Tegucigalpa Por Riccy Ponce
Honduras y Guatemala tendrán la visita de cuatro mujeres ganadoras del
premio Nobel de la Paz, en diferentes partes del mundo, visita
programada del 20 al 28 de octubre, con el objetivo de analizar la
situación de violencia en que se encuentran los defensores y defensoras
de derechos humanos en ambos países. Las nobeles que visitaran Honduras son Rigoberta Menchú Tum
(Guatemala), Tawakkol Karman (Yemen), Shirin Ebadi (Irán) y Jody
Williams (Estados Unidos), y su llegada al país será el 20 de octubre,
donde permanecerán en él hasta el día al 24 de octubre. Luego partirán
para Guatemala, donde estarán hasta el 28 de octubre próximos. En Honduras, se reunirán con la familia de Berta Cáceres,
coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e
Indígenas de Honduras (COPINH), asesinada el 2 marzo del 2016, por la
defensa de su territorio. También aprovecharan su visita para reunirse con defensoras y
organizaciones de derechos humanos, periodistas, con autoridades de
gobierno, cuerpo diplomático de Estados Unidos, Canadá, entre otros. “A pesar de que en algunos países se han logrado algunos avances, las
violaciones a los derechos humanos y la violencia política se han
extendido en la región, con Honduras y Guatemala ocupando el primer y
quinto lugar en la clasificación de países con mayores tasas de
homicidio”, expresaron en un comunicado. En la nota, destacan además que la “represión política es una
preocupación clave”, pues muchas defensoras de los derechos humanos no
solo experimentan altos niveles de violencia sino que también son
“criminalizadas por ejercer su derecho básico a protestar y organizarse
contra la corrupción y otras amenazas”. En la delegación que acompaña a las nobeles se encuentran también
expertas en derechos humanos de Estados Unidos, Canadá, Guatemala y
Honduras, un documentalista y varios periodistas. La delegación de Mujeres Tierra y Paz organizada por la Iniciativa de
Mujeres Nobel, JASS-Asociadas por lo Justo y la Fundación Rigoberta
Menchú, tuvieron la iniciativa para darle continuidad ya que en el 2012
ya habían visitado por primera vez el país.
PREMIOS NOBEL INVESTIGARÁN VIOLENCIA CONTRA HONDUREÑAS
Cuatro
mujeres galardonadas con el premio Nobel de la Paz, se harán presentes
en Guatemala y Honduras para investigar la violencia contra las mujeres
que ejercen la labor de defensa de derechos humanos. Se
trata de las reconocidas defensoras Rigoberta Menchú de Guatemala,
Tawakkul Karman de Yemen, Shirin Ebadi de Irán y Jody Williams de
Estados Unidos.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa.
Las galardonadas con el premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú de
Guatemala, Tawakkul Karman de Yemen, Shirin Ebadi de Irán y Jody
Williams de Estados Unidos, formaron una comitiva para investigar la
violencia contra las mujeres que ejercen el activismo social en Honduras
y Guatemala.
Según
un comunicado emitido por esta facción de galardonadas, ambos países
serán visitados entre el 20 y 28 de octubre por expertas en derechos
humanos de Estados Unidos, Canadá, Guatemala y Honduras, así como
periodistas.
La
Iniciativa de Mujeres Nobel, JASS-Asociadas por lo Justo y la Fundación
Rigoberta Menchú, son las entidades organizadoras del recorrido.
En
el documento las galardonadas destacaron que aunque en los últimos
meses se han logrado avances “las violaciones a los derechos humanos y
la violencia política se han extendido en la región, con Honduras y
Guatemala ocupando el primer y quinto lugar en la clasificación de
países con mayores tasas de homicidio”.
Una
de las preocupaciones “clave” de esta organización, es la que se
relaciona a la represión política, ya que muchas defensoras de derechos
humanos no solo experimentan la violencia, sino que también son
criminalizadas “por ejercer su derecho básico a protestar y organizarse
contra la corrupción y otras amenazas”.
En
los últimos acontecimientos de la crisis que afrontaba la Universidad
Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), varios defensores fueron
brutalmente atacados por los cuerpos de seguridad, el caso que
trascendió fue el de la activista Tommy Morales que incluso estuvo
varios días detenida y sin recibir tratamiento médico para evaluar los
golpes que tenía en su cuerpo.
En
enero de 2017 el portal Global Witness, calificó que Honduras era el
país más peligroso para ejercer el activismo social, estudiando
específicamente la defensa del ambiente.
Uno
de los casos más emblemáticos e indignantes para la sociedad, fue el
asesinato de Berta Cáceres, quien fue atacada por varios sujetos en su
casa de habitación en La Esperanza, Intibucá, siendo herida de bala.
En
ese caso ya se ha iniciado proceso judicial contra ocho implicados en
el crimen como autores materiales; sin embargo, la justicia hondureña
aun no da con los autores intelectuales.
Un llamado a la acción para las defensoras hondureñas
168 organizaciones a nivel mundial exigen cese de persecución y criminalización
Por Giorgio Trucchi | Rel-UITA
Con el hashtag #DefendamosALasDefensoras,
la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos
(IM-Defensoras) y 168 organizaciones de ámbito internacional, regional y
local hicieron un llamado urgente para visibilizar el grave contexto de
represión y criminalización que enfrentan movimientos sociales,
organizaciones de derechos humanos y, particularmente, las mujeres
defensoras de derechos humanos.
Durante
los últimos cuatro meses, la IM-Defensoras[1], integrada por más de 800
defensoras de derechos humanos de la región, ha emitido 14 alertas
urgentes por agresiones sufridas por mujeres defensoras, sus
organizaciones o comunidades.
La
mayoría de estas agresiones, explica la articulación en una carta
pública[2], han sido perpetradas por agentes del Estado e incluyen uso
excesivo de la fuerza, detención arbitraria, injusta judicialización.
“El
ataque directo contra quienes llevan a cabo la labor de acompañar y
vigilar el cumplimiento de las obligaciones del Estado en materia de
derechos humanos es una expresión del cierre del espacio cívico, la
regresión autoritaria y el incumplimiento flagrante de los tratados
internacionales de derechos humanos suscritos por Honduras”, señala
IM-Defensoras.
Para las
organizaciones que integran dicho espacio, agresiones como las que se
están dando tendrían el objetivo de “inhibir la protesta social y la
labor de defensa de derechos humanos”, allanando el camino para nuevos y
más graves actos de represión y dejando a la ciudadanía en una
situación de extrema vulnerabilidad.
Víctimas
de la escalada represiva han sido el movimiento estudiantil
universitario junto a los y las defensoras que realizaban su labor, y
que fueron agredidas, detenidas y judicializadas el pasado mes de
septiembre[3].
Asimismo, miembros y
dirigentes de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), del
Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (Madj) y del Consejo
Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh)
fueron perseguidas, agredidas, criminalizadas, al tiempo que fueron
víctimas de difamación y estigmatización.
También defensoras del derecho a la salud y del territorio han sufrido los embates de la ofensiva persecutoria.
Complicidad del Estado Mujeres defensoras las más expuestas
La
mayoría de estas agresiones -añade la carta pública- han sido
perpetradas por las fuerzas represivas del Estado. En los casos en los
que los agresores no fueron agentes estatales, las autoridades
correspondientes “no hicieron nada para asegurar la seguridad y acceso a
la justicia de las defensoras afectadas”.
La
IM-Defensoras señaló que la situación es especialmente preocupante para
Miriam Miranda y Medalime David, ambas dirigentes de la Ofraneh,
quienes han sido víctimas de reiterados y violentos ataques[4].
“Cabe
recordar que el asesinato de Berta Cáceres (hace más de 19 meses) fue
precedido de una serie de agresiones con un perfil y un patrón no muy
diferentes al de Miriam Miranda, quien pese a su reconocimiento
internacional sigue siendo objeto de persecución y judicialización como
una forma de coartar su ejercicio como defensora”, advierte
IM-Defensoras.
Una situación que es
aún más preocupante para las mujeres activistas, tomando en cuenta el
contexto hondureño donde la discriminación y la violencia de género ha
alcanzado niveles intolerables. Entre 2012 y 2016 la IM-Defensoras ha
documentado 1.128 agresiones y 13 asesinatos de defensoras de derechos
humanos en el país.
Ante esta
situación, la IM-Defensoras, la Red Nacional de Defensoras de Derechos
Humanos en Honduras y 168 organizaciones internacionales, regionales y
locales, entre ellas la Rel-UITA, hicieron un llamado a la acción y
exigieron al Estado de Honduras el cese de la persecución y la
impunidad, garantizando el derecho a defender derechos y la seguridad e
integridad de quienes lo ejercen.
