HONDURAS/ ANÁLISIS: IMPUNIDAD Y CORRUPCIÓN LETAL
- Publicado: 09 Abril 2019
¡Ver
y oír al Canciller de EUA ex director de la CIA “Mike” Pompeo pedirle a
la Congresista Norma Torres que le permita decirle en secreto lo que
sabe de la relación entre el Presidente Juan Hernández y su hermano reo
por narco! ¡Y ver al día siguiente su lista cuidadosa de corruptos en
que no figuran Tony, ni Rosa!
“A
un Año de Gobierno, Manejo, percepción e impacto de la impunidad,
corrupción e inseguridad en Honduras”, es un trabajo publicado en
febrero de 2019 por CEDOH, con aportes de Leticia Salomón, Eugenio Sosa,
Lisbeth Guerrero, Edmundo Orellana, Thelma Mejía y Mirna Flores, y
coordinado por Víctor Meza.
Rodolfo Pastor Fasquelle
EL LIBERTADOR
El
CEDOH publica un libro con ensayos de lo acontecido durante el pasado
año aciago de 2018, primero de la dictadura de J. Hernández. Ensayos
firmados por varios de nuestros colegas más esmerados y coordinados por
Víctor Meza quien nos ubica en la coyuntura ahora que, pese a los
alegatos optimistas, las cifras sobre avances y los sensibles progresos
que pregona el gobierno, se van a cumplir diez años del Partido Nacional
en el poder con un estado deslegitimado. Y
más pobres, dice FOSDEH que los que dejaron todos los gobiernos
liberales. Obra que, pese a su brevedad y su discurso académico,
conceptuoso, termina por ser estremecedora para un lector que se
disponga bajar a sus más frías profundidades. Renunciá Juan Hernández.
¡Tené pena!
Redactado
esencialmente con información pública de referencias hemerográficas, el
libro pasa revista a los escándalos revelados durante el año recién
pasado y dados a conocer oficialmente por el CNA y la UFECIC alentada por
la MACCIH, instancias que los autores coinciden en certificar, incluso
frente a interrogantes de opositores, como cruciales y de cuya
continuidad, estiman, depende un avance continuado en la materia.
Cada
uno de los autores se concentra en tareas de su expertisse. Leticia
Salomón enfoca los controles que el gobierno y sus socios han impuesto
para contener la indignación colectiva. El control político, que se
ejerce jugando con los partidos (te lo doy y te lo quito) y sus
derechos, el control social, por la vía de los programas de asistencia y
de movilización. El control mediático que comienza con el ocultamiento y
se despide en la propaganda incluso cínica. (Ningún periódico, o
noticiero de radio o televisión nacional reporta por ejemplo que el
canciller de EUA evadió expresar confianza en JOH ante su Congreso.)
Aunque paralelamente con sus limitantes observa Lisbeth Guerrero, las
redes ya desempeñan un papel trascendental y ponen de manifiesto una
rebelión contra los medios hegemónicos, y un novel auditorio.
Salomón
señala asimismo el control religioso usado para hipnotizar y desviar la
atención, desmotivar las manifestaciones populares y tranquilizar los
ánimos de una ciudadanía que termina desentendida. Y toma nota de la
falta de liderazgo capaz de sortear ese control, no digamos aprovechar
la inopia del Estado asustado. Thelma Mejia hace un recuento de los
escándalos que salieron a flote y revelan un Estado degradado. Después
de la Red de diputados, la Fe de errata, Caja Chica de la Dama, Caja de
Pandora. Caja Chica del Hermano Mayor y extradición del Menor.
Subrayan
varios la significancia de haber dado con las redes en vez de
incidentes de corrupción y Thelma el susto tremendo que le han dado las
judicializaciones de estos delitos a la clase política (con señalados en
cinco partidos) y al gobierno que ha respondido a cada cuestionamiento
con una Comisión de Intervención, hasta terminar con la OABI que se
interviene sola, con un estado Intervenido. Y al final –advierte– la peligrosa consonancia de voces oficiales contra la MACCIH.
Eugenio
Sosa se aboca al ámbito internacional para comprobar que la comunidad
mundial manifiesta el mismo nivel de desconfianza en el Estado cautivo e
igual percepción de impunidad e indiferencia ante los derechos humanos
que los sectores informados de la opinión pública nacional, sin explicar
¿porque sigue incólume el apoyo gringo al régimen y al hombre? Es
fascinante colocar el tema en perspectiva histórica. Carias, OLA,
Álvarez Martínez. ¡Protegidos del yanqui!
