre de la Democracia?
JMT. Creo que hay un choque entre intereses económicos y esta conciencia popular que tiende a la universalización de los derechos económicos y sociales, pero hay unos grupos oligárquicos, económicos, que son terriblemente extractivos y que están demasiado acostumbrados a sacar beneficios de mano de obra barata. Esto riñe con el deseo de la gente de adquirir derechos. Estos grupos siempre han tratado de manipular tanto los medios como la fuerza bruta, el Estado normalmente tiene el monopolio de la fuerza, y pues a ellos especialmente les interesa el Estado no como redistribuidor de beneficios, que debe serlo, el Estado no como garante de derechos ciudadanos sino como monopolio de la fuerza para utilizarla en defensa de sus propios beneficios.
RP. Ahora usted es un académico, ¿pero piensa volver a dirigir una radio?
JMT. Pues no sé (se ríe), porque ya estoy un poquito mayorcito, los años no pasan en vano. Allá en El Salvador, estuvieron el actual Rector de la Universidad en la que yo trabajo (UCA), estuvo dudando si ponerme en la Radio YSUCA, que es una radio parecida a la de ustedes, o ponerme en el Instituto de Derechos Humanos, y al final se decidió ponerme en el Instituto de Derechos Humanos. Yo no creo que vuelva a estar en puesto de dirección de una radio, pero sí me gustaría volver a la base, hacer entrevistas como vos.
RP. Muchas gracias por esta entrevista padre José María Tojeira.
JMT. Encantado de estar con ustedes, un saludo cariñoso a tanta gente con la que me he vinculado a lo largo de la vida en esta zona, pero a la que casi nunca veo, pero un abrazo a todos y todas.
“Esto riñe con el deseo de la gente de adquirir derechos. Estos grupos siempre han tratado de manipular tanto los medios como la fuerza bruta. El Estado normalmente tiene el monopolio de la fuerza, y pues a ellos especialmente les interesa el Estado no como redistribuidor de beneficios, el Estado no como garante de derechos ciudadanos sino como monopolio de la fuerza para utilizarla en defensa de sus propios beneficios”, dijo Tojeira.
José María Tojeira fue director de Radio Progreso y vivió el primer cierre histórico de la emisora de la Compañía de Jesús en el año 1979, ahora es un académico de la Universidad Centroamérica José Simeón Cañas de El Salvador, la UCA.
Radio Progreso (RP) habló ampliamente con el padre José María Tojeira (JMT) sobre su experiencia en Honduras como director de Radio Progreso y las lecturas que de la realidad hondureña se hace desde El Salvador.
RP. Gracias padre “Chema” Tojeira por aceptar está plática con nosotros.
JMT. Muchas gracias, siempre es un gusto estar con Radio Progreso, recordar aquellos tiempos y ver lo extraordinariamente bien que están trabajando, con más recursos, más eficacia y más gente que en los tiempos en que yo estuve.
RP. ¿Cómo eran esos tiempos en que usted fue director de Radio Progreso?
JMT. Eran muy sencillos, teníamos 11 o 12 personas trabajando y tomamos algunas opciones muy sencillas en aquel entonces, como éramos una emisora relativamente pequeña, cinco kilovatios en onda media nada más, teníamos onda corta pero no la usábamos mucho. Entonces la opción fue tener un pensamiento crítico sobre la realidad nacional, apoyar especialmente a campesinos y sindicatos en el área, apoyamos a Sitraterco y al Stibys, a distintos sindicatos de la costa norte y a distintos campesinos de cualquier nominación que fuera.
RP. ¿Cómo lo hacían?
JMT. Poníamos música protesta porque era el tiempo en que abundaba mucho la música protesta, salían nuevos Long Play (LP) con bastante frecuencia. Hacíamos análisis de la realidad para los editoriales y algún programa más sobre solidaridad en América Latina, temas de iglesia y sobre todo en las noticias locales o de la zona norte respaldar todo, lo más que podíamos, el trabajo sindical.
RP. ¿Qué recuerda del cierre de la radio en 1979?
JMT. Cuando cerraron la radio fue al día siguiente del incendio de la Bemis Handal (fábrica textil en San Pedro Sula) porque nosotros fuimos el único medio, en aquel entonces, que pasábamos la voz de los sindicalistas que se habían tomado la Bemis Handal en protesta por una serie de abusos patronales, por supuesto que nosotros no tuvimos nada que ver con el incendio de la fábrica, yo creo que el incendio fue fruto de una serie de balazos que tiró, en aquel entonces, la autoridad contra los sindicalistas, pero como nosotros habíamos dado posibilidad de hablar y decir sus reclamos a los sindicalistas de la Bemis Handal nos cayó un cierre de la radio, automático, en un gobierno militar en aquel entonces.