Notas:
[1]
Articulación de organizaciones de El Salvador, Guatemala, Honduras,
México y Nicaragua, conformada por JASS-Mesoamérica, Consorcio para el
Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca (México), UDEFEGUA-Unidad de
Protección de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos de Guatemala,
Colectiva Feminista para el Desarrollo Local (El Salvador),
AWID-Asociación por los Derechos de las Mujeres en el Desarrollo,
FCAM-Fondo Centroamericano de las Mujeres (Guatemala) y Redes Nacionales
de Defensoras de Honduras, México, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. [2] https://goo.gl/5R3AsJ [3] https://goo.gl/U3fwKm
Tegucigalpa. Por Riccy Ponce
Imposible olvidar, cuando me subieron a un vehículo, me pusieron una
bolsa, enrollaron toda mi cabeza con cinta adhesiva y solo dejaron
los agujeros de mi nariz para que yo pudiera respirar, me quemaron mi
pelo y sentí el olor de mi pelo quemado, además escuché el seguro de las
pistolas en mi cabeza cuando jugaban, según yo, a la ruleta rusa,
porque yo no pude ver en ese instante. Este es el testimonio de Itsmania Pineda, una mujer que no se dejó
vencer y siguió ayudando a jóvenes en riesgo social, a pesar de que su
vida y la de su familia estaban también en riesgo. Después de eso, mi casa fue quemada, quedé en la calle y hasta
ahorita mi círculo familiar está totalmente destruida. Mi hermano, un
abogado penalista reconocido, fue víctima de secuestro, tortura, fue
casi desaparecido, comentó Pineda. Ante todo lo ocurrido, buscó apoyo y fue custodiada por personas que
están involucradas en actos imperdonables, “policías que custodiaban mi
vida, policías que en ese entonces yo no sabía que han participado en
actos de sicariato, en secuestro, involucrados en la muerte de mi gran
amigo y casi un padre Alfredo Landaverde y del zar de las drogas
Arístides Gonzáles, añadió Pineda. Itsmania Pineda fue nominada junto con seis hondureñas en el 2005 al
premio Nobel de la Paz y desde hace doce años forma parte de las mil
mujeres de paz en el mundo. Con la fundación de Xibalbá en 1989, Itsmania Pineda crea un espacio
para que sectores juveniles, reorganicen su participación social
mediante el aporte de su caudal artístico a múltiples actividades
benéficas, descubren y proyectan una nueva identidad edificada sobre la
admiración y el respeto a la comunidad y así ayudar a jóvenes que son
marginados. “Quien en su barrio es despreciado por delincuente, por drogadicto,
por ladrón en Xibalbá, es tratado y respetado como una persona
necesaria e importante, como un artista, expresó Itsmania. Mi vida es la historia de muchas hondureñas y hondureños, del que
está cruzando la frontera, de las que sufren persecución, ataques,
puntualizo Itsmania Pineda, quien es parte de las seis hondureñas
nominadas al premio Nobel de la Paz en 2005. Junto Pineda fueron
nominadas también las hondureñas Albertina García, María Esther Ruíz
Ortega, Reina Isabel Cálix Argueta, Betha Oliva e Irma Leticia Silva
Rodríguez de Oyuela (QEPD).
Declaración de Tegucigalpa “SIN MUJERES NO HAY PAZ”
Las Mujeres de Paz reunidas en la ciudad de Tegucigalpa el día 13 de octubre de 2017, Declaramos que luchamos por la paz construida sobre la justicia social,
el tutelaje pleno de los derechos humanos y una redistribución
igualitaria de los bienes comunes. La paz que anhelamos y demandamos es aquella que nos permita vivir
plenamente en armonía y en comunidad, en nuestro territorio, con
nuestras tierras, ríos y bosques.
Proclamamos que la paz se obtiene con acciones, condiciones de equidad, de justicia, de verdad y de seguridad. Demandamos un país libre de intervenciones transnacionales, libre de
ejércitos, libre de escuadrones de muerte, donde las cárceles no
proliferen. Deseamos revertir los centros de tortura por centros de memoria
orientados al “Nunca Más”, instituciones de enseñanza, aprendizaje,
conocimiento, ciencia, reivindicando el pensamiento social comunitario. Proclamamos la posibilidad de incorporarnos en los temas de decisión
política en igualdad de condiciones, interviniendo plenamente en todas
las iniciativas encaminadas al mantenimiento y el fomento de la paz y la
seguridad, conforme la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas. La Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
sobre Mujer, Paz y Seguridad aprobada el 31 de octubre de 2000, fue el
primer dictamen de este órgano que reconoció específicamente las
consecuencias de los conflictos, y en especial de la violencia sexual,
sobre las mujeres y niñas. Condenamos, firmemente la violencia que sufrimos las mujeres en
Honduras, que nos mata y castiga en una sociedad patriarcal
militarizada. Exigimos políticas públicas con presupuesto, planes de acción y leyes efectivas contra la violencia de Estado. Proponemos la elaboración inmediata de una Ley Marco de Víctimas que
garantice la prevención y la protección de las mismas, y el
enjuiciamiento y sanción de los violadores de derechos humanos. En esta declaración convocamos a todas las mujeres comunitarias,
indígenas, campesinas, defensoras de derechos humanos, lideresas,
obreras, sindicalistas de Honduras a contribuir a la obtención de la
paz. No se puede hablar de paz si no hay inclusión de las mayorías y en Honduras la mayoría somos las mujeres. Tegucigalpa 13 de Octubre de 2017
Defensoras de Honduras
participan en Seminario Internacional en el Estado español sobre
protección a defensoras en países en conflicto
Entre el 17 y el 18 de octubre de 2016 se llevará a cabo en
Barcelona y Madrid el Seminario Internacional – Tejiendo redes para la
protección de mujeres defensoras de derechos humanos. El marco “Mujer,
paz y seguridad” y otros mecanismos de protección, convocado por
Brigadas Internacionales de Paz, Front Line Defenders, Calala Fondo de
Mujeres, JASS –Asociadas por lo Justo- y la Iniciativa Mesoamericana de
Defensoras de Derechos Humanos (integrada por diferentes redes de
protección a mujeres defensoras, ente ellas la Red Nacional de
Defensoras de Honduras). En él participarán defensoras de derechos humanos de México, Colombia
y Honduras, organizaciones e instituciones públicas del Estado Español y
contará con la presencia de Alda Facio, presidenta del Grupo de Trabajo
de la ONU sobre la discriminación contra la mujer. Denia Mejía (refugiada política en el Estado español e integrante de
la Red Nacional de Defensoras de Honduras) y las defensoras hondureñas
Dora Oliva (COFADEH) y Dina Meza (Asociación por la Democracia y los
Derechos Humanos de Honduras), denunciarán la grave situación de
violencia y discriminación que enfrentan las defensoras de derechos
humanos en Honduras así como y la falta de mecanismos de protección
efectivos y con enfoque de género. En marzo de este año, el asesinato en Honduras de la activista lenca
Berta Cáceres y posteriormente el de su compañera de organización Lesbia
Yaneth Urquía, ha puesto de relieve el doble riesgo de ser mujer y
defensora en un país en el que una mujer es asesinada cada 16 horas,
números que han aumentado exponencialmente desde el golpe de estado de
2009. Además del Seminario, las defensoras se reunirán con representantes
parlamentarios, instancias del gobierno español y organizaciones civiles
que realizan acciones de solidaridad y cooperación en Honduras y
Latinoamérica. El seminario se celebrará los próximos días lunes 17 de octubre en
Barcelona, en el Auditorio del Pati Manning, C/Montalegre 7, y martes 18
en Madrid, en el Centro Cultural La Corrala, C/Carlos Arniches 5, entre
las 9:30 y las 17:00 h.
Honduras: Antípodas de la violencia del Estado policial militar
Foto G. Trucchi | Rel-UITA
Por Juan Almendárez Bonilla
sábado, 4 de marzo de 2017
El 28 de junio 2009 ocurrió el Golpe de Estado militar
de Honduras, patrocinado por empresas multinacionales mineras,
hidroeléctricas, la oligarquía local y la geopolítica de la ocupación
militar estadounidense. El 24 de agosto, 2009, el gobierno de facto aprueba la Ley
General de Aguas y deroga todos los decretos sobre las áreas protegidas.
Entre el 2010 y el 2013 se aprueba el proyecto hidroeléctrico "Agua
Zarca" que pretende generar 21.3 MW mediante concesión del río
Gualcarque, río sagrado para la cultura lenca. Energía que no es para
los pueblos lencas sino para el negocio de las transnacionales. Ante la protesta mundial, doce días después del asesinato de Berta Cáceres, el 3 de marzo 2016, los bancos FMO de Holanda con 15 millones de dólares y el FINNFUND (Banco
Finlandés) con cinco millones de dólares de inversión decidieron la
suspensión temporal (no cancelación) del proyecto hidroeléctrico.
Honduras
es clasificada como uno de los países mas pobres y explotados de
America Latina, con la tasa de homicidios por cada/100 mil habitantes
mas alta en el mundo y la tasa de impunidad mayor del 90 por ciento. Mas
del treinta por ciento del territorio esta concesionado a empresas
mineras, hidroeléctricas y megaproyectos turísticos, agro combustibles,
transgénicos y la explotación de la biodiversidad del bosque.
La
política del Estado hegemonizada por la articulación de la geopolítica,
el capital multinacional y la oligarquía local ha puesto en venta, los
territorios de Honduras favoreciendo la degradación y destrucción
ambiental lo que se refleja en la pobreza, desigualdad social emigracion
de las comunidades y en forma inhumana ha conducido a la creación de
zonas especiales de desarrollo para el crecimiento del capital.
La
seguridad de los proyectos depredadores esta garantizada por la
militarización de la sociedad, las bases militares estadounidenses y un
sistema de seguridad e inteligencia que tiene la asesoría de policías
latinoamericanas y estadounidenses y la privatización de la seguridad.
El sistema jurídico se caracteriza por ser punitivo, inquisitivo,
persecutorio y falto de credibilidad.
¿Cuál es la realidad existente en Honduras?
Para
analizar los crímenes y violaciones de los derechos de las comunidades,
defensores y defensoras de los derechos humanos y ambientales es
importante partir del contexto histórico de Honduras y América Latina y
sus relaciones de Estados Unidos de América, primera potencia militar en
el mundo y considerar que los hechos recientes que se han incrementadu a
partir del Golpe de Estado Militar.
¿Cuál era el objetivo inmediato y estratégico de este Golpe Militar?