Porque
estamos hablando de un régimen, un sistema y lo que se ha estado dizque
descubriendo, y judicializando son comportamientos derivados de viejos
conceptos del estado patrimonial de los partidos, que venían
arrastrándose de manera consuetudinaria y perfeccionándose desde poco
después de instalado el nuevo sistema operativo en los 1980s. Hoy
reparamos en él y lo juzgamos con más rigor. Pero ahí adentro, todo el mundo que
es mundo lo entendía como el trámite, casual con poca o nula oposición
hasta que, luego del golpe de estado de 2009, nos cuestionamos los
viejos y se constituyeron partidos nuevos. Mientras que el poder ensoberbecido
se extralimitó, dejó de ser un simple usufructo para derivar en una
instrumentación sistémica del poder para sacar provecho particular. Y
provocó nuestra novel reacción.
Así
era antes. Justo a estos desvíos de fondos públicos para hacer campaña
se resistía Mel Zelaya cuando -en Octubre de 2008- se rehusaba a
presentar el presupuesto del año político. Y ordenó al gobierno valerse
de una ley que permitía operar con el presupuesto anterior, sin darles
donde robar. Pero entonces se le veía como ¡atentado contra el orden
legal! Y aun hoy no falta quien lo reclama como falta. De igual modo
–paradójicamente- hoy los corruptos de entonces quieren ampararse en el
debido proceso que se pasaron por alto o bajo, para dar el golpe. El
jurista Edmundo Orellana aborda justamente la temática desde la óptica
de la ley, su discurso normativo, formal, la invocación perversa y la
fabricación y anudamiento de leyes para la impunidad. Y alcanza a sonreírse de la hipocresía, aunque no queda claro si vislumbra una salida ante el blindaje de la corrupción.
Quizá
no hay. Aunque ahora invoque el precepto quien busca evadir
responsabilidad y escapar de rendir cuentas, yo coincido con la
invocación, defensa y aun la restauración del… que no supe en que
momento de la deriva se perdió… principio de presunción de inocencia,
piedra angular del pensamiento legal liberal. A nadie se debería tratar
como culpable porque haya una sospecha, porque la exponga un tercero, o
aún se le formule una acusación, sino solamente luego de que, en un
proceso limpio se le hubiese demostrado culpa y dolo, más allá de duda
razonable. La pérdida de ese principio de jurisprudencia era un
retroceso. Y hay toda una novelería legal que cuestionar.
Todos
entendemos que –antes– el sistema judicial estaba expuesto a la
parálisis más bien por una presunción del poder impune y que alguna
garantía debe darse la sociedad para resarcirse de daños por actos
criminales. Pero seguro que se debe reformar la ley de extinción de
dominio y eso que llaman aseguramiento de bienes por presunción de culpa
(que es lo contrario de lo preceptuado arriba) a manera de que estén
realmente seguros esos bienes mientras culmina el juzgamiento y se
extinga el dominio solo después de una sentencia inapelable. Y no que
proceden primero a tomar bienes ajenos sin quien los custodie y después a
formular una acusación improvisada, de infracciones supuestas que se
resbalan a la conjetura y al infundio…. ¡Eso era lo que se acostumbraba
hacer contra los adversarios políticos en el siglo XIX, con las penas
confiscatorias, aplicadas en juzgados ad hoc! y prohibidas después en
nuestras constituciones más congruentes. Un cuestionamiento análogo hay
que hacerle a la idea de que necesitamos la asistencia internacional a
perpetuidad porque nuestro propio sistema de justicia es irredimible.
Entonces habría que renunciar de una buena vez a la soberanía.
Y
hasta a la mayoría de edad. Mientras los diputados conspiran para
extinguir la ley de extinción de dominio que hasta ahora acusan de
inconstitucional El Presidente de la Corte Suprema, Abogado Argueta
escogido –y no podía ser de otra manera– de la mano del hombre (como el
Fiscal Chinchilla) y elegido a esa magistratura con votos venales
expresa –y conceptualmente esta en lo correcto– que la Misión de la OEA
fue un mecanismo temporal al que se recurrió en virtud de una coyuntura
especial, de falta de credibilidad institucional. El País tiene que al
menos aspirar a prescindir en un futuro de la tutela extranjera para
confiar en sus instituciones. Pero el Presidente Argueta insinúa que ese
futuro podría estar próximo o a la vuelta de la esquina, mientras que
los autores calificados de este libro nos advierten justamente lo
contrario. A saber, como
mencionamos, que de no ser por la independencia de la Misión, la
fiscalía especial no tendría la capacidad relativa que le ha permitido
avanzar con los casos emblemáticos de redes de corrupción. Se ha avanzado mucho en calidad anota E. Orellana, pero poco en cantidad, aun.
