domingo, 6 de junio de 2010

INFORMACIONES HONDURAS ( nr 507 ) 6 junio 2010




Continúan las acciones violentas en el Bajo Aguán
Escuela La Nueva Confianza

Desalojan campesinos que ocupaban la finca El Despertar

El Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) integrado por 28 grupos
inició tomas de tierra en igual número de fincas en el mes de diciembre y
sólo después de sufrir varias agresiones violentas con saldo de muertos se
ratificó una Acta de Compromiso entre el régimen de Porfirio Lobo y 24
grupos campesinos de esa organización, el 17 de abril; 4 no aceptaron por
razones que explicamos adelante.

Los campesinos firmantes del Acta de Compromiso aceptaron abandonar las
fincas tomadas y a asentarse en aquéllas que escogieran y sumaran 3,000
hectáreas, como primer paso en el proceso de cumplimiento del convenio que
establece que luego se les entregarán 3,000 hectáreas sin cultivar en los
próximos 90 días; 1,000 hectáreas cultivadas con palma africana en el
término máximo de 1 año y; por último, 4,000 hectáreas no cultivadas también
en el plazo de 1 año.

El régimen se comprometió con los asentados – que ahora viven en medio de
las palmeras en improvisadas chozas de nylon- a construir 100 viviendas
(aunque el número de familias es de 2,500), cubrirles las necesidades de
asistencia médica y educación; sin embargo, hasta ahora, 5 de junio, no se
conoce presencia de instituciones estatales que cumplan con ese compromiso.

No se cumplió además con la entrega de las primeras 3,000 hectáreas
cultivadas con palma africana. Los resultados de las evaluaciones técnico
agronómicas a esa primera asignación indican que apenas un poco más del 50%
de esa área está cubierta con esa oleaginosa, con lo que queda claro que el
convenio no ha sido cumplido de parte del régimen.

Al mismo tiempo Miguel Facussé retoma las negociaciones con los campesinos
de MUCA con dos posiciones: a veces exigiendo 250,000 lempiras por hectárea,
aún cuando a criterio de expertos en la materia y conocedores del mercado de
tierra en la zona aseguran que a lo sumo una hectárea bien cultivada y joven
costaría unos 150,000 lempiras. Otras, ofrece ¡dárselas sin costo alguno si
los campesinos se comprometen a venderle la fruta únicamente a él!

Temiendo esos incumplimientos y ataduras perjudiciales con los grandes
empresarios agrícolas, las cooperativas que no entraron en el convenio, la
San Isidro, El Despertar, San Esteban y La Trinidad, creyeron conveniente
seguir peleando su derecho a esas fincas a través de los tribunales, seguros
de ganar por contar con la documentación apropiada que les asegura según
ellos un fallo a su favor.

Pero las previsiones de estos campesinos no se cumplieron. Antes de la
sentencia judicial fueron desalojados por la policía y el ejército aún
cuando el convenio con el régimen dice que “Así mismo se compromete a
realizar las gestiones pertinentes para que las acciones judiciales incoadas
por el delito de usurpación serán revisadas en el marco del presente
acuerdo”.

Es más, confiados en la buena fe del régimen porque el convenio señala que
“los procesos legales civiles incoados por las cooperativas campesina en los
tribunales de la república, con el fin de revertir por la vía judicial las
compra ventas efectuadas al margen de la ley, no queda excluida su
tramitación hasta dar por agotada esa instancia judicial, con la suscripción
del presente acuerdo” esperaban salidas pacificas apegadas a la ley y
apoyadas por la promovida consigna de la conciliación nacional.

Hoy por la mañana fueron desalojados por la fuerza de policías y militares
los grupos campesinos de las cooperativas El Despertar, San Esteban y La
Trinidad que habían tomado la finca El Despertar en un escenario en el que
la detonación de la balas generó el terror de las personas asentadas en esa
finca y de las que se encontraban en las comunidades cercanas.

Y los conflictos violentos prometen extenderse. Hace dos días alrededor de
150 familias integrantes de cuatro grupos campesinos tomaron aproximadamente
697 hectáreas ocupadas por la Standard Fruit Company, en Lis Lis, comunidad
perteneciente al departamento de Atlántida que, como en los demás casos,
amenaza con convertirse en otro escenario de violencia.

Como lo señalamos en otro comunicado de FIAN Honduras el mes anterior, de no
resolverse el problema agrario a través de la aplicación seria de políticas
públicas que invaliden los propósitos y medidas de la Ley de Modernización y
Desarrollo del Sector Agrícola, es decir, que permitan a los campesinos el
acceso a la tierra y a otros activos para que se conviertan en productores
por cuenta propia, el conflicto agrario se multiplicará y expresará en
distintos lugares del país tal como sucedió en las décadas de los sesentas y
setentas, con el hambre como único azuzador.

Tegucigalpa MDC 5 de junio de 2010



Escuela La Nueva Confianza, Cooperativa La Confianza, construida por los
campesinos de esa organización

--
Gilberto Ríos
FIAN Honduras





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