Primero:
Hacer retroceder el avance del proceso social de Honduras que lo acerca
a una lucha por la emancipación y soberanía de los pueblos de América
Latina para romper con los tratados desiguales de libre comercio y
lograr el camino de la auto determinación. Por consiguiente, este golpe
se enmarco en una estrategia geopolítica militar y en una defensa de los
intereses del capital transnacional.
Segundo: No obstante, de
que Honduras es un país ocupado por Estados Unidos desde la década de
los ochenta, con el Golpe de Estado se produce lo que hemos llamado la
guerra total contra el pueblo en resisrencia y movilizacion.
Desde
hace 11 años a partir de 2000 a 2011 han muerto de forma violenta
46,450 compatriotas y del 2014 a 2016 la mortalidad alcanzo la cifra
aproximadamente 18,486 personas. ( Diario Heraldo 7 de abril del 2014 ).
Para
garantizar este proceso violento de acumulación por desposesión se
militarizaron todas las instituciones del Estado se privatizo la Salud,
la Educación y Honduras se fue convirtiendo en un instrumento de la
hegemonía militar de Estados Unidos en América Latina cuya política es
obstaculizar los procesos de autodeterminaciones de los pueblos de
Venezuela Bolivia,Ecador Cuba y Nicaragua.
Progresivamente se fue
construyendo un Estado Policial Militar bajo el pretexto de la lucha
contra el narcotráfico y la existencia de los grupos de jóvenes
organizados inicialmente en los Ángeles durante la post guerra
centroamericana. Estos grupos han sido estigmatizados como maras.
Es
de destacar que el narcotráfico fue fortalecido por la corrupción de la
CIA en el proyecto de IránContraGate y otros asuntos en el negocio de
las armas En el marco de esta política armamentista se desarrolló un
fuerte aparato de Seguridad del Estado y una política carcelaria
punitiva y aparecio otra figura criminal: los sicarios
Paradójicamente
a pesar de que el Estado hablara de democracia y de honestidad en sus
políticas, la corrupción fue un componente que produjo escándalos
nacionales e internacionales y ha contribuido a la política contra el
narcotráfico y la justificación del mercado de las armas. Estos han sido
indicadores para que el pueblo hondureño no tenga credibilidad en el
sistema jurídico y en las políticas de Seguridad y en Defensa de
Honduras.
En este marco de violencia Honduras se ha convertido en
un experimento de guerra y golpes de estado militar. El manual de
tortura de la CIA en la guerra de Irak fue antes utilizado en Honduras. A
pesar de la gran pobreza y desigualdad el Estado de Honduras continúa
gastando en armas en la guerra contra su propio pueblo. En el año 2016
gasto 4.800 millones en lempiras, que equivalen aproximadamente 205
millones de dólares en equipamientos israelí incluidos buques de guerra y
patrullas. (Diario Heraldo 19 de Diciembre del 2016.)
Para
lograr mayor eficiencia y eficacia en la política del Estado Policial
Militar, se produjo la reorganización de la administración de la
justicia del Estado, fundamentado en la inteligencia y manejo de la
informacion que tiene como fin el control y vigilancia de las fuerzas
opositoras y de los verdaderos defensores y defensoras de los de los
Derechos Humanos y del Ambiente, lo cual contribuye a la impunidad y a
generar trauma terror y tortura.
Estas situaciones señaladas
anteriormente fueron legalizadas por un sistema jurídico y por códigos
penales que contribuyeron a crear condiciones para que las llamadas
cárceles de Maxma Seguridad; que se transformaran en centros de máxima
tortura y que los cuerpos militares y policiales fueran los
guardaespaldas de las empresas multinacionales. La seguridad se
privatizo y existen más de 80,000 hombres y mujeres en los aparatos de
seguridad privada que exceden el número de efectivos de los cuerpos
militares y policiales. La militarización de las instituciones llego a
tal grado que se desarrolló un proyecto llamado “Guardianes de la
Patria” por medio del cual se encargara de la educación de más de 75,000
niños y adolescentes para que el entrenamiento militar prevenga la
delincuencia (según algunos analistas este proyecto es un indicador de
una política fascista que existe en Honduras).
Las hegemonías de
las instituciones militares prácticamente están controladas por el
Comando Sur.El ejército perdió su autonomía. Sin embargo, el Comando Sur
expresa con cinismo que no hay bases Militares en Honduras y que su
misión es humanitaria, defensora de los derechos humanos y contribuye a
la salud mediante brigadas médicas militares.
El sistema jurídico
y la Corte Suprema de Justicia no tienen credibilidad en el país porque
sus fallos no están basados en el respeto a la ley y a los principios
éticos.
El Congreso Nacional de la República a desnaturalizado el
espíritu de una democracia representativa. Las leyes emitidas han
favorecido a las empresas multinacionales sean estas mineras,
hidroeléctricas o agro combustibles. Los tratados comerciales que han
aprobado con los países dominantes han sido nocivos para el desarrollo
del país. Todas estas situaciones se marcan en un proceso progresivo de
empobrecimiento, explotación y enfermedad. Las epidemias en Honduras son
la desigualdad social y la corrupción.
En síntesis, la violencia
es extremadamente racista, patriarcal ,contra los derechos de la mujer
y las comunidades LGBT. El capital transnacional ha contrbuido al
cierre de las empresas nacionales y al mayor sufrimiento de las
comunidades. La corrupción en Salud es el mejor testimonio porque se
estima que aproximadamente se produjo un desfalco de 7,000 millones de
lempiras que equivalen a 295 millones dólares.
¿Es posible una
investigación ética y justa en el caso del asesinato de Berta Cáceres y
los dirigentes indígenas de COPINH, MILPHA, Margarita Murillo, el
dirigente Tolupan José de los Santos Sevilla, campesinos del Aguan y
las defensoras y los defensores de los derechos humanos y medio
ambiente?
Al no existir credibilidad en las instituciones de
justicia, Ministerio Publico, en los aparatos policiales, militares y en
el Comisionado Nacional de los Derechos humanos se formulan las
siguientes preguntas:
¿Es posible que se conozca la verdad de
los autores materiales e intelectuales sean nacionales e internacionales
que participaron en el crimen de Bertha Cáceres, los miembros del
Copinh, los dirigentes Lencas de Milpah, dirigentes Tolupànes,
campesinos,abogados, periodistas, maestros y maestras de la resistencia,
estudiantes de secundaria y profesores universitarios?
¿Qué
garantía ofrece comisiones internacionales que podrian perticipar en las
investigaciones criminales cuando estén están vinculadas a los
intereses del Pentágono y de las Empresas transnacionales?
En medio de amenazas, Indígenas instalan campamento por la defensa del territorio Tolupan
Oct 17, 2017
Indígenas de la tribu San Francisco Locomapa en Yoro, en
ejercicio de autonomía y soberanía que implican control territorial,
cumplieron esta semana 17 días de haber instalado el “campamento Tolupan
en defensa del territorio”, mismo que está siendo amenazado por
madereros y mineros. Hombres y mujeres se han instalado a
la orilla de la calle del centro de la aldea San Francisco Campo, para
impedir que los camiones cargados de madera puedan salir de su
territorio. Desde hace varios años, por su actividad de resistencia al
despojo ilegal de sus bienes comunes han sido amenazados, perseguidos y
asesinados. Su máxima expresión se vivió el 25
de agosto del 2013 cuando sicarios asesinaron a Ricardo Soto Fúnez,
María Enriqueta Matute y Armando Fúnez Medina, quienes participaban en
una toma de carretera en búsqueda de paralizar la explotación ilegal del
bosque y la minería. Este hecho lamentable se suscitó en el mismo lugar
donde está instalado el campamento desde el pasado 2 de octubre, y en
el cual ya han sido amenazados cuatro líderes indígenas quienes temen
perder sus vidas. Mostrado su valentía las indígenas y
los indígenas, cada día salen de sus hogares ubicados en diversas
aldeas de la tribu para participar en lucha. “No pedimos dinero o
favores de los políticos, sólo queremos que los recursos naturales de
nuestro pueblo Tolupán, sean respetados, y en caso que sean explotados
de manera responsable, los beneficios tienen que llegar a todo el pueblo
Tolupán que habita el sector”, indicó la líder indígena Ángela Murillo. Violan tratado internacional La Tribu indígena de San Francisco
Locomapa, forma parte de las 26 tribus indígenas tolupanes asentadas en
el departamento de Yoro. “Los madereros en complicidad con los gobiernos
y la dirigencia de la tribu, desde hace 50 años vienen cortando de
manera indiscriminada el bosque y los beneficios se quedan en los
empresarios y menor proporción en cierta parte de la dirigencia
indígena”, denunció Ramón Matute. Desde 1864, el territorio donde se
encuentra la tribu de San Francisco de Locomapa cuenta con un título
ancestral que reconoce a la tribu como propietaria en comunidad de siete
caballerías de territorio (más de 6 mil hectáreas). Sin embargo,
terratenientes en confabulación con los gobiernos han logrado acaparar
las mejores tierras de las planicies y el control de la madera. Todas estas acciones se desarrollan
violentando las disposiciones del Convenio 169 de la OIT- Sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en Países Independientes, en el que señala que se
debe consultar de buena fe con las comunidades indígenas, con la
finalidad de llegar a acuerdos. La región donde se encuentra ubicada la tribu cuenta con una gran
riqueza de bienes naturales, destacando entre ellas las extensas
plantaciones de árbol de pino, las cuales han sido históricamente
profanadas para su corte, aprovechamiento y comercialización por parte
de personas ajenas a la tribu, de igual forma, la abundante agua de sus
ríos y los minerales de sus montañas. La conflictividad social se
recrudeció a raíz del otorgamiento de planes de manejo forestales y
planes operativos anuales de explotación de madera aprobados por el
Instituto de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida
Silvestre (en delante ICF) a terratenientes ladinos en territorio de la
tribu. “En la actualidad se han otorgado
el corte de 5 mil metros de madera de pino y a las comunidades no le han
consultado. El acuerdo sólo lo hacen con la dirigencia de la tribu y la
Federación de Tribus Xicaques de Yoro, FETRIXY y el ICF, a espaldas de
la asamblea”, indicó el dirigente indígena José María Pineda. Continúan las amenazas “Ahora estamos amenazados a muerte;
Celso Cabrera, Ramón Matute, Ángela Murillo y su servidor”, indicó José
María Pineda, quien a renglón seguido dijo que las amenazas han sido
por mensajes o de forma personal. “Es importante recordar que
producto de esa conflictividad en la zona de San Francisco de Locomapa,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH impuso medidas
cautelares para nosotros. Sin embargo, el Estado no ha reaccionado en la
protección nuestra”, indicó Ramón, beneficiario de las medidas. El 18 de diciembre 2013 la CIDH
otorgó medidas de protección a favor de 18 indígenas miembros del
Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia-MADJ-, así como de sus
familiares. En total se ordenó proteger a 38 personas en virtud de los
actos de hostigamiento, amenazas y agresiones que han sufrido como
consecuencia de sus acciones en defensa del medio ambiente. La Tribu San Francisco, está
conformada por 15 aldeas entre las que destacan: Los tolupanes del
Palmar, Cabeza de Vaca Uno y Dos, San Francisco Aldea, San Francisco
Campo, Las Brisas, entre otras comunidades de las cuales sus dirigentes
denuncian que los sicarios reciben dinero de madereros, mineros,
terratenientes para que impidan el nombramiento del nuevo Consejo de la
tribu.
