HONDUREÑOS EN LUCHA AMENAZADOS POR “DECLARACIÓN DE GUERRA”
- Publicado: 11 Junio 2019
El
pueblo hondureño mantiene la lucha social en las calles, pelean por los
derechos de salud, educación y para que el gobernante Juan Hernández
salga del poder. En tanto, el régimen ha hecho una declaración de guerra
y amenaza con arrestar a encapuchados en las protestas.
En
su cuenta de Twitter, Juan Hernández, manifestó que las protestas ya no
serán tolerables para su gestión, textualmente escribió: “El que se
quiera manifestar, que lo haga, pero en paz, sin dañar a los demás, sin
violencia. Eso ya no lo vamos a tolerar”.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La
lucha sigue en las calles sigue. Nuevamente este lunes los hondureños
han salido a las calles en todo el país, en varios puntos se ha
reportado toma de carreteras, los gremios de la salud y educación,
después de más de un mes, siguen en resistencia contra la privatización
de los derechos del pueblo.
Anoche,
luego de una asamblea de la Plataforma para la Salud y Educación, se
anunció un plantón y posterior movilización en las afueras de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en Tegucigalpa.
Desde
tempranas horas este lunes, las instalaciones de la máxima casa de
estudios del país, fueron tomadas por los universitarios que también se
han sumado a la Plataforma. A eso de las 7:00 de la mañana, cientos de
hondureños empezaban a congregarse para dar paso a la marcha con a lo
largo del bulevar Suyapa.
Agonizando
la semana anterior, la plataforma exigió nueve condiciones claves al
Gobierno para acceder a un diálogo televisado, incluyente y con sede en
uno de los precarios hospitales de Tegucigalpa. El régimen no ha
cumplido hasta hoy, porque considera que ha sido suficiente con derogar
los decretos PCM, que según se ha manifestado, privatizan los derechos
de Salud y Educación.
En
desesperación, según la plataforma, el Gobierno ha infiltrado a grupos
del crimen organizado para realizar actos de vandalismo y saqueo de
negocios, varios de los infiltrados han sido detenidos por
manifestantes; sin embargo, anoche la amenaza de la Secretaría de
Seguridad, omitiendo estas denuncias, informó que capturará a cada
protestante que ande encapuchado.
La
capucha se ha manifestado como un “escudo” del pueblo que no olvida la
matanza y “guerra sucia” de la década de 1980, cuando las “tarántulas”
del general Álvarez Martínez desaparecieron y asesinaron a políticos de
oposición, estudiantes y dirigentes del movimiento social.
En
su cuenta de Twitter, el gobernante, Juan Hernández, advirtió que las
protestas ya no serán tolerables para su gestión, textualmente escribió:
“El que se quiera manifestar, que lo haga, pero en paz, sin dañar a los
demás, sin violencia. Eso ya no lo vamos a tolerar”. Omitiendo las
alertas de organismos de Derechos Humanos, que denuncian la brutalidad
policiaco-militar de las fuerzas de Seguridad del Estado.
También,
como parte de la estrategia del régimen, el sábado, los activistas del
Partido Nacional salieron con sus características camisetas blancas, que
luego de una década, siguen atendiendo el llamado de figuras
especialistas en fomento de miseria, violencia y marginación social.
El
militarismo de las urbes, también se ha levantado “imponente”, aun así
el crimen ha hecho de las suyas. Ayer domingo, se reportó la matanza de
cinco personas en el norte del país. En Choluteca se ha identificado que
el Ejército, incluso ha movilizado sus tanques, un escenario similar se
ha observado en la carretera que conecta a Tegucigalpa con San Pedro
Sula.
Nada
ha detenido la lucha de los hondureños, que además siguen exigiendo a
Juan Hernández, que renuncie a un mandato calificado de ilegal e
ilegitimo, basado en la Constitución y los comicios electorales de 2017,
los más dudosos de la historia “democrática” del país.
Hemos tomado nota con seriedad de las amenazas directas lanzadas anoche contra la población por parte del militar que comanda las operaciones de la policía nacional, el cuestionado general Julián Pacheco.
“… Esto se acabó, no lo vamos a permitir, la Policía va actuar (…) porque la gobernabilidad y la estabilidad del Estado de Honduras no es negociable”.
No se trata del tono ni de los matices de esta declaración, se trata del cinismo del señor Pacheco, y del momento en que profiere su amenaza, justo cuando la plataforma social ha reiniciado su confrontación al proyecto de privatización del FMI y la demanda del fin de la dictadura militar.
Ese anuncio de tragedia equivale a balas de plomo que no de goma, a torturas, perfilación de liderazgos, seguimiento y crimen, como ha venido sucediendo desde 2009 hasta nuestros días. Es decir, no es una advertencia, es una confesión.
En consecuencia, el COFADEH considera que este cuerpo armado, uniformado y desequilibrado que llaman policía nacional siempre ha actuado en los últimos 10 años, concretamente contra el derecho a la libre manifestación del pueblo hondureño.
Las policías, que son lo mismo que el ejército, y que equivalen a la misma fuerza militar presidencial bajo denominaciones de PMOP, Guardia de Honor, Fusina u otros escuadrones oficiales y encubiertos, siempre han actuado con excesiva fuerza y violencia directa contra las y los manifestantes, infiltrados o en forma visible, torturando y asesinando personas.
Esta nueva amenaza de detenciones masivas con epítetos políticos e ideológicos sesgados, y abusivos, recae directamente en Pacheco y en el secretario del impostor, Ebal Díaz, reiteradas veces citados en cortes de Estados Unidos como operadores locales del crimen organizado en Honduras.
Por tanto, hacemos un llamado al Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU para que actúe con facultades supranacionales y detenga a este tipo de soberbios que ponen en grave riesgo la integridad física de la población y el ejercicio de su derecho a la libre expresión en las calles del país.
Un oficial que tiene a su cargo más de 30 mil hombres y mujeres armadas es, sin duda, una amenaza letal para la sociedad. E, igualmente, un señor que tiene a su disposición un ejército de medios supeditados a la factura presidencial, es una amenaza perturbadora.
“Todos los encapuchados ya sabemos quiénes son y vamos a capturarlos donde quiera que estén, porque la policía no puede permitir que el país se caiga por un grupo que cree que el país les pertenece”.
Eso agregó el señor militar, creyendo que la población ignora que los disonantes encubiertos que provocan los excesos en paralelo y a destiempo de las manifestaciones, tienen formación y entrenamiento policial y militar. Lo sabemos.
Por tanto, las organizaciones defensoras de derechos humanos no permitiremos que delincuentes con entrenamiento, que anden encapuchados o uniformados para destruir física y moralmente las manifestaciones, sean maltratados después de ser capturados y, más bien, abogaremos siempre porque sean entregados a los patrulleros a fin de ser protegidos en su integridad.
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón COFADEH
Tegucigalpa, M.D.C., 10 de junio de 2019