Y
mientras no se aseguren la independencia total de jueces y fiscales, y
falta mucho para eso, seguiremos necesitando de la asistencia exterior y
sería una hipocresía y un retroceso renunciar a ella. De modo que el
concierto de voces pidiendo revisión del Convenio de la Misión solo
presagia la pretensión de la clase política aterrorizada (o régimen de
empautados) de dejarlo vencer, y desfilar su cruzada… a vida mejor.
Porque
frente a estos avances hay que decir que históricos, lo que destaca es
la reacción -entre que histérica y paradójicamente concertada- de
búsqueda de blindaje, explican los autores, y el afán de impunidad de la
clase política, en el Congreso en donde se han generado leyes
perversas. Por ejemplo la que prohíbe a la instancia que la sociedad se
da para ese fin, la fiscalía de proveniencia vigilada, prohíbe investigar
las acusaciones antes que otra instancia (el tribunal de cuentas,
burocrática, de nombramiento partidarista) hubiera dictaminado lo
correspondiente en un periodo de años que caminan hacia la prescripción.
Y asimismo, blindaje e impunidad procurado en La Corte que actúa contra
ley, cuando ampara al ciudadano que circunstancialmente preside la
legislatura y quizás a sus
principales oficiales (a otros no) contra la investigación misma. Y
obliga a la fiscalía a informar sobre sus investigaciones cuando todavía
no dispone de los elementos vulnerables de prueba. ¡Renuncien todos,
hombre! ¡Tú primero Juan!
También
Trump lo exige, después que se ha dado cuenta de cómo JOH le manda las
caravanas que lo tienen aterrado. Y exige prisión para Tony y reos más.
Y
ahí justamente es donde la mula botó a Genaro. No van a renunciar, aun
frente al consenso que descubre Lisbeth Guerrero contra la dictadura
reprobada, porque tienen al Actívate y a las FFAA y la invitación de la
Fulton. En cuanto a que la población es presa de la desconfianza en
general contra la política, pienso que lo es más exactamente frente a
los políticos, porque justo la indignación condensa una politización sin
precedente (una comprensión de lo político y de nuestra ineludible relación con ello) que se resume en el reclamo casi universal de Fuera JOH. Un objetivo dice, en que muchos coincidimos… aunque solo podría ser el comienzo de una renovación obligada, profunda.
Ningún
ciudadano honesto que no lo sepa todo ya puede darse el lujo de dejar
de leer alguno de los mil ejemplares que se imprimieron de este pequeño
texto de 165 paginitas. ¡Ahí está casi todo! ¡Saciaos!
Porque
dicho en palabras que entienda todo el mundo, algo huele a podrido en
Honduras, y la corrupción es un pacto con el diablo quien -mientras lo
dejan- aporta poder, riqueza y protección que es impunidad, a cambio de
las almas de los tuyos. Rosa en la cárcel y varios ex ministros. La
hermana desaparecida, el hermano en las ergástulas del gringo. No se
sabe quién sigue. Ni que cosa puede pasar en y con un Estado
deslegitimado descompuesto, intervenido, degradado, asustado, paralizado
incapaz de otra cosa que matar.
Por
Publicado el 4 Abril, 2019
Buekele fue contundente a través y publicó un “tuitazo”, en el cual también Le recordó a Juan Orlando Hernández que tiene preso a su hermano (Tony Hernández), en Estados Unidos por narcotráfico.
De igual forma, escribió que la “narco dictadura en Honduras teme por la erosión de au relación con Estados Unidos”.
El hecho de que Juan Orlando tenga a su hermano preso en Estados Unidos, no le ayuda en nada en sus pretensiones políticas a futuro, expresó Bukele.
Con esta última frase, Bukele deja entrever que si Hernández tiene pensado en volver a aspirar a reelegirse como presidente, tener un hermano preso en Estados Unidos por narcotráfico, no le viene nada bien.
En las últimas horas, Ebal Díaz, representante de Juan Orlando lanzó ataques contra Nayib Bukele.