Indígena Tolupan galardonada con el premio nacional Carlos Escaleras
Tocoa, Colón. Consuelo Soto, indígena tolupán, perteneciente a la tribu San
Francisco de Locomapa, en el departamento de Yoro, quien goza de medidas
cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH), es la ganadora del premio nacional Carlos Escaleras en su
segunda edición. La premiación, que se desarrolló en el marco de conmemoración de los
20 años del asesinato del líder ambiental del Bajo Aguán, se llevó a
cabo en la ciudad de Tocoa, departamento de Colón. Para esta segunda edición del premio Carlos Escaleras estaban
nominados Pedro Landa, Pedro Canales, Esly Banegas, Betty Vásquez,
Orbelina Flores, Gaspar Sánchez, Osman Orellana y Dilma Consuelo Soto,
quien fue la que recibió el galardón en reconocimiento a su labor en
defensa de los bienes naturales y los territorios del pueblo Tolupan. El premio es impulsado por la Fundación San Alonso Rodríguez (FSAR), el
Centro de Derechos de Mujeres (CDM) y el Equipo de Reflexión,
Investigación y Comunicación (ERIC), financiando por Diakonia y la Unión
Europea, bajo el lema “Defendiendo a quienes defienden la madre tierra y
los recursos naturales en Honduras”. El premio nacional Carlos Escaleras busca rescatar la memoria
histórica de los defensores y defensoras de los derechos humanos,
pretende denunciar las agresiones en su contra, visibilizar el trabajo
por la defensa de la vida a través de los territorios y bienes comunes, y
reconocer su labor en la defensa de los derechos humanos. La ganadora de este año nació en la comunidad San Francisco de
Locomapa, Yoro, y se desempeña como vice coordinadora de la Coordinadora
Nacional de Mujeres Indígenas y Negras de Honduras y es miembra del
Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ). Dilma Consuelo Soto desde hace un poco más de una década inició su
labor en defensa del bosque, ante las intenciones de deforestación y la
instalación de una mina de antimonio. Su liderazgo y capacidad de
diálogo la hicieron destacar ante las comunidades tolupanas que viven en
medio de la pobreza y exclusión. 23 comunidades indígenas tolupanas situadas en las montañas del
departamento de Yoro, son beneficiadas con su labor de manera directa.
Pero su lucha tiene un impacto directo en la situación nacional que
viven las comunidades indígenas y garífunas en Honduras que están en
lucha de los bienes naturales y territorios. Soto
junto a un grupo de habitantes de Locomapa realizaron tomas y denuncias
nacionales ante las intenciones de instalar una mina de antimonio. Su
perseverancia y compromiso comunitario hizo que la instalación de la
minera se detuviera, pero las amenazas, criminalización y muertes no
cesan. En el 2003 sus compañeros de lucha fueron asesinados y en el 2015 su
esposo también fue asesinado con saña, un mensaje directo al trabajo que
Consuelo realiza. Al asesinar a su esposo pensaron que su lucha se
detendría, ella continúa a pesar del peligro que significa vivir en la
zona y denunciar las intenciones de despojo de los bienes y territorios. En la actualidad Consuelo Soto goza de medidas cautelares otorgadas
por la CIDH, a raíz de amenazas de muerte y el ambiente de inseguridad y
conflictividad social que hay en la zona, ocasionados por la imposición
de proyectos extractivos que, de forma abusiva, se han apoderado de los
bienes comunes de las comunidades indígenas. El jurado estuvo compuesto por la líder ambientalista Piedad Córdoba
de Colombia; Gloria Cano de Perú; Lottie Cunningham de Nicaragua; Waldo
Albarrancìn de Bolivia y Mery Agurcia de Honduras, quienes hicieron sus
valoraciones para la entrega del galardón. Carlos Escaleras fue un destacado líder popular con un amplio
recorrido en la defensa de los derechos humanos. Siendo estudiante de
educación media se integró en el Frente Estudiantil Revolucionario (FER)
a mediados de los años 70, fue asesinado el 18 de octubre de 1997 en su
negocio en la ciudad de Tocoa.
Con el Che en el horizonte
por Pablo Solanas
La Haine - 12/10/2017
El
legado de Ernesto Guevara no se reduce a un método ni a una identidad,
sino que proyecta, ante todo, una imprescindible ética revolucionaria
Suejemplo resulta un aporte fundamental para las nuevas generaciones y las luchas que se vienen. Los 50 años de su caída en combate resultan una oportuna excusa para
conmemorar al Che; pero más que por el aniversario, el horizonte
guevarista resulta más vigente que nunca por las tareas que demanda la
nueva realidad de Nuestra América. La historia profunda de nuestras luchas, de nuestros héroes y
mártires, es apasionante; comprender cómo esa historia pervive –y
alimenta– las resistencias actuales, resulta una tarea imprescindible. Pero acotemos el rango, pongamos el foco en el legado de Guevara, sus implicancias actuales y futuras. Del Che a hoy -El triunfo de la Revolución Cubana reinstaló la esperanza socialista
y antiimperialista después de varias décadas de falta de brújula de la
izquierda continental. Antes de eso, el estalinismo había impregnado a
los partidos comunistas de las teorías paralizantes emanadas por la
URSS: el “etapismo” postergaba a un futuro improbable cualquier
posibilidad de revolución; los proletarios y campesinos debían aliarse
(subordinarse) a las burguesías nacionales porque América Latina no
podría aspirar a más que conquistas nacional-democráticas. -Los guerrilleros del M-26 desafiaron el conformismo de aquella
izquierda anquilosada. Siguieron su ejemplo múltiples organizaciones
revolucionarias de todo el continente: el sandinismo en Nicaragua,
potentes insurgencias en El Salvador o Colombia, movimientos
guerrilleros con arraigo de masas en el Cono Sur; todos abrevaron en la
épica cubana. El Che se proyectó como ícono indiscutible de la nueva
oleada revolucionaria. Pero hacia finales de la década de 1980 dos
hechos marcaron un quiebre: la caída del Muro de Berlín en 1989 y la
derrota de la Revolución Sandinista en las elecciones de 1990. Bien
podemos establecer allí el punto de inflexión y el declive de la
impronta guevarista, al menos según su interpretación más simplista,
asociada exclusivamente al método guerrillero (Colombia resulta la
excepción: más allá del agotamiento continental, las insurgencias
surgidas en la década de 1960 han llegado activas hasta nuestros días). -Con más fuerza que antes, a partir de 1990 las socialdemocracias
pretendieron ocupar el vacío dejado por la izquierda radical. Partidos
reformistas o de centro se dieron un barniz de progresismo sin animarse
siquiera a esbozar cambios a favor de los pueblos. El guevarismo dejó de
ser una opción visible por aquellos años. La consecuencia inmediata de
esos gobiernos socialdemócratas fue la expansión y consolidación del
neoliberalismo más brutal. -Una nueva oleada de resistencias vino de la mano de los movimientos
sociales surgidos o revitalizados desde fines de 1980 y 1990; el caso
más emblemático fue el de los Sin Tierra (MST) de Brasil. La irrupción
zapatista en 1994 puede enmarcarse también en la resistencia a la
ofensiva neoliberal. Unos y otros, movimientos sociales y zapatismo,
aportaron a erosionar la hegemonía capitalista global y recuperaron el
espíritu rebelde y las ansias de transformación social. El Che fue una
figura claramente reivindicada, aunque de conjunto esas experiencias no
lograron constituir un proyecto político que brindara un horizonte
efectivo a la lucha social. -El programa de transformaciones crecientes que impulsó Hugo Chávez
durante su primera década de ejercicio del poder logró recrear
expectativas para la izquierda continental. América Latina vivió,
durante los últimos 15 años, un tiempo de cambios. Suele denominarse al
período caracterizado por el conjunto de gobiernos que en distintas
medidas se asociaron al chavismo como “ciclo progresista”. Pero más que a
ese conjunto bastante heterogéneo de gobiernos -muchos de ellos apenas
neodesarrollistas- preferimos reivindicar, a los fines de esta
historización, puntualmente a la Revolución Bolivariana. El chavismo
definió un nuevo período de avance para las izquierdas continentales.