RP. ¿Cómo vivieron ese cierre?
JMT. Todavía me recuerdo de la fecha, fue el 13 de marzo de 1979 y duró hasta el 31 de mayo de ese mismo año, fue un cierre largo de casi dos meses y medio, pero al final se volvió a reabrir la radio. Yo recuerdo que al principio pues casi no teníamos publicidad porque casi toda la publicidad había desaparecido, fue un tiempo de ir recuperando la publicidad y de empezar suavemente, y ya en ese mismo año, 1979, fue el triunfo de la Revolución Sandinista, decidimos retomar el dinamismo de la radio con precauciones, no poner tanta música protesta y decidimos reabrir con un reportaje amplísimo que hicimos sobre la Revolución Sandinista, nos fuimos dos a realizar las entrevistas a Nicaragua, hicimos nueve programas de media hora sobre esa realidad de Nicaragua.
RP. ¿Qué voces trajeron y transmitieron por la radio?
JMT. Pues trajimos noticias sobre las nuevas instituciones, los nuevos proyectos, la opinión de la gente, entrevistamos a todo el mundo, el tema de la seguridad, el tema de la nueva policía, la posición de la iglesia. Fueron nueve programas de media hora cada uno.
RP. ¿En qué año se fue de Honduras?
JMT. Yo me fui de Honduras, el provincial que era el padre Valentín Menéndez, me mandó para El Salvador en 1985. Después de que salí de la radio pasé al Eric (Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación), soy de los fundadores del Eric.
RP. 33 años ya en El Salvador entonces.
JMT. Sí, salí el 15 de febrero de 1985 de Honduras.
RP. ¿Qué lectura hace usted desde El Salvador de lo que vive Honduras ahora?
JMT. Nosotros vemos un doble aspecto desde las noticias que tenemos, creemos que la reelección se ha hecho contra la constitución hondureña, y a pesar de eso, la población participó en unas elecciones que ya en principio tenían un problema legal previo, pero la población rechazó ese tipo de continuismo, y todos los datos que hay, el respaldo de las instituciones internacionales, hablan de un fraude y de una necesidad de repetir las elecciones.
RP. ¿Cuál es su impresión de la cobertura mediática en esta crisis política?
JMT. La impresión que tengo es que los acontecimientos como las caminatas de la gente, las frecuentes protestas no son cubiertas los medios de comunicación, uno tiene la impresión de que los medios están guardando, los grandes al menos, un silencio obsequioso diríamos con el actual gobernante.
RP. ¿Cómo romper con ese cerco mediático?
JMT. Yo creo que tenemos la ventaja de las redes sociales, en las redes uno capta inmediatamente situaciones, después el tema de las alianzas que si generan noticias y noticias con bastante presión internacional. Estas son maneras, tanto las redes como el dinamismo de las alianzas, para romper con los cercos informativos que a veces no se logra del todo.
RP. ¿Por qué vamos avanzando a gobiernos dictatoriales en nombre de la Democracia?
JMT. Creo que hay un choque entre intereses económicos y esta conciencia popular que tiende a la universalización de los derechos económicos y sociales, pero hay unos grupos oligárquicos, económicos, que son terriblemente extractivos y que están demasiado acostumbrados a sacar beneficios de mano de obra barata. Esto riñe con el deseo de la gente de adquirir derechos. Estos grupos siempre han tratado de manipular tanto los medios como la fuerza bruta, el Estado normalmente tiene el monopolio de la fuerza, y pues a ellos especialmente les interesa el Estado no como redistribuidor de beneficios, que debe serlo, el Estado no como garante de derechos ciudadanos sino como monopolio de la fuerza para utilizarla en defensa de sus propios beneficios.
RP. Ahora usted es un académico, ¿pero piensa volver a dirigir una radio?
JMT. Pues no sé (se ríe), porque ya estoy un poquito mayorcito, los años no pasan en vano. Allá en El Salvador, estuvieron el actual Rector de la Universidad en la que yo trabajo (UCA), estuvo dudando si ponerme en la Radio YSUCA, que es una radio parecida a la de ustedes, o ponerme en el Instituto de Derechos Humanos, y al final se decidió ponerme en el Instituto de Derechos Humanos. Yo no creo que vuelva a estar en puesto de dirección de una radio, pero sí me gustaría volver a la base, hacer entrevistas como vos.
RP. Muchas gracias por esta entrevista padre José María Tojeira.
JMT. Encantado de estar con ustedes, un saludo cariñoso a tanta gente con la que me he vinculado a lo largo de la vida en esta zona, pero a la que casi nunca veo, pero un abrazo a todos y todas.