Proyectó una propuesta socialista en su enunciación, aunque no haya
logrado avanzar en transformaciones estructurales anticapitalistas;
propuso el método electoral apelando al empoderamiento popular, y apostó
a una articulación regional de aspiraciones antiimperialistas. La
figura del Che fue incorporada por Chávez como uno de los insumos
ideológicos de su discurso, aunque claramente el proyecto bolivariano
constituyó algo bastante más complejo. -En los últimos años estamos viendo cómo, más allá de la resistencia
del pueblo chavista y las luchas que resurgen en otros países de Nuestra
América, la ofensiva reaccionaria ha ganado posiciones notorias en la
geopolítica continental. Los movimientos populares y la izquierda deben
repensar nuevas lógicas de resistencia y de proyección revolucionaria. Con el Che en el horizonte El historiador Miguel Mazzeo propone el concepto “horizonte guevarista”,
que se caracteriza por “instalar enfáticamente la idea de la actualidad
del socialismo y por resignificar la teoría de la revolución permanente
en una clave creativa, enraizada, no dogmática, situada y eficaz”. Así,
toma distancia de “la caricatura del guevarismo que lo presenta como
una corriente militarista pragmática, anti-intelectual, anti-ideológica y
anti-política”. La definición -generosamente amplia- nos permite poner en perspectiva
de ese horizonte a las nuevas luchas contra la recomposición
conservadora que ya se están desarrollando en distintos países de
Nuestra América. Para enfrentar los desafíos que se vienen, el paradigma que primó en
la última década y media, basado en elecciones bajo las reglas de juego
de la democracia burguesa representativa y de libertad absoluta del gran
capital para confrontar o sabotear la voluntad popular, ya está
demostrando quedar corto. La proyección política de la resistencia social representa una
encrucijada de primer orden para el movimiento popular continental. Toda
lucha revolucionaria requiere un paradigma que proyecte nuevos
horizontes, adecuados al momento concreto, en función de las
confrontaciones que ya se esbozan y se profundizarán. En este contexto, volver al guevarismo resulta apropiado no por
nostalgia anacrónica, sino para retomar herramientas teóricas,
conceptuales y éticas que ayuden a nutrir el reimpulso del movimiento
popular. Volver o, mejor dicho, recrear el guevarismo según las condiciones
actuales. Porque para el Che la revolución, las formas organizativas, el
análisis de las sociedades, toda la producción teórica y práctica fue
“creación heroica”, como había propuesto Juan Carlos Mariátegui. Así,
puestos a repensar y recrear el guevarismo por venir, seguramente éste
deba verse atravesado por las nuevas realidades de las últimas décadas,
como el peso que adquirieron las luchas socioambientales o las
transformaciones que las luchas feministas van imponiendo al conjunto de
los proyectos populares. Si somos consecuentes con el propio legado del Che, comprenderemos
que el guevarismo no es una ideología definida o identidad cerrada, sino
más bien una praxis articuladora de diversas tradiciones
revolucionarias y de un conjunto heterogéneo de culturas emancipatorias;
el guevarismo siempre se mostró compatible, colaborativo, integrador,
de ideas tercermundistas, cristianas o, incluso, trotskistas. Así,
resulta absolutamente legítimo referenciar con el guevarismo a John
Willam Cooke (y al nacionalismo revolucionario de 1960 en Argentina), al
sacerdote Camilo Torres (y al camilismo en Colombia), al zapatismo del Subcomandante Marcos o a figuras recientes de las luchas continentales (como Darío Santillán). El humanismo del Che nutrió una concepción de la revolución que debía
garantizar, además de mejoras materiales, transformaciones en la
subjetividad social que él definió con la idea del “hombre nuevo”
(concepto al que hoy cabe hacerle un señalamiento antipatriarcal, aunque
la reformulación necesaria no desmejora su sentido ético radical). Retomar al Che requiere evitar la reducción del guevarismo a una
forma específica de acción: fue el Guerrillero Heroico, sí, pero fue
además un político revolucionario, un teórico antidogmático, un
economista heterodoxo, un humanista en su más amplia dimensión. Desde
ese humanismo, el Che nos invita a reconsiderar el socialismo no solo
como posibilidad para América Latina, sino como la única opción
revolucionaria para lograr una sociedad de justicia e igualdad; propone
un socialismo que sea proyecto civilizatorio más que método económico,
claramente antagónico a los valores individualistas y de competencia de
la sociedad capitalista. (Esa definición, a la que el Che aportó además
solidez teórica, recobra una dimensión certera tras un ciclo político de
prédica pretendidamente transformadora a la vez que condescendiente con
las lógicas del capital). El guevarismo evitó el anclaje paralizante en
las teorías dogmáticas o abstractas, pero no para caer en un pretendido
pragmatismo que crecientemente diluya los principios y los objetivos
estratégicos, sino para poner el énfasis en la praxis real de los
sectores subalternos y oprimidos como fuente de un proyecto
revolucionario de intransigencia de clases. La coherencia entre el
pensar, el decir y el hacer son la expresión más sencilla y a la vez
profunda de la ética guevarista. El latinoamericanismo, el internacionalismo y el anticolonialismo
fueron para el Che compromisos bien concretos que se plasmaron, como
todas las demás dimensiones de su lucha, poniendo el cuerpo. Ante
distintas realidades (en la Revolución Cubana, desde su rol como
delegado ante otros países, en África o Bolivia) el Che predicó
búsquedas unitarias de acción. La idea de que una revolución no es tarea
de una sola organización, y que el divisionismo es un mal a combatir,
son legados que deberían estar en primer orden a la hora de los balances
del período que nos precede y de definir las tareas para enfrentar lo
que se viene. Con su acción y sus búsquedas aun después de la Revolución, el Che
“descentró” al Estado como objeto único de toda reflexión y de toda
lucha. Su decisión de abandonar sus cargos en el Estado revolucionario
para promover nuevas luchas, aun reiniciando casi desde cero allí donde
hiciera falta, muestra una disposición política y ética por
des-sacralizar instituciones y formalidades. Walter Benjamin supo decir que “la memoria de los antepasados es una
de las más profundas fuentes de inspiración de la acción revolucionaria
de los oprimidos”. El Che seguramente sea nuestro antepasado más
influyente. Como en cada momento histórico, las luchas actuales demandan (y van
recreando) ideas que las fortalezcan y las proyecten. El legado del Che
resulta un insumo fundamental para un nuevo paradigma revolucionario que
ya se está gestando, una indispensable fuente de inspiración para las
nuevas generaciones de luchadoras y luchadores que serán los
protagonistas del mañana. El Furgón
Según Hobsbauwn en su Historia del Siglo XX
“La destrucción del pasado, mejor dicho de los lazos sociales que
vinculan la experiencia contemporánea del individuo con las generaciones
anteriores, es uno de los fenómenos mas característicos y extraños de
las postrimerías del siglo XX”. Efectivamente por aquellos años parecía que los individuos, y
particularmente los jóvenes, vivían su existencia con prescindencia del
pasado, una suerte de presente permanente. Sin embargo, y como
contradiciendo esta tendencia, a cinco décadas de su caída en la selva
boliviana, la figura de Ernesto Guevara de la Serna, el Che, ha
retornado al centro de la escena de la mano de historiadores,
periodistas, políticos, intelectuales, cineastas… Pero sobre todo su
nombre y su imagen aparecen enarbolados, tanto en manifestaciones como
en canchas de fútbol, y no solo en Argentina, por crecientes franjas de
la juventud. ¿Qué indica esto? ¿Es una expresión del mercado y del consumismo que
todo lo transforma en mercancía? ¿Un intento generalizado de convertirlo
en icono inofensivo? ¿De transformar en punta roma el agudo estilete
crítico de su pensamiento y acción? ¿O será que en este tiempo
deshumanizado y bárbaro su figura ética y humanística por excelencia
convoca en algunas geografías a la politización esperanzada y en otras a
la desesperación y rebeldía de jóvenes sin horizonte y sin futuro? ¿O
tal vez tendrá que ver con que hoy existen las posibilidades de
acercarse a la casi totalidad de su obra, de romper con la carencia de
información y por lo tanto con el conocimiento fragmentado que existía
hasta no hace mucho, y avanzar en una reconstrucción crítica de su obra y
acción, así como de su vida y pensamiento? Hoy cuando aquel 8 de
octubre parece tan lejano hay numerosos indicios de que esa tarea se
está realizando. Se trata de realizar un esfuerzo por romper con el adocenamiento
apologético, por evitar que concluyan congelando en frío monumento
–aquellos iconos inofensivos de que hablara Lenin-, la figura del
“guerrillero heroico”, del “aventurero consecuente” que lo fue o del
“internacionalista consecuente”, que también lo fue. Por el contrario, para nosotros se trata de ir al encuentro de las
facetas más creadoras, aquellas que no por poco conocidas o poco
estudiadas, son menos importantes. Se trata de ir al rescate del Che
como hombre de ideas, portador de un pensamiento crítico e insurgente,
que al decir de Almeyra y Santarelli no es otra cosa que ir al encuentro
de Il pensiero ribelle. Cualquiera sea el ángulo desde el cual se intente abordar la lectura
hay un vértice de atracción, un hilo conductor que recorre cada uno de
los momentos de su vida revolucionara –el Che y la lucha contra el reformismo, el Che y la conquista del poder, el Che y la construcción del socialismo, el Che
y la dinámica de la revolución mundial- y ese punto de atracción es el
hombre, el hombre nuevo como hacedor de historia y artífice de las
transformaciones sociales. Es la revalorización del humanismo marxista, sepultado durante
décadas por la escolástica estalinista, lo que encontramos en su
universo de ideas y lo que Ernesto Guevara coloca en el centro de sus
preocupaciones, en su visión revolucionaria del mundo. Para el se
trataba de construir…un sistema marxista, socialista, coherente, o
aproximadamente coherente, en el que hemos colocado al hombre en el
centro, en el que se habla del individuo, de la persona y de la
importancia que este tiene como factor de la revolución. Arturo Guzmán, ex ministro de Minería y Metalúrgica de Cuba,
sintetizaba así su visión del Che: “…en su prédica constante sobre la
necesidad de formar un hombre nuevo, el hombre producto del socialismo y
constructor del comunismo, que viviera para y por la sociedad, Guevara
plantea el desarrollo de la conciencia como el único camino posible que
conduce a la nueva sociedad. Plantea que con las armas melladas del
capitalismo el socialismo no puede formar a su hombre; que el estímulo
material es un mal necesario, pero al que hay que erradicar
definitivamente; ningún hombre consciente puede ser sustituido por
hombres que se muevan empujados por estímulos materiales. Viéndolo en
perspectiva histórica el hombre nuevo ya es viejo para él; en su propia
vida vemos las virtudes que él pregona necesariamente para ese nuevo ser
social”. (Citado por J. Aricó en el prólogo a su recopilación). Ir al reencuentro del pensador insurgente, del pensador de la utopía
de su tiempo, que fue y es también nuestro tiempo, requiere colocar a
Guevara en el contexto de la teoría y de la práctica de la revolución
latinoamericana, de las ideas y las concepciones que emergen de la
revolución cubana y que se entrecruzan, en complementación y disputa,
con otras ideas y corrientes en tensión por los acontecimientos que en
el terreno de la lucha de clases recorrían el mundo de ese entonces. Ese lapso que va desde 1959 – la irrupción de la Revolución Cubana-
hasta 1973 – el fin de la intervención militar norteamericana en
Vietnam-, se desarrolló sobre un fuerte proceso de acumulación y
reproducción de capitales, en un período de gran expansión de la
economía capitalista mundial y de profundas transformaciones sociales,
que se inició no bien concluyó la 2da Guerra Mundial. Formaron parte así
de lo que algunos autores –Ernest Mandel / E.P. Thompson- llamaran la
“edad de oro”, “… sin precedente y tal vez anómala”, que se desenvuelve
entre 1945-1975. Los acuerdos de Yalta permitieron la emergencia, en la inmediata
postguerra, de un sistema político internacional de estructura bipolar,
sustentado en “una cuidada relación de guerra fría” entre los EE.UU y la
hoy ex URSS, que presentaban su disputa como confrontación ideológica
total entre campos antagónicos, con formas de propiedad y relaciones de
producción y organización social distintas. La combinación de esta situación de guerra fría con la fuerza de la
emergente revolución colonial abría un extenso “campo” antiimperialista,
pero en él, y de la mano del marxismo oficial, el nacionalismo
sustituía al internacionalismo y la lucha de clases era abandonada por
la confrontación entre bloques. En esta dinámica la emergencia de los movimientos de liberación
nacional y de la nueva izquierda revolucionaria en el mundo, se
afirmaban en un fuerte sentimiento antiimperialista que cuestionaba la
hegemonía económica y militar de los EE.UU, así como en una posición
crítica frente al comunismo oficial de la URSS y su política de
coexistencia pacífica. La combinación de estos elementos, a los que hay que agregar el
surgimiento de los movimientos contestatarios al interior de los países
centrales y la aparición de una verdadera contracultura en las artes, en
las letras y en la vida cotidiana (sexualidad, vestimentas, costumbres)
que pujaba por desestructurar la cultura dominante de la época,
configuraban un cuadro de situación que favorecía el desarrollo de la
lucha de clases y la confrontación antiimperialista, otorgándole un
formidable dinamismo a las ideas de transformación social. Las tendencias revolucionarias que se desarrollaban en todas las
geografías del planeta colocaban como meta de su accionar la superación
del capitalismo. Sin embargo la lucha concreta contra este solo era
asumida en toda su extensión, como no podía ser de otro modo, por
aquellas corrientes que se afirmaban en la lucha de clases, en un
anticapitalismo sin concesiones y en el desarrollo de las
contradicciones del sistema. Esto se daba en abierta oposición y ruptura
con los partidos comunistas pro-soviéticos y con la socialdemocracia de
ese entonces. En esa disputa se desarrollaron ampliamente el maoísmo, el
castrismo-guevarismo y el trotskismo, cuya inserción social se veía
favorecida en América latina, y particularmente en Argentina, por la
aparición de una franja radicalizada de obreros, estudiantes e
intelectuales que, asumiendo aún con múltiples variantes las ideas del
socialismo, colocaban la cuestión del poder a la orden del día
revitalizando al movimiento revolucionario y al marxismo mismo. Así las distintas tendencias que vertebraban la nueva izquierda en
ascenso emergían, bien como fracturas de lo existente, bien como
estructuras diferenciadas desde sus inicios de los viejos partidos
comunistas y socialistas. Es en este curso de la historia mundial y latinoamericana en que
deben inscribirse las ideas y el pensamiento de Ernesto Guevara,
surgidos al calor de la revolución cubana, en el seno de su dirección y
del joven partido comunista nacido después de la revolución. La particularidad de las mismas radica en que se fueron elaborando en
el combate diario por la construcción de una sociedad distinta y en la
confrontación con el marxismo de manual, con el…escolasticismo que ha frenado el desarrollo de la teoría marxista, con la vulgarización de un pensamiento que, nacido libertario y creador, resultó convertido en dogma fosilizante. Y si cincuenta años después, con la distancia que el tiempo pone
respecto de las pasiones y de las luchas de ese entonces, intentamos una
revalorización del mismo es porque, como Almeyra en La ricoperta del Che,
pensamos que es posible considerar el conjunto de su pensamiento como
un aporte a la refundación del marxismo moderno y una recuperación de
los aspectos centrales del pensamiento marxiano. Lo paradojal es que Guevara no era un teórico, no disponía de una
formación rigurosa y conocía poco, y tal vez mal, las diversas
corrientes y posiciones históricas que se confrontaron en el movimiento
comunista internacional. No era un teórico, se elevaba desde la práctica
para mejor comprender y extraer las conclusiones teóricas sin prejuicio
alguno. Tal vez no conocía, pero ejercía como pocos, esa vieja máxima
leninista popularizada en aquellos años por el filósofo francés Jean
Paul Sastre, “La teoría nace de la acción y al mismo tiempo la
enriquece”. Decía el Che: …teorizar lo hecho, estructurar y generalizar la experiencia para el aprovechamiento de otros es nuestra tarea del momento. Y es en el momento de la construcción del socialismo en Cuba en que
aparece en toda su plenitud y dimensión esta faceta de Ernesto Guevara:
es el hombre de gobierno y gestionador de la economía política que
encontramos en el artículo Contra el Burocratismo; en las Conversaciones del Ministerio de Industria y en el Debate Económico de los años 63-64; es el dirigente revolucionario del Discurso de Argelia y fundamentalmente en la carta a Marcha de Montevideo: El Socialismo y el hombre en Cuba; es por último el revolucionario integral que despunta en cada una de las dolorosas páginas de su Diario de Bolivia y también en los conocidos fragmentos de su paso por el Congo. En el siempre difícil período de transición, entendido como aquel
pasaje de la sociedad agotada y caduca, cuya liquidación los
revolucionarios no hacen más que apresurar, a una sociedad nueva que
surge con la fuerza propia de las masas en acción, pero que se encuentra
condicionada por los resabios del pasado. Es en ese pasaje del reino de
la necesidad al de la libertad, que …transcurre en medio de
violentas luchas de clases y con elementos del capitalismo en su seno
que oscurecen la comprensión cabal de su esencia, en que es puesta a prueba la coherencia y la firmeza de los dirigentes revolucionarios. El cerco imperialista aísla a la revolución – la guerra civil se
extiende – el ejercicio del poder absorbe cada día más a los dirigentes –
las formas autoritarias se montan sobre la debilidad popular – los
elementos del pasado siguen actuando –la situación favorece el
desarrollo de hábitos y practicas peligrosas – la degeneración
burocrática acecha en cada esquina – inestabilidad del poder político,
del que no se puede pensar que esté consolidado definitivamente… Es conocido que en medio de esta secuencia casi lógica al Che le
preocupaban los indicios, que luego se confirmarían, de que el
sectarismo y el autoritarismo conculcaran el intercambio de opiniones y
reemplazaran el debate. La confrontación solapada entre distintas alas
del movimiento y el crecimiento de la influencia de la llamada tendencia
sectaria lo llevaron a prohibir los interrogatorios ideológicos y las
persecuciones políticas. Es en esta realidad que deben analizarse textos como: Debemos aprender a eliminar viejos conceptos (discurso agosto de 1960); Contra el sectarismo (Resolución del Ministerio de Industrias, mayo de 1961); Contra el burocratismo (artículo, febrero de 1963); El comunismo debe ser también una moral revolucionaria (entrevista periodística, julio de 1963); Una actitud comunista frente al trabajo (discurso, agosto 1964). La relectura de los textos de Guevara en este período resulta una
experiencia singular, una fuente motivadora que inspira reflexiones
críticas y estimulantes. Forjado en la “escuela del hacer”, sus escritos, sus conferencias,
sus propuestas de acción práctica toman la forma del discurso de lo
concreto, insertos en la realidad cotidiana de esa sociedad en cambio,
alejados de construcciones abstractas que suelen justificarse por su
propia lógica interna. La economía – a la que privilegia como economía política – es en sus
planteos la instancia fundamental en que el hombre se realiza. Por lo
tanto se impone su transformación para que esa realización alcance su
plenitud. Y esta reorganización socioeconómica requiere de una
convergencia dinámica de recursos y necesidades sociales, pero encuentra
obstáculos internos y externos de consideración. Incorporación de fuerza de trabajo – incremento de la demanda de
bienes y servicios – escasez de recursos propios – racionamiento –
dependencia del comercio exterior. Esta parece ser la lógica inevitable
por la que atraviesan los procesos de transformación social. Cuba, el
Chile de Salvador Allende y Nicaragua, en nuestra América latina, son
ejemplos más que evidentes. Pero el horizonte de ideas guevariano no se detiene en la
articulación de recursos escasos y necesidades amplificadas. El
socialismo como simple método de reparto social, como nueva conciencia
productivista, no le interesa, sí como una concepción capaz de potenciar
las posibilidades del proceso de transformación en el período de
transición. Así los movimientos de la economía no pueden ser totalmente libres,
deben estar sometidos a la intervención consciente. Es el plan el que
ordena la actividad de los hombres pero, y en esto se escapa una vez más
del manual oficial, no debe coartar las iniciativas y libertad
individual. La construcción socialista para el presupone y requiere un
cambio cualitativo de las estructuras mentales de los sujetos, capaz de
liberar las fuerzas de la creatividad para ponerlos al servicio de la
producción y la organización. La revolución no es como pretenden algunos, una estandarización de
la voluntad colectiva, de la iniciativa colectiva, sino todo lo
contrario, es liberadora de la capacidad individual del hombre. Es en este contexto que deben ser confrontadas, entre otras intervenciones: El plan y el hombre (entrevistas, julio de 1964); La planificación y sus problemas en la lucha contra el imperialismo (discurso, julio de 1963); Consideraciones sobre los costos de producción (artículo, junio de 1963); Cuba, su economía, su comercio exterior, su significado en el mundo (artículo, octubre de 1964); Discurso de Argelia (discurso, febrero de 1965). En su propuesta los criterios político-económicos se inscriben en lo
mejor de la tradición marxista. El socialismo es, por sobre todas las
cosas, un hecho de conciencia que condensa la formación de un hombre nuevo en una nueva sociedad, cualitativamente diferenciada de la anterior. Así, la sociedad va siendo transformada por los hombres pero al mismo
tiempo estos hombres se transforman a sí mismos. Establece, entonces,
una íntima relación dialéctica entre la base material (reorientación del
desarrollo de las fuerzas productivas) y la formación de los sujetos
sociales con una nueva conciencia (revolucionaria). En la intersección entre las concepciones estructural-cientificistas y
las que provienen de la filosofía de la praxis, que rescatan el
humanismo marxiano, se ubica el núcleo central del pensamiento de
Guevara en el período de transición. En la definición de un socialismo que el solo acepta si desde el
primer momento incorpora elementos del comunismo, en un proceso único,
ininterrumpido, permanente, donde el estímulo moral y el trabajo voluntario
juegan un papel determinante frente a lo material y a las categorías
capitalistas. Donde el protagonismo conciente de las masas, las
instituciones del poder popular y la autoorganización de los
trabajadores constituyen la única garantía frente a las tendencias a la
degeneración burocrática, a la cristalización de las direcciones y a la
despolitización de las masas. Revolución que no se profundice constantemente, es revolución que regresa. Esta frase sintetiza lo anterior y con ella enfrenta las concepciones
etapistas y la doctrina estalinista, dogma oficial de la época, que
institucionalizaba con fuerza de ley la existencia de “...una
correspondencia necesaria entre las relaciones de producción y los
caracteres de las fuerzas productivas”. Esta línea de pensamiento, que recoge los trabajos del joven Marx y
se emparenta con las aportaciones del italiano A. Gramsci, del peruano
J. C. Mariátegui y del argentino Aníbal Ponce, se expresa puntualmente
en cada uno de sus trabajos económicos e intervenciones públicas, que al
fundirse en ellos constituye sin ninguna duda un aporte original a la
teoría marxista, fue enriquecida con cada una de sus contribuciones en
el debate económico de los años ‘63-64. El debate que, como señala M. Löwy “…adquirió un carácter sin
precedentes en un país socialista desde la muerte de Lenin”, tuvo su
origen en las propuestas de Guevara en relación a los métodos de gestión
de las empresas en Cuba. Pero la riqueza de las discusiones y
seguramente de su clara intención de provocar la discusión, hizo que
esta se extendiera al conjunto de los aspectos que hacen al cuerpo
teórico de la economía política socialista en el período de transición,
para concluir en un verdadero examen crítico de las experiencias
llevadas a cabo en los países del bloque socialista. Es que el Che intuyó tempranamente que en paralelo al crecimiento de
la presión imperialista crecía también la influencia soviética, bajo la
forma de ayuda económico- técnica, pero también como la imposición de un
modelo ya definido en otras latitudes. Lo que luego K. S. Karol explicaría como “…el vacío político de la
revolución, que en apariencia se llenaba con la definición por el
socialismo, tendía a ser ocupado por la burocracia y el marxismo de
manual”. Así el debate giró en torno a: el modelo presupuestario de gestión
frente al cálculo económico o autogestión financiera; la planificación
centralizada y el rol de la ley del valor en el período; la
correspondencia entre las fuerzas y las relaciones de producción; los
estímulos morales y los materiales y el papel de la conciencia en la
construcción del socialismo. El peso de los Manuscritos de 1884 en las intervenciones del Che en estas discusiones es más que evidente. El proto-modelo cubano que configuraban sus concepciones constituía
en la práctica una búsqueda inacabada de soluciones no dogmáticas que
incluían, y en absoluto esto era una cuestión menor, una nueva relación
entre el Partido y el Estado, privilegiando al primero y su relación con
las masas, pero también en la relación entre estas y el Partido,
favoreciendo la autoorganización y una dinámica distinta entre
dirigentes y dirigidos. Se preguntaba ¿Qué relación hay entre el Partido y el Estado?
¿Entre la revolución y el pueblo? Y se contestaba: hasta Hoy estas
relaciones se han regido por la telepatía pero la telepatía no es
suficientemente buena…No somos felices con el estalinismo, pero no
aceptamos la reacción al estalinismo de los soviéticos. Su obsesión era así…elegir correctamente el instrumento de movilización de las masas. Y se orientaba entonces por caminos inéditos que lo separaban cada día más de los modelos preexistentes. Es otra paradoja más, pues el mismo señaló algunas vez que para él el
futuro se encontraba en lo que pasaba detrás de la “cortina de hierro”,
pero como algún autor demostró era una etapa en que el Che
estaba “…formado en la experiencia directa, con una visión de la
historia del socialismo real muy limitada, sin conocimiento de lo que
realmente pasaba en la URSS y sin los reflejos teóricos que le
permitieran separarse de la experiencia”. P.I. Taibo II complementa “Ni
los procesos de Moscú, ni el autoritarismo policiaco, ni los GULAG, ni
la persecución a la disidencia, ni el anti-igualitarismo burocrático, ni
la economía mal planificada, ni el marxismo de fachada de cartón y
piedra de los rusos, formaban parte de la cultura política del Che en
1960”. Sin embargo esa “escuela del hacer” que ejercitaba como pocos, en la
que construía a pasos acelerados su pensamiento, y su honestidad
intelectual para sacar conclusiones sin prejuicio alguno, lo llevó a
enfrentarse, a medida que tomaba contacto con esa realidad desconocida,
con las burocracias de Estado del Este y de la propia URSS. Jeanette Habel señala que “Desde 1962, esto es, un año después de la
proclamación oficial del carácter socialista de la revolución cubana y
dos años después del establecimiento de relaciones privilegiadas con la
URSS, la crisis de los misiles vendría a sacudir la confianza del
dirigente revolucionario en torno a la solidez de la alianza y a la
confiabilidad de la ayuda”. Disputaba por la implantación de una cultura solidaria a la par que
era portador de un nuevo estilo, franco, punzante, autocrítico –como
cuando reconoció públicamente sus errores al forzar la industrialización
acelerada o la escasa participación de los obreros en el control de las
fábricas. Adolfo Gilly plantearía tiempo después que los sindicatos en
Cuba no eran representativos y que se iban convirtiendo en mero apéndice
del poder político. Ese estilo del Che lo tornaba incontrolable para la
vieja guardia estalinista del PSP (Partido Socialista Popular), que
buscaba recortar su poder y descalificarlo. La estrategia revolucionaria es otro de los aspectos donde se
establecen claras diferencias con las corrientes mayoritarias de aquella
época: descalificación de la vía reformista – opción por el carácter
armado de la confrontación – debilidad de las burguesías nacionales para
llevar adelante el proceso de enfrentamiento con el imperialismo –
carácter continental de la lucha. Dos experiencias latinoamericanas, de signo diferente, han sido
determinantes para la formulación de su estrategia. De la experiencia de
Bolivia en 1952 rescata el desarme del ejercito regular a la par que
cuestiona las concepciones del MNR (Movimiento Nacionalista
Revolucionario) –ya comenzaba a entrever las limitaciones de los
movimientos nacional/burgueses - y del trotskista POR (Partido Obrero
Revolucionario) –con sus tesis de la inestabilidad dada por la
existencia de un “doble poder” entre el gobierno burgués y los
sindicatos obreros. De la Guatemala de Jacobo Arbenz de 1954, su primera
experiencia política concreta, reconoce la agresión imperialista y
deduce la inevitabilidad de la lucha armada. Es hora de que el garrote conteste, y si hay que morir que sea como Sandino y no como Azaña… Estas concepciones son reforzadas y precisadas por su experiencia
directa en la Sierra Maestra, de donde deduce que la guerra de
guerrillas es la forma concreta que adoptará su estrategia de lucha
armada, confirmada más adelante por el conocimiento de la revolución
China y la invasión norteamericana a Santo Domingo en 1965, de donde
infiere que la guerra de masas será popular y prolongada. Al considerar inevitable a la revolución y a la lucha armada sus
concepciones se acercan al maoísmo, pero no comparte con estos su teoría
de la alianza de las cuatro clases, no deposita ninguna confianza en
las burguesías nacionales y define el proceso revolucionario como único e
ininterrumpido –permanente- con lo que se acerca al trotskismo, aunque
vuelve a diferenciarse cuando define al campesinado como el motor de la
revolución. Sin embargo no deja de hacer referencias al movimiento obrero y no
descarta una insurrección obrera en las ciudades, aunque seguramente
pesaba en el su visión del movimiento obrero argentino, al que veía
prisionero de la burocracia sindical peronista y de la ideología
nacional burguesa que esto implicaba… Para el Che la revolución latinoamericana era al mismo tiempo
democrática, de liberación nacional y socialista. En esta definición
volvía a emparentarse con el peruano Mariátegui. Táctica y estrategia de la revolución latinoamericana (1962, publicado en 1968) y Mensaje a la Tricontinental
(1965), conocido como su testamento político, son los escritos
fundamentales alrededor de los cuales es posible reconstruir su
estrategia. Al mismo tiempo que define el carácter continental de la revolución latinoamericana propone la Organización de un frente mundial para enfrentar al imperialismo (entrevista, 1964). En su Discurso de Argel: El Internacionalismo no tiene fronteras
(1965) expresa una fuerte crítica a la política de los países de
burocracia de Estado y a la propia URSS. Sobre el intercambio desigual:
la ayuda a los pueblos que luchan por su liberación tiene que tener un
costo para los países socialistas y reclamaba la solidaridad
incondicional de estos con las luchas revolucionarias de los pueblos del
mundo. La propuesta de formar un mini eje entre Cuba y la Argelia de Ben
Bella era un intento autónomo por mantener alejados a los países que
luchaban por su independencia de la política de bloques acordada por los
EE.UU y la URSS, al mismo tiempo ser prescindentes del conflicto
chino/soviético. Esto forma parte también de la originalidad de su pensamiento, que lo
separaba de la política nacional y del nacionalismo de los partidos
comunistas oficiales, y que era compartida con el joven PCC (Partido
Comunista de Cuba), nacido después de la revolución, resultado de la
fusión de las distintas corrientes del movimiento revolucionario. (las
ORI, Organizaciones Revolucionarias Integradas, primero, y PURS, Partido
Unificado de la Revolución Socialista, después, finalmente PCC, que
tenía poco que ver con el viejo PSP). Ernesto Guevara demostraba así tener una concepción integral de la
dinámica de la revolución mundial de su época. Como escribiera Michael
Löwy “…por primera vez en mucho tiempo un dirigente comunista de
dimensión mundial trataba de esbozar una estrategia revolucionaria
internacional que no fuese en función de los intereses de un Estado. En
este sentido su pensamiento significaba también una vuelta a las fuentes
del leninismo, del Komintern de los años gloriosos (1919-1924), antes
de que se convirtiera poco a poco en un instrumento de la política
exterior de la URSS de Stalin.” Nuestro pensador insurgente se anticipó a los acontecimientos,
comprendió mejor que nadie que la revolución cubana y los movimientos de
liberación encontraban límites a su autonomía en el marco de las nuevas
relaciones internacionales y que a él mismo se le iban cerrando
espacios para forjar un escenario de debate receptivo para sus ideas,
tan alejadas del escolasticismo como del dogmatismo cuasi religioso
proveniente de le URSS. En nuestra comprensión el Che expresaba una tendencia crítica al
interior de la dirección revolucionaria cubana, que disputaba en torno
al modelo de construcción del socialismo en Cuba y también sobre el
mismo curso de la revolución mundial. En este debate se apoyaba en las
masas, en el debate público, y en quien fue el principal dirigente de la
revolución, por quién profesaba un enorme respeto y cariño. Tal vez ese cerrarse de espacios, ver que la burocracia y el manual
se imponían, que la dinámica de la revolución mundial era cada vez más
supeditada a los intereses del Estado de gran potencia de la URSS, lo
llevaron a tratar de abrir nuevas brechas, a forzar los acontecimientos
en África primero, “…aquí se dará el combate fundamental” y en América
latina, “el eslabón débil”, después. Los resultados son por todos
conocidos. Décadas después en un escenario mundial que es sustancialmente
diferente, en medio de cambios y transformaciones del sistema
capitalista mundial ¿qué es lo que queda de su pensamiento y acción? ¿El
paso del tiempo ha logrado mellar el fino estilete de su pensamiento
crítico? El marxismo revolucionario se ha mostrado en la historia crítico por
excelencia y Ernesto Guevara fue (es) una de sus expresiones más
acabadas, esa fuerza crítica no puede escapar a él mismo, menos aún
frente a lo que muchas veces se dice y se hace en su nombre y bajo su
figura. Filosofía de la praxis – pensamiento crítico – socialismo
revolucionario – son los ejes que han recorrido todo su pensamiento. Portador de una inmensa voluntad que muchas veces rozaba con el
voluntarismo, de una fuerte preocupación por promover la participación
de las masas, para lo que depositaba una excesiva confianza en el
ejemplo moral de los dirigentes, como portadores de fe y generadores de
voluntad colectiva, del cual su propia vida era más que emblemática. De
una impaciencia revolucionaria que lo llevaba a forzar muchas
situaciones… Tal vez una mayor continuidad en Cuba lo hubieran llevado a repensar
su concepción del partido de vanguardia, las implicancias de una
centralización económica excesiva, que la participación de las masas no
depende solo de los instrumentos, las consecuencias del partido único,
los tiempos para la extensión de la revolución. Cualquiera sea el balance que se haga de su corta y meteórica vida
política militante no puede desconocerse que sus ideas tuvieron (tienen)
el valor de haber revalorizado las potencialidades creadoras de un
marxismo vivo y abierto. Sus concepciones éticas y humanistas son hoy,
cuando el capitalismo demuestra que la corrupción y la perdida de
valores es esencial a su lógica interna y se declara incapaz de dar
respuestas a las necesidades crecientes de franjas enteras de la
humanidad, profundamente subversivas. Tal vez aquí se encuentren las
razones del regreso de su pensamiento rebelde e insurgente. Repensar estas cuestiones provoca una renovada búsqueda que hoy, en
esta Argentina sumergida en la globalización capitalista , parece ajena y
lejana, pero que subyace en las conciencias de todos aquellos que
sueñan, soñamos, con recuperar la voluntad colectiva de un cambio
transformador. Este débil e incompleto trabajo tiene el sentido de un tributo al
revolucionario latinoamericano y un aporte al conocimiento y al debate
sobre su teoría y practica. Pretende inducir también a una reflexión a
los jóvenes para que estudien con seriedad y responsabilidad su legado y
elaboren su propio juicio crítico. Fidel Castro dijo varias veces que el punto débil, su talón de
Aquiles, era su audacia, su desprecio total por el peligro y por su
propia vida. Y tal vez sea cierto, pero tal vez en eso radicara la
fuerza y la grandeza de Ernesto Guevara, al que, aun a la distancia,
quienes nos sentimos sus compañeros, llamábamos, simplemente, El Che. 09/10/2017 Una primera versión de este artículo fue presentada en la Cátedra Libre Ernesto Che Guevara. Fac. de Ciencias Sociales – UBA. Las citas en cursiva corresponden a textos de Ernesto Guevara. Eduardo Lucita formó parte de la izquierda revolucionaria de los años ’60 y ’70. Integrante de EDI-Economistas de Izquierda Textos consultados: Guevara, Ernesto -Obras Completas. Ed. Cubana -El Socialismo y el hombre nuevo. Ed. Preparada por José Aricó. Siglo XXI. México, 1977. -Cartas Inéditas. Ed. Sandino, 1977. -El año que estuvimos en ninguna parte. Edic. Colihue Löwy, Michael El pensamiento del Che Guevara. Ed. Siglo XXI. Argentina, 1974. Fanjul, Angel Las tareas de la revolución son indisociables. Folleto. Argentina, 1983. Gilly, Adolfo La senda de la guerrilla 1968, La ruptura en los bordes. Cuadernos del Sur nº 17. Ed. Tierra del Fuego. Argentina, 1994. Almeyra, G. / Santarelli, E. Guevara. Il pensiero Ribelli. Ed. Datanews. Italia, 1993. Lataste, Alban Cuba: ¿Hacia una economía política del socialismo? Ed. Universitaria- Cormoran. Chile, 1968. Anderson, Jon Lee CHE. Una vida revolucionaria. EMECE Editores., 1997 Castañeda, Jorge G. La Vida en Rojo. Edic. Espasa, 1997 Taibo II, Paco Ignacio Ernesto Guevara, También conocido como El Che. Ed. Planeta. México, 1997. Habel, Janette El socialismo y el hombre. Inprecor para América Latina nº 9, 1990 Vuscovic, P. / Elgueta, B. Che Guevara en el presente de América Latina. Contrapunto Argentina, 198
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